-¿Explícame de nuevo por qué él vino con nosotros?- pregunto a mí papá un poco bastante incómoda e incrédula desde el asiento de atrás del carro.
Después de salir de la frutería Chamuel se me pegó como una garrapata silenciosa, y al ver a mi papá decidió que era un buen momento para presentarse como un conocido y ¡Oh gran casualidad! Hablar de todos los temas que a mi papá le apasionan, como la política. Era como si hubiese enamorado a mi papá. Y para terminarla de completar básicamente mi existencia había pasado a un segundo plano desde el momento en que empezaron a conversar. Tanto así que actualmente íbamos camino a mi casa y yo iba en el asiento de atrás, como si fuese la mascota que sacaron de paseo.
-Porque Shamuel- pronunció con dificultad mi papá- es un muchacho bastante conversador y me cayó muy bien, ¿verdad que sí compañero?- le preguntó risueño a un Chamuel bastante confiado que iba en el asiento del copiloto.
-Y de antemano agradezco la invitación a almorzar señor Fernández, será un gusto conocer al resto de su familia, Luna nunca me ha hablado de ustedes- dice él con una sonrisa amable en el rostro.
“Jalabolas, será porque no te conozco”, pienso con todo lo odiosa que puedo llegar a ser, y veo como Chamuel alza una ceja y me mira a través del espejo retrovisor como cuestionándome. “Cierto, que parece puedes leer mis pensamientos, bueno, lee esto, eres un imbé…”
-Tranquilo hijo, las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para personas como tú que se interesan en los temas importantes de la vida- interrumpe mis pensamientos mi papá- ahora dame tu opinión sobre algo ¿qué crees tú de esa persecución silenciosa que se gesta contra las empresas privadas, y su relación con el tema tributario, esa complicación de trámites, qué piensas tú?
-Bueno, señor, Fernández…- empieza Chamuel.
-Llámame Tomás, me haces sentir más viejo de lo que puedo ser- dice mi papá con gracia.
“¡Por Dios! ¡Mátenme! No entiendo porque tiene que comportarse como si estuviera enamorado”. Recibo una mirada reprobatoria de Chamuel. “Control+Suprimir contigo panita, me caes mal ya te dije” pienso para que sepa que realmente me incomoda su presencia, mientras lo fulmino con la mirada a través del espejo, y obtengo a cambio una mirada de sorpresa, que rápidamente cambia a serenidad. No entiendo a este hombre, ni qué es lo que pretende.
-Bueno, señor Tomás- continúa él.
-Tomás, dime sólo Tomás, estamos en confianza.
Mi papá debería terminar de confesársele ya que estamos en éstas. Creo que no puedo rodar más los ojos.
-Tomás, pues mire, el tema de las empresas privadas siempre será complejo de abordar porque son muchas cosas que van implicadas en él, principalmente teniendo en consideración la ideología política de varios de los magistrados de la Corte de Justicia de turno, e incluso diputados del Parlamento, que claramente es izquierdista, llegando casi al extremo, y sabiendo que el origen de estas corrientes de izquierda son las teorías políticas de pensadores como Carl Marx, podemos deducir que no están enfocados en tener buenas relaciones con la empresa privada…
Y me desconecté, no tengo ganas de seguir oyendo conversaciones políticas entre mi papá y este humano hiper desarrollado que lee pensamientos, o ser sobrenatural, o lo que sea. Tengo que descubrir qué es, y qué quiere conmigo o de mí, sin que mi familia se entere. Me pongo mis audífonos y dejo que suene a todo volumen Non farmi Aspettare de IlVolo, uno de mis grupos masculinos favorito. Y empiezo a idear qué haré. Espero que Chamuel no pueda saber nada, lo veo bastante concentrado en la conversación.
***
Después de lo que pareció como una eternidad, llegamos a casa, y para mi pesar lo que sentí como toda una vida fueron realmente 45 minutos entre ida y vuelta, es lo que sucede cuando vives cerca de todo y regresando tienes un invitado non grato que no quieres atender, todo se pone lejos y tardío.
Mi mamá parece súper encantada con Chamuel, y mi hermano no se ve tan convencido, al menos él sí parece tener algo de sentido común.
Me voy a la cocina a terminar la comida y escucho tras de mí.
-Wow, wow, wow, mijita que hombre más bello que conseguiste, está demasiado guapo, y se ve muy educado, ¿no será testigo de Jehová?, digo, por el traje y eso, hoy domingo.- dice mi mamá emocionada, parece una niña pequeña-. ¿Dónde lo conociste y porque nunca me habías contado de él?.- la curiosidad asoma por sus ojos verdes.
