Todo era perfecto, limpio, nuevo. Estaba fascinada con todo y sin perder el tiempo comencé a desempacar, lo primero que saque fue mi celular, lo conecte a las bocinas de la pantalla, y entonces comenzaría la verdadera aventura. Coldplay sonaba en lo alto, cantando Clocks procedí hacer de ese lugar mi hogar, retire los plásticos, acomode tanto como podía paso el tiempo y sin darme cuenta el sol se estaba poniendo. Mi estomago comenzó a crujir, llevaba horas sin comer y aun no tenia absolutamente nada para comer. Mi padre me había dejado dinero suficiente para abastecer mi cocina sin embargo no conocía nada ni a nadie. Rápidamente Ashley llego a mi mente, estaba segura de que si le preguntaba podría ayudarme. Tome mi bolso, apague la música y guarde mi celular, tome mis llaves y me decidí a salir del departamento. La puerta aun se resistía así que tuve que empujar y por el esfuerzo salí impactada hacia la salida choque contra algo que freno mi caída directo al suelo
—Con cuidado —escuche detras de mi Levante la vista y desee morir en ese mismo instante. Mi nuevo vecino me sostenía con su pecho mientras elevaba sus manos como si se rindiera —¡No perdón!—dije incorporándome con rapidez —¿Que paso? —dijo con su hipnotizate y atractiva voz —No yo... —Es que yo... Por el amor de Dios, debía decir algo mas —¿Que te hizo la puerta?—cuestiono en tono bromista —No es.. —Mierda mi lengua se negaba a trabajar —¿Solo dices no?— Intenta disimular su sonrisa Cierro los ojos y respiro profundo —Se atoro la puerta y aun no entiendo el truco —dije por fin —Ya veo... —dijo examinando la puerta —Le comentare a Will para que mañana la revisen—dijo entregándome una amable sonrisa —Gracias señor—respondí —¿Señor? —elevo una ceja —No creo que nuestra edad sea tan diferente, entonces eres señora —¡No! —me alteré —No lo se —susurre... —¿En verdad me ves con muchos más años que tú ?—me pregunta con ternura —¡No!—exclamo —Solo no se como llamarle Me mira directamente a los ojos mientras sonrie y de nuevo ciento una presión creciente bajo mi abdomen, que con el hambre poco a poco se vuelve dolorosa —Mi nombre es Val —me extiende la mano —Val Fairchild —. Un nombre tan único como el mismo —Hannah... —digo con la boca entre abierta —Hannah Bramson —confirmo y el me toma con fuerza de la mano, duele y pronto me doy cuenta que le di la mano incorrecta —Lo se —murmura y mi los bellos de mi cuerpo se levantan —¿Que?—dije completamente aturdida Se inclina hasta casi llegar a mi rostro, su mirada esmeralda me domina y mi cuerpo es victima de un fuerte temblor —Me lo dijiste hace un rato— dice con un susurro —Es verdad... —digo en automático Val me suelta la mano, su ceño se frunce parece percatarse de algo que hasta el momento solo es una incógnita para mi —¿Estas bien?—cuestiona y yo niego con la cabeza Me siento mareada y creo que estoy apunto de caer —Hannah ¿Que pasa?—me pregunta con un tono preocupado Entonces mi estomago hace su aparición y comienza a sonar haciendo que Val se sorprenda para luego comenzar a reír —¿Haz comido algo?—cuestiona y yo niego con la cabeza No se que pasa conmigo parezco hipnotizada y si no salgo de el trance en el que me estoy sumergiendo se que haré o diré algo inadecuado. Vuelvo a cerrar los ojos con fuerza y respiro —No, iba en busca de Ashley para saber si podía ayudarme —hable por fin —Vaya... —dijo con pesadez —Ashley no esta, creo que salio desde hace un rato M*****a suerte la mía pense —Si quieres yo puedo ayudarte —me dijo con una amble sonrisa Y entonces todo volvía a comienza, que clase de sueño estaba teniendo. No recordaba en que momento comence a dormi