Locura de amor parte 2

Dafne guarda la carta en un sobre y con su elegante letra escribe el remitente y a quien va dirigida; es Vicente García Huidobro en Santiago de Chile, su amigo había llegado hace algunos días, según la madre de Vicente quien días atrás se comunicó por medio de un telegrama con la familia Montt

Después de una tensa comida en la que solo algunas intervenciones de la pequeña Elisa sacaron sonrisas en la familia; Dafne pidió permiso para retirarse.

_Quiero que estes encerrada en tu habitación hasta nuevo aviso_ pronunció su madre antes de que Dafne se pusiera de pie

_ ¿Qué hice ahora?_ preguntó ella

_pasarte de la raya como siempre, beber champagne, regalarle flores a un hombre y bailar apretada con él, por si se te había olvidado. Ah y ya no hay más cumpleaños para ti, y eso incluye tu propio cumpleaños, olvídate de cualquier obsequio o fiesta; con tu actitud de casquivana, llega a dar miedo hacer una reunión en tu nombre

_No me esperaba menos de usted madre, permiso_ Dafne miró a su padre, quien permanecía en silencio, y eso es lo que más le dolió. Al llegar a su habitación, deseaba con todas sus fuerzas un cigarro en sus labios; en las tertulias literarias había comenzado a fumar y a beber alcohol; el humo le generaba un relajante placer, y hasta guardaba una pipa que su amigo Jorge le había obsequiado antes de irse a Paris.  Una razón mas para escapar de su castigo; ya quedaban menos de dos horas para su encuentro y aun no sabia como iba a salir de su habitación. Cómo necesitaba ese cigarrillo en ese momento…comenzó a hurgar entre las cosas de su bolsito y mágicamente apareció, ella no recordaba haber guardado ese cigarro, pero ahí estaba como un salvavidas para su ansiedad y nerviosismo del momento. Fumó con la cabeza hacia afuera de su ventana, para ocultar el olor a humo; su habitación daba al patio de la casa y cerca estaba la bodega donde se guardaba la leña y las provisiones del campo, debía solo andar unos peligrosos pasos por el borde amplio de su ventana, hasta llegar al techo de aquella bodega, por la que sería muy fácil bajar. Vio que no estaba ni Juan, ni ninguna de las empleadas cerca, y decidida, apagó la colilla, se colgó su bolsa, arremangó su  vestido y comenzó a moverse con equilibrio de acróbata por los bordes de la ventana de su dormitorio y luego por el dormitorio de sus hermanitas, que afortunadamente no estaban a esa hora jugando en el lugar; solo dos pasos más y llegaba a la bodega, sentía el sudor bajando por su pecho y rogó para que el todo el perfume de la mañana no se evaporara con ese esfuerzo; al fin llegó al techo de la bodega y una vez allí empezó a mirar por donde bajar de ese techo; hasta que fijó su mirada en el árbol de manzanas que estaba al otro extremo de la bodega; solo tenía que seguir avanzando por donde el techo tenia clavos para pisar con confianza y llegar hasta las ramas del manzano que la ayudarían a bajar rápidamente; recordó sus años de infancia cuando siempre subía a ese árbol con un libro para no ser vista leyendo y disfrutar de su sombra y de sus exquisitos frutos, y ahora ese mismo árbol era su salvación para escapar a ver a su amor, sintió ganas de besar ese grueso troco que había albergado su cuerpo por tanto tiempo, y así lo hizo, al bajar de un salto, le dio un pequeño beso a su hermoso árbol que ya florecía como todos los años, dando las primeras señales de una cercana primavera. Caminó hacia el cerco que daba a la calle, y al ver a Rosita a lo lejos, discretamente le hace una señal y ella se acerca preocupada

_que está haciendo aquí mi niña, de donde salió usted, y mire como esta de sucia oiga_ Rosita le sacaba el polvo del vestido con la mano

_Rosita, no tengo mucho tiempo, ábrame el portón por favor se lo ruego

_pero mi niña, usted esta castigada, si se llega a enterar su mamá o la señorita Marie yo me voy a meter en problemas

_Rosita a ti no te va a pasar nada, ellos te necesitan aquí, además si pude bajar hasta aquí escalando de mi pieza, también puedo ser capaz de saltar el portón, solo que correría peligro innecesario si tú tienes las llaves ¿no crees? _ la empleada dio resoplido y tomó su manojo de llaves mirando para todos lados de la casa

_no se preocupe Rosita yo vigilo_ Dafne esperó ansiosa a que su empleada encontrara la llave y esos minutos le parecieron eternos

_ésta es_ dijo Rosita de pronto, y abrió el portón de fierro, que daba hacia la calle Eyzaguirre.

_Gracias Rosita_ la chica le dio un beso en la mejilla y partió caminando con premura hacia la estación de trenes de Viña del Mar, Una vez allí comenzó a buscar entre los pasajeros que a esa hora aguardaban los trenes que iban y venían  de todos los lugares de Chile, de pronto una locomotora proveniente de Santiago se acerca  lentamente hasta detenerse con su sonido de gigante animal de fierro; ella se puso de pie para mirar y ser vista por quienes llegaban a esa hora a la ciudad, alguien cubre sus ojos, ella tocas las manos y reconoce la suavidad de Gastón Balmaceda ella se gira para mirar su rostro, ambos sonríen y se encuentran con un gran beso de enamorados, sin importarles ser vistos por la gran cantidad de gente que se encontraba en el lugar.

_Amor mío, si queremos estar juntos debemos ir en contra de todos; mi familia tampoco apoya nuestro compromiso_ le dice el agobiado

_no entiendo por qué se niegan a dejarnos estar juntos, si tu tienes tu trabajo y yo puedo escribir y publicar, así tendría ingresos también.

_Dafne amor, conmigo solo escribirás por placer, yo te daré todo lo que mereces, ahora mismo vengo de Santiago, mi primo nos dejará su propiedad para que vivamos allí mientras juntamos para tener nuestro propio lugar_ Ella lo miró con una gran sonrisa y luego agregó:

_pero debemos casarnos amor, mío, si no mis padres jamás me lo perdonarán

_ya está todo arreglado amor, ahora mismo, en una capilla donde el curita es amigo mío, nos está esperando mi primo y tu amiga Inés para ser los testigos de nuestra boda_ ella dio una sonora exclamación de alegría, que hizo a varios girar su rostro para observarla_ luego contuvo su entusiasmo y se abrazaron apasionadamente, sintiendo su aroma y buscando sus labios.

_vamos novia mía_ dijo Gastón tomando su mano para ponerse de pie e ir hasta los carros de caballos y ser dejados en la entrada de la capilla nuestra señora de los dolores.

Al llegar Dafne encontró a su amiga en la entrada, quien le llevaba un vestido de encaje blanco en una bolsa de tela.

_toma amiga este vestido lo confeccionaron para mí, pero yo tengo intención de usarlo, así que te lo doy para que luzcas como toda una novia en tu día_ Dafne con los ojos llorosos de emoción, abrazó a su amiga, dándole las gracias. Luego se van a un lugar privado dentro de la iglesia y su amiga la ayuda con el vestido y su largo cierre. El vestido parecía haber sido confeccionado para ella.

_sabía que te quedaría perfecto amiga_ ambas sonríen, se toman de las manos y caminan hacia el altar donde los espera un anciano párroco, el novio, y su primo; Andrés Balmaceda.

El párroco los bendice en nombre de Dios todopoderoso y pide las alianzas; el primo se acerca con los anillos que Gustavo había mandado a hacer hace un año cuando había decidido casarse, y con la inscripción hecha para ambos, desde hace un par de días, el novio tomó delicadamente la mano de  Dafne e introdujo el anillo deseando que este quede perfecto en su delgado dedo anular, y aunque quedó levemente suelto, ella sonríe y eso hizo que el instante sea perfecto; ambos se besan y salen felices para celebrar con los padrinos en un bar de Viña del mar. Finalmente se despide de su amiga Inés que a esa hora ya se sabia castigada por sus padres

_no me importa amiga, los golpes pasan, en cambio esta alegría siempre la tendré en el corazón. Espero que seas inmensamente feliz

_muchas gracias, Inesita, te quiero muchísimo has sido una muy buena amiga, apenas esté instalada en Santiago, te enviaré la dirección para que vayas a vernos

_me encantaría Dafne_ Gastón intervino en la despedida para recordar a su ahora, esposa, que debían partir.