Antes de responder sopeso las posibilidades de decirle que realmente no lo conozco, que parece ser una especie de individuo sobrenatural, o fantasma que lee mi mente, o que bien podría ser un asesino serial, que se acercó a mí porque vio una víctima perfecta y ahora tiene a una familia completa para descuartizar. O finjo demencia mientras por mis propios medios descubro qué sucede con el tal Chamuel. No quiero poner en peligro a mi familia por nada.
-Me dijo que no era Testigo, creo que le gusta vestirse formal en los días Domingo, y lo conocí por ahí ya sabes, apenas lo he visto unas cuantas veces -miento-, y hoy que coincidimos a mi papá le cayó muy bien- digo con recelo- y él quiso invitarlo- contesto a la vez que revuelvo los spaguettis con la salsa y enciendo una sartén para sellar la pechuga que ya había cocinado en salsa.
-Y no está demás nena, está guapísimo, debe ser modelo mínimo, y ¿viste su altura y ese cabello? Lo único que me parece raro es ese mechón de cabello rosado, pero por lo demás está te quiero con mi amorrr- mi mamá toma una tapa de olla y empieza a soplarse la cara con ella como si fuese un abanico.
-Otra enamorada más…- digo con aburrimiento.
-Uy no mamita, si tú no lo quieres, dámelo a mí. Todavía este cuerpecito está joven.- dice ella con picardía.
-Y ¿cómo para qué lo querría yo?- le cuestiono.
-¿No te fijaste cómo te miraba cuando entraron? Podría jurar que le brillaron los ojos mientras te veía, ¿viste sus ojos? ¡Son demasiado espectaculares!- dice sonriendo emocionada.
-Mami deberías ya presidir su club de fans- le digo con fastidio. Me molesta la idea de Chamuel recibiendo tanta atención de mis papás.
-No me molestaría para nada tener un yerno como él, sólo digo- exclama levantando las manos y saliendo de espaldas de la cocina, mientras yo sólo puedo mirarla con censura.
Esto es inaudito, insólito y absurdo, es como si los hubiese hechizado, por lo menos a mis papás. Estoy agregando aceite a la sartén, cuando aparece Antony.
-No me gusta tu amigo- dice con rechazo.
-Umm y eso ¿por qué?.
-Se ve demasiado perfecto para ser verdad. ¿Cuántas personas conoces que le guste MineCraft y no sean frikis? Le dije que me gustaba ese juego, sólo por saber su respuesta y resultó ser fan. Cada cosa que papá le dice él tiene una respuesta ingeniosa e inteligente, y a este ritmo vamos a tener que recoger en un balde a mamá, porque está súper derretida por él- dice con una mueca de asco que me hace reír.
-No tiene pinta de jugar MineCraft. Pensé que eso era de nerds y vírgenes como tú.
-Jaja- ríe falsamente- pero en serio. Tu amigo es raro- y parece preocupado en serio.
-No lo sé Tony- uso su apodo- yo tampoco lo conozco mucho, fue papá quien quiso invitarlo, por mí se hubiese quedado en la frutería.
-¿Y tú dónde lo conociste? Papá no para de decir que Shamuel es tu amigo, ese nombre además es ridículo.
-Apenas lo conozco, ya ni recuerdo donde lo conocí, pero él me vio en la frutería y quiso saludarme- digo con toda la sinceridad que puedo fingir- y se llama Chamuel.
-Lo que sea, mejor me voy a mi cuarto, antes que también pretenda comprarme de alguna forma.
-Ya casi va a estar lista la comida- le digo.
Mi hermano puede ser paranoico a veces, pero ni él mismo sabe cuánta razón tiene ahorita.
***
El almuerzo transcurre con aparente normalidad, con mi papá que no para de hablar de cómo los impuestos nos están afectando a todos, y Chamuel dándole la razón y respondiendo con argumentos inteligentes. Me saca de quicio. Intento no mirarlo, pero cada cierto tiempo noto que me ve fijamente con una medio sonrisa en su atractivo rostro. Ese rostro, hace todo más difícil. No puedo negar que es muy guapo y esos ojos parecen imanes que atraen mi mirada hacia ellos, pero eso no me distrae de la extraña serie de eventos que ha terminado con él a mi mesa probando la comida que yo hago, y me desagrada bastante, no sé qué trama ese ser, y eso me está poniendo muy malhumorada.
-Shamuel- interrumpe mi hermano la cháchara de mi papá- cuéntanos a qué te dedicas.- Él al igual que yo, ha notado que toda la conversación ha girado sobre temas impersonales y no sabemos nada de este curioso invitado.
