―Mario está ahora consciente y quiere verte―me dice el sanador y yo respiro profundo por toda la calamidad que se ha desatado.
―Enseguida voy―le digo con un asentimiento de cabeza y él me sonríe.
―Solamente, ten cuidado con lo que dices, porque todavía su conexión con su lobo es débil―me advierte y yo siento como se me forma un nudo en la garganta.
Así que paso a su habitación, olvidándome de que tengo que ir con mi padre, pero, a lo mejor pueda salvar toda esta situación, si es que hablo con Mario y que razone con su padre, después de todo, él quería romper nuestro compromiso y eso fue lo que hice.
Una unión a la cual él no le había puesto importancia, así que estuvo bien que lo hiciera, para su felicidad y mi humillación, al ser una cornuda de la cual todo el mundo se burlaba.
― ¿Estás bien? ―le digo en cuanto lo veo.
― ¿Qué, ahora te vas a burlar de mí? ―me espeta todo cabreado, aunque todavía se nota que está batallando por recuperarse―casi no lo escucho―me dice y no le entiendo―a mi lobo―me aclara―ha perdido casi toda su fuerza por tu culpa―me acusa y yo trato de contener las ganas que tengo por reclamarle.
―Yo no fui la que falló en nuestra relación, si no tú con tu desfile de mujeres pasando por tu cama―le digo la verdad, aunque suene como un reproche―yo quería que todo funcionara entre los dos, que nos hiciéramos la marca y que pudiera ser tu mujer―le recuerdo y él ahora me mira con rabia, aunque se nota que le duele cada movimiento―pero no fue así, muy por el contrario―le indico y él ahora destila odio.
―Soy un alfa, Adele―me responde, como si eso explicara todo―cumplo con la función más sagrada de toda la manada, cuidar de ella―me reclama, pero no entiendo nada de nada esta vez―pero ¿qué recibo a cambio? la humillación de haber sido rechazado por una simple beta como tú―me acusa y yo respiro profundo.
―Si hay algo que pueda hacer por tu condición, estoy a tu disposición―le indico, tratando de controlar mi orgullo, por lo que me acaba de decir.
―Sí, puedes hacer algo por mí―me dice ahora con una sonrisa ladina―más vale que tú y tu familia corran porque me encargaré de que mi padre los borre de esta manada―ahora se ríe a carcajadas―todos ustedes pagarán por lo que me has hecho y ya verán que mi familia no es motivo de burla.
―Pero, si no te he tocado, Mario, solamente te rechacé, que era lo correcto entre los dos, para que pudieras llevar a la cama a todas las mujeres que tú quisieras―trato de que entienda, pero mis palabras no tienen el efecto que espero, muy por el contrario.
―No me interesan tus razones, Adele―se vuelve a reír de mí―anda, huye, tienes hasta que encuentre a mi padre para que los saque de aquí, como los perros que son―me amenaza, pero es tanta la rabia que lo veo supurar, que siento un escalofrío de pie a cabeza y salgo enseguida de su habitación.
De inmediato bajo las escaleras para encontrarme con mi padre y explicarle todo lo que ha pasado, antes de que Mario cumpla su amenaza, si es que Mariah no ha encontrado a su padre ya y le haya contado su versión de lo que ha pasado con su hermano.
No, tengo que pensar en mi familia, antes que en mi orgullo herido, porque es sabido por todos que alfa Boris es caprichoso y vengativo y a pesar de que Mario es su quinto hijo, sigue llevando su sangre,
Además, estoy segura de que no nos llevará a un juicio justo, solamente descargará su ira sobre nosotros.
Así que busco por todos lados, incluso en su despacho, pero no lo encuentro por ningún lado.
―Me dijeron que estuvo en su oficina, pero tuvo que irse de inmediato―me indica su asistente y yo me quedo anonadada.
―Pero es que él no me dejaría aquí sola en la fiesta―le digo toda preocupada.
