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Cap:6. Haré que te quedes a mí lado.

Bella…

Había alguien que siempre la llamaba así. ¿Quién era…?. Intentaba descifrar Isabella en su aturdimiento. Pero antes que la respuesta se materializará, fue interrumpida lanzándola a lo más recóndito de su mente al sentir una húmeda y cálida lengua deslizarse por su cuello. Junto a unas manos; las cuales se sentían como brazas al acariciar cada centímetro de su expuesta piel.

La húmeda lengua de Gideon seguía deslizándose por el esbelto cuello de Isabella, a la vez que iba dejando besos y pequeñas mordidas sin dejar marcas.

Mientras lamía y besaba, llegó a sus dos hermosas y perfectas cúspides, las cuales estaban más que suaves al tacto. Con la punta de su lengua, recorrió todo su aureola, para posteriormente lamer; como si de un caramelo se tratase su erecto pezón. Sacando así varios gemidos de los labios de Isabella.

Gemidos que lo excitaban más a cada segundo. Mientras que con su boca mordía y succionaba el pezón, con una de su manos acariciaba su otra cúspide, apretando entre sus dedos su pequeño brote; el cual se colocaba más duro y erecto al pasar los segundos.

── Mhm…──. Gimió Isabella empezando a excitarse en sobremanera. Su mente estaba empezando a colocarse en blanco. Y más al sentir la abrasadora lengua del hombre bajar por su abdomen hasta llegar a su ombligo, el cual lamió y mordió suavemente, para luego introducirla en el con tanta pasión y deseo que sentía que estaba apunto de tocar el cielo.

Mientras Gideon jugaba con su ombligo, bajo su mano hasta su feminidad acariciándola delicadamente. Deslizó un dedo por sus labios hasta llegar a su monte de Venus. Volviendo a repetir la misma acción varias veces, haciendo que Isabella gimiera más fuerte.

Con dos de sus largos y finos dedos, separo los labios empezando a jugar con su clítoris al darle pequeños masajes. Escuchando los dulces y calientes gemidos de la mujer bajo su cuerpo.

Sin poder aguantar más, bajo sus calientes besos pasando por el monte de Venus, en el cual dejó una pequeña mordida, hasta llegar y probar del delicioso líquido que empezaba a emanar Isabella.

Lamiendo sus labios, introdujo su lengua en su interior, empezando a devorar tan exquisita comida que había atrapado. Toda la cara de Gideon estaba enterrada entre las piernas de Isabella, haciendo sonidos obscenos con su lengua en ese lugar.

La mente de Isabella había quedado totalmente en blanco al sentir tanto placer. Sus caderas cobraron vida por si solas levantándose en busca de más contacto, a la vez que sus delicados dedos se enredaban en las finas hebras negras del cabello de Gideon.

Sus claros ojos se cerraron en busca de poder sentir más de las sensaciones que recorrían su cuerpo. Sintiendo así, un cosquilleo y un fuego recorrerle por las venas hasta instalarse en su vientre, mientras tenía un orgasmo que la había elevado hasta el cielo.

── ¡Aaaah…! ──. Gimió sonoramente con tan solo la lengua del hombre, mientras sentía su cuerpo ligero y débil. Sus ojos aún seguían cerrados, sus mejillas estaban rojas y su pecho subía y baja jadeantemente.

Después que Gideon terminara de comer y lamer todo el jugo que le había dado de beber Isabella, se incorporó lamiéndose los labios con una mirada oscura y hambrienta al ver el estado jadeante de su presa. Sus oscuros ojos se tornaron más profundos como la noche, y brillantes como las estrellas. Destellantes en deseo al mirar a la hermosa mujer que tenía al frente.

── Eres tan hermosa, Bella ──. La elogió, al tiempo que deslizaba las yemas de sus dedos suavemente desde su monte de Venus, pasando por su vientre y sus pechos, hasta llegar a los labios de esta acariciándolos suavemente.

Haciendo que con cada roce, Isabella sintiera su sensible piel arder, mientras deseaba seguir sintiéndolo en todo su cuerpo. Y una necesidad de sentirlo adentro la empezará a carcomer.

Así que al escucharlo, Isabella dejo a la vista sus ojos claros llenos de neblina y perdidos en la lujuria, mientras intentaba enfocar claramente el rostro del hombre. Pero su mirada se desvió a sus manos que estaban desabotonando lenta y sexy mente los botones de su camisa. Dejando al descubierto en cada paso un pecho firme y bien estructurado a la vista, haciendo que inconscientemente tragara grueso al sentir su garganta seca. Por lo que pasó su lengua por sus labios humedeciéndolos y saboreando lo que estaba viendo.

