Hola, espero que se encuentren bien. Les pido una disculpa por tardar en actualizar. Quería traerles más capítulos, pero este fue el resultado. Mis lectores, sinceramente les agradezco su apoyo 🙏 y sus buenos deseos. Pero lamentablemente mi madre no pudo superar al M4ldito cáncer y falleció hace algunos días. Les confieso que su partida duele mucho. Es un vacío que ha dejado que jamás se llenará. Perdón por decirle estas cosas. Y les pido nuevamente que me tengan paciencia para seguir actualizando. Ya sabrán la razón. Gracias.🙏 y perdon por la demora.
Las tenues luces que permitían que el gran salón no estuviera completamente en la oscuridad se podían observar por todo este.A pesar de estar envuelto en este tono sombrío; los murmullos seguían resonando, ya que cada grupo de personas que ocupaban las mesas no dejaban de charlar.Y no era para menos, ya que se encontraban ansiosos por poder apreciar las joyas que se escondían tras la fina tela que las cubría.Los años anteriores, las nuevas colecciones que lanzaban los Cromwell se apreciaban por todo el salón, ya que las exhibían inmediatamente.Pero este año fue diferente, creando algo de misterio al cubrirlas y ser iluminadas por sutiles luces amarillas.Realmente ya no podían seguir aguanto, por lo tanto; el deseo de poder apreciar lo que se escondía tras esa delicada tela se apoderaba de los invitados a cada segundo.──¿A qué se debe tanto misterio?── interrogó la joven con un puchero y algo de impaciencia.──Cariño, no te desesperes. Solo es estrategia comercial.──Así es hija,
──Si tienen conocimiento que no es un cristal puro, ¿por qué crearían joyas con el?── inquirió con curiosidad una de las clientas.──Quizás se quedaron sin ideas, o el capital para crear algo maravilloso.──Lo dudo. Estamos hablando de la corporación Cromwell. Además; si no tuvieran capital, no habrían confeccionado las demás joyas── agregó a la conversación Beatrice.──De algo estoy segura, puede que sea un cristal ordinario; pero al estar bajo la firma de los Cromwell, sin medida alguna se convertirá en una pieza de gran valor── termino de decir al mirar fijamente las joyas. ≪Esta colección no debe ser sencilla, algo especial debe poseer≫.Mientras las personas seguían haciendo comentarios, la tranquila voz de Gideon volvió a resonar.──Tengo el honor de presentarles a nuestra diseñadora de esta colección── anuncio aún con la mirada fija en James, para a los segundos desviarla hacia el pasillo que seguía iluminado, observando la gran entrada de su Bella, la cual se veía tan hermosa
──Madre, ¿tenías conocimiento de esto?──. Interrogó Charlotte en un evidente tono lleno de ira.Ante su pregunta, Amelia negó suavemente.La verdad era que no sabía nada respecto a su hija mayor, ya que no le importaba nada de lo que tenía que ver con ella.Pero de algo si estaba segura, y era que bajo ninguna circunstancia permitiría que resaltará más que su adorable Charlotte.Y muchos menos le perdonaría si esta llegará a sufrir por su culpa. Así que, si tenía que apartarla del camino ella misma, sin pensarlo dos veces lo haría.Ante su negación, Charlotte apretó fuertemente sus manos para controlar su ira.≪¿Por qué esa maldita esta trabajando con los Cromwell?≫.≪¿Cómo es que esa bastarda aún se mantiene en pie?≫.≪Al parecer, no le causado suficiente daño para destruirla; ya que sigue molestándome con su presencia. Tendré que volver a recordarle su lugar. Pero esta vez me aseguraré que no se vuelva a levantar≫.Pensaba Charlotte mientras la observaba con llamas de odio danzantes
Isabella Carson se encontraba ultimando los últimos detalles para la cena que tendría con su esposo por motivos de su 7mo aniversario. Con ese hombre que amaba tanto. Y él cual, la había hecho tan feliz en todos los años que llevaban de casados y antes de estarlo. James era perfecto, siendo un hombre muy atractivo y con un buen físico. Sus hermosos ojos eran de color negro y cautivadores cuando de seducción se trataba. Tenía unas hermosas cejas y un aura cálida y poderosa a su alrededor. Era un hombre que podía cautivar a cualquiera con lo hermoso que era.Al pensar en su hombre, una suave sonrisa se elevó en los delgados y finos labios de Isabella, al tiempo que su corazón latía emocionado. Pero al pasar los segundos, esta sonrisa se fue atenuando como la llama de una vela hasta extinguirse, siendo reemplazada por una expresión sombría, con destellos de tristeza y desconcierto. Los latidos de su corazón se habían tornado algo dolorosos, como si tuvieran espinas enterradas en e
