──¿En qué estás pensando?── Interrogó Gideon al ver a Isabella de espaldas con una copa de vino en su mano.Al escucharlo, Isabella enfocó su alta figura que se reflejaba en el cristal de la ventana.A parte de anhelar su sanación, nunca había tenido un fuerte deseo por algo, pero en esos momentos, deseaba con todo sus fuerzas poder amar a ese hombre para así dejar de sentirse culpable por estar usándolo para su venganza.──Solo estaba pensando en como sería la próxima colección── respondió con voz tambaleante al sentir los brazos de este rodear su cintura, a la vez que dejaba besos en su cuello.──No lo pienses tanto. Mejor enfócate en nosotros── pidió el hombre en un tono bajo, para después girar el cuerpo de esta hasta quedar de frente.──Eres tan hermosa── la elogio Gideon al acariciar suavemente su rostro, para después bajar a su cuello hasta llegar a su hombro mientras le iba dejando pequeños besos, a la vez que empezaba a despojarla del molesto vestido que el personalmente le h
Isabella cerró la puerta detrás de Ava, dejándose caer contra ella con un suspiro cansado.──Está siendo más difícil de lo que pensé─ admitió en voz baja mirando a su amiga.Ava dejó una pequeña mochila sobre la mesa y se acercó a ella tomándola de la mano llevándola al sofá.──¿Qué esperabas?. Charlotte lo ha estado manipulando sin restricción. Además de que el imbécil de James no hace nada── suspiró impotentemente ── llevará algo de tiempo que vuelva hacer el mismo.Isabella asintió con desgana, mientras apretaba las manos con fuerza.──Lo sé, pero… siento que estoy perdiéndolo, Ava. Cada vez que me mira, es como si viera a una extraña. Sus ojos ya no brillan al mirarme. Tengo tanto miedo de perderlo completamente. Con el ceño fruncido y dolor en su pecho, Ava tomó la mano de Isabella entre las suyas en busca de reconfortarla.──Tú eres su madre, Isa. Aunque ahora esté enojado o confundido, en el fondo sabe quién eres. Se que no debe ser nada fácil, pero tienes que ser paciente. Ad
Era una mañana brillante y algo fresca. La luz del sol se filtraba a través de las copas de los árboles del parque, llenando el ambiente de un calor acogedor. Los estudiantes se agrupaban en las gradas, mientras las competiciones de los juegos escolares se desarrollaban en la pista de atletismo. El bullicio de risas y gritos de ánimo llenaba el aire, y la energía de la competencia se podía sentir en cada rincón.Isabella observaba a Jackson, el cual estaba ajustándose las zapatillas, concentrado en lo que tenía que hacer.Después de unos segundos un disparo al aire se escuchó, dando inició a la carrera. Así como el sonido de los estudiantes animando a los competidores.Jackson no fue el primero en salir, pero su postura mostraba determinación mientras seguía avanzando, haciendo que los nervios invadieran a Isabella, y sus manos empezarán a sudar levemente. Además del gran orgullo que la invadía al verlo esforzarse.Cuando la carrera terminó, Jackson se acercó a las gradas, respirando
Isabella Carson se encontraba ultimando los últimos detalles para la cena que tendría con su esposo por motivos de su 7mo aniversario. Con ese hombre que amaba tanto. Y él cual, la había hecho tan feliz en todos los años que llevaban de casados y antes de estarlo. James era perfecto, siendo un hombre muy atractivo y con un buen físico. Sus hermosos ojos eran de color negro y cautivadores cuando de seducción se trataba. Tenía unas hermosas cejas y un aura cálida y poderosa a su alrededor. Era un hombre que podía cautivar a cualquiera con lo hermoso que era.Al pensar en su hombre, una suave sonrisa se elevó en los delgados y finos labios de Isabella, al tiempo que su corazón latía emocionado. Pero al pasar los segundos, esta sonrisa se fue atenuando como la llama de una vela hasta extinguirse, siendo reemplazada por una expresión sombría, con destellos de tristeza y desconcierto. Los latidos de su corazón se habían tornado algo dolorosos, como si tuvieran espinas enterradas en e
