―Si te refieres a lo que ha pasado hace un rato en la cocina, puedes estar tranquilo―le indica Noel y mi madre se muestra molesta, como si le ofendiera todo lo que está diciendo el menor de sus hijos. ―Pero, ella no es una mujer cualquiera―le recuerda―ella es la hija de alfa Boris y eso nos traerá problemas con esa manada―indica, sin embargo, a mí me importa un bledo―además de que ha sido escogida por los ancianos de la manada para ser la siguiente Luna, volviendo esta manada en la más fuerte, con su sangre alfa. ―Pues, puede que tengas razón, madre, pero como la déspota que es, se merece que la haya humillado así―le contesta Noel a mi madre, quien se ve sorprendida―no podemos permitirle que trate así a nadie en esta manada―le señala―los sirvientes creerán que esa será la manera en que los trataremos de aquí en adelante―le hace ver, pero mi madre mueve la cabeza de lado a lado. ―Pero es que te excediste, Noel, porque la has encerrado en su habitación, como si fuera una niña pequeña―
Un mes después Mariah Escucho que alguien toca a la puerta, pero no quiero responder, porque de seguro es uno de los sirvientes apestosos de esta inmunda manada, de la cual ya estoy harta, y si no fuera porque ya tengo ganado el puesto de Luna, ya me hubiera largado al lado de mi padre, a quien extraño, al igual que a mis hermanos, en especial a Mario, quien es muy unido a mí. Entonces, respiro profundo, resignada a tener que verle la cara a gente como el guarda que no me deja ni a sol ni a sombra, como si fuera una presidiaria de la casa de la manada. ¡No me dejan hacer absolutamente nada sin que alguien esté husmeando detrás de mí! Supongo que todo esto es obra del miserable de Noel, quien no solo me ha castigado por darle su merecido a esa desgraciada de Adele, sino que cree que es mejor que yo delante del alfa. ¡Yo voy a ser la nueva Luna y él debería saber cuál es su lugar por aquí! Y es cuando recuerdo lo único que me ha dado satisfacción en esta manada y eso es el haberle
Dos semanas después. Adele. ―Hoy es el día en que se hará la presentación―me recuerda la anciana nodriza y yo asiento con la cabeza―y tu gran prueba, además―me señala, lo que hace que sienta frío de repente, temblando de pie a cabeza. ―Ya verá que no tendrá ningún tipo de queja de mí, sino todo lo contrario―le aseguro y ella suspira con pesar. ―Lamentablemente, soy muy vieja para ir a la ceremonia―me indica con tristeza―pero sé que mi pequeño lo hará muy bien, tal y como lo hizo su padre y el padre de su padre, también―señala y veo cierto brillo en sus ojos blanquecinos por la ceguera. Y es cuando siento un peso en mi corazón, porque sé que esta mujer ha dedicado toda su vida a los alfas durante ya más de seiscientos años. Pero, pondré todo mi empeño para que se sienta tranquila de que ha dejado su labor en buenas manos. Y, sin embargo, tengo una razón más para hacer todo esto, un deseo egoísta porque todo salga bien y que el alfa esté complacido con mi labor y así pueda ped
Noah ―Ya veo que estás listo―me dice mi madre en cuanto entra a mi habitación―nos están esperando ya en el gran salón―me recuerda, pero, a pesar de todo lo que puede acarrear, sigo reusándome a ir a la ceremonia. Y es que esto se sigue sintiendo mal, a pesar de que todo el mundo diga que es lo que evitará una guerra a manos de gente tan caprichosa y miserable como la mujer con la cual tengo que unirme hoy. Totalmente opuesta a quien era mi Luna y ahora me pregunto si los ancianos se han dado cuenta de eso, que esa mujer no pertenece aquí y que, a pesar de su sangre de alfa, eso no la hace una mejor persona. Me siento un condenado. ―Vamos, Noah, es tiempo―me anima mamá, mientras me toma del brazo, arrancándome de la ventana. "Nuestra pareja está allá abajo", insiste mi lobo en decir, como se la ha pasado ya más de un mes torturándome. "No quiero ir a ver a Mariah", le digo molesto, "ya déjame en paz", le espeto hastiado. “Tenemos que ir y pronto”, insiste con una ansiedad que en
