¿Desde cuándo su hogar se había tornado en una mentira?. Se cuestionó Isabella al entrar a su hogar y sentir que la burbuja de cristal en la que había estado viviendo se hacía añicos en miles de fragmentos. Y en cada fragmento, su vida se reflejaba en esos momentos felices y cálidos que había vivido bajo ese techo. Pero, así como se mostraban los buenos momentos, también se mostraban las que ahora eran para ella la obvia evidencia que algo había cambiado. Podía verse en el comedor con su familia después de haber estado pensando toda una tarde en que debería hacer de cena. En lo que le gustaría a James y Jack para que disfrutaran de los alimentos. Así que, después de haberse agotado mentalmente pensando en varios platillos, se había decidido ir por lo seguro haciendo sus favoritos. Podía ver a su hijo, él cual se veía muy feliz mientras lo disfrutaba y se deleitaba en cada bocado. Por otra lado, James estaba más pendiente en responder los WeChat que le llegaban y solo jugaba con la
Los claros ojos de Isabella miraron fijamente a los oscuros de Ava con ondas de perturbación y molestia en ellos. ── ¿Por qué me vuelves a pegar? ──. Inquirió con los dientes apretados. Ignorando su pregunta, Ava volvió a preguntar: ──¿cuál es tu nombre?. ── Isabella Carson ── . Respondió en un tono neutro y una expresión imperturbable. Satisfecha al escucharla y ver su expresión, Ava le volvió a preguntar: ──¿Cuándo te enteraste de ambas cosas?. ── Anoche ──. Su voz era fría, volviendo a hacer la misma Isabella fuerte y segura de si misma. ── ¡M4lditos bastardos!. Es culpa de ellos que volviera el cáncer. ¡Pero me van a escuchar!. ¡Juró que les daré una paliza! ──. Sentenció enojada con una expresión aterradora en su rostro. ── Sabes que me la voy a cobrar, ¿verdad?. Y no hagas nada, no quiero que sepan que se sobre ellos. ── Era por tu bien cariño. Además, mientras este presente, ¡jamás permitiré que te compares con esa p*rra! ──. Se defendió Ava al saber que Isabella podría
Después que Isabella abandonará el centro comercial con una expresión fría, pero perdida camino por las calles sin un rumbo fijo. Su mente seguía rebobinando la imagen de esos dos infelices haciéndola rechinar los dientes de disgusto y odio. Odio que se iba incrustando en cada herida hecha en su corazón, y las cuales seguían destilando líquido color escarlata. Mientras caminaba distraída, no se había percatado que un Bugatti Centodieci la seguía a una distancia prudente, y unos profundos e insondables ojos negros como el color de la tinta la miraban agudamente sin despegar la vista de su esbelta figura en ningún momento. De pronto, Isabella dejo de caminar al recibir un golpe en el hombro de una de las tartas personas que caminaban a su alrededor haciéndola tambalearse unos pasos. Cuando levantó su mirada sorprendida y perdida para ver quien la había golpeado, se encontró en un lugar que no reconocía y sin encontrar al responsable, ya que las personas seguían caminando como si nada.