El cuerpo de Isabella se tornaba cada vez más frío al pasar los segundos y al seguir escuchando la conversación de los amantes. En ocasiones quería entrar y confirmar sus sospechas y darles unas buenas bofetadas, pero no podía moverse. Era como si sus pies estuvieran congelados en ese m4ldito lugar impidiéndole avanzar. Y tampoco tenía las fuerzas suficientes para ingresar. ── Cariño, yo… ── . Se escuchó la suave voz de la mujer, pero callando a los segundos. ──¿Qué pasa cariño?. ¿Te sientes incómoda en algún lugar?. La mujer negó con la cabeza, a su vez que se mordía ansiosamente el labio inferior. ── Si tienes algo que decir, dilo ──. La persuadió con voz suave James. ── Es-estoy embarazada ──. Soltó la chica bajando la mirada mientras sujetaba fuertemente el borde de la cobija que estaba sobre sus muslos. Después de unos segundos sin reaccionar a lo que acababa de escuchar, James la abrazo felizmente, escuchando la voz de la mujer al preguntar: ──¿Estás feliz?. ── ¡Por supu
¿Desde cuándo su hogar se había tornado en una mentira?. Se cuestionó Isabella al entrar a su hogar y sentir que la burbuja de cristal en la que había estado viviendo se hacía añicos en miles de fragmentos. Y en cada fragmento, su vida se reflejaba en esos momentos felices y cálidos que había vivido bajo ese techo. Pero, así como se mostraban los buenos momentos, también se mostraban las que ahora eran para ella la obvia evidencia que algo había cambiado. Podía verse en el comedor con su familia después de haber estado pensando toda una tarde en que debería hacer de cena. En lo que le gustaría a James y Jack para que disfrutaran de los alimentos. Así que, después de haberse agotado mentalmente pensando en varios platillos, se había decidido ir por lo seguro haciendo sus favoritos. Podía ver a su hijo, él cual se veía muy feliz mientras lo disfrutaba y se deleitaba en cada bocado. Por otra lado, James estaba más pendiente en responder los WeChat que le llegaban y solo jugaba con la
Los claros ojos de Isabella miraron fijamente a los oscuros de Ava con ondas de perturbación y molestia en ellos. ── ¿Por qué me vuelves a pegar? ──. Inquirió con los dientes apretados. Ignorando su pregunta, Ava volvió a preguntar: ──¿cuál es tu nombre?. ── Isabella Carson ── . Respondió en un tono neutro y una expresión imperturbable. Satisfecha al escucharla y ver su expresión, Ava le volvió a preguntar: ──¿Cuándo te enteraste de ambas cosas?. ── Anoche ──. Su voz era fría, volviendo a hacer la misma Isabella fuerte y segura de si misma. ── ¡M4lditos bastardos!. Es culpa de ellos que volviera el cáncer. ¡Pero me van a escuchar!. ¡Juró que les daré una paliza! ──. Sentenció enojada con una expresión aterradora en su rostro. ── Sabes que me la voy a cobrar, ¿verdad?. Y no hagas nada, no quiero que sepan que se sobre ellos. ── Era por tu bien cariño. Además, mientras este presente, ¡jamás permitiré que te compares con esa p*rra! ──. Se defendió Ava al saber que Isabella podría
Después que Isabella abandonará el centro comercial con una expresión fría, pero perdida camino por las calles sin un rumbo fijo. Su mente seguía rebobinando la imagen de esos dos infelices haciéndola rechinar los dientes de disgusto y odio. Odio que se iba incrustando en cada herida hecha en su corazón, y las cuales seguían destilando líquido color escarlata. Mientras caminaba distraída, no se había percatado que un Bugatti Centodieci la seguía a una distancia prudente, y unos profundos e insondables ojos negros como el color de la tinta la miraban agudamente sin despegar la vista de su esbelta figura en ningún momento. De pronto, Isabella dejo de caminar al recibir un golpe en el hombro de una de las tartas personas que caminaban a su alrededor haciéndola tambalearse unos pasos. Cuando levantó su mirada sorprendida y perdida para ver quien la había golpeado, se encontró en un lugar que no reconocía y sin encontrar al responsable, ya que las personas seguían caminando como si nada.