Sofía, a quien sus padres le habían enseñado ser servicial y ayudar a los demás, sin importar como la tratasen, ignoró el trato del hombre refugiado dentro del calor y la sequedad de su coche y observó el vehículo con sus ojos analíticos.
-Mhhh… Veo que has pinchado una rueda, ¿Tienes una llave y un cricket?
Él hombre se giró desconcertado por la pregunta inesperada de la mujer de la calle y comenzó a balbucear.
-Eh.. yo… no lo sé.
-Abre el baúl, yo me fijo.
Lucas dudó, mirándola con sospecha, seguro era una de esas trampas en las que la más linda del grupo lo distraía y luego aparecían 10 vagabundos más y le robaban todo.
-Oh vamos, no voy a robarte nada- exclamó con impaciencia.
El magnate apretó un botón que abrió el baúl automáticamente sin siquiera detenerse a pensarlo y cuando escuchó el clic sintió miedo, mirando hacia todos lados, esperando que salgan del puente o de los matorrales.
Pero nadie vino. Miró desde el espejo retrovisor como la mujer empapada sacaba del baúl las herramientas y la pesada rueda de auxilio, luego se acercó nuevamente a la ventana, ahora con el rostro rojo del esfuerzo habló:
-Con tu peso dentro del auto va a ser más difícil todavía.
Sofía se corrió los rizos mojados y pegados sobre su rostro y finalmente Lucas pudo apreciar a la mujer.
Tenía una belleza natural e inigualable que sobresalía detrás de ese rostro cansado, el aspecto descuidado y las heridas en su rostro.
¿Cómo es que una mujer que parecía tener un carácter fuerte y ser tan genuina había terminado en esa situación?
-¿Y señorito? ¿Va a salir? Puede ir debajo del puente si no se quiere mojar mientras cambio la rueda.
Lucas salió rápidamente, obedeciendo las órdenes de la vagabunda.
-Déjame ayudarte, no estoy acostumbrado a no tener las cosas bajo control- exclamó hablando de la rueda, aunque por dentro sabía que se refería a Victoria.
-Entonces sabes cambiar una rueda- le pasó las herramientas, que el joven miró con terror…
-En realidad no…- exclamó avergonzado. Sofía sonrió de lado, divertida por la escena. No había esperado sonreír tan rápido luego de todo lo que pasó.
-Déjame a mí.
Le quitó nuevamente las herramientas y se agachó frente al auto, sintiendo un pinchazo en sus partes íntimas que la hizo gemir de dolor.
-¿Estás bien?- preguntó el magnate, preocupado por el mal estado de la mujer.
-Sí, no es nada- Mintió.
Lucas se sintió fatal, la joven vagabunda, que se veía tan frágil y vulnerable estaba haciendo todo el trabajo mientras él estaba ahí parado como un inútil.
Sofía sintió algo en su espalda que la hizo estremecer y alejarse a la defensiva.
-Lo siento, no quise asustarte.
La joven miró su espalda, notando que solamente le había puesto su sobretodo para cubrirla de la lluvia.
-Gracias…- dijo en un hilo de voz. No recordaba la última vez que alguien se había preocupado realmente por ella.
Luego de un rato, en el que Lucas ya estaba completamente empapado, finalmente la joven terminó con su labor.
-Listo- dijo orgullosa de su trabajo.
Lucas miró el trabajo sorprendido.
-Realmente estoy muy agradecido contigo, si hubiese tenido que esperar a la grúa me hubiese quedado aquí durante horas, podrían haberme asaltado y…- Miró incómodo a la mujer- Lo siento, yo…
-No te preocupes, no es una zona muy linda que digamos- Sofía le devolvió las herramientas y el sobretodo al joven- Ten, será mejor que te vayas pronto de este lugar, llamas mucho la atención.
Sofía comenzó a alejarse abrazada a sí misma y el magnate se mordió el labio con impotencia.
Se había dicho a sí mismo no volver a confiar en una mujer, pero esa joven de la calle lo había ayudado, tenía que hacer algo por ella a cambio.
-¡Espera!- gritó y corrió hacia la mujer-¿Hay algo que pueda hacer por ti? No sé… ¿Quieres dinero? ¿Cuánto quieres?
-No lo hice por dinero…- dijo ofendida.
Lucas pareció pensarlo un momento más.
-¿Tienes un lugar donde dormir? Puedes venir conmigo.
Sofía retrocedió asustada, mirando las posibles salidas para su huida.
-Oye… solo te ayudé porque lo necesitabas, no hice esto para acostarme contigo o algo así
-¡No no! No me refería a eso- Suspiró angustiado y sintiéndose un idiota- Escucha… Tengo toda una cadena de hoteles de lujo, ¿Qué te parece si te doy una habitación? Para que te puedas duchar y secar y dormir cómoda. Sin ninguna doble intención ¿De acuerdo?
Sofía pareció pensarlo por un segundo, el confiar en un hombre adinerado de sonrisa cautivante le había costado caro antes, ¿Cómo podía confiar en que este hombre no era igual?
