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DAVID FRENTE A SU PADRE

David llamó de inmediato al número que había en la tarjeta que venía dentro del sobre, Harper contesto y lo sito para verse en un restaurante muy concurrido por la alta sociedad, David sentía una sanción extraña, esa voz detrás del teléfono tenía algo muy familiar.

Fue a la habitación, se duchó, se vistió y salió al encuentro con aquel misterioso hombre mientras manejaba de camino al restaurante, repasaba en su mente, la voz de aquel hombre era tan parecida a la de su padre, no veía la hora de llegar al lugar, pero el tráfico estaba insoportable casi no se movía sentía ganas de dejar el auto allí en medio de todo y salir corriendo para llegar.

Hora y media después estaba llegando al restaurante, un hombre muy elegante estaba en una de las mesas con una copa de vino en la mano, al verlo le hizo seña con la mano para que se acercara, a medida que avanzaba veía algo familiar en el rostro de aquel hombre su porte sus facciones hasta la manera en que sostenía la copa le parecía conocida.

—Buenas tardes, ¿usted debe ser el Señor Revete mi nombre es… —David iba a decir su nombre y en ese momento Harper lo interrumpió.

—Toma asiento David, sé tu nombre y te conozco muy bien, no tienes que presentarte, esa recepcionista es muy buena, eficiente y eficaz entrando en materia y a lo que vinimos necesito los documentos de la Mansión, estoy a punto de cerrar un gran negocio, pero no puedo transferir sin que alguien me dé fe de que tendré los documentos de la casa.

—Creo que me lleva ventaja, señor usted me conoce, pero yo a usted no y en cuento a la mansión no puedo darle nada, ya que no la vendo y mi padre no está en el país, así que tendrá que buscar otra opción además jamás la ha visto cuál es su interés en comprar algo que no sabe si le gustara.

—No seas tonto muchacho que harás con la casa sola, es obvio que no vives allí para qué la necesitas y en cuanto a conocerla te equivocas conozco cada rincón de esa mansión te sorprendería cuanto la conozco.

David observaba atentamente al hombre cada palabra, cada movimiento, cada expresión, no quedaba duda alguna que estaba frente a su padre, pero como era posible su rostro era otro, no sabía si enfrentarlo o dejar que continuara pensando que no lo había reconocido.

—No sé qué decirle, señor, en todo caso, si yo soy el que le entregaré los documentos, el dinero tiene que ser trasferido a una de mis cuentas, vuelvo y repito, mi padre no está en el país y no podrá usar el dinero que usted le transfiera.

—Solo piénsalo chico, es más que te parece si mañana me muestras la casa y llegamos a un trato, es más si quieres puedes llevar a tu prometida que mejor que la opinión de una mujer en estas cosas.

—Está bien Señor Revete, nos vemos mañana en la Mansión, así podrá verla para que este seguro de lo que desea comprar en cuanto a llevar a mi prometida no le prometo nada, ella tiene muchas ocupaciones y no sé cómo está su agenda para mañana.

David  manejaba de regreso a casa pensando en todo lo que había hecho su padre, no había duda que había regresado por Elizabeth, ese interés porque ella fuera a la cita, lo dejaba claro debía poner al tanto a los agentes, ahora más que nunca Elizabeth debía continuar en casa.

Cuando regreso a la casa, Elizabeth lo esperaba angustiada en la sala, comenzó a llenarlo de preguntas y él se sentó a su lado mientras le contaba todo lo que había sucedido en el restaurante y de la cita que tendría para ver la casa con el misterioso hombre.

Poco después llegaron los agentes y los pusieron al tanto de lo que estaba sucediendo, ellos había decido intervenir el teléfono de David.

— David es la mejor opción que tenemos, si ese hombre está interesado en la casa y hace el negocio contigo, tu padre al ver que su dinero está en tus manos no dudara en contactarte. —Dijo uno de los agentes.

