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ELIZABETH DESPIERTA

David no lo podía creerlo, Elizabeth estaba volviendo, había sujetado su mano poco a poco, comenzaba a abrir los ojos y volvió a cerrarlos porque veía todo borroso. Al volver a abrir los ojos vio a David acariciando su mano.

—No te preocupes princesa, todo estará bien.

Ella intentó mover los labios. Se forzaba, pero las palabras no le salían. Él continuó hablando. —Me dicen que no comprendes nada de lo que digo, pero sé que sí. ¡Vas a salir de esto… por nuestros hijos, por mí!

Elizabeth no entendía de que hablaba David tan mal, estaba sabía que podía mover los dedos y que tenía los ojos abiertos, pero, aun así, no podía pronunciar palabra alguna y sentía el cuerpo totalmente pesado, no podía mover las piernas, luego intento levantar su mano derecha y lo consiguió.

David le escribía a Francis cuando Elizabeth extendió el brazo y rozo su mano. David se levantó emocionado —¡Elizabeth! ¡Enfermera venga de inmediato! Oh, cariño… ¡Te has movido! ¡Moviste el brazo! ¡Enfermera!

Ella intentó decirle que se encontraba bien; sin embargo, sentía que caía por un precipicio… un denso sueño comenzó a apoderarse de ella, sentía la cabeza pesada como si un saco de concreto estuviera sobre ella. No quería dormir, quería saber, ¿por qué no podía hablar ni moverse? Lo único que podía recordar era a Amaranta frente a ella con un arma en la mano, sabía que no estaba muerta porque había tocado a David. Quería hablar con él, pero era imposible.

Un grupo de doctores entraron a la habitación y comenzaron a sujetarle las piernas, mientras otro la pinchaba con una aguja levemente sintió el pinchazo y frunció el ceño. —Elizabeth pestañea una vez para responder si y dos veces si es no,  ¿comprendes lo que digo? —Pregunto el doctor

Elizabeth pestañeó una vez. —Perfecto, ¿sentiste el pinchazo en el pie? — Ella volvió a parpadear. —Ahora Elizabeth necesitamos volver a pincharte, en esta ocasión lo haremos tres veces leve, moderado y fuerte cuando sea leve parpadeas, una vez leve dos veces y fuerte tres.

Comenzaron a pinchar Elizabeth, había sentido el pinchazo fuerte como leve. —Señor David, es evidente que la bala que impactado en su cabeza  afecto la corteza motora, es por eso que solo mueve algunas partes  y otras no responden.

—Doctor, ¿cuánto tiempo estará así? —Pregunto David

—No sé decirte, pero con algunas terapias volverá a hacer su vida normal, por ahora deberá estar tranquila sin nada que la altere.

—Gracias, doctor, no se preocupe, que yo me encargaré de que esté tranquila.

David volvió a sentarse al lado de Elizabeth, le platicaba sobre los niños que estaban en casa esperando por ella y que pronto conocería a la beba de Alice, le contaba lo hermosa que era y lo emocionado que estaba Jackson.

—Debo confesarte que siento envidia de Abdul y de Jackson debe ser tan emocionante estar allí en el nacimiento de los hijos, yo me perdí de tantas cosas por culpa de mi padre, no sé cómo pude ser tan cobarde. Por esa razón, de ahora en adelante me quedaré al lado de ustedes, no me seguiré perdiendo los más bellos momentos de mis hijos.

Francis entró a la habitación y la vio con los ojos abiertos. —Hola, amiga, sabía que regresarías con nosotros, me alegra mucho. Alice no para de llorar, está emocionada por la beba y feliz porque despertaste, querías descansar de nosotros, no ya verás la fiesta que vamos a hacer verdad David.

—Por su puesto tenemos dos razones para celebrar, haremos la fiesta más grande de la historia y después haremos ese viaje a Jamaica que tanto querías, pasaremos un mes entero disfrutando del sol y de toda esa gente alegre, visitaremos a la Señora Stark a ella le dará mucho gusto.

—Elizabeth, porque no dices nada, no puedo creer que la abogada más exitosa del país no tenga nada que decir.

—Francis debemos ir poco a poco, la bala afecta una parte de su cabeza y la parte motora de Elizabeth no responde como debe ser, tendrá que ir a rehabilitación y quizás a terapia de lenguaje, mañana temprano le harán algunos estudios para ver qué sucede con el habla.

—Esto es increíble la muy desgraciada de Amaranta, sí que supo dañarle la vida a mi amiga y lo peor es que aún andan libres quien sabe dónde ella y tu padre.

—Sí, pero no será por mucho ninguno tiene dinero, pronto tendrán que dar la cara y allí las autoridades se encargaran de detenerlos en cuanto Elizabeth se levante de esa cama, desearan no haberse cruzado en su camino.

David y Francis regresaron al lado de Elizabeth, observaron que un par de lágrimas rodaban por su rostro, no sabían si le dolía algo o si estaba por la condición en la que se encontraba.

El hecho de no poder pronunciar una palabra la estaba volviendo loca, trato de pedir un lápiz y un papel con la mano, pero David y Francis no entendían eso, era frustrante, debía esforzarse, tenía que hablar. David, desesperado de verla tan alterada, corrió en busca de una enfermera.

Elizabeth no necesitaba un calmante, solo necesitaba un lápiz o alguien que hablara por señas, ella había aprendido hablar por señas cuando estuvo en el orfanato y ahora que tenía que usar lo que había aprendido no había nadie que entendiera. El calmante comenzaba a hacer efecto, sus ojos estaban pesados, casi no podía mantenerlos abiertos, veía cómo la figura de David y de Francis se perdía en un instante se quedó dormida.

—Me parte el corazón verla así Elizabeth siempre ha sido tan activa nunca para de hablar, por eso es que es tan buena como abogada, ella siempre tiene la última palabra.

—Me pasa igual, pero no entiendo por qué se alteró tanto, Francis parecía que quería algo, no dejaba de mover los dedos.

—Claro, eso era David, ella no estaba alterada ni tenía dolor, solo se comunicaba con nosotros por señas, recuerdo que una vez la vi hablando con un pequeño que era sordo mudo por medio de señas y me contó que aprendió en el orfanato.

—Mañana temprano buscaré a un traductor, así podremos comunicarnos con ella, gracias, Francis por recordarlo ya eso es un avance.

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