── ¿Has tomado una decisión? ──. Interrogó una agradable y tranquila voz varonil, rompiendo con el silencio que se había formado unos segundos atrás. ── Tú… ¿Por qué quieres ayudarme?. Él hombre interrogado miró fijamente el hermoso y sorprendido rostro de la mujer por unos segundos antes de responder: ── simplemente porque me gustas, Bella. Al escuchar una respuesta que jamás se esperó, los claros orbes de Isabella miraron con asombro al atractivo hombre que estaba sentado al frente suyo, y él cual tenía una pequeña sonrisa coqueta enroscada en sus labios al devolverle la mirada. Mientras Isabella aún lo miraba, él atractivo hombre se levantó de su lugar llegando al lado de ella, tomando suavemente su mano dijo: ── Ya que conoces el motivo, ¿me darás una respuesta ahora, Bella?. ¿Me dejaras ayudarte?. ──. Al terminar de hablar, él hombre dejó suavemente un beso en el dorso de la mano de Isabella. Los delgados labios de Isabella se abrieron con la intención de decir algo, pero
── ¿Pero qué…? ──. Fue lo primero que articulo Isabella al entrar a su oficina y ver un ramo de sus flores favoritas sobre el escritorio, y las cuales eran girasoles. Estas flores le habían empezado a gustar después de un tiempo que había sido diagnosticada por primera vez con cáncer. Recuerda que en ese tiempo la había pasado muy mal. El dolor tanto físico, como mental por las terapias, mas sumándole el tener que fingir que estaba bien para no preocupar a sus seres queridos la estaban llevando al límite. Era tanto el estrés que había acumulado, que en un determinado día había estallado, dejando salir todo lo que había acumulado hasta el momento. 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 Recuerda que era un día nublado, quizás la sobriedad que se percibía en el aire se había filtrado por sus poros, calando hasta sus huesos, nublando y desbordando el mar de emociones que había estado reteniendo. Los gritos, las lágrimas deslizándose por sus pálidas mejillas, el dolor y la debilidad en su cuerpo. Aún po
En la noche cuando Isabella se encontraba de vuelta a su hogar después de haber estado recordando un pasado doloroso, se dirigió directamente a su habitación sacando un libro que había olvidado completamente. La portada del libro estaba algo desgastada, pero todavía se podían apreciar claramente las letras impresas en ella. Era la continuación de una novela que estaba deseando leer, pero debido a que se la pasaba en casa, no la había podido adquirir. A sus padres no se la podía pedir parque la leí en secreto, ya que estos no la dejaban leer novelas. Y si lo hubiera hecho, de igual manera dudaba en poder obtenerla de parte de ellos. Por lo tanto; se la había encargado a Ava. Pero con lo que no contaba era que esta le dijera a su hermano, y este se la comprara inmediatamente. Al abrir las páginas del libro, una girasol marchita yacía entre una de estas, la cual se encontraba desprovista de todo su brillante color que la caracterizaba. Ya no se veía tan hermosa y llena de vida como
El ambiente que las rodeaba era lúgubre y silencioso, el cual solo era interrumpido por el bullicio de las personas en las gradas que se encontraban animando a sus jugadores favoritos. Y sino hubiera sido por la inoportuna llegada de su hermana, Isabella sería una de las tantas madres que se encontraban animando a su hijo en ese momento. Pero debido a que esta llegó, y James aún no lo había hecho, un mal presentimiento la invadió, y el cual ahora trataba de entender y asimilar después de haber escuchado las palabra sin sentido que su hermana le dijo. ── Tú… ¿qué tontería acabas de decir? ──. Interrogó con sus manos temblando levemente. Charlotte ladeo un poco su cabeza al mirar nuevamente a Isabella. En sus orbes se podía observar un brillo peculiar al estar disfrutando ese momento. Con una expresión preocupada volvió a hablar ── hermana, Jack es solo un niño, no lo alejes de su padre. ⪻¿Qué estaba diciendo esta mujer?. ¿Cuándo he alejado a mi hijo de su padre?⪼. Si lo que más q
