Las cinco mujeres chefs se quedan en silencio sin saber que decir.
El aura de Julien es agradable, no es nada como los chefs a los que Sophie se acostumbró a tratar en la universidad o en sus cursos extras de cocina. Tiene el acento algo exagerado, como si volviera a hablar francés después de mucho tiempo, aunque es muy diferente al rudo fonema de Isabelle, el de Julien es más suave. Sophie recuerda que se supone que se fue a vivir a América todo este tiempo y se imagina que le debió afectar. Lleva puesto un traje formal azul marino con una corbata negra y espera pacientemente a que alguna de ellas diga algo. A su lado Babett parece ligeramente divertida ante la reacción de ellas.
—¿No se supone que usted es juez? —Isabelle pregunta al final.
—Efectivamente, los soy —Julien se acomoda las mangas y Sophie puede apreciar las líneas de sus tatuajes en la parte exterior del brazo&
Al final, resulta que sí se tienen que preocupar por la parte comercial del show. Babett baja por un momento, dejando a las cinco chefs en un silencio incómodo con Julien Marchand, que no parece preocuparse por las miradas indiscretas de las mujeres, y regresa con un equipo de trabajo que hace que la sala, de repente, se sienta muy pequeña. Son casi diez personas, vestidos todos con atuendos formales, que arremeten en el lugar. Algunos llevan audífonos grandes por donde ocasionalmente gritan y otros cargan con bolsas de las que sacan equipos de iluminación. Tres de ellos se dirigen a las cámaras del lugar y, con ayuda de una escalera, parecen iniciar a configurarlas. La joven asistenta presenta a todo el mundo, pero Sophie no es capaz de recordar los nombres de ninguno y pronto las chefs se ven atrapadas en un remolino de actividad. Primero, un hombre que parece ser el encargado de vestuario les pide a las mujeres que se cambien con los recién dados uniformes. Sophie y las demás se
En la parte de abajo, en la sala principal por la que Sophie entró la noche anterior, los tres equipos se encuentran finalmente. El lugar es mucho más grande de lo que Sophie se lo pudo figurar con una sola mirada, pues realmente parece el vestíbulo de una mansión acoplado para formar una sala y en la que los tres equipos puedan desarrollarse sin el mayor inconveniente.Sophie observa con curiosidad a todos. No hay rastro del grupo de personas que estuvo a cargo de su preparación hace unos minutos, tampoco están los que de seguro ayudaron a los otros equipos. Sin embargo, sí hay un pequeño montón de personas detrás de grandes cámaras, lámparas y micrófonos. Sophie distingue a Dominique Simon y Sylvie Duran a lo lejos, las dos son reconocidas presentadoras del canal nacional y seguro serán las encargadas de dirigir el show para los televidentes. También hay un hombre
Cuando Sophie se despierta, lo primero que ve es el parpadear rojo de la cámara en la pared frente a ella. Incómoda por su estado vulnerable de recién levantada, se dirige al baño a toda prisa. La alarma de Fantôme se apaga en cuanto ella cierra la puerta y agradece en silencio la falta de ruido.Por un momento, Sophie siente la tentación de tomar su celular para marcarle a Marie y Camille, pero pronto recuerda que dentro de la casa no tiene realmente un medio de comunicación como tal, lo único a lo que tiene acceso son a revistas gastronómicas y periódicos diarios. Suspirando, se dedica a llevar su rutina mañanera.Se supone que aquí es el verdadero comienzo. Sí, la inauguración del día anterior estuvo bien, algunas cosas innecesarias para los chefs, pero era más la parte del reality que del concurso de comida. Algunos chefs famosos, como los del equ
Las chefs se cambian en silencio. Sophie se pregunta si deberían de crear contenido de algún tipo para su audiencia, si verlas estar tan calladas y nerviosas servirá de algo para hacerlas favoritas, pero las palabras de Julien la hacen negar con la cabeza para sí misma. No necesitan ganarse al público más de lo necesario y realmente no es momento para ponerse a fingir seguridad. Babett no dice nada tampoco, se limita a pasar sus papeles y comprobar su celular hasta que alguien toca la puerta del camerino.Todo el equipo blanco se sobresalta de inmediato.—¡Es momento de salir, equipo blanco!El muchacho que espera fuera no estaba en el grupo que las adentró a las instalaciones. Es bajo, con el cabello castaño y una barba incipiente. Les dedica una sonrisa, pero comienza a caminar antes de que puedan decir algo más. Babett lo sigue con sus tacones haciendo eco por el pasillo y Margaux se p
