Tengo que empezar a esquivar árboles a cada paso, ya que estos son más frecuentes, y sólo cuando diviso a mi izquierda unos troncos caídos huecos me permito disminuir la velocidad y esconderme entre ellos. Estoy consciente de que no puedo correr eternamente, mis pulmones arden y me voy sintiendo mareada, estoy exhausta. Me escondo detrás de los troncos e inmediatamente me arrepiento, pues siento que el tronco tenía pequeñas espinas que aruñan mis brazos y piernas. Intento ignorar el dolor pensando la manera de salir de este lugar con vida. Debería empezar por enterarme dónde estoy.
El sitio es frío y la bruma cubre todo, el suelo parece muerto o en estado latente, todo a mí alrededor parece desprovisto de vida, tampoco hay sonidos de animales, el cielo se ve apagado, igualmente brumoso y oscuro como si fuese humo producto de un incendio, pero no hay olor a quemado. Es un sitito desconcertante.
Me despierto tomando aire de pronto, como si reaccionara a una pesadilla, pero no estaba soñando nada. Lo primero que veo son las hojas del árbol de la casa, las reconocería dónde sea, son únicas para mí, noto que estoy acostada y mi cabeza descansa en el regazo de Chamuel, quien me mira desde arriba con una expresión seria.-Hola dormilona, creí que nunca despertarías.- dice sin más.-Hola…- mi voz se oye muy ronca- … yo también creí que nunca despertaría otra vez.Me levanto de su regazo y lo miro fijamente.-¿Qué fue todo eso que pasó? ¿Dónde estábamos? Y lo más importante ¿qué eres?- pregunto con el corazón en la mano.Chamuel se endereza y se recuesta al árbol. Cierra los ojos y suspira, por un momento parece que se debate consigo mismo para darme una respuesta y s
-¿Y mi yerno?- pregunta mi mamá con una sonrisa boba en el rostro, está recostada a la puerta de entrada. Yo sólo puedo rodar los ojos.-¿De qué hablas?- digo fingiendo demencia.-¿Cómo que de qué? Pues de Chamuel… no te hagas la loca, ustedes se traen algo, mi sentido de madre no me engaña.- me señala con un dedo mientras me sonríe con una complicidad que no pienso compartir.-Tienes que revisar ese sentido tuyo, creo que se está oxidando, debe ser por la edad…- digo con toda la intención de hacerla molestar, el tema de la edad es bastante delicado para ella. Su sonrisa se desvanece y me brinda una mirada de reprobación.-¡Ja! Ya quisieras tú llegar a mí edad igual de bella.- enarca una ceja con molestia y cruza los brazos sobre su pecho.-Tranquila mami, es jugando, tú eres la más guapa sin impor
Abro de nuevo los ojos con la esperanza de que todo sea un sueño, pero parece que hoy no es mi día de suerte.Gabriel sigue de pie al frente y su camisa está en el suelo. El brazo de Rafael me sigue aprisionando y por más que lucho no logro moverlo ni un milímetro de su sitio.-No te resistas más mi flor. Yo sé que también deseas esto.- dice en mi oreja y los escalofríos de terror me invaden entera.-Ya sabes que hacer Rafael.- ordena Gabriel mientras se acerca nuevamente a mí, estira sus manos y desgarra con una facilidad abrumadora mi blusa dejando al descubierto mi sostén. Nunca en mi vida me he sentido más expuesta y mi instinto es cubrirme con las manos, pero Rafael me ha tomado de los brazos por atrás y no puedo moverme, estoy inmovilizada.Las lágrimas desbordan de mis ojos y Gabriel acuna con su mano mi mejilla, buscando mi mirada, pero el miedo me ha
