Tan pronto Elizabeth reunió fuerza marco el número de Mohamed para darle la triste noticia, aún no se reponían de la muerte de Samira y ahora tendrían que comenzar los preparativos para el funeral de Farid.

De inmediato, Elizabeth avisó, el cuerpo de Farid fue trasladado a la mezquita donde estaría hasta el momento del entierro.

El día soleado y radiante había pasado hacer de un momento a otro en frío y sombrío al salir de la casa acompañada de los niños, Elizabeth sintió que una fría brisa rosaba su rostro, era como una ligera caricia que la consolaba por su pérdida.

Al llegar al funeral, Mohamed estaba allí justo al lado del féretro de Farid, cómo todos esos años había estado, Elizabeth se acercó y le dio un fuerte abrazo mientras sus lágrimas caían sobre el hombre de Mohamed.

—Todo va a estar bien Elizabeth eras la luz de los ojos de Farid, su amor eterno, su Reina Elizabeth. —Dijo Mohamed.

—Si debo sacar fuerzas para continuar, aunque no sé cómo voy a hacerlo sin él. —Contesto Eli