El cuerpo de Isabella se tornaba cada vez más frío al pasar los segundos y al seguir escuchando la conversación de los amantes. En ocasiones quería entrar y confirmar sus sospechas y darles unas buenas bofetadas, pero no podía moverse. Era como si sus pies estuvieran congelados en ese m4ldito lugar impidiéndole avanzar. Y tampoco tenía las fuerzas suficientes para ingresar. ── Cariño, yo… ── . Se escuchó la suave voz de la mujer, pero callando a los segundos. ──¿Qué pasa cariño?. ¿Te sientes incómoda en algún lugar?. La mujer negó con la cabeza, a su vez que se mordía ansiosamente el labio inferior. ── Si tienes algo que decir, dilo ──. La persuadió con voz suave James. ── Es-estoy embarazada ──. Soltó la chica bajando la mirada mientras sujetaba fuertemente el borde de la cobija que estaba sobre sus muslos. Después de unos segundos sin reaccionar a lo que acababa de escuchar, James la abrazo felizmente, escuchando la voz de la mujer al preguntar: ──¿Estás feliz?. ── ¡Por supu
¿Desde cuándo su hogar se había tornado en una mentira?. Se cuestionó Isabella al entrar a su hogar y sentir que la burbuja de cristal en la que había estado viviendo se hacía añicos en miles de fragmentos. Y en cada fragmento, su vida se reflejaba en esos momentos felices y cálidos que había vivido bajo ese techo. Pero, así como se mostraban los buenos momentos, también se mostraban las que ahora eran para ella la obvia evidencia que algo había cambiado. Podía verse en el comedor con su familia después de haber estado pensando toda una tarde en que debería hacer de cena. En lo que le gustaría a James y Jack para que disfrutaran de los alimentos. Así que, después de haberse agotado mentalmente pensando en varios platillos, se había decidido ir por lo seguro haciendo sus favoritos. Podía ver a su hijo, él cual se veía muy feliz mientras lo disfrutaba y se deleitaba en cada bocado. Por otra lado, James estaba más pendiente en responder los WeChat que le llegaban y solo jugaba con la
Los claros ojos de Isabella miraron fijamente a los oscuros de Ava con ondas de perturbación y molestia en ellos. ── ¿Por qué me vuelves a pegar? ──. Inquirió con los dientes apretados. Ignorando su pregunta, Ava volvió a preguntar: ──¿cuál es tu nombre?. ── Isabella Carson ── . Respondió en un tono neutro y una expresión imperturbable. Satisfecha al escucharla y ver su expresión, Ava le volvió a preguntar: ──¿Cuándo te enteraste de ambas cosas?. ── Anoche ──. Su voz era fría, volviendo a hacer la misma Isabella fuerte y segura de si misma. ── ¡M4lditos bastardos!. Es culpa de ellos que volviera el cáncer. ¡Pero me van a escuchar!. ¡Juró que les daré una paliza! ──. Sentenció enojada con una expresión aterradora en su rostro. ── Sabes que me la voy a cobrar, ¿verdad?. Y no hagas nada, no quiero que sepan que se sobre ellos. ── Era por tu bien cariño. Además, mientras este presente, ¡jamás permitiré que te compares con esa p*rra! ──. Se defendió Ava al saber que Isabella podría
Después que Isabella abandonará el centro comercial con una expresión fría, pero perdida camino por las calles sin un rumbo fijo. Su mente seguía rebobinando la imagen de esos dos infelices haciéndola rechinar los dientes de disgusto y odio. Odio que se iba incrustando en cada herida hecha en su corazón, y las cuales seguían destilando líquido color escarlata. Mientras caminaba distraída, no se había percatado que un Bugatti Centodieci la seguía a una distancia prudente, y unos profundos e insondables ojos negros como el color de la tinta la miraban agudamente sin despegar la vista de su esbelta figura en ningún momento. De pronto, Isabella dejo de caminar al recibir un golpe en el hombro de una de las tartas personas que caminaban a su alrededor haciéndola tambalearse unos pasos. Cuando levantó su mirada sorprendida y perdida para ver quien la había golpeado, se encontró en un lugar que no reconocía y sin encontrar al responsable, ya que las personas seguían caminando como si nada.