── Hace algo de frío, ¿quieres un abrigo? ──. Preguntó James al llegar al lado de Isabella y verla abrazarse así misma. La sonrisa que adornaba el rostro de Isabella se extinguió, siendo remplazada por una mirada fría desprovista de calidez al mirar a James. ── No es necesario ──. Respondió indiferentemente volviendo a mirar a su hijo. El ceño de James se frunció al escucharla y ver su fría e indiferente actitud hacía él. No pudo evitar recordar lo cálida y tierna que era Charlotte. Aunque eran hermanas, ¡eran muy diferentes!. Mientras Isabella era fría y distante como el frío invierno, Charlotte era cálida, fresca y llena de colores como la primavera. ¿Cómo es qué eran tan diferentes?. Y aparte de eso, ¿Por qué se había vuelto tan fría con él repentinamente?. No podía ser porque lo había visto con Charlotte, o porque la cubrió con su chaqueta. Ella sabía que ellos tenían una buena relación, así que no sospecharía de ellos. ── Cariño, iré por unas bebidas ──. Le dijo al dejar un b
── ...Erta... ──. Escuchaba Isabella en la lejanía de su cómodo sueño, para a los segundos ver sus párpados temblar y sus pestañas empezar a revoletear suavemente como señal que pronto dejaría a la vista sus hermosos ojos. Sin embargo, sentía su cuerpo pesado al igual que sus párpados, lo cual le que le dificultaba despertar. ──…Mamá… ──. Escuchó más claramente al sentir unos cálidos y pequeños besos en su mejilla, provocando que sus labios se elevarán en una sonrisa y jalara el pequeño cuerpo de su hijo a sus brazos escuchándolo reír. ── Mamá, debo...ir a la… escuela ──. Musitó en medio de risas al ser atacado por su madre con muchas cosquillas.Al escucharlo, Isabella se detuvo abruptamente dándose cuenta de que ya era tarde. ¿Qué le estaba pasando?. Ella no era de dormir tanto. Quizás se debió a que el día anterior, James se había quedado en casa y se la habían pasado jugando en el jardín dando una ilusión falsa de una familia perfecta. ── Iré a prepararte el desayuno ──. Gritó a
Isabella escuchaba atentamente a Gideon con una expresión neutra que no decía nada, pero si mirabas sus manos, estas variaban entre jugar con sus dedos entrelazándolos y hacerse puños debido a los nervios que la albergaban al ser mirada por esos insondables y cautivadores ojos. ── En tres meses, la compañía estará de aniversario y se hará un evento en el cual presentaremos una nueva colección. Los diseños finales serán entregados en cuarenta días para elegir el ganador. Quiero ver tus diseños entre ellos ──. Pidió con un tono de voz suave, pero autoritario. Como si recibiera una orden, y la cual debía acatar sin excusas, Isabella asintió con una expresión seria y determinada, logrando con esta acción que un atisbo de un brillo y una sonrisa pasara por los oscuros ojos de Gideon al sentirse algo emocionado. Confiaba plenamente en ella y sabía que sería la ganadora. Además de que iba a tener el privilegio de poder verla todos los días y así le sería más fácil conquistarla. ── Ahora
Después de haberse quedado sola, Isabella cerró los ojos apoyándose en el respaldo de la silla. Aun estaba procesando el hecho de que Gideon era ese hombre. ¿Estaría soñando?. Con este razonamiento, pellizco su brazo, frunciendo el ceño al sentir el dolor. De todos los hombres, ¿por qué él?. Era una pregunta inconsciente que se repetía sin buscarla en su mente. ¿Por qué él?. Negando con la cabeza tratando de deshacerse de esa pregunta repetida y con el ceño aun fruncido abrió los ojos.Lo mejor era olvidarlo y mantenerse alejada de él como lo había decidido anteriormente. Con esta resolución, tomó su cartera sacando una foto de su hijo, la cual dejó suavemente encima del escritorio con una pequeña sonrisa en sus labios. Luego tomó su libreta de bocetos abriéndola y mirando varios diseños que ya había estado diseñando para Alexia y algunos más. Mientras observaba los bocetos, uno capturó su atención para presentarlo como candidato. Solo debía modificarle algunas partes y estaría a