Se abrazó a sí misma, protegiendo su magullado cuerpo.
-Escucha…- susurró con cuidado el joven, caminando lentamente hacía la mujer de la calle como si fuera un animalito herido- Sé que habrás pasado por cosas feas que te hacen desconfiar de mí, pero créeme cuando te digo que no tengo intenciones malas contigo. Que tal si…- Buscó su billetera en su bolsillo- Te doy esto, lo guardas hasta que sepas que estás segura en tu habitación ¿De acuerdo?.
La mujer quiso reír por la estúpida propuesta del hombre, pero rápidamente se acercó y le quitó sus pertenencias, abrazándolas contra su cuerpo.
-¿Y cómo sabes que no voy a robarte esto?
El hombre rió divertido.
-La verdad es que no lo sé- Se rascó la nuca avergonzado- Tan solo espero que no lo hagas.
Sofía se apresuró a entrar a los asientos de atrás y finalmente Lucas suspiró aliviado, no hubiese podido volver tranquilo a su mansión acogedora y caliente sabiendo que esa mujer pasaría la noche temblando de frío.
Su asistente lo llamó de vuelta mientras manejaba.
-¿Y? ¿Has conseguido una solución?
-Ahora no puedo, estoy con algo más importante- gruñó y miró preocupado por el espejo retrovisor a la joven que se abrazaba a sí misma.
Lucas subió la calefacción al máximo para que la muchacha desconocida no pasara frío- Necesito que ya mismo me lleves al hotel central ropa de mujer.
-¿Y de dónde quieres que saque eso ahora? ¿En qué te has metido?
-¡Tan solo agarra una valija de Victoria y mete algo de su ropa ahí!
Sofía escuchó gritar al hombre desconocido cargado de ira, que luego arrojó su teléfono al asiento del copiloto con brusquedad. “¿En qué carajos estaba pensando cuando subí a este vehículo?” Se dijo a sí misma y comenzó a sentir que el pánico la inundaba. De repente sintió que el asiento trasero de ese vehículo no era el del magnate hotelero, sino aquel auto del hombre que la había engañado, quien se había aprovechado de su inocencia y de su vulnerabilidad. Sintió el olor a tabaco inundar sus fosas nasales y el aliento rancio a cigarrillo del cruel hombre contra su rostro mientras gemía de placer a costas de ella. Comenzó a sentir que las paredes del auto se encerraban al rededor suyo y que nuevamente estaba aprisionada y sin escapatoria. Intentó quitarse el cinturón de seguridad sin éxito, como si fuera una cadena que la mantenía atada y lista para la bestia que la atacaría. Intentó abrir la puerta, cayendo en la cuenta de que estaba trabada con la seguridad para niños. -No..
Sofía se detuvo un momento a admirar la lujosa suite. La amplia habitación estaba decorada con un gusto exquisito que la joven sospechaba que eran del estilo del hombre. Las paredes estaban revestidas con un papel verde agua con detalles dorados que generaban paz con tan solo verlo. Una iluminación tenue que resaltaba la belleza de los muebles antiguos y las obras de arte que de seguro valían una millonada. La cama de tamaño king-size cubierta por sábanas de lujo color negro y múltiples almohadas mullidas hizo que la castaña deseara zambullirse en ella en un profundo sueño reparador. Pero Sofía sabía que primero debía bañarse, había estado posponiendo eso por bastante tiempo y su cuerpo lo pedía a gritos. Caminó hacia la puerta cerrada donde el magnate le había indicado que estaba el baño privado, sorprendiéndose de ver que el tamaño era como otra casa entera. Las paredes estaban revestidas de mármol color negro, a un costado había un jacuzzi que no iba a usar, no podía abusar
-No puedo más- exclamó la castaña poniendo sus manos en su barriga sintiéndose satisfecha- Estaba delicioso, gracias.Lucas sonrió orgulloso y alejó la bandeja a un costado, sentándose más cerca de la joven de la calle.-Escucha, tengo una propuesta para ti- exclamó seriamente, como solía manejarse con los negocios.Sofía se mantuvo en silencio, esperando que el magnate mostrara sus verdaderas intenciones con ella. Ya la había endulzado con una lujosa habitación y con un desayuno exquisito, era momento de pedir algo a cambio.Inconscientemente cubrió su cuerpo con la sábana, como si fuera un escudo impenetrable.Estaba en el último piso de un hotel lujoso que le pertenecía al mismo hombre que ahora estaba a solas en esa habitación con ella, un hombre con semejante adquisición seguramente era alguien que conseguía siempre lo que quería. Si habían abusado de ella en un coche en plena vía pública no veía porque no en un lugar tan recóndito como ese.-Como ya habrás visto, soy el dueño de
