Las pulsaciones de mi corazón se aceleran con cada minuto que nos encontramos en la trampa, al igual que al resto de mi familia.
Entonces, los niños empiezan a llorar, por la caída y los revisamos, para comprobar que no estén lastimados, pero, hay algo más y es el temor que se puede respirar en el pequeño hoyo en el que hemos venido a caer.
― Silencio― nos susurra una voz en el hoyo y me doy cuenta de que es uno de los socios Beta de mi padre― los guardas están muy cerca y nos pueden escuchar― señala y no tardamos en escuchar unos pasos que están acercándose.
Sin embargo, me siento aliviada al oírlo hablar, ya que ha venido la ayuda de la que papá tanto nos habló y siento cómo mi respiración se torna más tranquila, ya que nos encontramos en manos amigas.
Entonces, escuchamos a la guarda que corre en tropel y se detienen justo arriba de nosotros, sintiendo nuestro olor, sin embargo, parece que escuchan algo a lo lejos, el aullido del alfa Boris, que se viene acercando y queda cerca de nuestro estrecho escondite, también.
― No muevan un solo músculo― nos pide el Beta y mi madre y yo le tapamos la boca a los gemelos, quienes están a punto de llorar nuevamente.
Entonces, escuchamos telepáticamente a otros Betas.
― Los vamos a distraer― nos dicen y vemos que de pronto tanto alfa Boris como los guardas se van corriendo.
― Ahora pueden salir― nos dice el amigo de papá, quien se muestra de lo más servicial― no nos podemos demorar, que ya Hugo nos debe estar esperando― nos señala y así hacemos, llegando al prado del este con gran rapidez.
Entonces, el primo Hugo nos saluda a todos y se asegura que su guarda personal nos escolte hasta las fronteras de Moonlight.
― Ya están a salvo nos dice y ahora se respira paz, en medio de todas nuestras penurias― he dispuesto que se queden en mi casa, hasta que consigan algo con qué mantenerse― nos señala y papá se muestra feliz.
― Con todo lo que has hecho por mí, no tengo cómo pagarte― le responde con una sonrisa en los labios, sin embargo, sus ojos están atribulados― pero tengo que molestarte con otra cosa más― le agrega y Hugo lo mira con el ceño fruncido.
― Pues, dime de una vez, para que vea qué tenga que hacer para apoyarte― le indica y papá se siente más que aliviado.
― Se trata de conseguir cómo mantenerme, por lo que necesito un empleo― le indica todo preocupado― tengo hijos pequeños que dependen de mí y necesito servir a la manada con lo que sé hacer, en un puesto que necesite los servicios de un Beta― le señala y Hugo lo medita.
― Lo cierto es que el único que concede ese tipo de trabajos es alfa Noah, pero acaba de perder a Luna Clío en el parto de su pequeño hace tan solo tres días y concede pocas audiencias, porque está de luto― le indica con algo de pesar.
― Es una verdadera lástima que haya pasado todo eso― indica papá y Hugo respira profundo― sé que la eligió por ser su pareja destinada y esto es muy preocupante para toda la manada― comenta y yo me quedo meditando― el perder a nuestra pareja, porque nos rechace o porque pierda la vida, puede afectar el poder del alfa Noah y la manada estaría débil― indica y Hugo ahora me mira con una sonrisa.
― ¿Qué sucede, Hugo? ― le dice papá, al ver el interés que él tiene en mí ahora.
― Es que los ancianos han decidido que no esperarán a que el alfa se decida a escoger una nueva Luna, así que han acordado que van a escogerle a su nueva pareja― nos comenta y yo quedo extrañada.
― ¿Y ellos pueden hacer eso? ― le digo anonadada― ¿no sería mejor que él mismo se encargue de conseguir a su nueva pareja? ― le señalo, pero él respira profundo.
― Como ya les he explicado, alfa Noah no quiere saber de nadie y eso sí que es preocupante― me responde el Beta de la manada― así que piensan que con una Luna, él podrá recuperarse del dolor por la pérdida― señala y entonces, se queda meditando y luego me mira y me sonríe.
― Pero ¿no es muy pronto para que busque una nueva Luna? ― le indico y él me vuelve a mirar con una sonrisa.