—Si lo sé y no tengo ningún problema con que mi teléfono sea intervenido, lo que si necesito es que Elizabeth tenga toda la seguridad que sea posible, no quiero que mi padre se acerque a ella.

—Nosotros tuvimos una pista, he investigamos tu padre, se cambió el rostro, dimos con una clínica y tenemos cuál es el nuevo rostro que tiene el doctor que le hizo la cirugía, está detenido, supuestamente no sabía que tu padre era prófugo de la justicia y desde que lo opero él no ha tenido más contacto con tu padre.

— ¿Cuál es el nombre del doctor que lo opero?

—El doctor se llama Max, tiene una clínica en el centro.

—Ese es amigo de mi padre, ellos jugaban golf en el club cuando yo estaba en la universidad, siempre mi padre lo ayudaba con todos los problemas legales que tenía en aquel tiempo, me imagino que por eso decidió ayudarlo y les dio alguna fotografía para poder saber cómo se ve ahora.

—No solo nos dijo que Harper no dejo que lo fotografiara, no quería que supieran cómo se veía, tampoco nos ayudó con el nuevo nombre porque tu padre mandaría hacer los documentos después que cambiara su rostro, así que nos lleva una enorme ventaja, solo nos queda ese comprador así que deberás sacarle toda la información necesaria.

—Claro, así lo aré, esperemos a mañana, quizás tengamos suerte. —Dijo David.

Elizabeth acompañó a los agentes hasta la salida mientras David estaba en la sala llamando a la oficina para que le enviaran por correo la grabación donde salía el Señor Revete, quería tener la certeza de que era su padre, así que iría donde estaba detenido el Doctor Max solo él podía decirle si ese era su padre.

David estaba ansioso, fue al estudio para revisar el video y sacar una imagen visible donde se apreciara bien el rostro del señor, después de treinta minutos de video, finalmente David tenía lo que necesitaba. Imprimió la imagen y bajo las escaleras, sin darle ninguna explicación a Elizabeth, se subió al auto y salió de prisa.

Elizabeth no le encontraba explicación al comportamiento de David a donde había ido con tanta prisa porque se veía tan nervioso algo le sucedía, pero por qué razón no confiaba en ella, marco el número de David para hablar con él, pero se iba directo al buzón de voz no había nada más que hacer solo tenía que sentarse a esperar.

David llegó donde estaba detenido el Doctor Max solicito que le concedieran tan solo diez minutos tenía que hablar con él y no podía esperar ni un minuto más, el permiso le fue concedido esperaba en la sala de visita mientras traían al , cada segundo le parecía una eternidad hasta que de pronto la puerta se abrió nuevamente después de tantos años volvía a estar frente aquel doctor para el que tuvo que ganar un caso a petición de su padre.

—Mi gran amigo David, mi abogada estrella que te trae por aquí, no me digas que tu padre te envió para que me sacaras de este embrollo en el que me acaba de meter.

—No, Max mi padre no me envió, vine por voluntad propia, necesito que me digas si este es mi padre, este fue el trabajo que hiciste para él verdad.

—No sé, no recuerdo este encierro está nublando mi mente cada minuto que paso aquí.

—No quieras venirte a hacer el listo conmigo, si no me das la información que necesito yo personalmente, are que te pudras en este lugar y que tu clínica tenga tanta mala publicad, que tu esposa y tu hija van a tener que mendigar en la calle para poder comer así que te voy a preguntar una vez más y espero que tu mente ahora esté clara, Max ¿Este hombre es mi padre?—Pregunto David.

—Se ve que eres hijo de tu padre todo un Harper vas por lo que quieres y lo consigues, si David ese es tu padre como ya ves me metió en todo este lío y ahora yo estoy preso y el libre cuál golondrina.

—La próxima vez no le hagas cirugías a delincuentes y si lo haces, asegúrate de denunciarlos antes que desaparezcan.