“Saint-Étienne es un pueblo encantador” piensa Sophie mientras sale de la antigua cabaña de verano de sus padres que ahora es suya. El sol apenas está comenzando a salir en el horizonte y el viento fresco le pega en la cara cuando atraviesa el jardín y se dirige fuera de su propiedad para hacer su camino hacia su negocio. Sophie acomoda su suéter y la bolsa que cuelga junto a su cadera y comienza a caminar con paso decidido, pero no rápido. Tiene tiempo para llegar, de todas formas, es un pueblo pequeño. Saint-Étienne está situado en lo profundo de la campiña francesa. Se encuentra rodeado de exuberantes campos verdes, colinas ondulantes que parecen moverse con el tiempo y viñedos interminables. Es un lugar pintoresco que a Sophie siempre le ha evocado una sensación de serenidad y tranquilidad. Cuando su padre murió, hace apenas un año, la única felicidad que tuvo fue el legado de la cabaña veraniega que ha pertenecido a su familia durante generaciones. No había dudado al momento
El día pasa rápido y eficaz por parte de las trabajadoras de “La Belle Étoile”. Sophie ha aprendido a desenvolverse en la cocina de su local sin ningún problema. El espacio no es algo que le moleste, prefiere que los comensales sean los que se sientan cómodos, ella puede trabajar en espacios pequeños y sacar provecho de todo. Por la mañana, prepara muchos platos de omelette de champiñones y queso gruyere para los turistas de la zona y cuando le llega un pedido de Croissant de mantequilla, sabe que es un habitante del pueblo sin siquiera mirar. Al medio día, la ensalada de rúcula y pero con queso de cabra y nueces caramelizadas es lo más pedido. En el intermedio de la tarde, cuando los tours y actividades de la zona están en su apogeo, Sophie se asegura de preparar unos cuantos sándwiches de pollo a la parrilla con aguacate y tomate en pan ciabatta que se acaban en seguida. Por la noche, el solomillo de ternera con salsa de vino tinto y gratín de patatas se lleva todas sus energías, p
El miércoles amanece con un sol brillante y el ambiente más caluroso de lo usual para ser primavera, pero Sophie no se queja en ningún momento. El clima en Saint-Étienne tiene vida propia, pero ciertamente es mucho mejor que en la ciudad. En Saint-Étienne el sol es un regalo para las cosechas y, al estar rodeados de naturaleza, la brisa siempre está ahí para refrescar.Sophie se levanta con un cosquilleo en la nuca, una corazonada de aquellas a las que había aprendido hacer caso en los cursos de cocina. Por lo general, significaba que algo estaba a punto de quemarse en su cocina o que su flan no estaba lo suficientemente inflado todavía, así que rápidamente se dio cuenta de que podía confiar en esas pequeñas punzadas. Sin embargo, esto es diferente.En su cocina no hay nada, su pequeña casa está tranquila y sola, como siempre. Lo atribuye a ese sentimiento de abandono interior que persiste en molestarla a diario. Así que sigue su rutina mañanera sin esperar nada nuevo.Como siempre, c
Esa noche, Camille y Marie no aceptan una negativa y siguen a Sophie todo su camino a casa.Mientras atraviesan el pequeño pueblo, Sophie recibe felicitaciones a diestra y siniestra. No le sorprende realmente la rapidez con la que las noticias han volado. Es un lugar pequeño y muy pocas cosas pueden permanecer en secreto por un par de horas, como máximo.Sophie no sabe los nombres de todos, pero las caras sí son conocidas y se asegura de agradecer el apoyo con una sonrisa sincera. Sabe que a la gente le gusta su comida porque es buena en ello y se esfuerza mucho más que cualquier otro chef en el lugar. Sin embargo, no puede evitar sentir un grato agradecimiento por las palabras de ánimo y la emoción general que todos tienen hacia ella. Lleva relativamente poco tiempo en el pueblo, pero todos la han acogido como si fuera una más.—¡Juilen Marchand! —Marie no deja de exclamar el nombre y saltar de forma repentina, provocando que la mochila que lleva en su espalda se eleve con ella —¡Jul