Prefacio

Miraba a través de la enorme pared de cristal, deslizando aquel ceño fruncido de un lado a otro admirando lo que al frente se presentaba, el andar de los peatones a toda prisa dirigiéndose hacia sus destinos inciertos, el trafico interminable, movimiento tras movimiento, tanto que con solo verlo provocaba un sentimiento perturbador. Seguramente fuera de esas paredes el ruido ensordecedor de la ciudad rompería rápidamente con su paciencia, sin embargo nada de eso atraía verdaderamente su atención, solo era una vana distracción, pues su mente divagaba en todo lo que ya estaba destinado a pasar, estaba escrito y no existía absolutamente nada que pudiera evitarlo.

En aquel escritorio de caoba oscura yacía justo al centro el sobre amarillo que hasta  pocas horas antes su empleada entregó. Unos documentos esperando a ser leídos, un simple sobre que guardaba en su interior algo peor que una bomba, un simple sobre que  desataría las atrocidades que solo una mente tan perturbada como la suya podían imaginar.

Dudo por un momento ¿Acaso todo eso esa necesario? Quizás debería dejarlo así, ya habían pasado tantos años que todo debió borrarse de su mente con el tiempo, sin embargo aquella pesadilla era contante, aquel dolor, aquel sentimiento vacío cada día inundaba con mas fuerza su ser.

Respiro con profundidad, un respiro tan pesado que parecía quemar el recorrido de su garganta hasta sus pulmones. Dolor, claro que sentía dolor, estaba dudando y con ello estaba defraudando a toda su familia, su sangre, su palabra, a su madre y mas importante a si mismo. Lo había jurado

Sacó las manos de los bolsillos, llevándose la diestra en dirección a su plateada corbata la cual arranco con brusquedad de su cuello, el dolor no cesaba, sentía que este lo asfixiaban con una brutalidad imparable. Las preguntas siguieron navegando su mente con intensidad ¿Por que después de tanto tiempo? Había esperado esa oportunidad desde que se adueño de su propia conciencia, pero llegar hora cuando mejor se encontraba, cuando sus negocios estaba en el punto mas alto, cuando parecía que todo se resolvería, cuando su vida era perfecta. ¿Por que ahora? Era la pregunta que mas daba vueltas por toda su cabeza. Dejo la belleza de una puesta de sol sobre  Los Ángeles para después, giró el cuerpo en dirección al escritorio, pareciera que sin importar lo que hiciera le seria imposible quitarse esa dolorosa sensación de asfixia, sujeto con fuerza su cuello siendo con claridad la manzana de adán que le bailaba. Cerro los ojos dando otra bocanada de aire deseando que esta no se volviera tan dolorosa como las anteriores, trago saliva, con dificultad pero lo logro.

Reposó aquella varonil y bien ejercitada figura en la silla giratoria de cuero negro, estiró un par de veces los dedos logrando que estos emitieran un placentero crujir para luego sostener de una buena vez aquel sobre amarillo que tanto le intrigaba.  Deslizó el material de papel amarillo para sostener las hojas de su interior, un hormigueo viajo desde la nuca hasta la mitad de su espina dorsal, cuando contempló la pequeña fotografía de esa insignificante chica, su boca comenzó a secarse, algo nuevo, pasó el pulgar por el rostro impreso de la mujer deslizando la punta de su dedo de un lado al otro hasta clavarle inconscientemente la uña justo en el centro, se lamió el labio inferior para luego mordérselo dejándose dominar por un enojo que parecía recorrer todas las venas del cuerpo como si de fuego se tratara. Mas dolor, coloco la mano izquierda sobre el escritorio para reposar su cabeza entre los dedos, los cuales le acariciaban la piel arrugada de su frente, de  nuevo dudaba, hasta hacia unos segundo estaba completamente seguro de las acciones a seguir, existía un plan pero ahora observado con detenimiento aquella pequeña fotografía algo parecía confundirlo, desafiarlo, intrigarlo. Algo maquinaba su macabra mente, algo que no estaba en los planes originales, algo que seguramente sobrepasaba lo acordado sin embargo una vez que aquello se instalo en su mente no habría manera de borrarlo.

Cerró los ojos una vez que la foto quedó bien grabada en su memoria, la comisura izquierda de su labio se alzo ensanchando su pómulo, la sonrisa era malévola, perfecta y seductora, dejo salir el aire que no sabia desde cuando estaba conteniendo, el dolor comenzaba a disiparse, el ahogamiento que le provocaba su propia mente había desaparecido y pronto todo en su mente volvió a su tranquilidad. Relajó su cuerpo en el respaldó de la silla deleitándose con  el cumulo de ideas que pronto invadieron su mente de nuevo, un sin fin de escenarios donde cada atrocidad era peor que la anterior todo preparado solo para una chica que, seguramente no tenía alguna idea de su existencia, se lamento por desear destruir tan fina belleza, no obstante había logrado lo que desde hacia tiempo se estaba orquestando, una venganza prometida que ni su padre había cumplido

El retoño de la mayor enemiga de su familia estaría completamente a su merced. Saboreó sus labios como todo depredador hambriento al imaginar cómo y cuándo haría sus movimiento, añorando el instante donde aseguraba se deleitaría con la chica hasta el punto de obligarla suplicar por su vida

—Es casi es un desperdicio  —murmuró —Es tan hermosa y perfecta

—No puedes imaginar lo deseoso que estoy de conocerte y así terminar con todo de una m*****a vez —dijo, mostrando su perfecta sonrisa

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo