Los días pasaron y todo volvió a tomar su curso, Elizabeth estaba nuevamente al frente de los negocios en la oficina a pesar de que todo marchaba bien, se sentía extraño, la oficina de Farid estaba vacía.

—Buen día, Sra. Elizabeth, ¿cómo están los niños? Pregunto Adila.

—Buen día, Adila, están bien, gracias por preguntar, ¿William ya está en la oficina?

—Si cómo siempre llega temprano, Sra. Elizabeth, otra cosa quería saber, ¿qué voy a hacer ahora que el Sr. Farid no está?

Elizabeth mostró una leve sonrisa de desconcierto y se le llenaron los ojos de lágrimas—Yo todos los días me hago la misma pregunta que haré ahora que Farid ya no está. Ahora en cuanto a ti no te preocupes, quedarás en el mismo puesto y ahora trabajarás directamente conmigo. —Contesto Elizabeth.

—Sra. ¿Usted se quedará en su oficina o tomará la oficina del Sr. Farid? —Pregunto Adila.

—No lo sé Adila, por los momentos esa oficina queda tal cual como Farid la dejo ahora hay que trabajar. —dijo ella.

Elizabeth entró a