Aunque deseara quedarse con Adrián en esa cómoda cama que dijo no usaría, pero estuvo a nada de romper, Valentina tuvo que estar vestida cuando la noche cayó. Lo vio a él ya bañado, regresando las ganas de abrirse de piernas sobre el mafioso lleno de músculos bien definidos atrás suyo, el cual veía a través del espejo. Esa imagen pondría a babear a más de una y ella no era la excepción. Con la camisa abotonada y un pantalón que dejó a la vista su tamaño, la hizo apretar las piernas. Debía controlarse, tenía casi un día entero de follar con él, ni siquiera conocía algunas posiciones o que pudiera tenerse un orgasmo solo con roces de los dedos de Adrián sobre su ropa, pero lo hizo posible y dejar de verlo se volvió la cosa más absurda para ella. __ Sería tan fácil que solo te quites la ropa y saltes sobre mi poll4, en lugar de estar solo imaginando hacerlo. - exclamó Adrián al colocarse el saco. - Tú coño chorrea por mí, deberías hacerle caso. __ Si por mí coño fuese, solo follaría
Micaela no era la típica mujer aferrada a su matrimonio que comúnmente se esperó cuando fue concertado por su padre. Desde que fue entregada por su padre, lo odió por no protegerla como quería, teniendo el rencor hacia el hombre con quién la obligaron a vivir, Renzo Bassett, un hombre que fue amable con ella y solo hizo lo que prometió, unir su apellido con la hija de unos de sus lugartenientes para mantener a su pueblo de su lado.Al nacer Carter observó al padre de dicho bebé... no a su esposo. Miró la fotografía de su boda con Renzo y la lanzó al fondo de la caja que tenía para tirar todas sus cosas. La amabilidad no siempre era atractiva para alguien, menos si esa persona había sido seducida para probarse que nadie era mejor que él. Ni siquiera el líder. Cada uno de sus hijos fue prueba de su pecado, y aún cuando su padre trató de sentir ese amor hacia a ellos, algo lo detuvo. Aunque jamás les demostró que eso existía, siempre les mostró afecto a cada uno de ellos. Sin embargo
En cuanto Valentina bajó del vehículo que la llevó hasta su casa, la pregunta de Adrián no se hizo esperar, quería saber si le habían hecho algo, pues fue avisado del suceso en cuánto salieron del hotel. __ No lograron nada. - aseguró mirando a Marcelo rodeando el auto. - Gracias al gobernador. __ No deberías salir sola. - le dijo a la rubia que asintió. - Últimamente no hay muchos en quiénes confiar y demasiados de quienes alejarse. __ Gracias por la ayuda. - la sonrisa dedicada fue respondida con un leve movimiento de cabeza. Le entregaron los llaves del auto, que recibió muy agradecida con quién las regresó. __ Desde hoy tendrás seguridad siempre contigo. - le dijo Adrián, no estaba proponiendo nada, solo avisando la forma en que se harían las cosas, pues no estaba nada contento de saber que pudieron haberla atacado. Marcelo charló unos minutos con su sobrino, quien lo puso al tanto de todo lo que este se había perdido, pues sus obligaciones no eran algo que podía dejar de lad
La pesadilla recurrente era algo que para Valentina tuvo un inicio, pero no veía el final. Algo dolía cada vez más y si no averiguaba rápido lo que pasaba, no podía tener la paz que se había perdido casi del todo. Tenía tres noches sin dormir y la sola idea de cerrar los ojos se volvió algo no deseado. Bebió dos aspirinas y fue en búsqueda del regalo que le llevaría a la pequeña que ya se daba una idea de qué podría gustarle. No le costó encontrar que le daría, pues reconocía esa ilusión y tenía claro como mantenerla. Volvió con el tiempo justo para darse un baño y salir, encontrando a Adrián en la entrada, quién venia con una llamada en curso y una cara tensa que supo de los problemas que podían avecinarse. Pensó que se trataba de los resultados de la autopsia que le practicarían, pero cayó en cuenta que no sería tan rápido, pues apenas habían hecho el acuerdo sobre tal situación. Ella debía viajar a Canadá obligadamente, viaje que aprovecharía para finiquitar lo de la herencia q