― Sí, es muy pronto, pero eso no va a detener a los ancianos, y ahora me viene a la mente lo que te iba a proponer― me dice y yo no salgo de mi asombro― tú eres lo suficientemente bonita e inteligente, como para convertirte en la nueva Luna de la manada, así que deberías presentarte mañana en la mañana, para que ellos te evalúen y decidan si eres apta o no para cumplir con el cargo― añade y yo me le quedo mirando.
Entonces, recuerdo a alfa Noah, de quien muchas han quedado prendadas, por ser muy guapo, además de ser el alfa de una manada poderosa.
Sin embargo, no tengo la menor idea de cómo es en realidad y la idea de que sea otro prepotente como Mario me aterra, ya que ahora sé que no podría vivir con una persona así.
― Si te conviertes en su Luna, serás lo bastante rica, como para que tu familia no pase necesidad nunca más, aparte de que le garantizarías un puesto a tu padre en la casa de la manada― me informa y es cuando recuerdo que todo lo que estamos padeciendo es por mi culpa, ya que nos están persiguiendo porque me negué a acostarme con Mario.
Si tan solo hubiera accedido, a lo mejor mis pequeños hermanos no hubieran padecido frío en el bosque.
Entonces, miro a mis padres, para ver qué opinan, pero ninguno de los dos me dice nada, así que supongo que debo saber más con respecto a la decisión que debo tomar.
― ¿Y cómo es él como alfa? ― le pregunto a Hugo y él me mira y me sonríe.
― Entiendo cuál es tu temor, porque solo conoces a alfa Boris, que es todo un prepotente― me dice, todavía con cara amable― pero alfa Noah es mi amigo personal, a pesar de ser mi superior y debo decir que es enérgico a la hora de tomar una decisión, pero también es justo cuando tiene que serlo, aunque ahora se encuentra amargado por su luto― señala y la idea ahora me parece muy buena.
― No pierdo nada con intentar― acepto finalmente, pero Hugo mueve su cabeza de lado a lado.
― ¿Intentarlo? ― se burla de mí― con tus poderes de Beta y tu belleza, estoy seguro de que dejarás atrás a cualquier competidora― añade y sus palabras me sonrojan.
― ¿Me puedes indicar en dónde puedo preparar mi currículo? ― le digo toda entusiasmada― voy a presentárselo a los ancianos, para garantizar mi éxito― le comento y él se ríe nuevamente.
― Bueno, está decidido― me responde y luego mira a mi padre― en cuanto a ti, John, haré todo lo que pueda para que consigas audiencia pronto― le asegura y se retira.
Mañana me presentaré y competiré y seré la nueva Luna de la manada Moonlight.Solo espero que se entere Mariah, quien quería ser la Luna de Noah, sin embargo, si todo sale bien, yo lo seré y ella morirá de la rabia.
¿Quién dijo que no hay justicia?
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A la mañana siguiente me presento solícita ante los ancianos y me dan audiencia para la tarde, puesto que se ha corrido la voz por toda la manada y todas las chicas quieren convertirse en la nueva Luna, pero no pierdo la fe de que pueda ser la mejor opción para el alfa.― He logrado que alfa Noah te atiende― le indica Hugo a mi padre y este se nota contento― dice que debes ir ahora mismo― le señala y le presta ropa a mi padre, quien trata de que no se note los tres días que tenemos de estar huyendo de nuestra manada.
― Acompáñame― me pide y yo lo miro extrañada― a lo mejor conozcas al alfa y no tengas que pasar ninguna selección― me indica y yo le sonrío.
― Esa idea me gusta mucho más― le respondo y ambos llegamos a la casa de la manada, en donde todavía hay chicas anotándose para postularse como pareja del alfa.
Pero pasa un rato y luego otro y el alfa no aparece.
― Alfa Noah se ha excusado― indica Hugo en cuanto nos ve y se nota apesadumbrado― no se siente bien, como se podrán imaginar, así que ha dicho que solo atenderá las cosas urgentes, hasta que se cumplan los cien días del luto― nos anuncia y las esperanzas de papá se van por el piso.
Entonces, me doy cuenta de que la única esperanza que tenemos en la familia es que yo me vuelva la Luna de la manada Moonlight, si es que queremos sobrevivir en esta nueva vida a la que hemos sido orillados a vivir.
