Lucas Montenegro no lo podía creer lo que estaba viendo frente a sus ojos, en la pantalla de su computadora tenía un mail abierto de una persona anónima que le revelaba secretos de Victoria, la mujer con quien había compartido su vida durante los últimos 2 años, en quien había confiado ciegamente y ahora resultaba ser toda una mentira.
-Señor, su mujer está aquí- indicó su asistente.
-Dígale que pase- ordenó secamente el magnate de la más grande industria hotelera y del entretenimiento, a quien todos amaban y por lo tanto no podía confiar en nadie que se le acercara, pero había sido vulnerable con esa mujer, abriéndose por completo a ella.
-Hola cariño- exclamó la alta y esbelta mujer de cabello lacio hasta las orejas color rubio.
Victoria se acercó contoneándose hasta su pareja, con su amplia y hermosa sonrisa que ahora para el Magnate era grotesca y falsa.
La rubia intentó besarlo como era de costumbre, pero el joven corrió la cara y se alejó de ella como si el tacto de la mujer le quemase.
- ¿Qué sucede mi amor?
Con el profundo dolor de la traición todavía fresco en sus retinas, giró su computadora hacia la mujer, mostrándole fotos de ella con importantes empresarios tecnológicos y políticos muy peligrosos de la ciudad.
-¿Qué significa esto Victoria?
Por un milisegundo el rostro de horror apareció en la cara de la mujer, para luego ser convertido en una expresión tonta y divertida.
-¿Qué hay con eso cariño? No me digas que estás celoso…
-No me trates de idiota Victoria, por lo que veo ya me lo has hecho durante dos años, sabes muy bien que esos hombres son mis enemigos.
-Yo… no lo sabía…
-Eso de hacerte la tonta ya no te va a servir más - exclamó dolido- ¡Me dijiste que eras una huérfana que vino de Rusia, que no tenías dinero, ni estudios y que intentaste probar suerte en este país para ser modelo! ¡Y yo te creí! Y ahora resulta que no te conozco….
-C-cariño, puedo explicarlo…
-No hay nada más que explicar, aquí lo dice todo. ¿Ellos te pagaron por conquistarme? ¿Has estado estos dos años fingiendo que me amabas para robarme mi invento secreto? No debí contarte nada…
-¡No es cierto!- sollozó la rubia, tirándose hacia adelante y colgándose del cuello de su pareja- Me han obligado, lo juro, pero me he enamorado de ti y les he dicho que no quiero seguir más con esto.
-No te creo nada, farsante- gruñó quitando las manos de su cuello de quien era el amor de su vida. - Ya no sé quién eres…
Se alejó de ella nuevamente, girando su rostro hacia un lado, tratando de que las lágrimas de dolor no salieran de sus ojos azules.
-Realmente te amaba Victoria.
-Lucas… Por favor…
-¡Seguridad! ¡Llévense a esta mujer! - ordenó con dolor, cerrando los ojos con fuerza y dándole la espalda a quien creyó que sería el amor de su vida y la madre de sus hijos.
Dos hombres corpulentos entraron a su oficina y tomaron de los brazos a la rubia, quien comenzó a patalear y chillar, mostrando su verdadera cara
-¡Me las vas a pagar Lucas Montenegro! ¡Nadie me humilla de esta forma! Te estas metiendo con gente peligrosa, ¡Te vas a arrepentir! ¡Tienes los días contados!
Lucas miraba desde el gran ventanal como la lluvia comenzaba a golpear contra el vidrio.
“Es como me siento por dentro” Pensó mirando el cielo nocturno tapado por las nubes grises. “Nunca más voy a confiar en una mujer”
Sofía se arrodilló en el jardín delantero de su casa, que ahora estaba lleno de lodo, manchando sus rodillas desnudas mientras intentaba sin éxito salvar algo de la ropa que había caído sobre el charco de agua.
Todo estaba arruinado y mojado y la valija se había llenado de agua por la lluvia torrencial que parecía que nunca iba a parar.
Arrojó las prendas mojadas con bronca al suelo y se levantó a duras penas, porque el dolor en sus entrañas aún latía con fuerza recordando lo ocurrido antes de llegar a la casa.