pero estaba segura de que todo era un sueño, yo con un hombre tan hermoso como vecino, teniendo una conversación y el con esa belleza sobrehumana llegando al rescate para alimentarme. Esto era un sueño del que tenia que despertar pronto —¿Prefieres ir sola? —me hablo haciéndome salir de mis pensamientos —No... Si te agradecería la ayuda —dije por fin —Perfecto solo dime si gustas ir muy lejos o algo mas cerca Mi estomago se calmo de pronto el hambre ya no era tan fuerte, me estaba llenando de algo que no era comida —La verdad no lo se —confeso —Yo soy la nueva aquí... —Bien —sonríe —Tengo algo en mente Mi boca comienza a secarse, esa mirada seria, acompañada de una sonrisa que anuncia problemas me hace sentir vulnerable, como si no llevara nada puesto, ni ropa, ni piel, ni nada, parecía que con esa simple mirada podía ver mi interior, apoderarse de mi mente, de mi razón y manejarlas a su antojo. Me estaba asustando —Después de ti—murmuro Extendiendo su mano en dirección al ascenso Pensé un momento, ¿cuan mal se vería en mi expediente de vecina, de mujer si de pronto declinaba su oferta? Después de todo no lo conozcia y todo salio de una platica sin sentido ¿Seria correcto decir que no, así de pronto? sin un pretexto formulado en mi cabeza, sin un por qué, solo miedo. Mis pies avanzaron, en definitiva ese hombre lograba hipnotizarme, manejarme a un antojo que no podía detener. Sentía su presencia detras de mi, mi cuerpo se tensaba mientras se movía hasta que por fin llegamos al ascensor ¡Oh m****a! Pensé al instante, si en un pasillo donde podía poner un poco de distancia entre nosotros Val me estaba dominando, entrar en ese pequeño cubo de metal me volviera loca, su cercanía seria inevitable ¿Que debo hacer? Llevo mi mano diestra en dirección a los botones plateados y entonces una mano mas grande que la mía se apoya sobre la esta aprisionando mi mano. —Es planta baja —susurra Val muy cerca de mi oído derecho Desliza mi mano con ayuda de la suya y me hace presionar el botón con las siglas PB y entonces me suelta, trago saliva ¿Desde cuando es tan complicado respirar, aire cambio, mis aparato respiratorio falla? Las enormes puertas plateadas se abrieron y por la presión de sentir tan cerca a ese increíble hombre tras de mi entre al ascensor con rapidez. Val entro poco tiempo después y se colo aun lado mio, las puertas se cerraron y pronto me dejaron encerrada junto al hombre mas sexy del mundo. —¿Por que estas tan nerviosa?—pregunto de pronto —Bueno estoy en un ascensor con mi vecino nuevo y no tengo idea hacia donde vamos, tengo hambre, no soy buena hablando o iniciando una conversación, y me pongo nerviosa y hablo sin sentido...—comente sin pensar —Entonces yo te pongo nerviosa —expreso bromista—Solo vamos a que comas algo, mantén la calma Su mirada era fría y seria pero la sonrisa que me regalaba era tan amable, las expresiones de Val eran bastante extrañas, las pocas que comenzaba a conocer. Por un momento te podías sentir intimidado, en peligro gracias a la profundidad de sus ojos cuando te miraban pero por otra parte sus sonrisas te aliviaban de maneras extrañas, te indicaban que todo estaría bien, que quizás harías alguna travesura pero que todo seria bueno, te protegería. Las puertas se abrieron y aquel recibidor brillante me dio la bienvenida de nuevo, salí del ascensor cuando vi que otras personas se acercaban para entrar. Me sorprendió ver que todas las personas del recibidor saludaban a Val con mucho respeto, camine con lentitud hacia la salida principal, mire por un momento a la oficina de Ashley y en efecto la oscuridad la invadía, no había nadie. —Hannah —me llamo Val Cuando gire a verlo este se encontraba frente a las grandes puertas de cristal que daban hacia el estacionamiento pero del lado contrario al que entramos en la mañana —Creí que caminaríamos —comente cuando estuve cerca —Te dije que tenía algo en mente —sonrió —Entonces solo vamos Sonreí al escuchar esa sensualidad que usaba al hablar, pronto me sentí un poco mas segura y camine hacia las puertas de cristal las cuales se abrieron cuando estuvimos mas cerca. Bajamos las escaleras y para mi sorpresa estaba frente a nosotros un hermoso auto deportivo negro. Val camino hacia la puerta del copiloto la abrió y me miro con su inseparable sonrisa —Adelante —ordeno —¿Es tuyo? o pero claro que es tuyo —dije con asombro Val extendió su mano hacia mi y yo la tome sin pensarlo mas, me dirigió al interior del auto, cerro la puerta, camino hacia el lado contrario y entró —¿Te sientes mas tranquila?—comenta mientras enciende el auto —La verdad no... —dije —Pero aun tengo hambre —No te haré daño —susurro —No mucho... Trague saliva mirando hacia el frente Y cuando menos me di cuenta ya tenia su rostro a centímetros del mio, su mirada esmeralda brillo, Val me rodeo con su brazo volviendome prisionera entre su cuerpo y el asiento, mi corazón se volvía loco, la electricidad volvió a rodear mi cuerpo y estallar debajo de mi abdomen, comencé a temblar —Pero si no lo usas podría que si te hagas más daño —dijo y entonces jalo el cinturón de seguridad sobre mi —¿Siempre eres así? —pregunte de pronto —¿Amable?—me respondió —Intimidante —afirme —¿Te parezco intimidante?— cuestiono Me pareces muchas cosas pensé —Por algo lo dije —conteste —Tienes una manera extraña de hablar... —Bueno... —Hizo un gesto como si pensara —Estoy en mi auto con mi vecina nueva y no tengo idea hacia donde vamos, ella tiene hambre y no sabe cómo hablar o iniciar una conversación, la pongo nerviosa y cree que le haré algo muy malo —.Solto una risa amblia —Quizas la que se siente intimidada eres tú y yo no hago nada... —Si... —Respondi —No te conozco nada —Entonces vamos bien, por qué para conocer una persona debes interactuar con esa persona —No soy buena en esto —confieso Val sonrió con mas animo y arranco el auto, salimos del estacionamiento, el auto avanzo en dirección contraria a la que tomamos nosotros al llegar, admire mi alrededor, respire profundo, seguía sorprendida de darle la razón a mi padre pues esta ciudad en verdad estaba hechizada. Luces, edificios, autos, colores, personas; todo era muy interesante. Por un momento me deje llevar y olvide por completo que estaba dentro de un auto carlismo aun lado de un completo extraño Val giro el volante, haciendo que el auto diera una vuelta en la cuerva que acabábamos de tomar, siguió adelante por unos metros y pronto comenzó a bajar la velocidad cuando llegamos a un lugar donde habían unos pilares de ladrillo rojo que brillaban de amarillo gracias a las luces que los rodeaban. Se detuvo el auto entonces llegamos a un restaurante el letrero gigante con letras de colores rojo, blanco y verde neón formando la palabra O & S Gourmet me dejaron en claro que tipo de platillos servirían en ese lugar. Val salio del auto, hice lo mismo y pronto me percate que Val ya estaba hablando con un hombre que no podía pasar desapercibido por lo grande, corpulento y su gesto de pocos amigos, llevaba un traje azul oscuro y pude notar como solo afirmaba con la cabeza a todo lo que le decía Val. Me acerque, un impulso dentro de mi me indico que me moviera, debía dejar de actuar como idiota —Entiendo señor —dijo el hombre mirando al piso —Entra Hannah —ordena Val sin