Capítulo 359: El amante de su madre

DEREK MAGNANI

A mi andar, todos los prisioneros comenzaron a gritar y agitarse dentro de sus celdas. Agarrándose de los barrotes y sacudiéndose como si fueran simios. Sabían que hoy tendrían un poco más de diversión. 

Llegué hasta la celda que una vez fue mi hogar y me planté del otro lado. El doctor D’Marco permanecía sentado en la orilla de su catre, esperando. Sabía que no pasaría de esta noche. 

—Así es como te recompensan por años de trabajo duro —susurró con resentimiento. En ese momento un zumbido me avisó de que la puerta estaba abierta—. ¿Crees que esto te hará sentir mejor? ¿Crees que harás que Sloane te ame de manera sincera?

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