Abro de nuevo los ojos con la esperanza de que todo sea un sueño, pero parece que hoy no es mi día de suerte.
Gabriel sigue de pie al frente y su camisa está en el suelo. El brazo de Rafael me sigue aprisionando y por más que lucho no logro moverlo ni un milímetro de su sitio.
-No te resistas más mi flor. Yo sé que también deseas esto.- dice en mi oreja y los escalofríos de terror me invaden entera.
-Ya sabes que hacer Rafael.- ordena Gabriel mientras se acerca nuevamente a mí, estira sus manos y desgarra con una facilidad abrumadora mi blusa dejando al descubierto mi sostén. Nunca en mi vida me he sentido más expuesta y mi instinto es cubrirme con las manos, pero Rafael me ha tomado de los brazos por atrás y no puedo moverme, estoy inmovilizada.
Las lágrimas desbordan de mis ojos y Gabriel acuna con su mano mi mejilla, buscando mi mirada, pero el miedo me ha
-Déjame ver si entendí.- digo recapitulando después que Rafael repitiera tres veces su escueta explicación- Ustedes sólo deseaban hablar conmigo.-Sí.- dice Rafael afirmando con su cabeza a la vez.-No deseaban hacerme daño.-No.-Entonces ¿por qué coños terminaron atormentándome en sueños? ¿Se supone que tengo que tomar como normal que intentaron violarme ustedes dos porque fue un sueño?. Entonces yo, la loca pues, sólo porque fue un sueño que manipularon, que no ocurrió en realidad, entonces no debo sentirme ofendida, y todo normal ¿ah? ¿es eso? No pasó nada entonces. No me hagan reír.- vuelvo a llenarme de ira al recordar todo.Rafael suspira con frustración y cansancio. Llevamos unos 20 minutos en la misma conversación y no ha logrado convencerme de nada, mientras que Gabriel sigue de p
-No entiendo como un sitio donde es infinitamente más probable perderse va a ser la salida de este lugar, a todas éstas, ¿por qué éste sitio es tan distinto del otro dónde terminé con Chamuel?-¿No te callas nunca?- detiene su marcha hacia el laberinto- Jodida mierda, sólo haces preguntas, te contesto y tienes más preguntas.- su voz está cargada de exasperación y me mira con fastidio. Aunque me haya besado sigue resultando en extremo odioso para mí este sujeto.-No haría tantas preguntas si fueses más abierto y compartieras toda la información que tienes sobre este lugar.- me cruzo de brazos y lo miro con el mismo fastidio que él me mira dejando claro que sigue sin caerme bien- además no puedo evitar hablar, para algo nos hicieron con bocas, para comunicarnos.-Disfrutaría amordazándote.- dice de forma maliciosa y yo me sorp
-Toma, sostén esto sobre tu herida un momento para detener la sangre.- dice Gabriel entregándome un pañuelo que ha sacado de su bolsillo.-Gracias.- presiono el pañuelo en mi cabeza y el dolor es menos punzante cada vez.Soy afortunada la verdad, siempre he tenido muy buena cicatrización. Recuerdo cuando era niña los raspones que me hacía en las rodillas por correr, curaban de un día para otro sin dejar cicatriz. También recuerdo que mis padres se asustaron por eso pero el médico los tranquilizó diciendo que tenía un excelente sistema inmunológico y que era bendecida. Desde ese entonces cada pequeña lesión en mí sana a un ritmo más acelerado que el resto de las personas.-Tenemos que cruzar el laberinto. Vamos.- toma mi mano para guiarme pero yo no me muevo de mi sitio.-Espera, ese no fue el trato.- voltea a verme y sus ojos azules parec
