Me despierto a las 5:00 a.m. como es mi costumbre de estos últimos años, nada mejor para fijar un hábito que vivir lejos de tu centro de estudio, si no coges la ruta a la hora ya llegas tarde.
No sé por qué me desperté temprano de nuevo. Hace ya dos semanas que fue la graduación de bachillerato, y en vez de disfrutar mis vacaciones de Agosto durmiendo hasta tarde, aquí estoy despierta a las putas 5:00 a.m. sin nada que me apetezca hacer... en momentos como este odio tener hábitos.
Decido que no ganaré nada si sigo acostada, ya el sueño me abandonó, así que mi día iniciará temprano, de nuevo.
Me levanto, me doy una ducha rápida y me pongo un vestido azul claro de mangas cortas con estampado de flores y unas sandalias para levantar mi ánimo y sentirme decente, peino mis rizos en un moño trenzado de lado y me dispongo a hacer el desayuno para todos en la casa.
Voy a la cocina, lo primero siempre: sintonizo el pequeño radio que hay allí a mi emisora favorita, y poco me importa si despierto a mis padres o hermano, si yo no duermo entonces ellos tampoco.
Empiezo a buscar la harina de trigo en la despensa para hacer los panqueques cuando lo oigo...
-¡Que interesante joven! ¿No lo creen?
-¿Qué?
Me volteo inmediatamente sobresaltada, aunque la radio esté encendida nadie de mi familia se despierta antes de las 7:00 a.m., y esa voz no es de ninguno de ellos.
Mis ojos viajan rápidamente por todo el lugar y no veo a nadie, mi corazón empieza a latir desbocado al percatarme que de todas formas esa voz no pertenece a nadie de mi familia. Siento un frío espectral recorrer mi columna vertebral y expandirse como escalofríos por el resto de mi cuerpo, cuando escucho de nuevo esa voz, que ahora puedo identificar como masculina muy al estilo de un barítono.
-¡Más interesante aún!, ¡miren! parece que mi pequeña flor, sólo es sensible a mí. ¡Voy ganando! ¿cómo la ven?- dice con burla aquella voz.
Siento como se erizan todos los vellos de mi cuerpo del miedo, mal parece que estoy enloqueciendo o imaginando voces, o madrugar está afectando mi cerebro, o todo junto, no entiendo qué sucede, ni a quién estoy escuchando. Mi respiración se agita y puedo percibir el sudor que me empieza a cubrir la frente, aprieto los puños del miedo y mi instinto me grita que salga corriendo a esconderme entre mis sábanas que deben seguir tibias y huya del peligro que representa escuchar voces de alguna entidad invisible.
Pero el miedo me paraliza y me siento anclada al suelo, no consigo que mi pie derecho de un paso al frente para salir de la despensa y más importante, parece que mis piernas han decidido que es buen momento para imitar el pulso de un maraquero.
Esto está mal, yo nunca he creído en fantasmas ni cosas sobrenaturales, soy católica, no voy constante a la iglesia, pero rezo el Padre Nuestro a diario... En ese momento recordando mi fe decido hacerme la señal de la cruz, y rezar el Padre Nuestro en voz alta, ya sea para calmarme o para que la voz desaparezca, de preferencia la última o las dos, lo que sea pero que se vaya esta sensación de miedo atroz que tengo.
-Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre...
Escucho de nuevo esa voz de hombre y se está riendo mientras dice:
-¡Que dulzura! Me encanta su inocencia, los humanos en general son muy ignorantes, pero me gusta ella, sí, creo que esta vez voy a tomar este juego en serio.
-... Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación...
La voz sigue hablando...
-Aunque muy linda y todo, no soporto esa oración, realmente piensan que pueden alejarnos así, que inocencia... Linda y molesta.
No logro decir la última línea del Padre Nuestro, cuando siento que mis piernas ceden contra mi voluntad y me deslizo al suelo mientras mis ojos se cierran sin que yo lo haya ordenado y con la sensación de terror instalada en mi pecho pesadamente. Lo último que oigo antes de caer inconsciente es:
-Dulces sueños mi flor, aunque está saliendo el sol.