Chamuel lo mira con seriedad, toma un trago de la cerveza que mi papá le dio para acompañar la comida, y le responde críptico.
-Soy abogado.-
-¡Wow! Eso es excelente- responde mi mamá con una sonrisa de comercial en el rostro, cada vez se ve más embobada por él.
-¿No eres muy joven para ser abogado?- me atrevo a preguntar con malicia.
-Sí, es verdad, ¿qué edad tienes?- pregunta Tony.
-No soy tan joven como parezco- dice con incomodidad Chamuel, parece que no le gusta que la conversación gire en torno a él.
-Pero claro que sí, si te ves divinamente- dice mi madre con entusiasmo- ahora ya tengo la curiosidad, dinos tu edad- insiste ella.
-Jaja, más te vale que le digas- dice mi papá- es muy insistente cuando se propone algo- señala con la cerveza a mi mamá- Sino fíjate, se propuso ser mi esposa y aquí estamos 20 años después.
-¡Ja! ¡Ya quisieras! Todo el mundo sabe que tú fuiste él que estuvo detrás de mí siempre- dice ella orgullosa.
-Eso no es lo que yo recuerdo…- contesta él.
Chamuel ríe, y yo siento que me derrito un poco, tiene una sonrisa de comercial de crema dental, y sus ojos se arrugan un poco a los extremos cuando lo hace, tiene una risa hermosa, y escucharlo reír hace que yo quiera reír igual que él, pero mi intuición me sigue indicando que no ceda, ni deje pasar el asunto.
-¿Y bien Chamuel?.- insisto.
-Dime, Luna.- responde y me irrita que me llame por mi nombre.
-Nos estabas diciendo cuál es tu edad.- dice Tony.
Su rostro pasa rápidamente de la risa a una media sonrisa que cualquiera podría llamar arrogante, y a mí me parece más una fachada de algo más. Le da otro trago a su cerveza, mientras todos lo observamos y responde.
-Tengo 26.-
-Ciertamente eres joven para ser abogado, ¿hace cuánto te graduaste?.- pregunta mi papá ahora más interesado en su invitado.
-Hace 4 años.- dice él sin más.
-¡Wow! Eso quiere decir que te graduaste a los 22 años, eso es espectacular, muy joven, además de bien parecido, también eres muy inteligente entonces.- dice mi madre con evidente emoción. Ciertamente ella va fundar el club de fans de este sujeto.
-O copió para pasar.- dice Tony con maldad.
-¡Antony!- lo reprende mi mamá con dramatismo- ¡Esas cosas no se dicen!- y le brinda su mejor mirada de “arreglamos cuentas después”.
-Muchas personas se gradúan jóvenes cuando se empeñan en el estudio Antony- dice mi papá con reprimenda- me caes muy bien Chamuel, disculpa la imprudencia de mi hijo.
-No se preocupe, puede que sí haya copiado algún que otro examen- dice Chamuel encogiéndose de hombros.
Todos nos quedamos serios, incluso Tony que parecía que podía empezar a sulfurarse por la rabia, no es que seamos santos pero no cualquiera anda contando si hacía trampa en sus exámenes universitarios.
Chamuel empezó a reírse de nuevo como si le hubiesen contado el chiste del año.
-Jajaja, eso fue bueno, disculpen, no lo decía en serio, fue muy gracioso ver su expresión.
-¡Este muchacho me cae muy bien! ¡Casi te creo!- dice entre risas mi papá.
-¡Buen chiste querido! ¡De verdad nos engañaste!- dice mi mamá con alivio.
-Y Luna ¿qué estudias?- pregunta Chamuel con evidente interés y una sonrisa en el rostro que no sé identificar. Superioridad o arrogancia, me hace sentir bajo una lupa de observación.
-Me acabé de graduar- respondo seca.
-¡Con honores además! Ella es la cerebrito de esta familia- dice mi papá con su habitual orgullo. No sabe que él es el más inteligente de esta casa, pero me gusta su reconocimiento a mi esfuerzo.
-Que bien, ¿de qué carrera?- pregunta Chamuel.
-Ninguna carrera aún- contesto mientras enredo los spaguettis en el tenedor.
-¿Cómo es eso posible?- sus cejas se fruncen en una mueca de confusión.
-Luna se graduó de bachillerato en julio querido- responde mi mamá.
Veo que su semblante cambia, se ve sorprendido y después molesto, como quien recibe una mala noticia.
-¿Qué edad tienes Luna?- su pregunta es más una exigencia cargada de urgencia y eso me cae muy mal. ¿Por qué le interesa a él eso?