Al llegar a su hogar, Isabella fue recibida por un gran y cálido abrazo por parte de su hijo, logrando con esta acción que renovará sus fuerzas y se olvidará de lo agotada que estaba. ── Mami, la secretaria de papá llamó y dijo que hoy tampoco vendría a cenar ──. Informó el pequeño Jackson con un puchero en sus labios. Así que; ¿ahora no solo le daba la mayor parte de su atención a su amante?, ¿si no que también les estaba quitando el poco tiempo qué compartía con ellos para dárselo todo a esa p*rra?. ¡Bastardo!. ── ¿No te gusta cenar conmigo? ──. Inquirió Isabella al simular sentirse dolida para distraer a su hijo. ── ¡Me gusta mucho estar con mami!. ── Oh, es así? ──. Cuestionó al hacerle cosquillas, deteniéndose a los segundos al escuchar su hijo entre risas clamar por clemencia.── Vamos a lavarnos las manos, para después ir a cenar. ── Musitó después de haberle dejado un beso en su coloreado mejilla y tomar su pequeña mano caminaron hasta el comer. ── Ya vengo mamá, iré a
── ¿Has tomado una decisión? ──. Interrogó una agradable y tranquila voz varonil, rompiendo con el silencio que se había formado unos segundos atrás. ── Tú… ¿Por qué quieres ayudarme?. Él hombre interrogado miró fijamente el hermoso y sorprendido rostro de la mujer por unos segundos antes de responder: ── simplemente porque me gustas, Bella. Al escuchar una respuesta que jamás se esperó, los claros orbes de Isabella miraron con asombro al atractivo hombre que estaba sentado al frente suyo, y él cual tenía una pequeña sonrisa coqueta enroscada en sus labios al devolverle la mirada. Mientras Isabella aún lo miraba, él atractivo hombre se levantó de su lugar llegando al lado de ella, tomando suavemente su mano dijo: ── Ya que conoces el motivo, ¿me darás una respuesta ahora, Bella?. ¿Me dejaras ayudarte?. ──. Al terminar de hablar, él hombre dejó suavemente un beso en el dorso de la mano de Isabella. Los delgados labios de Isabella se abrieron con la intención de decir algo, pero
── ¿Pero qué…? ──. Fue lo primero que articulo Isabella al entrar a su oficina y ver un ramo de sus flores favoritas sobre el escritorio, y las cuales eran girasoles. Estas flores le habían empezado a gustar después de un tiempo que había sido diagnosticada por primera vez con cáncer. Recuerda que en ese tiempo la había pasado muy mal. El dolor tanto físico, como mental por las terapias, mas sumándole el tener que fingir que estaba bien para no preocupar a sus seres queridos la estaban llevando al límite. Era tanto el estrés que había acumulado, que en un determinado día había estallado, dejando salir todo lo que había acumulado hasta el momento. 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 Recuerda que era un día nublado, quizás la sobriedad que se percibía en el aire se había filtrado por sus poros, calando hasta sus huesos, nublando y desbordando el mar de emociones que había estado reteniendo. Los gritos, las lágrimas deslizándose por sus pálidas mejillas, el dolor y la debilidad en su cuerpo. Aún po
En la noche cuando Isabella se encontraba de vuelta a su hogar después de haber estado recordando un pasado doloroso, se dirigió directamente a su habitación sacando un libro que había olvidado completamente. La portada del libro estaba algo desgastada, pero todavía se podían apreciar claramente las letras impresas en ella. Era la continuación de una novela que estaba deseando leer, pero debido a que se la pasaba en casa, no la había podido adquirir. A sus padres no se la podía pedir parque la leí en secreto, ya que estos no la dejaban leer novelas. Y si lo hubiera hecho, de igual manera dudaba en poder obtenerla de parte de ellos. Por lo tanto; se la había encargado a Ava. Pero con lo que no contaba era que esta le dijera a su hermano, y este se la comprara inmediatamente. Al abrir las páginas del libro, una girasol marchita yacía entre una de estas, la cual se encontraba desprovista de todo su brillante color que la caracterizaba. Ya no se veía tan hermosa y llena de vida como