David salió del lugar y fue a la Mansión Harper, todo eso parecía salido de una película, los alcances de su padre no tenían límite alguno, David reviso su celular y vio seis llamadas perdidas de Elizabeth, ahora pensaba como le iba a decir a ella que su padre había estado en el bufete no tenía miedo alguno de ser descubierto era un sádico que retaba a las autoridades y a todo aquel que estaba en medio de su camino.

En cuanto llego a la Mansión el viejo mayordomo salió a recibirlo, le parecía extraño verlo por la casa, desde que sucedió lo del niño David estaba ausente y poco iba a visitar. Lo saludo y le anuncio que en el jardín de la casa estaba un señor que decía ser amigo de su padre, David supo de inmediato que se trataba de él así que corrió al jardín y se paró frente a él, ambos se vieron por unos segundos sin mediar palabra alguna parecían como dos vaqueros en el viejo oeste mirándose antes de desenfundar su arma.

—Es impresionante, no puedo negar que eres mi hijo en que momento me descubriste como te diste cuenta de que era yo.

—Comencé a sospechar después que te llame, tu voz me parecía familiar, luego en el restaurante tu postura la forma en que sostenías la copa, algunos rasgos, la forma en que hablaste de la casa, dime que es lo que quieres es la casa si es lo que necesitas yo te doy el dinero, pero ya deja nuestras vidas tranquilas no sé cómo puedes andar tan tranquilo después de todo lo que has hecho.

—Según tú. ¿Qué es todo lo que he hecho? me acusas como si fuera el peor monstruo del mundo, acaso le creerás todas las cosas que Amaranta dijo o sabes algo más que yo no sepa, de qué me acusan ahora hijo yo vine aquí y cambie mi rostro por ti, tú eres mi única familia ya perdí a tu madre perdí a Alice, pero a ti me niego a perderte.

David solo observaba, sabía que estaba escudriñando para ver que más sabia no podía dejarle saber que sabía lo del asesinato que había cometido y de todo lo demás que los agentes le habían contado, trataba de persuadirlo como otras veces solo seguiría su juego para que los agentes lograran arrestarlo.

—Lo sé padre, sé que soy todo lo que tienes en la vida, pero también debes entender que mi hijo es importante en mi vida, amo a ese niño tanto o más de lo que tú me amas a mí debes entenderme.

—Te entiendo hijo y sabes que no tengo problema con el niño, de hecho nuestro plan era quedarnos con él y con toda la fortuna de Elizabeth esa será la mejor manera de cobrarnos todo lo que nos ha hecho. Esa mujer debe pagar de una u otra forma, no sé cómo no se murió cuando Amaranta le dio los tres tiros. Este es el plan déjala que salga sola, yo me encargaré de ella, después traerás a tu hijo de vuelta y todos viviremos como antes, le diremos a Alice que soy un primo de mamá que se quedara un tiempo, pero tenemos que hacerlo cuanto antes, la policía no sabe cómo luzco después de la cirugía no deje que Max me retratara, pero seguirán indagando así que aún tengo tiempo de deshacerme de Elizabeth y hacerle creer a los policías que salí del país.

—Tu plan suena muy bien estructurado, pero realmente ¿vas a ser capaz de matar a Elizabeth? —Pregunto David.

—Por nosotros soy capaz de cualquier cosa hijo, ahora la pregunta es ¿Eres capaz de seguir el plan de tu padre o no? He visto cómo te envuelve esa mujer y aún tengo dudas.

—Eres mi padre jamás podría dejarte solo, no te daré la espalda, además tendré a mi hijo toda la fortuna y el dinero de Elizabeth, ya no estaré bajo sus órdenes por tener más dinero que yo, ahora seré yo el señor todopoderoso.

—Así se habla hijo, entonces estaremos en contacto.

—Si claro toma mi celular así podrás llamarme sin ningún problema yo comprare otro nadie va a sospechar de mí en cuanto tenga el otro teléfono te llamo yo tengo que volver salí de la Mansión sin decirle nada no quiero levantar sospechas cuídate padre hablamos luego.

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