La noche de bodas fue en la habitación del gran hotel de Viña del Mar; los enamorados se entregaron al placer de sus cuerpos ardientes en deseo

_yo no quiero tratarla como cualquier muchacha del puerto_ le dijo él mientras ella deseaba sus manos por cada rincón de su cuerpo

_piense que yo necesito lo mismo que cualquiera de esas mujeres, deme placer Gastón necesito todo el placer que pueda darme_ él se acercó a ella, para girarla y bajar el cierre de su vestido; así semi desnuda, ella se recostó sobre la cama, con las piernas levemente abiertas para invitarlo a su cuerpo excitado, el baja su ropa interior de encaje y sus medias transparentes y la penetra con toda la suavidad que su excitación extrema le permite, ella lo recibió gimiendo y se aferró a su espalda para sentir su estocada en toda su profundidad, aunque duela, es un dolor placentero; el dolor de dar y recibir amor. Gastón no pudo contener su orgasmo y acabó dentro de ella escondiendo su rostro entre el hombro de Dafne y la blanca almohada. Ella acarició su nuca y se separó suavemente de el para lavarse; Gastón mientas tanto encendió un cigarrillo que ambos compartieron. Después de eso, ella lo invitó nuevamente a recorrer su cuerpo, esta vez ella se dio vuelta para poner sus carnosos muslos sobre las caderas de su amado;  con esa visión él no pudo contener una segunda erección y besó sus partes íntimas, hasta mojarla completamente, para luego penetrarla consecutivamente, haciéndola gemir de placer como a cualquier mujer del puerto.

Al día siguiente los recién casados llegaron al palacete Montt, para buscar las cosas de Dafne y despedirse de su familia; Dafne pensó que, al estar casada con Gastón, sus padres no tendrían más remedio que aceptar su unión y tratar a su esposo como uno más de la familia, sin embargo la rección de sus padres no fue para nada como ella lo pensó.

_desde este momento, ya no eres una Montt Subercaseaux, Dafne, desobedeciste a tu familia, nos deshonraste delante de todos nuestros amigos y encima, tu padre perdió un gran negocio que nos habría puesto en una situación mucho mas ventajosa de la que estamos ahora, contigo y tu matrimonio de pacotillas, ahora dime tu ¿quién se va a querer comprometer con tus hermanas?

_pero mamá las niñas tienen ocho años, y yo estoy enamorada de Gastón_ ambos estaban de pie frente a Luz María que los aguardaba en la puerta

_déjeme hablar con mi padre mamá

_no me vuelvas a decir mamá y el que era tu padre, no quiere hablar contigo_ doña Luz María, yo podría hablar con don Gustavo y explicar…_Luz María interrumpió_

_¡no hay nada que explicar don Gastón, y si no quiere salir golpeado por mi marido, le aconsejo que desista de su decisión_ Dafne suspira resignada y pide despedirse de Rosita y sacar sus cosas.

_ Rosita no está y de esta casa, no vas a sacar nada_ Dafne la miró con dolor y odio

_Vamos amor, yo te compraré otra ropa, no los necesitamos

_eso_ agrega la madre irónica_ hágase cargo de su esposa, joven, y no vuelvan por aquí.

La madre cierra la puerta en sus rostros y Dafne rompe a llorar en el hombro de su esposo

_ ¿esta arrepentida amor mío?

_nunca amor, junto a ti lo tengo todo_ ella mira hacia atrás y vio a Rosita desde uno de los ventanales del segundo piso_ ella le hizo una seña de despedida con su mano y Dafne, le devuelve el saludo llorando.

_mi cuaderno, dice de pronto

_¿qué cuaderno amor?

_mi diario de vida

_no te preocupes amor, tendrás otro

Ambos salen de la casa de Dafne y se dirigen a Santiago donde estaban los padres de Gastón y la casa que albergaria a los recién casados.

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