Pov Keira Me vestí en tiempo récord mientras estaba atenta a cada movimiento y respiración de mi compañero. Sí, ese con el cual dormí y me dejé lavar bien la conciencia con la lengua de su Lycan sin saber si quiera su nombre. ¡Qué barbaridad! Salí de allí mirando los primeros rayos del sol; el lugar aún era un total desastre, con destrucción por todos lados, y eso se debe a los dos dragones muertos que ahora andan por allí. Caminé en medio de algunas miradas curiosas y, por lo que Alba me dice, son lobos, supongo que custodiando a la gran bestia más allá, con miedo a que los incinere o algo. —Hola, chica, vamos, quisiera dar un vuelo matutino para pensar algunas cosas. Me subí sobre su lomo, al que tengo que buscar la forma de hacer un asiento porque su piel áspera maltrata. Nos elevamos sobre las nubes blancas, los rayos de sol acariciando mi piel mientras la suave brisa me invade de calidez. Hay demasiadas cosas pasando ahora en mi vida; no digo que me tengan confundida, sol
Pov Juliette Había despertado hace algunas horas en una jaula; eso es lo que era para mí. Los barrotes son todas las paredes y es lo que me ha permitido ver la cantidad de personas y escorpiones que me rodean. ¿Cómo pasó esto? ¿Kian estará bien? No trajeron a todos, solo a algunos, tal vez los más vulnerables. La pregunta es: ¿para qué? Intenté llegar a mi loba, Dara, pero estaba totalmente inconsciente y sospecho que tiene que ver con algo que me dieron. Con las manos encadenadas, mi cuerpo desnudo y magullado, me arrastré por el suelo lleno de cosas asquerosas, abriendo incluso mi piel para tomar los barrotes. El escorpión se acercó al verme mientras yo analizaba sus heridas. Parecía estar bien, excepto por algunos cortes y la falta de una de sus pinzas. Se acercó aún más, lo suficiente para poder estirar mis manos y tocar algunas de sus patas, que era todo lo que podía alcanzar. —Estaremos bien, lo prometo. Buscaré la forma de sacarlos de aquí. Lo haría, Diosa. Me llegué a
Pov Juliette Los primeros dos se lanzaron hacia mí pensando que me atraparían fácil. Esquivé sus manos empuñando las mías para dar en puntos exactos con la presión necesaria. Una tras otra fue cayendo mientras mi cuerpo se llenaba de heridas y mi propia sangre. Me rodearon mientras ahogaba al más grande con las cadenas, montada sobre sus hombros. Mis fuerzas querían ceder, las heridas no dejaban de sangrar y sería poco tiempo para que no lo pudiera soportar. Pero antes, me llevaría a este cavernícola súper desarrollado. Apreté con fuerza los dientes, tirando de las cadenas hacia atrás. Mis piernas tenían heridas graves por las manos del hombre que intentaba sacarse a toda costa a la pequeña mujer vulnerable, capaz de romper como una ramita (dicho por él). Cuando por fin dejó de luchar y su cuerpo se enfrió, lo solté, con una enorme sonrisa brillante por mi victoria. Me daba igual el resto que esperaba por capturarme; me había llevado al hijo de puta que quería. Antes de ser ar
Pov Kian Oigo murmullos a mi alrededor, sonidos que no entiendo y un olor desagradable a algo. Puntos de luz saltan en la oscuridad de mis ojos; puedo sentir cómo todo gira a pesar de que no me muevo sobre la superficie blanda en la que estoy. Cada centímetro de mi cuerpo duele como si lo hubiesen roto en miles de pedazos, y eso me trae recuerdos de que así fue. Intento levantar la mano y todo lo que apenas logro es mover un solo dedo. —Líder Kian, no se esfuerce. Tengo que, Juliette me necesita; debo ir a buscarla y sacarla de aquel lugar. Después de mucho esfuerzo, abro los ojos para ver en dónde estoy. Todo está lleno de plantas que cuelgan del techo, las paredes y de algunos estantes. A mi lado está la chamana y mi mano derecha. —Kian, gracias al cielo, pensé que ibas a morir. Hice un esfuerzo para levantarme y me detuve al sentir el desgarrador dolor entre mi pecho y mi pierna. —Nada de eso, aún estás débil. Es un milagro que sigas con vida. Te encontré en u