-Adivina- digo con mi mejor sonrisa de desafío, si él me es tan irritante yo también puedo ser igual de irritante.
-No tengo ganas de adivinanzas, responde.- dice tajante.
-Luna tiene 17 años Shamuel- dice mi padre arruinando mi oportunidad de molestarlo.
Chamuel sube las cejas con sorpresa, después su expresión cambia a una de pensativo, se recuesta en la silla y parece que está haciendo cálculos.
-Si te preocupa la edad, déjame decirte que a mí no me interesa nada, no me molesta que mi yerno sea unos añitos mayor que mi hija- dice mi mamá entre risas y mi papá se le une.
-¡Claro! Yo mismo le llevo 5 años a su mamá y cuando empezamos a salir ella tenía 16.
-¡Hey! ¡Hey!- todos me miran- ¡Hey!- digo dramática- Disculpen pero nadie me avisó que seguíamos en la edad media con matrimonios arreglados, esto es un almuerzo común y corriente, no una entrevista de matrimonio, así que déjense de chiste malos, el amigo aquí presente y yo no tenemos, ni tendremos nada, en un futuro cercano o lejano. ¿Se entendió?- no quería sonar agresiva ni mandona, pero a veces tenía que hablar así con mi familia porque se inventaban cada cosa.
-Habla por ti- dice Chamuel simplemente, parece que ya recuperó su compostura seria y galante.
Mis padres estallan en risas y Chamuel simplemente les sonríe, podría jurar que mi mamá suspiró.
-¡Ya va! ¿Qué?- pregunto atónita.
-Que solo hables por ti, yo no me niego a la posibilidad de un futuro juntos- dice calmadamente. Mi mamá grita de la emoción y mi papá le da una palmada en el hombro a Chamuel de felicitaciones.
-¿Qué?- parezco idiota pero no puedo dejar de preguntar. ¿Qué fue lo que pasó aquí? ¿Cómo pasamos de una conversación banal a una confesión? ¿Qué le pasa a este sujeto? ¡Dios mío santísimo!¿Quién es él?
Después de ese comentario absurdo mi familia terminó de asumir que Chamuel era una especie de pretendiente, y además de que la idea los tenía a todos supremamente encantados, salvo a Antony y a mí, el almuerzo terminó entre comentarios del amor joven, y lo bonito del primer amor. ¡Puaj! ¡Mátenme! No está en mis planes enamorarme todavía. Todo el rato Chamuel asumió una actitud risueña y de conformismo con todo lo que se decía.Al terminar de almorzar, salí como una bala al patio de enfrente y me senté debajo del árbol que siempre solía acompañarme en momentos de cavilaciones. Al otro lado de la calle jugaban los niños pequeños de los vecinos con una piscina inflable. Me recosté al tronco del árbol y cerré los ojos. Ojalá pudiera saber qué estaba pasando en mi vida. Hoy ha sido un día de locos
Tengo que empezar a esquivar árboles a cada paso, ya que estos son más frecuentes, y sólo cuando diviso a mi izquierda unos troncos caídos huecos me permito disminuir la velocidad y esconderme entre ellos. Estoy consciente de que no puedo correr eternamente, mis pulmones arden y me voy sintiendo mareada, estoy exhausta. Me escondo detrás de los troncos e inmediatamente me arrepiento, pues siento que el tronco tenía pequeñas espinas que aruñan mis brazos y piernas. Intento ignorar el dolor pensando la manera de salir de este lugar con vida. Debería empezar por enterarme dónde estoy.El sitio es frío y la bruma cubre todo, el suelo parece muerto o en estado latente, todo a mí alrededor parece desprovisto de vida, tampoco hay sonidos de animales, el cielo se ve apagado, igualmente brumoso y oscuro como si fuese humo producto de un incendio, pero no hay olor a quemado. Es un sitito desconcertante.