Bella… Había alguien que siempre la llamaba así. ¿Quién era…?. Intentaba descifrar Isabella en su aturdimiento. Pero antes que la respuesta se materializará, fue interrumpida lanzándola a lo más recóndito de su mente al sentir una húmeda y cálida lengua deslizarse por su cuello. Junto a unas manos; las cuales se sentían como brazas al acariciar cada centímetro de su expuesta piel. La húmeda lengua de Gideon seguía deslizándose por el esbelto cuello de Isabella, a la vez que iba dejando besos y pequeñas mordidas sin dejar marcas.Mientras lamía y besaba, llegó a sus dos hermosas y perfectas cúspides, las cuales estaban más que suaves al tacto. Con la punta de su lengua, recorrió todo su aureola, para posteriormente lamer; como si de un caramelo se tratase su erecto pezón. Sacando así varios gemidos de los labios de Isabella.Gemidos que lo excitaban más a cada segundo. Mientras que con su boca mordía y succionaba el pezón, con una de su manos acariciaba su otra cúspide, apretando entr
Después de lo sucedido, Isabella se pasaba auto reprochando por haberle sido infiel a James. Aunque no debía hacerlo ya que él le era infiel. Pero aún sabiéndolo, seguía repudiándose por haber caído tan bajo. Además; a cada segundo sentía que cargaba con ese peso haciéndola sentir miserable a cada momento. Después que había llegado a su hogar, tomó una larga ducha intentando borrar cualquier rastro de ese hombre que, en ocasiones se adueñaba de sus pensamientos haciéndola rechinar los dientes de disgusto por pensar en él. A la vez que se odiaba por sentir su cuerpo reaccionar ante tal recuerdo borroso.Lo único que hacía distraer su mente era el evento del cumpleaños de su hijo que había llegado, además de la espera ansiosa de empezar a trabajar en la compañía de los Cromwell. Ya que Ava le había dicho que Gideon había aceptado contratarla y empezaba el lunes. ¡Todo lo qué necesita para olvidarse completamente de lo sucedido era tener su mente ocupada!. Lo que ella no sabía, era q
── Hace algo de frío, ¿quieres un abrigo? ──. Preguntó James al llegar al lado de Isabella y verla abrazarse así misma. La sonrisa que adornaba el rostro de Isabella se extinguió, siendo remplazada por una mirada fría desprovista de calidez al mirar a James. ── No es necesario ──. Respondió indiferentemente volviendo a mirar a su hijo. El ceño de James se frunció al escucharla y ver su fría e indiferente actitud hacía él. No pudo evitar recordar lo cálida y tierna que era Charlotte. Aunque eran hermanas, ¡eran muy diferentes!. Mientras Isabella era fría y distante como el frío invierno, Charlotte era cálida, fresca y llena de colores como la primavera. ¿Cómo es qué eran tan diferentes?. Y aparte de eso, ¿Por qué se había vuelto tan fría con él repentinamente?. No podía ser porque lo había visto con Charlotte, o porque la cubrió con su chaqueta. Ella sabía que ellos tenían una buena relación, así que no sospecharía de ellos. ── Cariño, iré por unas bebidas ──. Le dijo al dejar un b
── ...Erta... ──. Escuchaba Isabella en la lejanía de su cómodo sueño, para a los segundos ver sus párpados temblar y sus pestañas empezar a revoletear suavemente como señal que pronto dejaría a la vista sus hermosos ojos. Sin embargo, sentía su cuerpo pesado al igual que sus párpados, lo cual le que le dificultaba despertar. ──…Mamá… ──. Escuchó más claramente al sentir unos cálidos y pequeños besos en su mejilla, provocando que sus labios se elevarán en una sonrisa y jalara el pequeño cuerpo de su hijo a sus brazos escuchándolo reír. ── Mamá, debo...ir a la… escuela ──. Musitó en medio de risas al ser atacado por su madre con muchas cosquillas.Al escucharlo, Isabella se detuvo abruptamente dándose cuenta de que ya era tarde. ¿Qué le estaba pasando?. Ella no era de dormir tanto. Quizás se debió a que el día anterior, James se había quedado en casa y se la habían pasado jugando en el jardín dando una ilusión falsa de una familia perfecta. ── Iré a prepararte el desayuno ──. Gritó a
Isabella escuchaba atentamente a Gideon con una expresión neutra que no decía nada, pero si mirabas sus manos, estas variaban entre jugar con sus dedos entrelazándolos y hacerse puños debido a los nervios que la albergaban al ser mirada por esos insondables y cautivadores ojos. ── En tres meses, la compañía estará de aniversario y se hará un evento en el cual presentaremos una nueva colección. Los diseños finales serán entregados en cuarenta días para elegir el ganador. Quiero ver tus diseños entre ellos ──. Pidió con un tono de voz suave, pero autoritario. Como si recibiera una orden, y la cual debía acatar sin excusas, Isabella asintió con una expresión seria y determinada, logrando con esta acción que un atisbo de un brillo y una sonrisa pasara por los oscuros ojos de Gideon al sentirse algo emocionado. Confiaba plenamente en ella y sabía que sería la ganadora. Además de que iba a tener el privilegio de poder verla todos los días y así le sería más fácil conquistarla. ── Ahora