Punto de vista neutro. ― ¡Suéltenme, desgraciados! ―espeta Mario como un enajenado―mi hermana ha sido humillada y este miserable está con Adele, en lugar de preocuparse por Mariah, su nueva Luna―le grita a los guardas, que lo están sosteniendo como pueden, ya que es más fuerte que ellos, pero no lo suficiente, como para luchar contra el agarre de Noel, el segundo hijo de un alfa, quien guarda las leyes antiguas como si fuera un tesoro y es por ello por lo que su lobo es mucho más fuerte que el de cualquiera. Es cuando se escucha una gran carcajada por parte de este. ―Entonces, ya veo de dónde este insolente ha pensado que puede atacar al alfa de esta manada, sin ningún tipo de respeto―dice Noel con sorna, mientras le presenta el filo de su espada en el cuello, dejando que descienda un hilo de sangre―anda, atrevido, intenta tocar a mi alfa y verás cómo te enfrentas a la muerte―lo reta, pero Mario se lo está pensando mejor, en cambio, mira a su hermana, quien sigue lamentándose en el
~~~ Mariah En cuanto escucho todas las estupideces que salen de la boca de ese montón de ancianos miserables, solamente me queda una esperanza. Que el alfa de la manada me reconozca como su igual, a pesar de que en este momento, Adele debe haberlo embrujado con el mismo menjunje que le dio a mi hermano para debilitarlo, después de todo, soy muy superior a ella y en poco tiempo me encargaría de acabarla como se merece. Pero, ahora que oigo al alfa que está de acuerdo con esa sarta de balbuceos, acerca del linaje de esta perra sucia de Adele, lo único que tengo en la cabeza es vengarme de ella, porque ha logrado quitarme mi puesto como la Luna de la manada, a pesar de la paliza que le di hace más de un mes. Debe haber planificado todo esto para quitarme mi puesto desde entonces, aprovechando que no he podido ver al alfa en todo este tiempo. De seguro que se le ha metido por los ojos todas las veces que él ha ido a visitar a su hijo, insinuándosele, como la zorrita lujuriosa que es.
~~~Noah.En cuanto doy la orden para que se lleven a los hijos de alfa Boris a las mazmorras, la ceremonia se acaba y todo vuelve a la paz, mi lobo solamente tiene una cosa en mente. "Marquemos a esta loba enseguida", me dice y su urgencia se está apoderando de mí y su olor embriagador me está volviendo loco, con ganas de tomarla aquí y ahora. Es tan parecida a mi Clío, que quiero estar con ella en este instante, accediendo a los deseos de mi lobo, quien quiere marcarla. Sin embargo, se ve tan poca cosa con ese vestido de sirvienta, que no puedo ver nada más en ella que me interese. Entonces, veo a mi madre acercarse con mi hijo e intenta dárselo a Adele, quien lo mira toda emocionada. Mucho más emocionada que cuando me ve a mí, no como mi Clío, que solo tenía ojos para mí. ―Démelo, Matriarca, que yo me encargaré de que esté bien, como siempre―le indica y le extiende los brazos para acunarlo. ―He sabido que eres una excelente niñera, con un trabajo impecable―le dice con una son
~~~Adele.No entiendo lo que ha pasado y lo peor es que siento las cosquillas de mi loba en la piel, que también está ansiosa, revolcándose dentro de mí, como una desesperada."No nos ha marcado", me dice con pesar, “regresemos para que nos marque”, me pide, pero no se ha dado cuenta de algo.“Nos ha dejado en la cama, justo cuando estábamos dispuestas a todo con él, olvidándonos de nuestra virtud, nuestros principios y hasta las prohibiciones ancestrales, solamente para irse a dar una ducha”, le digo toda burlona, “el baño era más importante que nosotras”, entonces, me doy cuenta de algo, “creo que solo nos usó de excusa para no unirse a Mariah”, le hago ver, sin embargo, no tengo tiempo para entender sus razones.Lo importante ahora es el bebé, a quien estoy escuchando llorar, así que me levanto enseguida, para ir a atenderlo, olvidándome por completo de que hace unos minutos, el alfa quería tomarme como si fuera un loco desesperado por nuestro cuerpo y, sin embargo, escuchó al beb