mirarme —Puedo esperar —susurro y el rubio me observo con esa mirada intimidante, me paralizo ¿Era una orden? —De acuerdo... —dice entregando las llaves del auto al hombre Sostengo con fuerza mi bolso, avanzo dejándolo detras de mi, camino con seguridad hasta que observo mi reflejo frente a las enormes puertas de espejo, maldigo con fuerza dentro de mi, cuando estaba trabajando en mi departamento me había recogido mi larga melena de color caramelo haciendo que su forma ondulada pareciera un nido de aves, mi ropa no era la mas adecuada y jamas lo había notado ¿Como se te ocurre? pensé. Una blusa color azul claro con las mangas a tres cuartos, unos jeans blancos rotos por las piernas y unos converse negros no me daban la mejor apariencia para este lugar. Las puertas se abrieron, antes de poder pensar en salir corriendo, en negarme, en evitar entrar, Val ya se encontraba junto a mi. Por dentro nos recibía una iluminación cálida, suelos de madera y con toda la estructura era de ladrillo rojo, montones de cuadros de diversos con imágenes de diferentes paisajes de Italia, las mesas de madera negra en forma rectangular cubiertas de manteles de cuatros rojos y blancos, sillas del mismo material —¡Hola bienvenido!—dijo una chica en la entrada. Como era de esperarse de la chica de recepción, ojos azules, cabello rubo que apenas tocaba sus hombros, un cuerpo esbelto y perfecto marcando cada curva con su falda negra que le cubria solo la mitad de las piernas, una blusa blanca abierta hasta hasta medio pecho y un saco negro. —Gracias —dijo Val sonriendo con amabilidad De pronto me sentí molesta ¿Por qué? —Quiero una mesa para dos—dijo Val —Claro que si ¿Que te gustaría?—pregunto la chica con mas amabilidad de la necesaria —¿Tu que dices?—pregunto Val mirándome —No me gusta la gente... —dije molesta —¿Tienes un lugar mas reservado del resto?—Val le regalo una sonrisa como las que me había dado a mi en todo este rato juntos. Mi enojo aumento —Claro que si... —murmuro la chica acercándose a Val —Por aquí por favor —comento la chica de la entrada. Comencé a respirar con más rapidez intentando calmar mi molestia. La chica caminó frente a nosotros y nos llevo a una mesa algo apartada del resto de comensales. Sabia que nadie me miraba, que a nadie le importaba mi presencia pero yo me sentía muy incomoda en ese lugar, todo vestían hermosos trajes, vestidos o cualquier ropa mucho mas elegante que la mía. Pero para todos yo era insignificante a diferencia de mi acompañante, ninguna mirada era para mi, todas se dirigen hacia Val. Las meseras, la del bar, la de recepción, el grupo de mujeres en la mesa de la entrada, las mujeres que están con sus esposos, todas lo miran y yo, yo solo soy invisible. Entonces ¿Por que me preocupo? Por mi madre, por que si ella viera todo esto ya me hubiera sacado de este restaurante tomándome de la cabellera, ya estaría comparándome con mi hermana, ya hubiera arruinado el sueño que estoy viviendo.—¿Sigues nerviosa?— pregunto Val mientras me indicaba donde sentarme —Yo no mentí, estamos aquí para comer —Lo lamento, solo no me siento cómoda —conteste insegura —¿Que pasa? No te gusta la comida italiana—me pregunta regalándome una sonrisa, me extiende una el menú en forma de libro cubierto de tela roja —¿A quien no le gusta la comida italiana? —Bromeo —Supongo que a ti... —No es eso solo, no visto adecuadamente. Val sonríe con mas ganas y pasa su mirada alrededor de nosotros —¿Que es tan gracioso?—cuestiono molesta —Tenia otra idea en mi mente —confiesa —¿Como cual? —¿Listos para ordenar?—pregunto de pronto un mesero que apareció junto a nosotros. Val me miro esperando que hablara —Ah... Mire rápidamente el menú, tantos nombres extraños y costosos, encontré un nombre que se me hizo conocido —Este —dije señalando sobre el menú, el mesero se inclina para mirar —¿Ensalada Caprisse?—pregunto y mire que Val se cubria la boca, sus ojos brillaban y delataba