Jamás pensé que me vería tan bonita en un vestido verde, realmente no es mi color favorito, pero este verde oliva se me ve bien, y ayuda que el vestido sea entallado y remarque bien mis curvas.Me observo en el elegante espejo de cuerpo completo con detalles antiguos muy rococó. Me encanta mi peinado, no decorado con mis rizos de siempre sino ahora se ve liso con un cintillo de trenza y mi cabello luce de color de la plata, es interesante este estilo para mí, no sé cómo definirlo pero no puedo dejar de mirarme.Creo que con este look pudiera conquistar a quien quisiera, aunque no estoy muy interesada en los hombres, me interesa más saber qué haré con mi vida en las vacaciones y posterior a ellas. Mi sonrisa es deslumbrante, y mi piel se ve radiante. De verdad que no puedo dejar de mirar lo perfecta que estoy en este momento, pero en mi mente poco a poco empieza a crecer un murmullo de incomodidad que
Me desperté repentinamente, con el corazón acelerado y lágrimas en los ojos. Ese sueño fue muy vívido. Es la primera vez que sueño algo como eso, y sentí que mi cuerpo realmente estaba en otro lugar, todavía en este momento persiste la sensación. Con la respiración agitada aún por la conmoción, me siento al borde de la cama mientras miro la ventana sin observar realmente, estoy intentando repasar mentalmente el sueño que tuve, pero se me van escapando pedazos de información de todo lo visto, y a cada segundo que pasa los detalles se hacen aún más lejanos y no comprendo como algo que me ha impactado tanto se puede desvanecer tan prontamente. Debe ser algún mecanismo del cerebro, ese que hace que olvides lo negativo, lo malo o lo traumático, como modo de defensa. Mi corazón se ha calmado, retomando su ritmo habitual y mi respiración también
No quiero imaginar qué me espera el resto del día si apenas este es el comienzo. Miro el reloj de la pared y son las 10:30 a.m. Es tardísimo. No acostumbro nunca levantarme a esta hora, nadie me despertó, y dudo que siquiera escucharan la extraña conversación que se acaba de producir en mi habitación.No entiendo como nadie estuvo pendiente de mí si me desmayé en la despensa, lo mínimo es que se encuentren preocupados por ello.Bajo rápidamente a la cocina y encuentro a mi papá, con un plato de galletas en una mano y en la otra una tasa de algo humeante, seguramente café.-Buenos días, bendición- digo algo apurada.-Buenos días, Dios te bendiga bella durmiente- dice mi papá mientras se sienta en el comedor.-Oye, ¿tú me recogiste en la despensa cuándo me desmayé?-¿Te desmayaste nena?- preg
El mercado local es un hervidero de actividad y comercio constante, aunque los fines de semana es más activo aún, pues la mayoría de familias utilizan los días sábados o domingos libres para abastecerse de alimentos y este es el sitio ideal, pues todo lo puedes comprar acá, y las verduras son más económicas que en un supermercado, gracias a que los productores venden directamente sus cosechas aquí. Es normal ver niños corriendo entre los puestos mientras va detrás algún hermano mayor o madre preocupada por una posible caída.Nos bajamos del auto, y lo primero que veo es un círculo de gente alrededor de dos personas, parece que está sucediendo una pelea o algo por el estilo, me acerco casi hipnotizada y con la curiosidad picándome, y lo noto, se trata de una pareja, no parecen muy viejos, a lo sumo el hombre debe tener unos 30 años y la mujer parece un poco me
-¿Explícame de nuevo por qué él vino con nosotros?- pregunto a mí papá un poco bastante incómoda e incrédula desde el asiento de atrás del carro.Después de salir de la frutería Chamuel se me pegó como una garrapata silenciosa, y al ver a mi papá decidió que era un buen momento para presentarse como un conocido y ¡Oh gran casualidad! Hablar de todos los temas que a mi papá le apasionan, como la política. Era como si hubiese enamorado a mi papá. Y para terminarla de completar básicamente mi existencia había pasado a un segundo plano desde el momento en que empezaron a conversar. Tanto así que actualmente íbamos camino a mi casa y yo iba en el asiento de atrás, como si fuese la mascota que sacaron de paseo.-Porque Shamuel- pronunció con dificultad mi papá- es un muchacho bastante conversador y me ca
Después de ese comentario absurdo mi familia terminó de asumir que Chamuel era una especie de pretendiente, y además de que la idea los tenía a todos supremamente encantados, salvo a Antony y a mí, el almuerzo terminó entre comentarios del amor joven, y lo bonito del primer amor. ¡Puaj! ¡Mátenme! No está en mis planes enamorarme todavía. Todo el rato Chamuel asumió una actitud risueña y de conformismo con todo lo que se decía.Al terminar de almorzar, salí como una bala al patio de enfrente y me senté debajo del árbol que siempre solía acompañarme en momentos de cavilaciones. Al otro lado de la calle jugaban los niños pequeños de los vecinos con una piscina inflable. Me recosté al tronco del árbol y cerré los ojos. Ojalá pudiera saber qué estaba pasando en mi vida. Hoy ha sido un día de locos
Tengo que empezar a esquivar árboles a cada paso, ya que estos son más frecuentes, y sólo cuando diviso a mi izquierda unos troncos caídos huecos me permito disminuir la velocidad y esconderme entre ellos. Estoy consciente de que no puedo correr eternamente, mis pulmones arden y me voy sintiendo mareada, estoy exhausta. Me escondo detrás de los troncos e inmediatamente me arrepiento, pues siento que el tronco tenía pequeñas espinas que aruñan mis brazos y piernas. Intento ignorar el dolor pensando la manera de salir de este lugar con vida. Debería empezar por enterarme dónde estoy.El sitio es frío y la bruma cubre todo, el suelo parece muerto o en estado latente, todo a mí alrededor parece desprovisto de vida, tampoco hay sonidos de animales, el cielo se ve apagado, igualmente brumoso y oscuro como si fuese humo producto de un incendio, pero no hay olor a quemado. Es un sitito desconcertante.
Me despierto tomando aire de pronto, como si reaccionara a una pesadilla, pero no estaba soñando nada. Lo primero que veo son las hojas del árbol de la casa, las reconocería dónde sea, son únicas para mí, noto que estoy acostada y mi cabeza descansa en el regazo de Chamuel, quien me mira desde arriba con una expresión seria.-Hola dormilona, creí que nunca despertarías.- dice sin más.-Hola…- mi voz se oye muy ronca- … yo también creí que nunca despertaría otra vez.Me levanto de su regazo y lo miro fijamente.-¿Qué fue todo eso que pasó? ¿Dónde estábamos? Y lo más importante ¿qué eres?- pregunto con el corazón en la mano.Chamuel se endereza y se recuesta al árbol. Cierra los ojos y suspira, por un momento parece que se debate consigo mismo para darme una respuesta y s