__ No estoy para juegos. - Valentina trató de no tomarlo en serio, sin poder lograron, pues Adrián tenía esa mirada sería de que no era una broma. - ¿Quien es el verdadero ladrón? __ Las armas, una parte de ellas fue encontrada en una casa que está a tu nombre. - le dijo encendiendo el auto. __ ¿Cual casa? - quiso saber al verlo tan tenso. __ La del lago. - exclamó y ella recordó vagamente cuando su padre le mostró ese sitio. - Si estaba a su nombre, pero no tenía ni idea de ella ¿cómo se iba a enfocar en propiedades cuando Renzo había muerto? Será absurdo que ella le robara a los Crown. No era un novata en la mafia y sabia cual era la paga por ese pecado. __ Te juro que no lo hice. Es más, no recordaba esa casa desde...__ Te creo. - le dijo Adrián y ella se quedó sin palabras. - Sé que no fuiste tú, pero todo de apunta y el concejo pendiente de regular eso está pidiendo una reunión con la familia principal. ¿Le creía? ¿porqué? Podría fácilmente serlo. Se supone que es su enem
__ ¿Cual sería la otra opción? - Adrián giró su cuello hacia su mujer, la cual tenía la mano apoyada en la ventanilla. - Sé que hay otra. Este detuvo el vehículo y apagó el motor, a un lado de la carretera. __ Aceptar que eres tú conlleva a tu expulsión, exilio obligatorio por parte del líder. Abandono al apellido y muchas consecuencias que dudo quieras saber. - se quitó el cinturón. __ ¿Cual es tu solución? __ Encontrar al ladrón. Ellos son leales, pero muy apegados al reglamento. - miró sus dedos tamborilear. - ¿Quien podría tener interés en perjudicarte?__ Comencemos por quienes no y la lista será más pequeña. - quiso tomarlo con diversión, pero no pudo esconder que eso era un complejo que llevaba con ella. __ Que te valga un carajo el mundo, tú no necesitas de ellos. - atrapó su barbilla. - Un Crown solo necesita de dos cosas, conocimiento y poder. Tienes ambas, tienes todo. Siempre con las palabras justas para no dejarla decaer en ese momento. Sabía cuan afectada estaba po
El ambiente tenso y la percepción de ser observada en todo momento no dejó de sentirla a medida que avanzó en la clínica a donde se dirigieron. Valentina contaba siempre con gran fortaleza, pero en ese instante todo desapareció, con cada pie que se adentró cada vez más, solo pudo escuchar su corazón bombeando a una velocidad que la hizo temer a que estallara de un momento a otro. Ideas inclementes. Pensamientos arrasadores. No pudo saber que era lo que en verdad sentía, pero sí entendió lo aturdida que podía dejarla si no tomaba medidas. Quedó frente a la puerta y tomó una bocanada de aire, puso su cabello atrás de las orejas y caminó adentro de la habitación cuando Adrián abrió la puerta para ella. Ahí se encontraba el hombre de traje celeste, lentes transparentes y guantes cubriendo sus manos. Los saludó en cuanto los vio y ella correspondió como pudo para no ser una maleducada, aunque en ese instante lo menos que quiso saber era si perdía modales con alguien. __ Tomé una muestr
_ Quizá si se descubre primero la finalidad de esto, tendremos un quien. - acudió Joseph. - Piénsalo. Después de la boda se produjo esa rivalidad entre ustedes dos. Eso distrae así si quiera evitar. Lo que intensificó los robos. __¿Eliminar a Renzo para robarnos a nosotros? - cuestionó Leonardo. - Es muy complejo. No tan funcional. __ O quizá lo que se necesita es tener a uno de ellos aquí...en este punto de las cosas es cuando podríamos tomar a uno de los Bassett y hacerlo hablar. - propuso y Adrián lo miró con los ojos entrecerrados. - No me refiero a tu mujer. Pero si a alguien a quien Marcelo estuviera satisfecho de devolverle sus ofensas. __ Larry ahora es el líder. De capturarlo lo que se quiso evitar, se hará posible. - alegó Adrián. - Darles gusto es lo que no queremos. __ Entonces, enfoquemos todo hacia el robo. Es lo que menos importa ahora, pero veamos quién es el del chiste de robar muestras armas. Todo estaba ligado, de eso estaban convencidos, sin embargo, apresurar