―Lo cierto es que no me han dicho más nada, solo que recibió una mala noticia y que ahora iba a ver de qué se trataba―me señala y ahora me siento culpable, porque yo le voy a traer otra mala noticia, acerca de los hijos de alfa Boris, quien está descontento con él, además.
― ¿Y no te ha dicho para dónde se dirigía? ―inquiero y él niega con la cabeza.
―No, pero creo que se trata de sus negocios―me dice, así que de inmediato me voy directo a las oficinas de su negocio, que se encuentra en el centro de la manada, a ver si lo puedo encontrar.
Pero no está aquí, en cambio, el lugar se nota desolado y ni siquiera veo a los guardianes que siempre están apostados en la entrada.
Esto me da muy mala espina.
Y si mi padre vino aquí y vio esto, de seguro debe estar tan consternado como yo.
Así que voy corriendo hasta la casa, el siguiente lugar en donde iría mi padre.Y lo encuentro aquí.
Pero todo está afuera.
Los muebles, las camas, el comedor, y hasta el aparador que nuestra abuela nos heredó está aquí, incluyendo mi ropa y la de mis hermanos.
Y ahí está mi padre abrazando a mi madre y a los gemelos.
―Hemos sido embargados―me dice papá, en cuanto ve mi cara de terror―lo hemos perdido todo, hasta la casa ancestral de nuestra familia, me confiesa y siento como si toda la sangre abandonara mi cuerpo y un viento gélido nos golpeara a todos.
Tan desamparados y con deudas, para acabar de rematar.
―He hablado con mi primo Hugo, el beta de la manada Moonlight, y nos ha prometido ayudarnos con casa, comida y dinero para cubrir lo que haga falta de la deuda―me señala mi padre, pero eso no me consuela.
Porque yo soy la culpable de todo esto.
―Yo he traído toda esta desgracia a nuestro hogar―se me escapa decirle a papá, pero este no me entiende―hoy he rechazado a Mario y su familia en venganza nos lo ha quitado todo.
―No, Adele, no has sido tú, sino yo, que he fracasado en un gran negocio que tenía en manos―me dice, pero sus palabras no me consuelan.
―Me alegra todo esto―me dice una voz más que conocida―se merecen todo esto y más―nos señala con una sonrisa ladina.
Entonces, volteo para ver a Mario, quien viene con un sirviente, quien lo está ayudando a mantenerse en pie.
―Ni aun estando enfermo dejas de ser cruel―le digo con lágrimas en mis ojos―mi familia ha caído en desgracia, ¿qué no lo ves? ―le espeto molesta.
―Te tendré la misma compasión que me has tenido tú al haberme rechazado, dejándome tan débil como estoy ahora―me indica y ahora mis padres se sorprenden por sus palabras―pero te tengo una propuesta para que salves a tu familia―me dice y yo respiro profundo.
―Pues, dilo de una buena vez, en lugar de seguirte burlando de nuestras penas―le exijo y él ahora se ríe.
―Está bien, te lo diré―me dice y se pasa un dedo por el labio inferior―acuéstate conmigo y haré que mi padre salde todas sus deudas―me dice y ahora siento que me han dado una bofetada.