Observe todo a mi alrededor, deje de presionar mis piernas ¿Que estas haciendo Hannah? Pregunto mi conciencia y entonces no tuve escusa, ese hombre me gustaba como ningún otro me había gustado antes, su intimidante presencia me hacia sentir lo que nunca nadie, no lo conocía, ya sabia eso. Pero que mas daba, lo vería todo el tiempo, al salir o entrar al departamento, al entrar al edificio o tal vez y solo tal vez esto se volvería a repetir. Mis sueños se estaban convirtiendo en realidad, estaba lejos de mi madre, de mi hermana, de las quejas, los reclamos, las comparaciones, estaba en un lugar nuevo, donde nadie me conocia y podía iniciar de nuevo, donde mi vecino guapo quizás por educación, quizás por algo mas era amable y atento conmigo, y no lo iba a dejar pasar. ¡Estúpido Doctor Green! Yo no tenia depresión y se lo iba a demostrar, yo viviría mil aventuras como mi hermana o como cualquier otra chica normal, no solo me quedaría mirando y juro por Dios que tarde o temprano me cog
Los golpes de la puerta principal se escuchaban tan fuerte que lograron despertarme, al abrir los ojos noto que mi rostro estaba dando la cara hacia el vacío y sin tener tiempo de acomodarme caigo de golpe contra el suelo. Me queje, era una mala manera de regresarme a la realidad después de la perfecta cena que había tenido la noche anterior. Me levante del suelo con una sonrisa en el rostro, salí de mi habitación, camine por mi casa sin darle importancia al desorden que se mantenía, ya lo arreglaría después. Los golpes insistían con fuerza —¡Ya voy!—grite antes de llegar a la puerta —Esta bien señorita, yo espero —escuche la voz de Ashley Abrí la puerta para encontrarme con una mirada celeste y una sonrisa enorme, admire un poco a la chica frente a mi, su cabello y rostro perfectos como siempre y sus curvas desataba belleza con su bonito vestido blanco ajustado a su cuerpo. Yo por otra parte solo portaba como pijama una camisa larga color negro, rota en unas partes que le había
El día no había comenzado dela mejor manera, en cuento llego al trabajo me dieron la noticia de que hoy cubriría el turno de un compañero que había faltado por lo que saldría hasta la noche, después me toco descargar mercancía para el área de limpieza personar y luego de ello debía cumplir tiempo en caja —Bramson es hora de tu comida —grita mi jefe desde la oficina Observo a Leah una compañera muy amable y extremadamente amigable con todos y más con los hombres, es pequeña y delgada, de bonita piel color caramelo, sus ojos grandes son muy expresivos y su rostro. Pequeño y fino la convierten en una de las más bonitas trabajadoras de aqui. Ella acerca su material y me indica que a llegado para cubrirme —Nos vemos en un rato —digo, ella sonrió y comenzó a atender clientes Salí del Mini super estirando mis brazos, en el poco tiempo que llevaba viviendo en Los Ángeles lo que mas me encantaban eran las puestas de sol, era amante de esa combinación de violetas y azules que se posaban
