Las emociones rondaron por todos lados, cada una de ellas más fuerte que la anterior, como una neblina que no se disipó como creyeron. Valentina tenía trabajo que hacer, pero ver a Adrián desde su sitio, aún con esos cambios de temperamento a cada momento, con el ceño fruncido y facciones tensas, le sumó atractivo. Se sintió como una tonta de verlo casi todo el tiempo, pero no era la única, pues la única forma en que Adrián podía calmarse de dicho estrés, por errores que otros cometían, era ver al lugar donde la rubia se movía muy confiada en lo que hacía. Concentrada y avanzando rápidamente. Eran como dos piezas hechas para encajar perfectamente con la otra, negarse a lo que sentían era imposible de hacer. Siempre estaban los ojos de uno sobre el otro, no podían evitarlo. La comida llegó y aún cuando no era de comer en ese sitio, Adrián se sentó para observar a Valentina comer los nuggets de pollo que parecía disfrutar como nada en el mundo. __ Como jefe me caes mejor. - le dij
Adrián ignoró la actitud que Silvia tenía para con su esposa, la cual no quiso decirle nada, porque poco a poco fue entendiendo a qué se debía. Dos días habían pasado desde que había llegado, el mismo tiempo que Valentina tuvo que mantener su distancia y solo enfocarse en el trabajo que le entregaban para devolver ya resuelto. Adrián recibió los inventarios, viendo que era una preocupación menos para él, por lo que más complacido no podría estar ante tal eficacia de la mujer que trabajaba como si ese hubiese sido su lugar de siempre. Leonardo se vio pendiente de la seguridad que ahora era Joseph quien mantenía vigilada. Aunque sabía que si lo que querían era seguir robando su artillería encontrarían la forma, pero por el momento tenían asegurado, añadiendo medidas más estrictas. __ Tendré que reunirme con los Silver's, tienen algo para mí. - avisó Adrián para Valentina, la cual lo vio apurado sacando algunas cosas que dejó adentro de un maletín que luego envío al helicóptero que e
Habían muchas cosas que para Adrián no tenían sentido , referente a la muerte de Renzo Bassett, todos fue tan precipitado, inesperado y fácil de deducir como un asesinato hecho por los Crown. Cuando claramente ellos no tendrían tantos descuidos. Primero que todo, jamás asesinarían a alguien con fuego, dentro de su propio auto, en su territorio. Ese no era su sello para nada, además que matar a Renzo no les sería provechoso luego de que este prometiera rutas libres totalmente de sus escrutinios. Veía y veía los vídeos de seguridad del sitio en donde este fue visto una última vez y no hubo nada sospechoso en su actuar ¿para que lo matarían? Lo vieron abordar su auto, totalmente molesto con alguien que no se alcanzaba a ver, se le veía muy bien por los gestos que mostró. __ ¿De dónde sacaste esto? - le preguntó Adrián a Travis Lobo, el dueño y acreedor de las pandillas de su padre, que ahora tenían un control mayor al que se pudo pensar en un futuro. __ Fue en el estudio de Atlas Ar
La mañana llegó, con ella Adrián despertó siendo el primero en ponerse de pie y salir a trotar con un felino sin cadena que lo siguió a gran velocidad por la extensa carrera que ya estaban acostumbrados a hacer cada cierto tiempo. Desde que fue herido, no había podido, no iba a desaprovechar ahora que podía moverse con facilidad, al menos la suficiente para no frenar sus pies a cada nada.Ambos actuaban como si fueran la extensión del otro. Acompañándose como desde que él lo encontró en casa de un sujeto que lo tenía cautivo. Él le dió libertad, luego de curarlo, pero Rasha no quiso abandonarlo. Ahora los dos tenían esa amistad en la que uno cuidaba como si fuera un animal indefenso y el otro correspondía, defendiéndolo ante el peligro. Regresaron y Adrián aún no había disipado la tensión en su cuerpo, pero que Valentina lo estuviera esperando, le hizo ver que podía continuar después. __ Esto es muy extraño para mí... - jugó con sus manos en la espalda. Verlo agitado, con el pecho