Sé cuál es la frustración de papá. Y eso es que hasta hace una semana, él era un hombre muy rico, capaz de sustentar a su familia, a quienes nos consentía, dándonos todos los lujos que quisiéramos. En cambio, ahora lo ha perdido todo, incluyendo el favor de su alfa y, para colmo, tiene que armarse de paciencia para que el alfa de esta manada que está de luto le dé audiencia. Algo que jamás le hubiera pasado, si siguiera siendo el mismo Beta influyente, capaz de conseguir que un alfa lo atendiera, fuera la manada que fuera. Pero no nos vamos a desanimar por eso, porque puede que el destino de mi familia se encuentre en mis manos, así que me voy directo a casa de mi primo, junto con mi padre, pues sé que tengo que impresionar a los ancianos. ―Creo que esto te servirá―me dice la mujer de mi primo, quien está buscando su mejor atuendo, para que sea elegida de inmediato. ―No deberías prestarme una ropa tan fina―le digo con algo de pena, al ver lo entusiasmada que está en buscar entre
Adele Regreso a casa, después de pasarme horas descargando toda mi rabia en una bolsa de boxeo, atormentada por mi loba. “Pareja, pareja”, dice sin cesar, como si tuviera una obsesión fijada en lo que nos ha traído problemas, para empezar. “Creo que te has olvidado de que tuvimos una y la rechazamos, porque nos engañó con todas las mujeres de la manada, por lo que sé”, le espeto molesta, pero ella no me entiende. “Nuestra pareja está aquí”, solo sabe responderme, “deberíamos regresarnos y buscarlo”, asegura y yo respiro profundo. “Y por prestarle atención a nuestra pareja, hemos terminado en la miseria y exiliados de nuestra manada”, le recuerdo enojada. “Nuestra pareja es importante, busquémosla, debe estar cerca”, me dice con ansias, lo cual me cabrea todavía más. “Pues, yo no tengo tiempo para eso”, le aseguro, pero me sigue ignorando, así que le espeto, “necesitamos que la familia viva en paz y cómoda, no una pareja que solo nos traerá problemas, ¿o quieres que mis hermanos
― ¡Miserable Adele, ya verás! ―me grita y me da una bofetada que me deja en el suelo, pero, no conforme con eso, aprovecha que estoy en desventaja y me da una patada tras otra. ― Déjame en paz―le pido, mientras que yo estoy protegiendo con mi cuerpo la última botella de leche especial que le queda al bebé entre las manos. “Acabemos con ella de una vez”, me exige mi loba, “nuestra familia está sufriendo por su causa”, espeta, queriendo salir por cada poro de mi piel, “somos más poderosas que ella, la primogénita de un Beta poderoso”, insiste y estoy a punto de ceder ante mi loba, pero me contengo. “Los ancianos la han escogido como la futura Luna de la manada y si nos metemos con ella, nuestra familia será echada nuevamente al frío bosque”, le recuerdo, “además, podemos romper la botella con la leche especial del niño”. “Pero, si estamos siendo humilladas”, me reclama con rabia, “ella es inferior a nosotras, porque es la sexta hija de un alfa”, me recuerda, pero no puedo cederle el
Punto de vista neutro. En cuanto el Beta John ha visto a su hija medio desmayada en ese vestido harapiento de sirvienta, golpeada como si fuera una esclava, se sintió avergonzado, por haberla sometido a tal humillación. Pero esto no se iba a quedar así, hoy mismo iría a hablar con el alfa de la manada para que le diera un empleo de lo que fuera, para que su hija no se viera obligada a pasar necesidades. ― ¡Papá! ―le grita Adele, quien ha corrido detrás de él, luego de recuperarse del desmayo por los golpes― ¡por favor, no hagas una locura! ―le pide toda angustiada. ―Yo soy el jefe de esta familia, quien debería mantenerlos a todos y no debería permitir que mi hija mayor dé la cara por mí y se vea humillada―le dice con rabia en la voz. Y es cierto. “Si tan solo pudiera borrar ese día de mi memoria”, se dice, recordando la razón por la cual alfa Boris lo ha despojado de todo y lo ha desterrado de su hogar ancestral. ― ¡Por favor, papá, razona! ―le pide su hija nuevamente―de seguro
