Bip - bip - bip. Era el sonido que envolvía la tranquila habitación. El cual provenía de la máquina que estaba conectada al cuerpo del pequeño Redford para monitorear sus signos vitales después de haber sido trasladado a una habitación de observación. Mientras Jackson dormía debido a la anestesia que aún circulaba por su cuerpo, Isabella sostenía su mano derecha entre la suya dándole pequeños besos y caricias en ocasiones. Mientras hacía esta acción, en su corazón que tenía partes frías y cálidas se iba germinando un cactus. El cual al crecer envolvió de espinas todo este sin importarle su temperatura ocasionándole así un fuerte dolor. Dicho dolor se hacía cada vez más fuerte al ser perforado por estas espinas que seguían creciendo en tamaño y grosor; haciéndolo sangrar cada vez que veía el brazo de su hijo envuelto en yeso. Además de la herida que tenía en su frente, en la cual tenía cinco puntos. En ese accidente, su bebé se había fracturado el brazo izquierdo. Además de los gol
──Mamá, ¿por qué papá no ha venido?──. Interrogó Jackson de la nada, haciendo que la porción de alimento que Isabella le iba a dar, quedará suspendida por unos cortos segundos, para después llevarla a su boca.──Tu papá llega esta noche de viaje, y vendrá a verte mañana── respondió Isabella al tomar otra porción de comida para seguir alimentando a su hijo.Jackson llevaba un día y medio en el hospital, y James no se había comunicado con él.Ella tampoco lo había vuelto a llamar. Y si estuviera en sus manos, tampoco lo volvería hacer. Pero tenía que dejar su disgusto personal a un lado por su hijo.──No es necesario que le hables, Andrew se esta encargando── una voz con atisbo de molestia resonó en la habitación.Si tuviera la libertad de hacerlo, Gideon no dejaría tener a su Bella ninguna clase de interacción con es se bastardo. Ya la había hecho sufrir demasiado.Tras la molesta voz del hombre, se escuchó otra con el mismo sentimiento decir: ──tan desagradable escuchar de ellos al ll
──¡Eres una mentirosa!.──Cariño, no te he mentido──. Trataba de persuadir Isabella a su hijo.──¡Lo hiciste!. Dijiste que papá vendría, ¡y no lo ha hecho!── seguía reclamando Jackson.──Te prometo que él vendrá pronto──le dijo con voz suave y apacible.──¡Mentira!. Seguro le has prohibido que venga a verme.Punzadas de dolor palpitaban en el pecho de Isabella, y un diminuto nudo se empezaba a formar en su garganta.Delante de los ojos de su hijo, ella era la malvada. Cuando en todo esa situación, era ella quien más heridas había recibido.¿Sabes cuántas veces tuvo que recoger los fragmentos de su corazón?.¿Cuántas veces tuvo que volver a unirlos y seguir avanzando?.No. Nadie tenia conocimiento del inmenso dolor que llevaba en su corazón. De las fuerzas que buscaba para poder avanzar cada día. Pero aún así, la única persona que le importaba, y por la cual daba la vida, para él era la villana.Mientras que los verdaderos villanos eran los héroes. Por ello, realmente no quería ver a
──¡Joder!. Resonó junto a un fuerte golpe, el cual provino de la computadora al ser cerrada fuertemente. Acompañando esta exclamación, la alta figura de Gideon se levantó con frustración del sofá. Con grandes zancadas llegó a la puerta con la intención de abandonar esa habitación, pero al tomar el pomo, el cual apretó con fuerza se detuvo. Usando todo su autocontrol para calmarse, y no ir a la habitación de al lado para separar a Isabella de ese m4ldito, Gideon volvió al sofá. Si iba en ese momento, y llevado por los celos hacia algo que perjudicará a su mujer no se lo perdonaría. Con la mandíbula tensa y los celos a flor de piel, Gideon volvió a tomar la computadora, observando a través de ella que aún su Bella era sujetado por ese bastardo. Lo cual hizo que la ira, la desesperación y la frustración se desbordaran de sus venas volviendo avivar las ganas de ir a separarlos. ──Señor, ¿desea que haga algo?──. Tanteo con cautela Andrew. Su jefe estaba reteniendo una gran irá, la c