Entonces, Mario viene hasta mí para mirarme directo a la cara, con esa sonrisa asquerosa que solo destila lujuria.― Vamos, Adele, estoy seguro de que quieres que tu familia esté bien― me dice y jamás me hubiera imaginado que este hombre ahora me provocara tantas nauseas― un momento de placer, a cambio de que tu familia vuelva a ser la de antes.Y es cuando mis nauseas se vuelven rabia y lo escupo a la cara, lo que le cae a Mario peor que si lo hubiera abofeteado.― Pues, esta es mi respuesta, a ver si lo entiendes de una buena vez― le digo con la ira recorriendo por cada poro de mi piel― ya te rechacé y te rechazaré mil veces más, hasta que entiendas que ni muerta vuelvo contigo― le aseguro, pero él se abalanza sobre mí, dándome una cachetada tras otra, delante de mi padre, quien está a punto de moverse de donde está para molerlo a puñetazos, lo cual traería más problemas a toda la familia con alfa Boris.Así que hago lo único que se me ocurre que puede parar a Mario.― Yo, Adele, hi
Las pulsaciones de mi corazón se aceleran con cada minuto que nos encontramos en la trampa, al igual que al resto de mi familia.Entonces, los niños empiezan a llorar, por la caída y los revisamos, para comprobar que no estén lastimados, pero, hay algo más y es el temor que se puede respirar en el pequeño hoyo en el que hemos venido a caer.― Silencio― nos susurra una voz en el hoyo y me doy cuenta de que es uno de los socios Beta de mi padre― los guardas están muy cerca y nos pueden escuchar― señala y no tardamos en escuchar unos pasos que están acercándose.Sin embargo, me siento aliviada al oírlo hablar, ya que ha venido la ayuda de la que papá tanto nos habló y siento cómo mi respiración se torna más tranquila, ya que nos encontramos en manos amigas.Entonces, escuchamos a la guarda que corre en tropel y se detienen justo arriba de nosotros, sintiendo nuestro olor, sin embargo, parece que escuchan algo a lo lejos, el aullido del alfa Boris, que se viene acercando y queda cerca de
Sé cuál es la frustración de papá. Y eso es que hasta hace una semana, él era un hombre muy rico, capaz de sustentar a su familia, a quienes nos consentía, dándonos todos los lujos que quisiéramos. En cambio, ahora lo ha perdido todo, incluyendo el favor de su alfa y, para colmo, tiene que armarse de paciencia para que el alfa de esta manada que está de luto le dé audiencia. Algo que jamás le hubiera pasado, si siguiera siendo el mismo Beta influyente, capaz de conseguir que un alfa lo atendiera, fuera la manada que fuera. Pero no nos vamos a desanimar por eso, porque puede que el destino de mi familia se encuentre en mis manos, así que me voy directo a casa de mi primo, junto con mi padre, pues sé que tengo que impresionar a los ancianos. ―Creo que esto te servirá―me dice la mujer de mi primo, quien está buscando su mejor atuendo, para que sea elegida de inmediato. ―No deberías prestarme una ropa tan fina―le digo con algo de pena, al ver lo entusiasmada que está en buscar entre
Adele Regreso a casa, después de pasarme horas descargando toda mi rabia en una bolsa de boxeo, atormentada por mi loba. “Pareja, pareja”, dice sin cesar, como si tuviera una obsesión fijada en lo que nos ha traído problemas, para empezar. “Creo que te has olvidado de que tuvimos una y la rechazamos, porque nos engañó con todas las mujeres de la manada, por lo que sé”, le espeto molesta, pero ella no me entiende. “Nuestra pareja está aquí”, solo sabe responderme, “deberíamos regresarnos y buscarlo”, asegura y yo respiro profundo. “Y por prestarle atención a nuestra pareja, hemos terminado en la miseria y exiliados de nuestra manada”, le recuerdo enojada. “Nuestra pareja es importante, busquémosla, debe estar cerca”, me dice con ansias, lo cual me cabrea todavía más. “Pues, yo no tengo tiempo para eso”, le aseguro, pero me sigue ignorando, así que le espeto, “necesitamos que la familia viva en paz y cómoda, no una pareja que solo nos traerá problemas, ¿o quieres que mis hermanos
