La mañana llegó, con ella Adrián despertó siendo el primero en ponerse de pie y salir a trotar con un felino sin cadena que lo siguió a gran velocidad por la extensa carrera que ya estaban acostumbrados a hacer cada cierto tiempo. Desde que fue herido, no había podido, no iba a desaprovechar ahora que podía moverse con facilidad, al menos la suficiente para no frenar sus pies a cada nada.Ambos actuaban como si fueran la extensión del otro. Acompañándose como desde que él lo encontró en casa de un sujeto que lo tenía cautivo. Él le dió libertad, luego de curarlo, pero Rasha no quiso abandonarlo. Ahora los dos tenían esa amistad en la que uno cuidaba como si fuera un animal indefenso y el otro correspondía, defendiéndolo ante el peligro. Regresaron y Adrián aún no había disipado la tensión en su cuerpo, pero que Valentina lo estuviera esperando, le hizo ver que podía continuar después. __ Esto es muy extraño para mí... - jugó con sus manos en la espalda. Verlo agitado, con el pecho
La espalda de Valentina se estrelló contra la puerta, en lo que Adrián usó la llave para abrir sin dejar de comerle la boca, causando que ese roce entre sus cuerpos, los llevara a otro nivel. Las manos enormes en comparación de su pequeña cintura la hicieron sentirse tan diminuta entre esos brazos que la aprisionaron, que delirar con un gigante le fue una fantasía cumplida. La depositó en la cama, pero ella lo llevó con ella, recibiendo el peso que sobre su pequeño cuerpo fue demasiado notable. El bulto dentro de sus pantalones mulló la entrepierna de la rubia y aún no se habían quitado ni la ropa.Que el teléfono resonara en su bolsillo no lo detuvo, atrapando la cara de Valentina para bajar a sus senos, los cuales mordió por en encima de la tela. __ ¿Es urgente o se puede resolver después? - fue directo al contestar, mientras la mujer bajo su cuerpo perdió inmovilidad con el dominio que Adrián ejerció en sus caderas y cuello. __ No es tan urgente, solo...__ Entonces lo veré lu
Valentina fue levantada de forma abrupta al solo abrir los ojos por la mañana. Su espalda se pegó al pecho de Adrián y este mantuvo la mano aferrada a uno de sus senos, mientras los embates carentes de suavidad continuaron. Entrar le fue mucho más fácil con las recientes corridas que ya el cuerpo de la rubia le eran fáciles de obtener. Estaban a nada de entrar en combustión, ambos quemándose en el fuego abrazador que no podían ni querían apagar.__ ¿Este es tu buenos días soñado? - le cuestionó a modo de respuesta al saludo que la chica le brindó al solo despertar media hora antes. Ella no pudo responder cuando este le alzó mucho más el trasero, pegando la palma abierta en su entrepierna, la cual apretó, al tiempo que salió del todo, estrellándose con mayor ahínco en su deseo por verla temblando debido a sus orgasmos. Después de oírla susurrando su nombre, su segunda cosa favorita en el mundo era ver cómo su respiración se agitaba, su cuerpo se erizandose y su centro se cerraba alr
Aunque deseara quedarse con Adrián en esa cómoda cama que dijo no usaría, pero estuvo a nada de romper, Valentina tuvo que estar vestida cuando la noche cayó. Lo vio a él ya bañado, regresando las ganas de abrirse de piernas sobre el mafioso lleno de músculos bien definidos atrás suyo, el cual veía a través del espejo. Esa imagen pondría a babear a más de una y ella no era la excepción. Con la camisa abotonada y un pantalón que dejó a la vista su tamaño, la hizo apretar las piernas. Debía controlarse, tenía casi un día entero de follar con él, ni siquiera conocía algunas posiciones o que pudiera tenerse un orgasmo solo con roces de los dedos de Adrián sobre su ropa, pero lo hizo posible y dejar de verlo se volvió la cosa más absurda para ella. __ Sería tan fácil que solo te quites la ropa y saltes sobre mi poll4, en lugar de estar solo imaginando hacerlo. - exclamó Adrián al colocarse el saco. - Tú coño chorrea por mí, deberías hacerle caso. __ Si por mí coño fuese, solo follaría