Me despierto tomando aire de pronto, como si reaccionara a una pesadilla, pero no estaba soñando nada. Lo primero que veo son las hojas del árbol de la casa, las reconocería dónde sea, son únicas para mí, noto que estoy acostada y mi cabeza descansa en el regazo de Chamuel, quien me mira desde arriba con una expresión seria.-Hola dormilona, creí que nunca despertarías.- dice sin más.-Hola…- mi voz se oye muy ronca- … yo también creí que nunca despertaría otra vez.Me levanto de su regazo y lo miro fijamente.-¿Qué fue todo eso que pasó? ¿Dónde estábamos? Y lo más importante ¿qué eres?- pregunto con el corazón en la mano.Chamuel se endereza y se recuesta al árbol. Cierra los ojos y suspira, por un momento parece que se debate consigo mismo para darme una respuesta y s
-¿Y mi yerno?- pregunta mi mamá con una sonrisa boba en el rostro, está recostada a la puerta de entrada. Yo sólo puedo rodar los ojos.-¿De qué hablas?- digo fingiendo demencia.-¿Cómo que de qué? Pues de Chamuel… no te hagas la loca, ustedes se traen algo, mi sentido de madre no me engaña.- me señala con un dedo mientras me sonríe con una complicidad que no pienso compartir.-Tienes que revisar ese sentido tuyo, creo que se está oxidando, debe ser por la edad…- digo con toda la intención de hacerla molestar, el tema de la edad es bastante delicado para ella. Su sonrisa se desvanece y me brinda una mirada de reprobación.-¡Ja! Ya quisieras tú llegar a mí edad igual de bella.- enarca una ceja con molestia y cruza los brazos sobre su pecho.-Tranquila mami, es jugando, tú eres la más guapa sin impor
Abro de nuevo los ojos con la esperanza de que todo sea un sueño, pero parece que hoy no es mi día de suerte.Gabriel sigue de pie al frente y su camisa está en el suelo. El brazo de Rafael me sigue aprisionando y por más que lucho no logro moverlo ni un milímetro de su sitio.-No te resistas más mi flor. Yo sé que también deseas esto.- dice en mi oreja y los escalofríos de terror me invaden entera.-Ya sabes que hacer Rafael.- ordena Gabriel mientras se acerca nuevamente a mí, estira sus manos y desgarra con una facilidad abrumadora mi blusa dejando al descubierto mi sostén. Nunca en mi vida me he sentido más expuesta y mi instinto es cubrirme con las manos, pero Rafael me ha tomado de los brazos por atrás y no puedo moverme, estoy inmovilizada.Las lágrimas desbordan de mis ojos y Gabriel acuna con su mano mi mejilla, buscando mi mirada, pero el miedo me ha
-Déjame ver si entendí.- digo recapitulando después que Rafael repitiera tres veces su escueta explicación- Ustedes sólo deseaban hablar conmigo.-Sí.- dice Rafael afirmando con su cabeza a la vez.-No deseaban hacerme daño.-No.-Entonces ¿por qué coños terminaron atormentándome en sueños? ¿Se supone que tengo que tomar como normal que intentaron violarme ustedes dos porque fue un sueño?. Entonces yo, la loca pues, sólo porque fue un sueño que manipularon, que no ocurrió en realidad, entonces no debo sentirme ofendida, y todo normal ¿ah? ¿es eso? No pasó nada entonces. No me hagan reír.- vuelvo a llenarme de ira al recordar todo.Rafael suspira con frustración y cansancio. Llevamos unos 20 minutos en la misma conversación y no ha logrado convencerme de nada, mientras que Gabriel sigue de p
-No entiendo como un sitio donde es infinitamente más probable perderse va a ser la salida de este lugar, a todas éstas, ¿por qué éste sitio es tan distinto del otro dónde terminé con Chamuel?-¿No te callas nunca?- detiene su marcha hacia el laberinto- Jodida mierda, sólo haces preguntas, te contesto y tienes más preguntas.- su voz está cargada de exasperación y me mira con fastidio. Aunque me haya besado sigue resultando en extremo odioso para mí este sujeto.-No haría tantas preguntas si fueses más abierto y compartieras toda la información que tienes sobre este lugar.- me cruzo de brazos y lo miro con el mismo fastidio que él me mira dejando claro que sigue sin caerme bien- además no puedo evitar hablar, para algo nos hicieron con bocas, para comunicarnos.-Disfrutaría amordazándote.- dice de forma maliciosa y yo me sorp
-Toma, sostén esto sobre tu herida un momento para detener la sangre.- dice Gabriel entregándome un pañuelo que ha sacado de su bolsillo.-Gracias.- presiono el pañuelo en mi cabeza y el dolor es menos punzante cada vez.Soy afortunada la verdad, siempre he tenido muy buena cicatrización. Recuerdo cuando era niña los raspones que me hacía en las rodillas por correr, curaban de un día para otro sin dejar cicatriz. También recuerdo que mis padres se asustaron por eso pero el médico los tranquilizó diciendo que tenía un excelente sistema inmunológico y que era bendecida. Desde ese entonces cada pequeña lesión en mí sana a un ritmo más acelerado que el resto de las personas.-Tenemos que cruzar el laberinto. Vamos.- toma mi mano para guiarme pero yo no me muevo de mi sitio.-Espera, ese no fue el trato.- voltea a verme y sus ojos azules parec