-Déjame ver si entendí.- digo recapitulando después que Rafael repitiera tres veces su escueta explicación- Ustedes sólo deseaban hablar conmigo.-Sí.- dice Rafael afirmando con su cabeza a la vez.-No deseaban hacerme daño.-No.-Entonces ¿por qué coños terminaron atormentándome en sueños? ¿Se supone que tengo que tomar como normal que intentaron violarme ustedes dos porque fue un sueño?. Entonces yo, la loca pues, sólo porque fue un sueño que manipularon, que no ocurrió en realidad, entonces no debo sentirme ofendida, y todo normal ¿ah? ¿es eso? No pasó nada entonces. No me hagan reír.- vuelvo a llenarme de ira al recordar todo.Rafael suspira con frustración y cansancio. Llevamos unos 20 minutos en la misma conversación y no ha logrado convencerme de nada, mientras que Gabriel sigue de p
-No entiendo como un sitio donde es infinitamente más probable perderse va a ser la salida de este lugar, a todas éstas, ¿por qué éste sitio es tan distinto del otro dónde terminé con Chamuel?-¿No te callas nunca?- detiene su marcha hacia el laberinto- Jodida mierda, sólo haces preguntas, te contesto y tienes más preguntas.- su voz está cargada de exasperación y me mira con fastidio. Aunque me haya besado sigue resultando en extremo odioso para mí este sujeto.-No haría tantas preguntas si fueses más abierto y compartieras toda la información que tienes sobre este lugar.- me cruzo de brazos y lo miro con el mismo fastidio que él me mira dejando claro que sigue sin caerme bien- además no puedo evitar hablar, para algo nos hicieron con bocas, para comunicarnos.-Disfrutaría amordazándote.- dice de forma maliciosa y yo me sorp
-Toma, sostén esto sobre tu herida un momento para detener la sangre.- dice Gabriel entregándome un pañuelo que ha sacado de su bolsillo.-Gracias.- presiono el pañuelo en mi cabeza y el dolor es menos punzante cada vez.Soy afortunada la verdad, siempre he tenido muy buena cicatrización. Recuerdo cuando era niña los raspones que me hacía en las rodillas por correr, curaban de un día para otro sin dejar cicatriz. También recuerdo que mis padres se asustaron por eso pero el médico los tranquilizó diciendo que tenía un excelente sistema inmunológico y que era bendecida. Desde ese entonces cada pequeña lesión en mí sana a un ritmo más acelerado que el resto de las personas.-Tenemos que cruzar el laberinto. Vamos.- toma mi mano para guiarme pero yo no me muevo de mi sitio.-Espera, ese no fue el trato.- voltea a verme y sus ojos azules parec
He quedado sola en el mismo pasillo.¡Mierda! ¡Mierda! Esto está todo mal.Estúpido laberinto.-¡Arg!- gruño al evocar las palabras que me han llevado a la situación en la que estoy actualmente.-¿Gabriel? ¿Estás ahí? ¿Alguien?... ¡Ayuda!- grito infructuosamente. Sólo el silencio me responde confirmando la soledad a la que he sido sometida por mi falta de respeto.“Estúpido, estúpido, estúpido laberinto” despotrico mentalmente. Hasta donde sé el laberinto no escucha pensamientos.¿Ahora qué hago? Estoy sola. No sé dónde quedó Gabriel o si yo fui a la que transportaron. Todo se ve igual que el pasillo anterior.¿Hacia dónde debería ir? Esto es una cagada. Yo y mi bocota, como siempre.Respiro profundo intentando calmarme y pensar de forma sen
No puedo moverme. Sólo puedo observar, en total silencio la escena que se desarrolla ante mi vista. Estoy sentada encogida en una esquina de esta macabra habitación, que solía ser blanca, siendo ignorada por una niña vestida de blanco y un hombre semi vestido de negro.El hombre amarrado de cabeza sigue sacudiéndose fuertemente intentando soltarse, lo cual no da resultado. Está bien amarrado.El hombre grande semi desnudo hace aparecer en sus manos con un destello una carpeta como si de un secretario u oficinista se tratase.-¿Nombre?- pregunta la niña con una voz angelical, típica de una niña como ella.-Cristofer Hernandez- responde el negro en tono profesional mientras observa la carpeta.-Se llama como él… ¡me encanta!- dice la pequeña emocionada y da un saltito- ojalá a él pudiera hacerle lo mismo que a ésta persona- dice