― ¡Miserable Adele, ya verás! ―me grita y me da una bofetada que me deja en el suelo, pero, no conforme con eso, aprovecha que estoy en desventaja y me da una patada tras otra. ― Déjame en paz―le pido, mientras que yo estoy protegiendo con mi cuerpo la última botella de leche especial que le queda al bebé entre las manos. “Acabemos con ella de una vez”, me exige mi loba, “nuestra familia está sufriendo por su causa”, espeta, queriendo salir por cada poro de mi piel, “somos más poderosas que ella, la primogénita de un Beta poderoso”, insiste y estoy a punto de ceder ante mi loba, pero me contengo. “Los ancianos la han escogido como la futura Luna de la manada y si nos metemos con ella, nuestra familia será echada nuevamente al frío bosque”, le recuerdo, “además, podemos romper la botella con la leche especial del niño”. “Pero, si estamos siendo humilladas”, me reclama con rabia, “ella es inferior a nosotras, porque es la sexta hija de un alfa”, me recuerda, pero no puedo cederle el
Punto de vista neutro. En cuanto el Beta John ha visto a su hija medio desmayada en ese vestido harapiento de sirvienta, golpeada como si fuera una esclava, se sintió avergonzado, por haberla sometido a tal humillación. Pero esto no se iba a quedar así, hoy mismo iría a hablar con el alfa de la manada para que le diera un empleo de lo que fuera, para que su hija no se viera obligada a pasar necesidades. ― ¡Papá! ―le grita Adele, quien ha corrido detrás de él, luego de recuperarse del desmayo por los golpes― ¡por favor, no hagas una locura! ―le pide toda angustiada. ―Yo soy el jefe de esta familia, quien debería mantenerlos a todos y no debería permitir que mi hija mayor dé la cara por mí y se vea humillada―le dice con rabia en la voz. Y es cierto. “Si tan solo pudiera borrar ese día de mi memoria”, se dice, recordando la razón por la cual alfa Boris lo ha despojado de todo y lo ha desterrado de su hogar ancestral. ― ¡Por favor, papá, razona! ―le pide su hija nuevamente―de seguro
―Si te refieres a lo que ha pasado hace un rato en la cocina, puedes estar tranquilo―le indica Noel y mi madre se muestra molesta, como si le ofendiera todo lo que está diciendo el menor de sus hijos. ―Pero, ella no es una mujer cualquiera―le recuerda―ella es la hija de alfa Boris y eso nos traerá problemas con esa manada―indica, sin embargo, a mí me importa un bledo―además de que ha sido escogida por los ancianos de la manada para ser la siguiente Luna, volviendo esta manada en la más fuerte, con su sangre alfa. ―Pues, puede que tengas razón, madre, pero como la déspota que es, se merece que la haya humillado así―le contesta Noel a mi madre, quien se ve sorprendida―no podemos permitirle que trate así a nadie en esta manada―le señala―los sirvientes creerán que esa será la manera en que los trataremos de aquí en adelante―le hace ver, pero mi madre mueve la cabeza de lado a lado. ―Pero es que te excediste, Noel, porque la has encerrado en su habitación, como si fuera una niña pequeña―
Un mes después Mariah Escucho que alguien toca a la puerta, pero no quiero responder, porque de seguro es uno de los sirvientes apestosos de esta inmunda manada, de la cual ya estoy harta, y si no fuera porque ya tengo ganado el puesto de Luna, ya me hubiera largado al lado de mi padre, a quien extraño, al igual que a mis hermanos, en especial a Mario, quien es muy unido a mí. Entonces, respiro profundo, resignada a tener que verle la cara a gente como el guarda que no me deja ni a sol ni a sombra, como si fuera una presidiaria de la casa de la manada. ¡No me dejan hacer absolutamente nada sin que alguien esté husmeando detrás de mí! Supongo que todo esto es obra del miserable de Noel, quien no solo me ha castigado por darle su merecido a esa desgraciada de Adele, sino que cree que es mejor que yo delante del alfa. ¡Yo voy a ser la nueva Luna y él debería saber cuál es su lugar por aquí! Y es cuando recuerdo lo único que me ha dado satisfacción en esta manada y eso es el haberle