──¡Eres una mentirosa!.──Cariño, no te he mentido──. Trataba de persuadir Isabella a su hijo.──¡Lo hiciste!. Dijiste que papá vendría, ¡y no lo ha hecho!── seguía reclamando Jackson.──Te prometo que él vendrá pronto──le dijo con voz suave y apacible.──¡Mentira!. Seguro le has prohibido que venga a verme.Punzadas de dolor palpitaban en el pecho de Isabella, y un diminuto nudo se empezaba a formar en su garganta.Delante de los ojos de su hijo, ella era la malvada. Cuando en todo esa situación, era ella quien más heridas había recibido.¿Sabes cuántas veces tuvo que recoger los fragmentos de su corazón?.¿Cuántas veces tuvo que volver a unirlos y seguir avanzando?.No. Nadie tenia conocimiento del inmenso dolor que llevaba en su corazón. De las fuerzas que buscaba para poder avanzar cada día. Pero aún así, la única persona que le importaba, y por la cual daba la vida, para él era la villana.Mientras que los verdaderos villanos eran los héroes. Por ello, realmente no quería ver a
──¡Joder!. Resonó junto a un fuerte golpe, el cual provino de la computadora al ser cerrada fuertemente. Acompañando esta exclamación, la alta figura de Gideon se levantó con frustración del sofá. Con grandes zancadas llegó a la puerta con la intención de abandonar esa habitación, pero al tomar el pomo, el cual apretó con fuerza se detuvo. Usando todo su autocontrol para calmarse, y no ir a la habitación de al lado para separar a Isabella de ese m4ldito, Gideon volvió al sofá. Si iba en ese momento, y llevado por los celos hacia algo que perjudicará a su mujer no se lo perdonaría. Con la mandíbula tensa y los celos a flor de piel, Gideon volvió a tomar la computadora, observando a través de ella que aún su Bella era sujetado por ese bastardo. Lo cual hizo que la ira, la desesperación y la frustración se desbordaran de sus venas volviendo avivar las ganas de ir a separarlos. ──Señor, ¿desea que haga algo?──. Tanteo con cautela Andrew. Su jefe estaba reteniendo una gran irá, la c
Las tenues luces que permitían que el gran salón no estuviera completamente en la oscuridad se podían observar por todo este.A pesar de estar envuelto en este tono sombrío; los murmullos seguían resonando, ya que cada grupo de personas que ocupaban las mesas no dejaban de charlar.Y no era para menos, ya que se encontraban ansiosos por poder apreciar las joyas que se escondían tras la fina tela que las cubría.Los años anteriores, las nuevas colecciones que lanzaban los Cromwell se apreciaban por todo el salón, ya que las exhibían inmediatamente.Pero este año fue diferente, creando algo de misterio al cubrirlas y ser iluminadas por sutiles luces amarillas.Realmente ya no podían seguir aguanto, por lo tanto; el deseo de poder apreciar lo que se escondía tras esa delicada tela se apoderaba de los invitados a cada segundo.──¿A qué se debe tanto misterio?── interrogó la joven con un puchero y algo de impaciencia.──Cariño, no te desesperes. Solo es estrategia comercial.──Así es hija,
──Si tienen conocimiento que no es un cristal puro, ¿por qué crearían joyas con el?── inquirió con curiosidad una de las clientas.──Quizás se quedaron sin ideas, o el capital para crear algo maravilloso.──Lo dudo. Estamos hablando de la corporación Cromwell. Además; si no tuvieran capital, no habrían confeccionado las demás joyas── agregó a la conversación Beatrice.──De algo estoy segura, puede que sea un cristal ordinario; pero al estar bajo la firma de los Cromwell, sin medida alguna se convertirá en una pieza de gran valor── termino de decir al mirar fijamente las joyas. ≪Esta colección no debe ser sencilla, algo especial debe poseer≫.Mientras las personas seguían haciendo comentarios, la tranquila voz de Gideon volvió a resonar.──Tengo el honor de presentarles a nuestra diseñadora de esta colección── anuncio aún con la mirada fija en James, para a los segundos desviarla hacia el pasillo que seguía iluminado, observando la gran entrada de su Bella, la cual se veía tan hermosa
