Temor. Dolor. Angustia.Eran algunas de las emociones que se estaban desbordando y empezaban a navegar sin ninguna restricción en la mente, y por cada poro del cuerpo de Isabella al ver cada vez más la silueta de su hijo alejarse. Quería salir corriendo tras él, abrazarlo y consolarlo mientras le aclaraba las cosas. Pero contrario a lo que deseaba; su cuerpo no reaccionaba y se mantenía estático en el mismo lugar. Era como si esa frase: te odio, que le había dicho por primera vez su sol la mantuviera arraigada en ese mismo lugar sombrío sin permitirle hacer algo de su voluntad, o ver la luz para poder avanzar. De la misma manera quería gritar su nombre para que se detuviera, pero las palabras se atascaban en su garganta y de sus labios entreabiertos no salía ningún sonido.≪C-cariño…detente…, regresa con mamá…≫. Suplicaba internamente. Pero esta suplica jamás sería escuchada, y por ende ejecutada, ya que Jackson había salido de su campo de visión. Al encontrarse sumida en su dolo
──Llamen a una ambulancia. ¡Deprisa!. ──¡Oh Dios!. Esta sangrando mucho. ──Es tan lamentable, es solo un niño. Eran algunos de los murmullos que se oían alrededor de una consternada Isabella. La cual se encontraba en un estado de shock después de presenciar cómo su amado sol, él cual había soltado su mano en una de sus rabietas para posteriormente salir corriendo, fue golpeado por un vehículo que salió de la nada. ¿Como habían llegado a este punto?. ¿Por qué su hijo tenía que sufrir por las disputas ocasionadas por su padre?. Las cosas no habían estado marchando bien entre ellos desde lo sucedido en el partido de fútbol. Jackson ya no era un niño alegre y tranquilo. Al contrario, se había vuelto rebelde y desobediente. Hasta le decía palabras hirientes. Anteriormente solo era convocada a la escuela para recibir halagos por parte de este. Pero ahora solo era para recibir quejas. Ya que se la pasaba peleando y no siempre obedecía a los maestros. Debido a este comportamiento su
Tras escuchar la sugerencia de Madison, Isabella tuvo un momento de claridad en su oscuridad. James. Debía llamarlo. Con manos apresuradas, y temblorosas busco el móvil marcando el número de este. Pero después de varios intentos no tuvo éxito. Tras intentarlo un par de veces más, la llamada fue conectada. Pero el resultado no sería el esperado. ──Estoy en una Junta muy importante, no puedo hablar en este momento. Comunícate con Julia. Sin esperar una respuesta, James término la llamada dejando a Isabella con las palabras en la boca. Perpleja ante la actitud de James, Isabella se quedó observando el móvil con la mente en blanco. Volviendo en si al escuchar a Madison decir: ──él doctor Adam esta de turno, ¿quiere que le lo vaya a buscar?. Era cierto, Adam trabajaba allí y sería de mucha ayuda si estaba al tanto de lo que estaba sucediendo. Pero contrario a lo que pensó hacer, su acción fue otra al negar suavemente con la cabeza mientras volvía hacer una llamada, la cual fue cont
≪¿Señora Redford?≫. Repitió con incredulidad Isabella este título, el cual le pertenecía al ser la esposa de ese bastardo. Mientras los observaba, esta no podía evitar avivar una leve esperanza de escuchar a James negar la forma en que él doctor se había dirigido a su amante. Porque si, aún con la evidencia al frente, Isabella se negaba aceptar el hecho de que esa persona a escasos metros era su esposo, él cual le había mentido sin escrúpulos haciéndola aún lado cuando más necesitaba su apoyo para estar con su amante. Sin embargo, esta pequeña flama que empezaba a crepitar lentamente, fue aplastada por un torrente de ira que invadió su cuerpo tras no haber escuchado tal negación. Lo único que obtuvo como respuesta fue la atención de James sobre esta. Además, podía observar que Charlotte y ese bastardo que esperaba estaban bastante bien, contrario a como se encontraba su hijo actualmente. ¿Qué había hecho en su vida anterior para ser castigada de tal manera?. Estaba en el hospit