Mi cuerpo se sentía pesado, sentía un dolor intenso en mi cabeza y mis ojos se negaban a abrirse, había un olor extraño que inundaba mi nariz, intenté moverme pero un dolor se apoderó de todos mi torso, intente una vez mas a abrir mis ojos, pesaban de una manera descomunal. Escuché un llanto ahogado aún lado mío, volví a intentar abrir los ojos. Todo era borroso, confuso y ese horrible olor que parecía rodearme. Un vez mas, parpade para obligarme a abrir los ojos y ahí todo se aclaró. Frente a mí está él, sentado en un sofá de una sola pieza, su mirada cubierta por su rubio cabello, con los codos clavados a sus piernas, su mano izquierda sostenía su frente mientras su diesta mantenía un arma de fuego. Podía ver los los nudillos de sus manos, cubiertos de sangre, mi corazón se acelero. Miedo, tenía miedo de solo observar esa sangre y esa profunda mirada que me regalaba, inmóvil, parecía que ni siquiera respiraba, solo me miraba. Escuché de nuevo lo que parecía ser un llanto, gire m
Val camino dentro de mi departamento con seguridad, como si lo conociera de memoria, abrió la puerta de mi habitación, llegó a la cama y me arrojó con fuerza sobre está, no tuve tiempo de reacción cuando Val subió sobre mi colocando mis manos atadas por arriba de mi cabeza. Me observo con atención, aquellos ojos de jade que tantos suspiros me habían sacado de volvió oscuros, temibles y decididos, decididos a matarme. Mis lágrimas amenazaban con jamas detenerse, mientras que mi cuerpo se negaba a responder, estaba petrificada, del pánico. Dijo que después de terminal le hablaría a esos hombres, de terminar que, de matarme, se torturarme. Mi cabeza viajaba a mil por hora al igual que mi corazón, mi pecho ardía, mi garganta se secaba, todo se volvía oscuro y borroso por momentos y cuando se aclaraba él aparecía de nuevo, mirándome con odio, con un deseo extraño, como si quisiera arrancarme los ojos, romperme el cuello, hacerme algo que solo un psicópata como el podía lograr. Me sostuvo
Todo es silencio por unos segundos, de pronto un sonido completamente nuevo para mí sale por mis labios, un gemido, el primero en mi vida se hace presente cuando siento sus labios impactar contra mi piel, su cuerpo somete al mío acortando toda distancia posible entre los dos, de pronto siento un ardor que me hace volver a producir ese inquietante sonido, me está mordiendo, en la zona dónde el hombro y el cuello se unen, algo pequeño pero siento un dolor que activa un cosquilleo que recorre cada centímetro de mi cuerpo, y llega la electricidad. —Yo se...— Susurra con calma y pasa su lengua por la piel de mi cuello —Se perfectamente como te hago sentir —Dice mirándome de frente, sus ojos verdes están completamente oscurecidos por el deseo, mi cuerpo paralizado ya no puede ni temblar —Y aunque matara a cien frente a ti, no cambiaría nada —.Sonrio con maldad Sus labios impactar contra los míos se me corta la respiración, y me veo caer en las profundidades de esa m*****a verdad. Yo seguí
[“—¡No mami— grite con miedo cuando vei a mamá ir contra mi. Mi pequeño cuerpo de tan solo seis años comenzó a temblar y de manera involuntaria y producido por el miedo se mojo mi pequeño pantalin. Mi madre me miró con enojo y repulsión, en su mano sujetaba con fuerza la correa de la bolsa que hace un momento había destrozado Josselyn —¡Eres una jodida desgracia para mí— gritó mi madre furiosa La correa impacto contra mi costado derecho como si de un látigo se tratara, uno de los ganchos se incrustó en mi piel, cuando mi madre tiro de el se llevó un poco de mi carne con ella. Llore por el dolor y me asuste cuando mi pequeña mano se tiño de rojo, ella gritaba pero poco a poco deje de escucharla. Todo se fue volviendo blanco"] ◾◾◾◾◾ Un ligero rayo de luz golpeo mi rostro, presione los ojos en forma de negación al intento por despertarme. Sujete las sabanas y las lleve hacía arriba, hasta cubrirme todo el cuerpo —Aún no quiero levantarme... —susurre y gire mi cuerpo al lado co