Salió rendida hacia la calle, completamente empapada y temblando de frío, miró una última vez la casa que creyó que era su hogar y caminó sin rumbo, sin tener un lugar a donde ir.
De un día para el otro su vida había cambiado rotundamente, de tener un hermoso y cálido esposo a no tener ninguno, de tener una casa acogedora y un techo donde dormir, a ser una mujer de la calle.
Sofía sabía que no obtendría nada de todo lo que había construido en su matrimonio, porque antes de firmar los papeles del matrimonio, Víctor le había hecho firmar un contrato legal de que todo lo que él consiguiera por su cuenta antes o durante su vida juntos, sería de él y solo de él, pase lo que pase.
Ella había firmado sin problemas, sabiendo que jamás se separaría del amor de su vida y del hombre que sus padres habían dado el visto bueno.
“Es un buen hombre Sofía, tiene mucho dinero, no necesitarás trabajar nunca, solo debes consentirlo y hacerlo feliz” Había dicho su madre cuando prácticamente la entregó a ese hombre adinerado quien creyó que la amaría por siempre.
Y ahora aquí estaba, abrazada a sí misma, con el cuerpo empapado, el pelo pegado a su rostro y el dolor ardiendo en todo su cuerpo.
“Nunca más voy a confiar en un hombre”
Vio a lo lejos un puente y para Sofía fue como un destello de esperanza.
Se apresuró a llegar allí, deseando que las pesadas gotas de lluvia dejaran de golpear su débil cuerpo y quizás hasta podría secarse. Esa era su única prioridad en ese momento, luego pensaría que hacer con el resto de su vida.
Luego de la traición, Lucas tomó su vehículo, huyó del hotel y comenzó a manejar sin rumbo fijo, deseando alejarse de toda su vida de mentiras y queriendo ser otra persona.
Su asistente no lo dejaba de llamar, una y otra vez, desesperado por saber a dónde se había metido su jefe.
-¿Puedes dejar de controlar cada paso que doy?- gritó cuando lo atendió y lo puso en altavoz sin dejar de manejar.
-Señor Montenegro, le debo recordar que vienen los eventos y presentaciones empresariales del nuevo hotel y en el que usted debe aparecer con su esposa que acaba de arrojar a la calle- inquirió descaradamente su viejo asistente.
-No quiero ver a esa farsante nunca más, prefiero aparecer solo.
-¿Por qué no pudo esperar un mes más? Tan solo eso necesitaba
-¿Querías que fingiera durante todo un mes? ¿Querías que durmiera con una perfecta desconocida? Lo vi en sus ojos, esa mujer iba a matarme.
Lucas escuchó como su agotado asistente suspiraba del otro lado de la llamada
-Vas a tener que encontrar una solución a esto cuanto antes, sabes que los inversionistas son hombres tradicionales que apoyan la familia tradicional, no a un hombre de 35 años soltero y sin hijos como lo eres ahora.
-Solo... déjame solo un rato, ¿Quieres? ¡Ya voy a encontrar una solución! ¿feliz?- gritó y tomó el celular para cortar la llamada, perdiendo el control del volante por tan solo un segundo, haciendo que el auto se resbalara por el asfalto mojado y golpeara con el cordón una de las ruedas traseras de su coche, haciéndole un gran agujero.
-¡Maldita sea!- gritó golpeando el volante.
Sofía estaba apoyada contra la pared de cemento debajo del puente, esperando a que la lluvia pare cuando vio que a tan solo unos metros que un auto color negro perdía el control. Sin pensarlo dos veces, salió de su refugio para empaparse con la lluvia nuevamente y auxiliar a la persona.
Se apresuró lo más que pudo, mojándose nuevamente de pies a cabezas y se acercó al vidrio del lado del conductor, dándole golpecitos a la ventana.
-Lo que me faltaba, una vagabunda- bufó el joven magnate, bajando el vidrio con fastidio- No gracias, no tengo dinero y no hago caridad. - exclamó con indiferencia y sin siquiera verla a la cara.