Bip - bip - bip. Era el sonido que envolvía la tranquila habitación. El cual provenía de la máquina que estaba conectada al cuerpo del pequeño Redford para monitorear sus signos vitales después de haber sido trasladado a una habitación de observación. Mientras Jackson dormía debido a la anestesia que aún circulaba por su cuerpo, Isabella sostenía su mano derecha entre la suya dándole pequeños besos y caricias en ocasiones. Mientras hacía esta acción, en su corazón que tenía partes frías y cálidas se iba germinando un cactus. El cual al crecer envolvió de espinas todo este sin importarle su temperatura ocasionándole así un fuerte dolor. Dicho dolor se hacía cada vez más fuerte al ser perforado por estas espinas que seguían creciendo en tamaño y grosor; haciéndolo sangrar cada vez que veía el brazo de su hijo envuelto en yeso. Además de la herida que tenía en su frente, en la cual tenía cinco puntos. En ese accidente, su bebé se había fracturado el brazo izquierdo. Además de los gol
──Mamá, ¿por qué papá no ha venido?──. Interrogó Jackson de la nada, haciendo que la porción de alimento que Isabella le iba a dar, quedará suspendida por unos cortos segundos, para después llevarla a su boca.──Tu papá llega esta noche de viaje, y vendrá a verte mañana── respondió Isabella al tomar otra porción de comida para seguir alimentando a su hijo.Jackson llevaba un día y medio en el hospital, y James no se había comunicado con él.Ella tampoco lo había vuelto a llamar. Y si estuviera en sus manos, tampoco lo volvería hacer. Pero tenía que dejar su disgusto personal a un lado por su hijo.──No es necesario que le hables, Andrew se esta encargando── una voz con atisbo de molestia resonó en la habitación.Si tuviera la libertad de hacerlo, Gideon no dejaría tener a su Bella ninguna clase de interacción con es se bastardo. Ya la había hecho sufrir demasiado.Tras la molesta voz del hombre, se escuchó otra con el mismo sentimiento decir: ──tan desagradable escuchar de ellos al ll
──¡Eres una mentirosa!.──Cariño, no te he mentido──. Trataba de persuadir Isabella a su hijo.──¡Lo hiciste!. Dijiste que papá vendría, ¡y no lo ha hecho!── seguía reclamando Jackson.──Te prometo que él vendrá pronto──le dijo con voz suave y apacible.──¡Mentira!. Seguro le has prohibido que venga a verme.Punzadas de dolor palpitaban en el pecho de Isabella, y un diminuto nudo se empezaba a formar en su garganta.Delante de los ojos de su hijo, ella era la malvada. Cuando en todo esa situación, era ella quien más heridas había recibido.¿Sabes cuántas veces tuvo que recoger los fragmentos de su corazón?.¿Cuántas veces tuvo que volver a unirlos y seguir avanzando?.No. Nadie tenia conocimiento del inmenso dolor que llevaba en su corazón. De las fuerzas que buscaba para poder avanzar cada día. Pero aún así, la única persona que le importaba, y por la cual daba la vida, para él era la villana.Mientras que los verdaderos villanos eran los héroes. Por ello, realmente no quería ver a
──¡Joder!. Resonó junto a un fuerte golpe, el cual provino de la computadora al ser cerrada fuertemente. Acompañando esta exclamación, la alta figura de Gideon se levantó con frustración del sofá. Con grandes zancadas llegó a la puerta con la intención de abandonar esa habitación, pero al tomar el pomo, el cual apretó con fuerza se detuvo. Usando todo su autocontrol para calmarse, y no ir a la habitación de al lado para separar a Isabella de ese m4ldito, Gideon volvió al sofá. Si iba en ese momento, y llevado por los celos hacia algo que perjudicará a su mujer no se lo perdonaría. Con la mandíbula tensa y los celos a flor de piel, Gideon volvió a tomar la computadora, observando a través de ella que aún su Bella era sujetado por ese bastardo. Lo cual hizo que la ira, la desesperación y la frustración se desbordaran de sus venas volviendo avivar las ganas de ir a separarlos. ──Señor, ¿desea que haga algo?──. Tanteo con cautela Andrew. Su jefe estaba reteniendo una gran irá, la c