Pov Kian Al día siguiente, me levanté temprano para partir. Un par de hombres me acompañarán, entre ellos la guardia personal de Juliette. De los que trajo, algunos murieron, otros siguen en pie y eso es bueno. —Kian, ya todos están listos. Arreglé mis muñequeras, acomodando los pequeños dardos en ellas, tomé el látigo y con eso salí de la única habitación buena. La tierra de Shurt es traicionera; bosques oscuros protegen el Reino como la primera defensa. Sus frutos son tan exquisitos a la vista que te hipnotizan. Fácil, como atraer a la abeja a la miel, una muy mortal y venenosa. —¿Ya informaron a los lobos de todo lo que necesitan saber? —Sí, líder, también se les dio el antídoto por si alguien se envenena de cualquier forma. Llegué a la mesa de reuniones con mis generales. Sobre ella, varios papeles y mapas esparcidos brindan la información actual del Reino. Cambiaron muchas cosas, como las fronteras; solo hay pequeñas brechas donde podamos pasar. Sin embargo, est
Pov Kian Cortaba uno tras otro, extremidades cayendo, la sangre salpicando por todas partes. Xantea dijo un par de minutos que ha se habían hecho más largos. Eran duros, demasiado; perdían un brazo y seguían peleando con el otro de una forma más agresiva. —XANTEA, J0DER, MÚEVETE. —ESTOY EN ESO, DAME TIEMPO, YA CASI. Aún quedaban muchos, más de ocho tal vez, y aunque suene poco, lo cierto es que parece que lucháramos contra un ejército. —Ya está, ustedes crucen, vamos, yo me encargo de ellos. Uno a uno, mis hombres y los lobos fueron entrando; no pretendía dejar sola a Xantea en una lucha casi a muerte. Pensé que necesitaría mi ayuda, pero ver su forma de pelear entre su loba y la magia me sorprendió bastante. ¿Qué ha estado haciendo en todo este tiempo desaparecida? La ayudé a acabar con el último, quedando totalmente exhaustos; esto no formaba parte del plan. —Dame un momento, Kian, solo un momento, necesito recuperarme. Miré los cuerpos a mi alrededor; ninguno
Pov Keira—Ese cabr0n, permití que mi hija se fuera con él pensando que estaba segura y ahora me entero de que su Reino fue atacado.Otra mesa voló por los aires estrellándose contra las paredes en construcción del nuevo castillo.—Cuando lo tenga de nuevo frente a mí, voy a quebrarle cada maldit4 extremidad antes de cortarle la garganta.Todos nos mantuvimos en silencio escuchando los planes de tortura que el Rey Bastian va a infringirle a alguien.Habla claramente de partirlo como una ramita, jugar con sus pelotas como si fueran canicas y, una vez más, cortarle la garganta.Pobre hombre, no lo conozco, pero lo compadezco; solo espero que, después de tantas cortadas de garganta, siga vivo.—Bastian, Juliette es una mujer grande y bien entrenada— su compañera se acerca tomando las garras que tiene por manos—. Recuerda quién la entrenó; lo hiciste tú y lo hiciste muy bien. Nuestra princesa sabe cómo protegerse.Ethan me rodeó con sus brazos, seguramente al sentir el miedo de Alba; la p
Pov Leina Creí que esta sería la noche más especial de mi vida, que por fin conocería a mi loba como tanto deseé, pero nada de eso sucedió. Ahora solo escucho como mi padre, el ex beta de la manada, discute con el antiguo Alfa y su hijo, el Alfa actual; sobre mi expulsión. La manada al rededor se mantiene en silencio, las miradas con burla de las lobas que codiciaban mi lugar no se hacen esperar. —Ella es tu compañera Reiner, expulsarla sería dejarla sin protección, allá afuera hay demasiados renegados y bárbaros. —Yo necesito una compañera fuerte, una Luna que pueda ser capaz de proteger a su gente, su loba no despertó, por lo tanto, no le sirve ni a la manada ni a mí. Las palabras de mi compañero se clavan como un fuerte puñal en mi corazón. Las lágrimas quieren salir, pero no dejaré que ellos vean mi debilidad. —Reiner, por favor, es mi hija, piensa en estos dos años que tardaste esperándola. Apreté los puños de rabia, observando como mi padre se arrodilla ante él, s