He quedado sola en el mismo pasillo.¡Mierda! ¡Mierda! Esto está todo mal.Estúpido laberinto.-¡Arg!- gruño al evocar las palabras que me han llevado a la situación en la que estoy actualmente.-¿Gabriel? ¿Estás ahí? ¿Alguien?... ¡Ayuda!- grito infructuosamente. Sólo el silencio me responde confirmando la soledad a la que he sido sometida por mi falta de respeto.“Estúpido, estúpido, estúpido laberinto” despotrico mentalmente. Hasta donde sé el laberinto no escucha pensamientos.¿Ahora qué hago? Estoy sola. No sé dónde quedó Gabriel o si yo fui a la que transportaron. Todo se ve igual que el pasillo anterior.¿Hacia dónde debería ir? Esto es una cagada. Yo y mi bocota, como siempre.Respiro profundo intentando calmarme y pensar de forma sen
No puedo moverme. Sólo puedo observar, en total silencio la escena que se desarrolla ante mi vista. Estoy sentada encogida en una esquina de esta macabra habitación, que solía ser blanca, siendo ignorada por una niña vestida de blanco y un hombre semi vestido de negro.El hombre amarrado de cabeza sigue sacudiéndose fuertemente intentando soltarse, lo cual no da resultado. Está bien amarrado.El hombre grande semi desnudo hace aparecer en sus manos con un destello una carpeta como si de un secretario u oficinista se tratase.-¿Nombre?- pregunta la niña con una voz angelical, típica de una niña como ella.-Cristofer Hernandez- responde el negro en tono profesional mientras observa la carpeta.-Se llama como él… ¡me encanta!- dice la pequeña emocionada y da un saltito- ojalá a él pudiera hacerle lo mismo que a ésta persona- dice
Gabriel.Cierro los ojos pensando en Luna y siento como la energía del portal me atraviesa sincronizándose con mi energía, en tanto que mi mente piensa demás en ella con su bello rostro, esos enigmáticos ojos y esos labios que provocan… ¿Qué? ¡No!. Borro esos pensamientos peligrosos de súbito al sentir como la energía del portal me desintegra en partículas para transportarme donde deseo.Y la veo…Tiene los ojos muy abiertos y una expresión que no logro descifrar, parece debatirse entre el temor y la fascinación, mientras está sentada en el suelo con las rodillas pegadas a su pecho.Yo me aterro al verla cubierta de sangre, sus ropas e incluso sus mejillas lucen de rojo carmesí, y mi primera reacción es pensar que está herida.-¡Luna! ¡Luna! ¿Qué te p
Luna.Abro los ojos.Ese ha sido un sueño bastante extraño. Siempre tengo sueños como películas.Encima son de esos sueños de los cuáles no sé si he dormido 1 hora o 5 años seguidos.Siento el cuerpo pesado, y bostezo intentando sacudir la pereza que no me abandona.¿Cuánto dormí?Espera… ¿dónde estoy?Miro en todas direcciones y no reconozco este sitio.Estoy en una habitación que definitivamente no es la mía.Es más, esto es demasiado lujoso, como para ser de algún conocido mío.El pánico amenaza con apoderarse de mí, mientras intento recordar como acabé aquí.En ese momento se abre una puerta, y mis ojos casi se salen de sus cuencas al ver a un hombre en toalla pasar como si tal cosa rumbo al armario, y cuando
Un hombre guapísimo está recostado a la pared y apenas me mira sonríe con malicia como si supiera algo que yo desconozco, lo cual no me extrañaría, desde esta mañana todos parecen saber cosas de mí que yo no sé. Sus ojos son de un verde tan intenso que parecen brillar tal cual una pieza de jade y su piel blanca parece perfecta sin ninguna marca o siquiera un rastro de barba. Un poco más alto que Gabriel sin duda aunque no tan musculoso, se ve de todas formas definido, envuelto en unos jeans que le quedan de infarto sería una bomba sensual si no fuese por la franela con el mensaje “Cojo Rico” con un muñeco con pinta de adinerado al que le falta una extremidad. Sólo puedo levantar mi ceja izquierda al ver semejante mensaje estampado intentando pensar de forma sana este evidente chiste de doble sentido, el cual no me molestaría descubrir si es cierto en alguien como él. Pasa su