8 de enero de 1911Al fin llegamos a este desolado y hermoso lugar llamado Iquique, fue un viaje de varios días en los que el silencio se apoderó de nosotros, así como el desierto se apoderaba del paisaje. Éramos Gastón, su padre, Silvia y yo. Íbamos solos con los conductores, porque mi suegro tiene un tren entero a su disposición. Estuvo la mayor parte del tiempo con su hijo, fumando puros, bebiendo y jugando dominó. Cada vez que se me quería acercar Gastón, yo me acostaba, fingía dormir o tener dolor de cabeza. Cuando me quería quedar escribiendo en la mesa con cubierta de nácar que tenía a mi disposición, le pedía a Silvia que diera aviso de supuestos dolores de cabeza, aunque varios no fueron fingidos. Gastón se ha mostrado distinto desde que llegamos de Santiago; cada vez que me ve escribiendo o leyendo se me acerca para darme un beso en la frente y sin decir nada se vuelve a alejar de mí. Ha estado trabajando desde que llegamos. Al llegar al hotel que nos recibirá por toda nuest
Juan caminaba con premura y Dafne le siguió el paso preguntando si iban a alguna parte especifica, él le toma el brazo contestando que muchas cosas estaban pasando en la pampa_ hace unos años mataron a muchos obreros, junto con sus familias en una manifestación absolutamente pacifica; el ejercito chileno, por orden del presidente Montt_ ¿ que es su tío o me equivoco? _ella escuchaba impactada; se había enterado de que unos obreros se habían muerto en un “enfrentamiento”, pero lo que le contaba ahora su compañero era muy distinto; todos los obreros habían muerto con sus familias, niños, mujeres embarazadas, miles de historias y personas masacradas por orden de un hombre de su misma sangre; aquello le causaba repulsión, y al ver los tristes rostros de muchas mujeres y niños sintió sincera compasión y ganas de ayudar.Entraron a una c
09 de enero 1911Ayer cuando llegué al hotel, pregunté por Gastón para saber a qué atenerme; me dijeron que me había estado esperando largo rato en el comedor para cenar, pero que finalmente, cansado de esperar, pidió que retiraran todo y salió del lugar sin decir dónde. Eran las ocho de la noche; nunca llega tan temprano, y justo cuando debo conversar con él llega, y yo no estoy. Cuando nos fuimos de la salitrera con Juan, ni siquiera pude pasar al diario para terminar mi primer artículo, necesitaba llegar a casa con celeridad para encontrar a Gastón, ser amable y explicarle con las mejores palabras que empezaría una vida de trabajo como reportera y como profesora; sin embargo, las cosas no salieron como esperaba; y esa misma noche, muy tarde llega Gastón despotricando en mi contra; gritando en la habitación, borracho y con olor a colon
Señora Dafne despierte_ le dice Silvia a Dafne, quien está profundamente durmiendo_ ¿Qué pasa? _ pregunta ella con los ojos a medio abrir_ es que hay un joven afuera preguntando por usted, dice que se llama Juan Antonio_ Dafne abre los ojos sobresaltada y se pone de pie rápidamente_ ¿Gastón no ha llegado? _ no señora_ ¿y qué hora es? _ las ocho quince_ estoy atrasadísima_ la empleada la mira inquisitiva_ ¿y para donde va atrasada usted? _ voy a hacer clases en una escuelita en la salitrera Humberstone, voy al baño_ Silvia se asoma a la venta y ve Gastón dirigirse a la entrada del hotel, ella se asoma rápido a la escalera para ver hacia donde se dirige, y ve que en la recepción, se encuentra con el joven que está esperando a Dafne; ambos se saludan cordialmente y parece que se uno hace un chiste porque ambos se ríen; Silvia sube nueva
14 de enero 1911No pude contenerme, ni el tampoco; nos besamos con fragor, su boca deseaba mis labios tanto como yo los suyos; fue un beso silencioso, entregado y placentero; su boca sabia a yerba mate, con azúcar, su cuerpo olía a cuero, como todo el lugar; pobre, pero autentico, nada allí estaba demás; eso lo hacía hermoso. El me tocó y yo lo toqué a él, sintiendo la firmeza de su miembro a su vez que con sus manos él tocaba la humedad de mi sexo, que lo deseaba dentro en ese instante, sin importarme nada; ni siquiera la presencia de Silvia o cualquier persona extraña que pudiera aparecer; fui una descarada y si no fuera por el claxon del auto de Juan no nos despegamos más. Quedamos en volver a vernos al día siguiente, pero es difícil cumplir mi palabra. El amigo o novio de Juan, pasó a dejar primero a Silvia al hotel y yo continué mi recorrido hacia el diario, todav&ia
Después de que Dafne se fuera de su casa, Manuel tuvo que darse una buena ducha helada que consistía en arrojarse baldes con agua en su cuerpo desnudo y agitado. Hace mucho tiempo que no sentía una pasión así de intensa por una mujer; recordaba sus años en España y las mujeres que había conocido, todas muy frías e intelectuales; más de alguna le había roto el corazón casándose con hombres adinerados que le podrían dar un buen estatus social. Él siempre entendía y continuaba su camino por la senda del anarquismo, teniendo una que otra compañera, de vida; las cuales quedaron en el camino, en lugares donde se habían enamorado o encontraban una comunidad de mujeres para apoyarse mutuamente; en estos casos también él se despedía agradeciendo la experiencia y continuaba su camino hasta el continente americano y espec&i
Se escuchaban los ensordecedores gritos del accidentado por toda la pampa; Manuel a medida que se acerca, se encuentra con restos carne humana esparcidos por toda la arena del desierto; niños gritan y lloran desconsolados; a Manuel le parece vivir una pesadilla después de haber vivido un mágico sueño; vuelven a él las imágenes de muerte y miseria para restregarse en su cerebro mancillado de tanto dolor humano; vuelve su propósito de vida a gritarle en su rostro: ¡ayuda! El hombre yace semi inconsciente en el piso, ya ha dejado de gritar y solo se queja como un animal herido que pierde su fuerza a medida que su sangre corre manchando todo_tranquilo amigo, vas a salir de esta ¿Cómo te llamas? _ le dice Manuel mientras ve su pierna cortada a la altura de la rodilla_ Gregorio. Perdí mi pierna, español ¿Qué voy a hacer ahora?_por a
18 de enero 1916Las cosas han vuelto poco a poco a la normalidad en Iquique. Después de la manifestación en el almuerzo para el presidente, Manuel terminó encarcelado e incomunicado por dos días, hasta que, gracias a una buena jugada de Juan y mía; pues yo le pedí a mi amigo Vicente que enviara un telegrama haciéndose pasar por el supuesto padre de Manuel, Don Diego de Asturias, quien solicitaba, de inmediato, la liberación de su hijo heredero, quien se las daba de anarquista, pero era un verdadero noble español. Juan le enseñó la carta con fingida preocupación, diciendo que era mejor mantener buenas relaciones con la corona española; así fue como ese mismo día mi español apasionado, salió liberado, con la condición de que no vuelva a provocar al estado chileno. Por supuesto la gente no tardó en enterarse del supuesto vinculo de Manuel, con la monarquía española, lo que le produjo malentendidos, con algunas personas que lo desacreditaron, diciendo que se las daba de rebelde, porque s