El mundo ha caído y desaparece tal y cómo lo conocemos gracias a la Infección, una enfermedad que trastorna a las personas convirtiéndolos en los llamados "Infectados". 160 años Después de la Caída de la Civilización, el Capitán Navy Vert se enfrenta al desafío de proteger a la última ciudad en pie en todo el planeta de la mano de esos monstruosos caníbales. ¿Logrará poder ponerle un freno a la destrucción que se avecina para lo último que queda de la vida humana? ¡Ven y descúbrelo!
Leer más¿Llegaste hasta acá? ¿En serio? ¡No te la puedo creer! ¡No tengo palabras para agradecerte tu acompañamiento por el camino de Navy y sus camaradas de armas! ¿Te quedaste con ganas de más? ¡No te preocupes! El segundo libro ya está casi terminado. Nuevas aventuras, personajes, tramas y descubrimientos te esperan una vez termine la edición. ¡Gracias por acompañarme hasta aquí! ¡Gracias por estar aquí! ¡Gracias por compartir este pedacito de mi alma sobre estas páginas! ¡Te mando un enorme abrazo de mi parte! ¡Gracias por todo! ¡Mil gracias por todo! ¡Saludos desde el Escuadrón de Élite de los Cazadores del Oeste! -------------------------------------------------------------------------------------------------------------
—Disculpe, señor —dijo Sans sin ponerse firme y sin usar el tono militar. Ese muchacho estaba atentando contra su paciencia, decidió hacerse cargo de él. Levantó una mano y la apoyó en el hombro de su Cazadora. —Puedes retirarte, Sonia —le dijo con serenidad, sin quitarle los ojos de encima a Sans. —¡Capitán, sí, señor! —respondió ella poniéndose firme, saludando y retirándose del lugar con paso rápido. Esperó hasta que Sonia se fuera de la habitación antes de lanzarle una larga mirada: No aparentaba más de los veintiocho años, ojos negros, cabello peinado de lado, barba prolija y abundante, apenas un poco más alto que Navy. Su mirada expresaba astucia y evidente desprecio. —¿Tiene algo que decirme, Cazador?
—Queremos una explicación sobre las acciones que tomamos allá, en el límite de las arboledas antes de cruzar los pastizales, señor. Sabemos que usted es nuestro comandante y que le debemos obediencia, confianza y deber; pero no estamos de acuerdo con la decisión de que usted se haya hecho cargo de la custodia de una prisionera que no nos corresponde según nuestras órdenes.“—Pensamos que no estuvo bien, ya que mermamos nuestras fuerzas por tomar en custodia a esa asesina cuando nuestra prioridad era el traslado de Sonia, quien estaba inconsciente y precisaba nuestra atención —hizo una pausa antes de continuar—. Reiteramos que no somos quienes para poner en cuestión las decisiones que usted toma, ste es su escuadrón y usted es nuestro Capitán.—Pero u
Un movimiento al frente de él le indicó que la prisionera salía de su profundo sueño. Valora abrió y cerró los párpados varias veces antes de apoyarse sobre sus rodillas, pasando el dorso de una de sus manos atadas sobre sus ojos, se los frotó a medida de que dejaba escapar un largo bostezo.—Buenos días, Valora —la saludó Navy, acercándose a ella.La chica abrió grande sus ojos antes de saludarlo con una suave inclinación de su cabeza, se desperezó tanto como sus ataduras se lo permitieron y se detuvo en seco a mirar la capa que tenía encima a modo de manta.—¡Ah! Eso es mío —dijo él, inclinándose para tomarla—. Vi que tenías frío y no encont
Otra noche que no había podido conciliar sueño, otra noche de insomnios acompañados de gritos y rostros pidiéndole que los salvaran, caras y voces que no paraban de gritar su nombre y él no podía hacer nada para para ayudarlos.Navy se encontraba sentado en la última habitación de aquel refugio en ruinas, apartado de todo y de todos. Necesitaba ordenar su cabeza antes de marchar hacia el otro lado de las Colinas, así como toda su energía y frialdad para poder concentrarse en tal misión, sin embargo la falta de sueño atentaba contra su lucidez y temía que le pasara factura más tarde, haciéndolo fallar en algún momento clave.A la una de la mañana Lean apareció en sus sueños, él permanecía de pie en un claro en el Bosq
—¿Qué rayos es eso? —dijo una voz cercana a ellas.Antes de que pudieran responder, el sonido volvió a hacerse escuchar. Era un sonido metálico y constante que le hacía recordar a…—Suena como si fueran cascabeles —dedujo poniéndose de pie, mirando al cielo raso inexistente.—¿Y qué hacen unos cascabeles sonando… aquí? —soltó Selene extrañada por completo—. Esto no me gusta, ni un poco.Sonia miró a su compañera, la parte de su rostro cubierta por aquellas cicatrices resultantes de la batalla contra la Mutación, refulgía al ritmo de las llamas danzantes de la fogata que tenía al lado.<
—No estoy enojada ni mucho menos, señor —respondió ella con firmeza—. Al contrario, estoy feliz y orgullosa por todo lo que ha hecho por mí, señor —Navy la miró con sus ojos cansados, decidió ser más sincera con él—. Capitán, estaba aterrada, tan aterrada al verme sangrando que pensé que moriría, y usted —tragó la vergüenza y continuó—, se quedó allí consolándome, cuidando de mí cuando más desprotegida me sentí. No estoy enojada ni avergonzada, estoy feliz y muy agradecida con usted, señor.Le hubiera gustado poder decir más cosas para aliviar la mente de su comandante, pero no le salieron otras palabras más, lo único que podía hacer era acercarse a él y abrazarlo. A pesar de sus buenas i
—Descansen —dijo con voz tranquila, luego miró a Sonia y sonrió—, me alegro verte de nuevo, bienvenida Sonia.La aludida respondió su sonrisa con otra aún más radiante, le hacía muy feliz volver a ver a su mentor.—Gracias, Capitán —contestó ella haciendo una inclinación con la cabeza— y gracias, por salvarme la vida.Hubiera querido poder decirle algo más profundo, más elaborado o de forma privada, pero fue lo que le nació en ese momento. Recordó la escena de ella en el suelo con el Capitán encima suyo haciendo lo posible para curarla, recordó sus palabras y todo el momento.Sintió cómo su fervor y admiración p
—Solo oímos unas palabras mientras discutían —contó Jizba en un rápido susurro mirando a todas direcciones—, pero tenía que ver con la pelea que tuvieron la Capitán y tu amiga, el Capitán Navy estaba molesto porque la Capitán Cass le dió una paliza a Selene…—¡¿Qué?! —gesticuló Sonia sin elevar la voz.—Lo que dijo Jiz —señaló Lynx—, traté de detenerlas pero la Capitán estaba decidida a golpear a Selene, después de que ella lanzara el primer golpe.—¿Selene atacó a Cass? —repitió ella sin poder creerlo.—Bueno, por lo menos el primer golpe físico lo