Capítulo 374
La cena transcurrió con mucha tranquilidad, ya que Gael no se daba ningún aire de jefe.

Sergio apenas habló, limitándose a servirme comida y preguntarme de vez en cuando si quería agua, actuando con tanta frialdad que parecía él el verdadero jefe.

Al terminar la cena, Gael se marchó gustoso en su discreto Maybach.

Dylan había bebido y llamó a un conductor.

Mientras esperaban, Dylan pasó despreocupado el brazo por los hombros de Sergio. —Chico, ¿qué te pareció? ¿Estás satisfecho con la reunión de hoy?

Sergio apartó con frialdad su mano. —Has bebido demasiado.

—No tanto, sé que temes que hable de más. Tranquilo, sé lo que hago —Dylan intentó darle otra palmada en el hombro.

Esta vez Sergio le sujetó cariñoso la muñeca. —Dylan, detesto que me den palmadas en el hombro. Y deberías evitar hacérselo a otros. Hay una explicación mística para esto: cada persona lleva su suerte en los hombros, y al dar palmadas podrías llevarte su buena fortuna, ¿entiendes, verdad?

Casi me rio al escucharlo. No
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