La espalda de Valentina se estrelló contra la puerta, en lo que Adrián usó la llave para abrir sin dejar de comerle la boca, causando que ese roce entre sus cuerpos, los llevara a otro nivel. Las manos enormes en comparación de su pequeña cintura la hicieron sentirse tan diminuta entre esos brazos que la aprisionaron, que delirar con un gigante le fue una fantasía cumplida. La depositó en la cama, pero ella lo llevó con ella, recibiendo el peso que sobre su pequeño cuerpo fue demasiado notable. El bulto dentro de sus pantalones mulló la entrepierna de la rubia y aún no se habían quitado ni la ropa.Que el teléfono resonara en su bolsillo no lo detuvo, atrapando la cara de Valentina para bajar a sus senos, los cuales mordió por en encima de la tela. __ ¿Es urgente o se puede resolver después? - fue directo al contestar, mientras la mujer bajo su cuerpo perdió inmovilidad con el dominio que Adrián ejerció en sus caderas y cuello. __ No es tan urgente, solo...__ Entonces lo veré lu
Valentina fue levantada de forma abrupta al solo abrir los ojos por la mañana. Su espalda se pegó al pecho de Adrián y este mantuvo la mano aferrada a uno de sus senos, mientras los embates carentes de suavidad continuaron. Entrar le fue mucho más fácil con las recientes corridas que ya el cuerpo de la rubia le eran fáciles de obtener. Estaban a nada de entrar en combustión, ambos quemándose en el fuego abrazador que no podían ni querían apagar.__ ¿Este es tu buenos días soñado? - le cuestionó a modo de respuesta al saludo que la chica le brindó al solo despertar media hora antes. Ella no pudo responder cuando este le alzó mucho más el trasero, pegando la palma abierta en su entrepierna, la cual apretó, al tiempo que salió del todo, estrellándose con mayor ahínco en su deseo por verla temblando debido a sus orgasmos. Después de oírla susurrando su nombre, su segunda cosa favorita en el mundo era ver cómo su respiración se agitaba, su cuerpo se erizandose y su centro se cerraba alr
Aunque deseara quedarse con Adrián en esa cómoda cama que dijo no usaría, pero estuvo a nada de romper, Valentina tuvo que estar vestida cuando la noche cayó. Lo vio a él ya bañado, regresando las ganas de abrirse de piernas sobre el mafioso lleno de músculos bien definidos atrás suyo, el cual veía a través del espejo. Esa imagen pondría a babear a más de una y ella no era la excepción. Con la camisa abotonada y un pantalón que dejó a la vista su tamaño, la hizo apretar las piernas. Debía controlarse, tenía casi un día entero de follar con él, ni siquiera conocía algunas posiciones o que pudiera tenerse un orgasmo solo con roces de los dedos de Adrián sobre su ropa, pero lo hizo posible y dejar de verlo se volvió la cosa más absurda para ella. __ Sería tan fácil que solo te quites la ropa y saltes sobre mi poll4, en lugar de estar solo imaginando hacerlo. - exclamó Adrián al colocarse el saco. - Tú coño chorrea por mí, deberías hacerle caso. __ Si por mí coño fuese, solo follaría
Micaela no era la típica mujer aferrada a su matrimonio que comúnmente se esperó cuando fue concertado por su padre. Desde que fue entregada por su padre, lo odió por no protegerla como quería, teniendo el rencor hacia el hombre con quién la obligaron a vivir, Renzo Bassett, un hombre que fue amable con ella y solo hizo lo que prometió, unir su apellido con la hija de unos de sus lugartenientes para mantener a su pueblo de su lado.Al nacer Carter observó al padre de dicho bebé... no a su esposo. Miró la fotografía de su boda con Renzo y la lanzó al fondo de la caja que tenía para tirar todas sus cosas. La amabilidad no siempre era atractiva para alguien, menos si esa persona había sido seducida para probarse que nadie era mejor que él. Ni siquiera el líder. Cada uno de sus hijos fue prueba de su pecado, y aún cuando su padre trató de sentir ese amor hacia a ellos, algo lo detuvo. Aunque jamás les demostró que eso existía, siempre les mostró afecto a cada uno de ellos. Sin embargo