Temor. Dolor. Angustia.Eran algunas de las emociones que se estaban desbordando y empezaban a navegar sin ninguna restricción en la mente, y por cada poro del cuerpo de Isabella al ver cada vez más la silueta de su hijo alejarse. Quería salir corriendo tras él, abrazarlo y consolarlo mientras le aclaraba las cosas. Pero contrario a lo que deseaba; su cuerpo no reaccionaba y se mantenía estático en el mismo lugar. Era como si esa frase: te odio, que le había dicho por primera vez su sol la mantuviera arraigada en ese mismo lugar sombrío sin permitirle hacer algo de su voluntad, o ver la luz para poder avanzar. De la misma manera quería gritar su nombre para que se detuviera, pero las palabras se atascaban en su garganta y de sus labios entreabiertos no salía ningún sonido.≪C-cariño…detente…, regresa con mamá…≫. Suplicaba internamente. Pero esta suplica jamás sería escuchada, y por ende ejecutada, ya que Jackson había salido de su campo de visión. Al encontrarse sumida en su dolo
──Llamen a una ambulancia. ¡Deprisa!. ──¡Oh Dios!. Esta sangrando mucho. ──Es tan lamentable, es solo un niño. Eran algunos de los murmullos que se oían alrededor de una consternada Isabella. La cual se encontraba en un estado de shock después de presenciar cómo su amado sol, él cual había soltado su mano en una de sus rabietas para posteriormente salir corriendo, fue golpeado por un vehículo que salió de la nada. ¿Como habían llegado a este punto?. ¿Por qué su hijo tenía que sufrir por las disputas ocasionadas por su padre?. Las cosas no habían estado marchando bien entre ellos desde lo sucedido en el partido de fútbol. Jackson ya no era un niño alegre y tranquilo. Al contrario, se había vuelto rebelde y desobediente. Hasta le decía palabras hirientes. Anteriormente solo era convocada a la escuela para recibir halagos por parte de este. Pero ahora solo era para recibir quejas. Ya que se la pasaba peleando y no siempre obedecía a los maestros. Debido a este comportamiento su
Tras escuchar la sugerencia de Madison, Isabella tuvo un momento de claridad en su oscuridad. James. Debía llamarlo. Con manos apresuradas, y temblorosas busco el móvil marcando el número de este. Pero después de varios intentos no tuvo éxito. Tras intentarlo un par de veces más, la llamada fue conectada. Pero el resultado no sería el esperado. ──Estoy en una Junta muy importante, no puedo hablar en este momento. Comunícate con Julia. Sin esperar una respuesta, James término la llamada dejando a Isabella con las palabras en la boca. Perpleja ante la actitud de James, Isabella se quedó observando el móvil con la mente en blanco. Volviendo en si al escuchar a Madison decir: ──él doctor Adam esta de turno, ¿quiere que le lo vaya a buscar?. Era cierto, Adam trabajaba allí y sería de mucha ayuda si estaba al tanto de lo que estaba sucediendo. Pero contrario a lo que pensó hacer, su acción fue otra al negar suavemente con la cabeza mientras volvía hacer una llamada, la cual fue cont
≪¿Señora Redford?≫. Repitió con incredulidad Isabella este título, el cual le pertenecía al ser la esposa de ese bastardo. Mientras los observaba, esta no podía evitar avivar una leve esperanza de escuchar a James negar la forma en que él doctor se había dirigido a su amante. Porque si, aún con la evidencia al frente, Isabella se negaba aceptar el hecho de que esa persona a escasos metros era su esposo, él cual le había mentido sin escrúpulos haciéndola aún lado cuando más necesitaba su apoyo para estar con su amante. Sin embargo, esta pequeña flama que empezaba a crepitar lentamente, fue aplastada por un torrente de ira que invadió su cuerpo tras no haber escuchado tal negación. Lo único que obtuvo como respuesta fue la atención de James sobre esta. Además, podía observar que Charlotte y ese bastardo que esperaba estaban bastante bien, contrario a como se encontraba su hijo actualmente. ¿Qué había hecho en su vida anterior para ser castigada de tal manera?. Estaba en el hospit