Micaela no era la típica mujer aferrada a su matrimonio que comúnmente se esperó cuando fue concertado por su padre. Desde que fue entregada por su padre, lo odió por no protegerla como quería, teniendo el rencor hacia el hombre con quién la obligaron a vivir, Renzo Bassett, un hombre que fue amable con ella y solo hizo lo que prometió, unir su apellido con la hija de unos de sus lugartenientes para mantener a su pueblo de su lado.Al nacer Carter observó al padre de dicho bebé... no a su esposo. Miró la fotografía de su boda con Renzo y la lanzó al fondo de la caja que tenía para tirar todas sus cosas. La amabilidad no siempre era atractiva para alguien, menos si esa persona había sido seducida para probarse que nadie era mejor que él. Ni siquiera el líder. Cada uno de sus hijos fue prueba de su pecado, y aún cuando su padre trató de sentir ese amor hacia a ellos, algo lo detuvo. Aunque jamás les demostró que eso existía, siempre les mostró afecto a cada uno de ellos. Sin embargo
En cuanto Valentina bajó del vehículo que la llevó hasta su casa, la pregunta de Adrián no se hizo esperar, quería saber si le habían hecho algo, pues fue avisado del suceso en cuánto salieron del hotel. __ No lograron nada. - aseguró mirando a Marcelo rodeando el auto. - Gracias al gobernador. __ No deberías salir sola. - le dijo a la rubia que asintió. - Últimamente no hay muchos en quiénes confiar y demasiados de quienes alejarse. __ Gracias por la ayuda. - la sonrisa dedicada fue respondida con un leve movimiento de cabeza. Le entregaron los llaves del auto, que recibió muy agradecida con quién las regresó. __ Desde hoy tendrás seguridad siempre contigo. - le dijo Adrián, no estaba proponiendo nada, solo avisando la forma en que se harían las cosas, pues no estaba nada contento de saber que pudieron haberla atacado. Marcelo charló unos minutos con su sobrino, quien lo puso al tanto de todo lo que este se había perdido, pues sus obligaciones no eran algo que podía dejar de lad
La pesadilla recurrente era algo que para Valentina tuvo un inicio, pero no veía el final. Algo dolía cada vez más y si no averiguaba rápido lo que pasaba, no podía tener la paz que se había perdido casi del todo. Tenía tres noches sin dormir y la sola idea de cerrar los ojos se volvió algo no deseado. Bebió dos aspirinas y fue en búsqueda del regalo que le llevaría a la pequeña que ya se daba una idea de qué podría gustarle. No le costó encontrar que le daría, pues reconocía esa ilusión y tenía claro como mantenerla. Volvió con el tiempo justo para darse un baño y salir, encontrando a Adrián en la entrada, quién venia con una llamada en curso y una cara tensa que supo de los problemas que podían avecinarse. Pensó que se trataba de los resultados de la autopsia que le practicarían, pero cayó en cuenta que no sería tan rápido, pues apenas habían hecho el acuerdo sobre tal situación. Ella debía viajar a Canadá obligadamente, viaje que aprovecharía para finiquitar lo de la herencia q
__ No estoy para juegos. - Valentina trató de no tomarlo en serio, sin poder lograron, pues Adrián tenía esa mirada sería de que no era una broma. - ¿Quien es el verdadero ladrón? __ Las armas, una parte de ellas fue encontrada en una casa que está a tu nombre. - le dijo encendiendo el auto. __ ¿Cual casa? - quiso saber al verlo tan tenso. __ La del lago. - exclamó y ella recordó vagamente cuando su padre le mostró ese sitio. - Si estaba a su nombre, pero no tenía ni idea de ella ¿cómo se iba a enfocar en propiedades cuando Renzo había muerto? Será absurdo que ella le robara a los Crown. No era un novata en la mafia y sabia cual era la paga por ese pecado. __ Te juro que no lo hice. Es más, no recordaba esa casa desde...__ Te creo. - le dijo Adrián y ella se quedó sin palabras. - Sé que no fuiste tú, pero todo de apunta y el concejo pendiente de regular eso está pidiendo una reunión con la familia principal. ¿Le creía? ¿porqué? Podría fácilmente serlo. Se supone que es su enem