―Si te refieres a lo que ha pasado hace un rato en la cocina, puedes estar tranquilo―le indica Noel y mi madre se muestra molesta, como si le ofendiera todo lo que está diciendo el menor de sus hijos. ―Pero, ella no es una mujer cualquiera―le recuerda―ella es la hija de alfa Boris y eso nos traerá problemas con esa manada―indica, sin embargo, a mí me importa un bledo―además de que ha sido escogida por los ancianos de la manada para ser la siguiente Luna, volviendo esta manada en la más fuerte, con su sangre alfa. ―Pues, puede que tengas razón, madre, pero como la déspota que es, se merece que la haya humillado así―le contesta Noel a mi madre, quien se ve sorprendida―no podemos permitirle que trate así a nadie en esta manada―le señala―los sirvientes creerán que esa será la manera en que los trataremos de aquí en adelante―le hace ver, pero mi madre mueve la cabeza de lado a lado. ―Pero es que te excediste, Noel, porque la has encerrado en su habitación, como si fuera una niña pequeña―
Un mes después Mariah Escucho que alguien toca a la puerta, pero no quiero responder, porque de seguro es uno de los sirvientes apestosos de esta inmunda manada, de la cual ya estoy harta, y si no fuera porque ya tengo ganado el puesto de Luna, ya me hubiera largado al lado de mi padre, a quien extraño, al igual que a mis hermanos, en especial a Mario, quien es muy unido a mí. Entonces, respiro profundo, resignada a tener que verle la cara a gente como el guarda que no me deja ni a sol ni a sombra, como si fuera una presidiaria de la casa de la manada. ¡No me dejan hacer absolutamente nada sin que alguien esté husmeando detrás de mí! Supongo que todo esto es obra del miserable de Noel, quien no solo me ha castigado por darle su merecido a esa desgraciada de Adele, sino que cree que es mejor que yo delante del alfa. ¡Yo voy a ser la nueva Luna y él debería saber cuál es su lugar por aquí! Y es cuando recuerdo lo único que me ha dado satisfacción en esta manada y eso es el haberle
Dos semanas después. Adele. ―Hoy es el día en que se hará la presentación―me recuerda la anciana nodriza y yo asiento con la cabeza―y tu gran prueba, además―me señala, lo que hace que sienta frío de repente, temblando de pie a cabeza. ―Ya verá que no tendrá ningún tipo de queja de mí, sino todo lo contrario―le aseguro y ella suspira con pesar. ―Lamentablemente, soy muy vieja para ir a la ceremonia―me indica con tristeza―pero sé que mi pequeño lo hará muy bien, tal y como lo hizo su padre y el padre de su padre, también―señala y veo cierto brillo en sus ojos blanquecinos por la ceguera. Y es cuando siento un peso en mi corazón, porque sé que esta mujer ha dedicado toda su vida a los alfas durante ya más de seiscientos años. Pero, pondré todo mi empeño para que se sienta tranquila de que ha dejado su labor en buenas manos. Y, sin embargo, tengo una razón más para hacer todo esto, un deseo egoísta porque todo salga bien y que el alfa esté complacido con mi labor y así pueda ped
Noah ―Ya veo que estás listo―me dice mi madre en cuanto entra a mi habitación―nos están esperando ya en el gran salón―me recuerda, pero, a pesar de todo lo que puede acarrear, sigo reusándome a ir a la ceremonia. Y es que esto se sigue sintiendo mal, a pesar de que todo el mundo diga que es lo que evitará una guerra a manos de gente tan caprichosa y miserable como la mujer con la cual tengo que unirme hoy. Totalmente opuesta a quien era mi Luna y ahora me pregunto si los ancianos se han dado cuenta de eso, que esa mujer no pertenece aquí y que, a pesar de su sangre de alfa, eso no la hace una mejor persona. Me siento un condenado. ―Vamos, Noah, es tiempo―me anima mamá, mientras me toma del brazo, arrancándome de la ventana. "Nuestra pareja está allá abajo", insiste mi lobo en decir, como se la ha pasado ya más de un mes torturándome. "No quiero ir a ver a Mariah", le digo molesto, "ya déjame en paz", le espeto hastiado. “Tenemos que ir y pronto”, insiste con una ansiedad que en