──Madre, ¿tenías conocimiento de esto?──. Interrogó Charlotte en un evidente tono lleno de ira.Ante su pregunta, Amelia negó suavemente.La verdad era que no sabía nada respecto a su hija mayor, ya que no le importaba nada de lo que tenía que ver con ella.Pero de algo si estaba segura, y era que bajo ninguna circunstancia permitiría que resaltará más que su adorable Charlotte.Y muchos menos le perdonaría si esta llegará a sufrir por su culpa. Así que, si tenía que apartarla del camino ella misma, sin pensarlo dos veces lo haría.Ante su negación, Charlotte apretó fuertemente sus manos para controlar su ira.≪¿Por qué esa maldita esta trabajando con los Cromwell?≫.≪¿Cómo es que esa bastarda aún se mantiene en pie?≫.≪Al parecer, no le causado suficiente daño para destruirla; ya que sigue molestándome con su presencia. Tendré que volver a recordarle su lugar. Pero esta vez me aseguraré que no se vuelva a levantar≫.Pensaba Charlotte mientras la observaba con llamas de odio danzantes
Isabella Carson se encontraba ultimando los últimos detalles para la cena que tendría con su esposo por motivos de su 7mo aniversario. Con ese hombre que amaba tanto. Y él cual, la había hecho tan feliz en todos los años que llevaban de casados y antes de estarlo. James era perfecto, siendo un hombre muy atractivo y con un buen físico. Sus hermosos ojos eran de color negro y cautivadores cuando de seducción se trataba. Tenía unas hermosas cejas y un aura cálida y poderosa a su alrededor. Era un hombre que podía cautivar a cualquiera con lo hermoso que era.Al pensar en su hombre, una suave sonrisa se elevó en los delgados y finos labios de Isabella, al tiempo que su corazón latía emocionado. Pero al pasar los segundos, esta sonrisa se fue atenuando como la llama de una vela hasta extinguirse, siendo reemplazada por una expresión sombría, con destellos de tristeza y desconcierto. Los latidos de su corazón se habían tornado algo dolorosos, como si tuvieran espinas enterradas en e
El cuerpo de Isabella se tornaba cada vez más frío al pasar los segundos y al seguir escuchando la conversación de los amantes. En ocasiones quería entrar y confirmar sus sospechas y darles unas buenas bofetadas, pero no podía moverse. Era como si sus pies estuvieran congelados en ese m4ldito lugar impidiéndole avanzar. Y tampoco tenía las fuerzas suficientes para ingresar. ── Cariño, yo… ── . Se escuchó la suave voz de la mujer, pero callando a los segundos. ──¿Qué pasa cariño?. ¿Te sientes incómoda en algún lugar?. La mujer negó con la cabeza, a su vez que se mordía ansiosamente el labio inferior. ── Si tienes algo que decir, dilo ──. La persuadió con voz suave James. ── Es-estoy embarazada ──. Soltó la chica bajando la mirada mientras sujetaba fuertemente el borde de la cobija que estaba sobre sus muslos. Después de unos segundos sin reaccionar a lo que acababa de escuchar, James la abrazo felizmente, escuchando la voz de la mujer al preguntar: ──¿Estás feliz?. ── ¡Por supu
¿Desde cuándo su hogar se había tornado en una mentira?. Se cuestionó Isabella al entrar a su hogar y sentir que la burbuja de cristal en la que había estado viviendo se hacía añicos en miles de fragmentos. Y en cada fragmento, su vida se reflejaba en esos momentos felices y cálidos que había vivido bajo ese techo. Pero, así como se mostraban los buenos momentos, también se mostraban las que ahora eran para ella la obvia evidencia que algo había cambiado. Podía verse en el comedor con su familia después de haber estado pensando toda una tarde en que debería hacer de cena. En lo que le gustaría a James y Jack para que disfrutaran de los alimentos. Así que, después de haberse agotado mentalmente pensando en varios platillos, se había decidido ir por lo seguro haciendo sus favoritos. Podía ver a su hijo, él cual se veía muy feliz mientras lo disfrutaba y se deleitaba en cada bocado. Por otra lado, James estaba más pendiente en responder los WeChat que le llegaban y solo jugaba con la