Sofía tenía los papeles del contrato frente a sus ojos. La primera hoja tenía en mayúscula el título. “RELACIÓN POR CONTRATO” Para que no se olvidase que era solo eso, un acuerdo y nada más. La castaña pasó hoja por hoja, leyendo muy por arriba, parecía a propósito que todos los contratos tuvieran miles de hojas con letra chica que uno sabía que no leería, y tampoco tenía el dinero para pagar un abogado que lo leyera por ella. -“Ambas partes no pueden revelar que la relación que tienen es un contrato pre acordado”- leyó en voz alta bajo la mirada nerviosa del magnate que la observaba desde una esquina, esperando con impaciencia a que firmara- En caso de que el firmante decida terminar con el acuerdo no recibirá ningún tipo de beneficio que haya ganado durante la relación- “Básicamente como mi matrimonio anterior” Pensó de forma irónica la castaña. “Me vestiría con ropa de lujo para ser su mujer perfecta, con las joyas y los zapatos más caros, todo lo que sea necesario para mostr
-Bueno es aquí- exclamó incómodo el magnate, al presentarle su no muy humilde hogar a la chica de la calle.Sofía se encontraba parada frente a una majestuosa mansión de un blanco pulcro como la nieve, observó con los ojos abiertos de par en par, aquella imponente construcción que se alzaba ante ella como un castillo de ensueño, con sus altas columnas, amplios ventanales.Sus pasos temblorosos la llevaron a través de las puertas dobles de roble macizo, revelando un vestíbulo espacioso y elegantemente decorado. Un candelabro colgante iluminaba el lugar, haciendo brillar mágicamente la habitación.Un hombre, vestido muy elegante, los recibió.-Bienvenidos a casa- exclamó con cortesía, inclinándose ante la pareja.- Señorita Sofía ¿Desearía conocer la mansión Montenegro?La nombrada se giró hacia Lucas, esperando la aprobación de su parte.El magnate sonrió en aprobación.-Después de ti- exclamó dejando que su acompañante tuviera la libertad de conocer el que ahora sería su hogar.Sofía s
Sofía descendió lentamente por la larga escalera de mármol, sintiéndose insegura de su aspecto.Al final, justo en el último escalón estaba Lucas, quien la observaba estupefacto desde abajo, asombrado por su belleza.Estaba hermosa, más de lo que ya era, con sus rizos perfectamente armados como un marco alrededor de su pequeño rostro sonrojado.El magnate sintió como su respiración se cortaba, cautivado por su presencia magnética.su vestido, el que había escogido de entre cientos que habían llenado su nuevo armario, era exquisitamente elegante. De un tono rosa suave que realzaba su tez morena y resaltaba su belleza natural. La prenda se ajustaba perfectamente a su figura, confeccionado en un suave y delicado tejido de seda, que se deslizaba suavemente sobre su piel dorada. El diseño del vestido tenía un escote sutil en forma de corazón, sin mostrar más de lo que la castaña querría que se viera en público.Lucas observó nervioso cómo se realzaba la línea del delgado y desnudo cuello d
-¿Averiguaste de donde viene esa mojigata?- exclamó la rubia a su secretario, quien también era su espía y quien hacía su trabajo sucio.-Sí señorita Victoria, he averiguado todo sobre Sofía Navarro.-Con que así se llama eh, que apellido más ordinario- rio de forma burlona.-De hecho, lo es.-¿No es hija de alguien importante?- preguntó sorprendida la mujer, quien se volteó rápidamente hacia su hombre, ya que hasta ese momento no le había dado tanta importancia al asunto.Esperaba que esa mujer fuera alguna actriz o modelo de algún país lejano, o la hija escondida de alguna familia que finalmente se mostraba en público.¡Su Lucas no estaba saliendo con una mujer de prestigio!No podía creerlo, eso era caer muy bajo de su parte, hasta era ofensivo para ella misma, cambiarla por alguien que no tenía clase.-Vamos, dime todo de esa donnadie.-En realidad no hay mucho que decir señorita, no me ha costado mucho investigar su pasado. No ha estudiado nada, nunca ha trabajado, no tiene hijos
-¿Estás bien sofí?- preguntó Lucas al verla distraída mirando hacia otro lado, desde su punto de vista no pudo ver al depredador que acechaba a la joven. La castaña dio un saltito al escuchar que el magnate la llamaba, volteandose hacia él, para luego volver a mirar hacia el tumulto de gente, encontrándose con que su abusador ya no estaba ahí. -S-si, todo bien- exclamó sonriendo como bien había aprendido. Una música romántica comenzó a sonar y las luces comenzaron a bajar la intensidad, hasta llegar a una iluminación tenue. “No no no” Gritó a sus adentros, nunca le había tenido miedo a la oscuridad, pero a lo que en realidad le tenía pavor era a lo que se escondía en la oscuridad. -¿Me complaces esta pieza?- dijo su acompañante, inclinándose hacia adelante extendiendo su mano para que Sofía la tomara. La joven lo miró sorprendida. ¿Acaso la gente rica aún organizaba bailes? Pensó extrañada por esto. -Oh, es que no sé bailar- dijo avergonzada, temiendo que Lucas se molestase por