Las tenues luces que permitían que el gran salón no estuviera completamente en la oscuridad se podían observar por todo este.A pesar de estar envuelto en este tono sombrío; los murmullos seguían resonando, ya que cada grupo de personas que ocupaban las mesas no dejaban de charlar.Y no era para menos, ya que se encontraban ansiosos por poder apreciar las joyas que se escondían tras la fina tela que las cubría.Los años anteriores, las nuevas colecciones que lanzaban los Cromwell se apreciaban por todo el salón, ya que las exhibían inmediatamente.Pero este año fue diferente, creando algo de misterio al cubrirlas y ser iluminadas por sutiles luces amarillas.Realmente ya no podían seguir aguanto, por lo tanto; el deseo de poder apreciar lo que se escondía tras esa delicada tela se apoderaba de los invitados a cada segundo.──¿A qué se debe tanto misterio?── interrogó la joven con un puchero y algo de impaciencia.──Cariño, no te desesperes. Solo es estrategia comercial.──Así es hija,
──Si tienen conocimiento que no es un cristal puro, ¿por qué crearían joyas con el?── inquirió con curiosidad una de las clientas.──Quizás se quedaron sin ideas, o el capital para crear algo maravilloso.──Lo dudo. Estamos hablando de la corporación Cromwell. Además; si no tuvieran capital, no habrían confeccionado las demás joyas── agregó a la conversación Beatrice.──De algo estoy segura, puede que sea un cristal ordinario; pero al estar bajo la firma de los Cromwell, sin medida alguna se convertirá en una pieza de gran valor── termino de decir al mirar fijamente las joyas. ≪Esta colección no debe ser sencilla, algo especial debe poseer≫.Mientras las personas seguían haciendo comentarios, la tranquila voz de Gideon volvió a resonar.──Tengo el honor de presentarles a nuestra diseñadora de esta colección── anuncio aún con la mirada fija en James, para a los segundos desviarla hacia el pasillo que seguía iluminado, observando la gran entrada de su Bella, la cual se veía tan hermosa
──Madre, ¿tenías conocimiento de esto?──. Interrogó Charlotte en un evidente tono lleno de ira.Ante su pregunta, Amelia negó suavemente.La verdad era que no sabía nada respecto a su hija mayor, ya que no le importaba nada de lo que tenía que ver con ella.Pero de algo si estaba segura, y era que bajo ninguna circunstancia permitiría que resaltará más que su adorable Charlotte.Y muchos menos le perdonaría si esta llegará a sufrir por su culpa. Así que, si tenía que apartarla del camino ella misma, sin pensarlo dos veces lo haría.Ante su negación, Charlotte apretó fuertemente sus manos para controlar su ira.≪¿Por qué esa maldita esta trabajando con los Cromwell?≫.≪¿Cómo es que esa bastarda aún se mantiene en pie?≫.≪Al parecer, no le causado suficiente daño para destruirla; ya que sigue molestándome con su presencia. Tendré que volver a recordarle su lugar. Pero esta vez me aseguraré que no se vuelva a levantar≫.Pensaba Charlotte mientras la observaba con llamas de odio danzantes
Isabella Carson se encontraba ultimando los últimos detalles para la cena que tendría con su esposo por motivos de su 7mo aniversario. Con ese hombre que amaba tanto. Y él cual, la había hecho tan feliz en todos los años que llevaban de casados y antes de estarlo. James era perfecto, siendo un hombre muy atractivo y con un buen físico. Sus hermosos ojos eran de color negro y cautivadores cuando de seducción se trataba. Tenía unas hermosas cejas y un aura cálida y poderosa a su alrededor. Era un hombre que podía cautivar a cualquiera con lo hermoso que era.Al pensar en su hombre, una suave sonrisa se elevó en los delgados y finos labios de Isabella, al tiempo que su corazón latía emocionado. Pero al pasar los segundos, esta sonrisa se fue atenuando como la llama de una vela hasta extinguirse, siendo reemplazada por una expresión sombría, con destellos de tristeza y desconcierto. Los latidos de su corazón se habían tornado algo dolorosos, como si tuvieran espinas enterradas en e