Sofía, a quien sus padres le habían enseñado ser servicial y ayudar a los demás, sin importar como la tratasen, ignoró el trato del hombre refugiado dentro del calor y la sequedad de su coche y observó el vehículo con sus ojos analíticos. -Mhhh… Veo que has pinchado una rueda, ¿Tienes una llave y un cricket? Él hombre se giró desconcertado por la pregunta inesperada de la mujer de la calle y comenzó a balbucear. -Eh.. yo… no lo sé. -Abre el baúl, yo me fijo. Lucas dudó, mirándola con sospecha, seguro era una de esas trampas en las que la más linda del grupo lo distraía y luego aparecían 10 vagabundos más y le robaban todo. -Oh vamos, no voy a robarte nada- exclamó con impaciencia. El magnate apretó un botón que abrió el baúl automáticamente sin siquiera detenerse a pensarlo y cuando escuchó el clic sintió miedo, mirando hacia todos lados, esperando que salgan del puente o de los matorrales. Pero nadie vino. Miró desde el espejo retrovisor como la mujer empapada sacaba del ba
Sofía escuchó gritar al hombre desconocido cargado de ira, que luego arrojó su teléfono al asiento del copiloto con brusquedad. “¿En qué carajos estaba pensando cuando subí a este vehículo?” Se dijo a sí misma y comenzó a sentir que el pánico la inundaba. De repente sintió que el asiento trasero de ese vehículo no era el del magnate hotelero, sino aquel auto del hombre que la había engañado, quien se había aprovechado de su inocencia y de su vulnerabilidad. Sintió el olor a tabaco inundar sus fosas nasales y el aliento rancio a cigarrillo del cruel hombre contra su rostro mientras gemía de placer a costas de ella. Comenzó a sentir que las paredes del auto se encerraban al rededor suyo y que nuevamente estaba aprisionada y sin escapatoria. Intentó quitarse el cinturón de seguridad sin éxito, como si fuera una cadena que la mantenía atada y lista para la bestia que la atacaría. Intentó abrir la puerta, cayendo en la cuenta de que estaba trabada con la seguridad para niños. -No..
Sofía se detuvo un momento a admirar la lujosa suite. La amplia habitación estaba decorada con un gusto exquisito que la joven sospechaba que eran del estilo del hombre. Las paredes estaban revestidas con un papel verde agua con detalles dorados que generaban paz con tan solo verlo. Una iluminación tenue que resaltaba la belleza de los muebles antiguos y las obras de arte que de seguro valían una millonada. La cama de tamaño king-size cubierta por sábanas de lujo color negro y múltiples almohadas mullidas hizo que la castaña deseara zambullirse en ella en un profundo sueño reparador. Pero Sofía sabía que primero debía bañarse, había estado posponiendo eso por bastante tiempo y su cuerpo lo pedía a gritos. Caminó hacia la puerta cerrada donde el magnate le había indicado que estaba el baño privado, sorprendiéndose de ver que el tamaño era como otra casa entera. Las paredes estaban revestidas de mármol color negro, a un costado había un jacuzzi que no iba a usar, no podía abusar
-No puedo más- exclamó la castaña poniendo sus manos en su barriga sintiéndose satisfecha- Estaba delicioso, gracias.Lucas sonrió orgulloso y alejó la bandeja a un costado, sentándose más cerca de la joven de la calle.-Escucha, tengo una propuesta para ti- exclamó seriamente, como solía manejarse con los negocios.Sofía se mantuvo en silencio, esperando que el magnate mostrara sus verdaderas intenciones con ella. Ya la había endulzado con una lujosa habitación y con un desayuno exquisito, era momento de pedir algo a cambio.Inconscientemente cubrió su cuerpo con la sábana, como si fuera un escudo impenetrable.Estaba en el último piso de un hotel lujoso que le pertenecía al mismo hombre que ahora estaba a solas en esa habitación con ella, un hombre con semejante adquisición seguramente era alguien que conseguía siempre lo que quería. Si habían abusado de ella en un coche en plena vía pública no veía porque no en un lugar tan recóndito como ese.-Como ya habrás visto, soy el dueño de
Sofía tenía los papeles del contrato frente a sus ojos. La primera hoja tenía en mayúscula el título. “RELACIÓN POR CONTRATO” Para que no se olvidase que era solo eso, un acuerdo y nada más. La castaña pasó hoja por hoja, leyendo muy por arriba, parecía a propósito que todos los contratos tuvieran miles de hojas con letra chica que uno sabía que no leería, y tampoco tenía el dinero para pagar un abogado que lo leyera por ella. -“Ambas partes no pueden revelar que la relación que tienen es un contrato pre acordado”- leyó en voz alta bajo la mirada nerviosa del magnate que la observaba desde una esquina, esperando con impaciencia a que firmara- En caso de que el firmante decida terminar con el acuerdo no recibirá ningún tipo de beneficio que haya ganado durante la relación- “Básicamente como mi matrimonio anterior” Pensó de forma irónica la castaña. “Me vestiría con ropa de lujo para ser su mujer perfecta, con las joyas y los zapatos más caros, todo lo que sea necesario para mostr
-Bueno es aquí- exclamó incómodo el magnate, al presentarle su no muy humilde hogar a la chica de la calle.Sofía se encontraba parada frente a una majestuosa mansión de un blanco pulcro como la nieve, observó con los ojos abiertos de par en par, aquella imponente construcción que se alzaba ante ella como un castillo de ensueño, con sus altas columnas, amplios ventanales.Sus pasos temblorosos la llevaron a través de las puertas dobles de roble macizo, revelando un vestíbulo espacioso y elegantemente decorado. Un candelabro colgante iluminaba el lugar, haciendo brillar mágicamente la habitación.Un hombre, vestido muy elegante, los recibió.-Bienvenidos a casa- exclamó con cortesía, inclinándose ante la pareja.- Señorita Sofía ¿Desearía conocer la mansión Montenegro?La nombrada se giró hacia Lucas, esperando la aprobación de su parte.El magnate sonrió en aprobación.-Después de ti- exclamó dejando que su acompañante tuviera la libertad de conocer el que ahora sería su hogar.Sofía s
Sofía descendió lentamente por la larga escalera de mármol, sintiéndose insegura de su aspecto.Al final, justo en el último escalón estaba Lucas, quien la observaba estupefacto desde abajo, asombrado por su belleza.Estaba hermosa, más de lo que ya era, con sus rizos perfectamente armados como un marco alrededor de su pequeño rostro sonrojado.El magnate sintió como su respiración se cortaba, cautivado por su presencia magnética.su vestido, el que había escogido de entre cientos que habían llenado su nuevo armario, era exquisitamente elegante. De un tono rosa suave que realzaba su tez morena y resaltaba su belleza natural. La prenda se ajustaba perfectamente a su figura, confeccionado en un suave y delicado tejido de seda, que se deslizaba suavemente sobre su piel dorada. El diseño del vestido tenía un escote sutil en forma de corazón, sin mostrar más de lo que la castaña querría que se viera en público.Lucas observó nervioso cómo se realzaba la línea del delgado y desnudo cuello d
-¿Averiguaste de donde viene esa mojigata?- exclamó la rubia a su secretario, quien también era su espía y quien hacía su trabajo sucio.-Sí señorita Victoria, he averiguado todo sobre Sofía Navarro.-Con que así se llama eh, que apellido más ordinario- rio de forma burlona.-De hecho, lo es.-¿No es hija de alguien importante?- preguntó sorprendida la mujer, quien se volteó rápidamente hacia su hombre, ya que hasta ese momento no le había dado tanta importancia al asunto.Esperaba que esa mujer fuera alguna actriz o modelo de algún país lejano, o la hija escondida de alguna familia que finalmente se mostraba en público.¡Su Lucas no estaba saliendo con una mujer de prestigio!No podía creerlo, eso era caer muy bajo de su parte, hasta era ofensivo para ella misma, cambiarla por alguien que no tenía clase.-Vamos, dime todo de esa donnadie.-En realidad no hay mucho que decir señorita, no me ha costado mucho investigar su pasado. No ha estudiado nada, nunca ha trabajado, no tiene hijos