Al ver su acción, los ojos de Gideon brillaron como los de una bestia lista para devorarse completamente a su presa al ser provocado aún más.

Mientras Isabella se perdía en la obra perfecta de su pecho, Gideon se quitó los pantalones quedando completamente desnudo. Dejando a la vista su gran masculinidad, que estaba tan dura y gruesa palpitando de dolor y pidiendo por ser atendida.

Sin más espera, se acomodó entre las piernas de Isabella. Inclinando su cuerpo, tomó sus labios en un desenfrenado beso, a la vez que saboreaba y exploraba toda su cavidad bucal. Haciendo que Isabella soltara gemidos, mientras se aferraba a su espalda clavando sus uñas en el proceso.

En medio del beso, Gideon se fue abriendo paso lentamente entre las paredes vaginales de Isabella, sintiendo como lo apretaban de lo estrechas y calientes que estaban haciéndolo gruñir de placer.

── ¡Oh, Bella! ──. Gruño con voz baja y ronca después de haber entrado completamente y sentir como Isabella se contraía apretándolo deliciosamente.

Por su parte, Isabella se sentía tan llena y plena al sentirlo adentro. Tenía tanto tiempo sin tener relaciones que ya había olvidado lo bien que se sentía estar llena.

Las caderas de Gideon empezaron con una vaivén lento, sin prisa, hasta que Isabella se sintiera cómoda.

── … Por favor… más rápido ──. Exigió Isabella con voz agitada. Sintiendo todo su cuerpo tan caliente como el de un volcán apunto de hacer erupción.

Sentía cada fibra de su cuerpo vibrar y pedir por más contacto al sentir las embestidas fuertes que Gideon empezaba a darle. Con cada penetración, sentía una fuerte oleada de placer que la hacía ver estrellas sin importarle lo sudoroso que estaban sus cuerpos.

Gideon aumento las embestidas al escuchar la petición. Aunque a veces la hacías lenta, para posteriormente entrar con fuerza, escuchando a Isabella gemir fuerte y arquear su espalda llevada por el placer.

Al ver la boca de Isabella entre abierta, Gideon se inclinó hacia ella, introduciendo su lengua y tomando la de ella entre sus labios succionándola. Como si quisiera succionar toda su alma a través de esta, al tiempo que pegaba su pelvis a la de Isabella empezando a embestirla fuerte sin salir de su interior. Logrando con esta acción y el beso que Isabella alcanzará un nuevo nivel de placer que nunca antes había alcanzado.

Llevada por la lujuria, las uñas de Isabella dejaron su marca en la ancha espalda de Gideon y su pecho, al tiempo que alcanzaba su segundo orgasmo con un fuerte gemido, en el cual pudo tocar las nubes y quedarse dormida sobre ellas.

Por su parte, al escucharla gemir tan complacida y sentir sus jugos mojarlo, Gideon dio unas estocadas más, saliendo de su interior y corriéndose en su vientre entre gruñidos de placer.

Después de su orgasmo, Isabella se había quedado dormida ajena al remolino de emociones que pasa por los oscuros ojos de Gideon al verla a su completo merced y con su esencia en su vientre. Sus ojos eran como los de un depredador que había quedado insatisfecho con su comida y estaba sediento por más.

Apretando los dientes, se bajó de la cama caminando hasta el baño y tomando una ducha fría para enfriar el fuego que envolvía su cuerpo.

Después de haber dejado que el agua helada lo golpeara hasta sentirse calmado, salió del baño con un paño húmedo y un recipiente con agua empezando a limpiar suavemente el cuerpo de Isabella. Su toque parecía el de una pluma, ya que no afectaba el sueño de esta.

Después de haberle limpiado el cuerpo con delicadeza y devoción, se adentro dentro de las cobijas tomando suavemente el cuerpo desnudo de Isabella entre sus fuertes brazos. Con los nudillos de sus dedos, acarició delicadamente su mejilla hasta llegar a la comisura de su labio, frotándola para posteriormente dejar un beso.

── Siempre has sido tan hermosa, Bella ──. Susurró con una pequeña sonrisa en sus labios. ── No creas que te dejaré ir tan fácilmente después que has sido mía. Debes hacerte responsable por haber desenterrado lo que tanto me había costado enterrar ──. Siseó con voz profunda, al tiempo que sus ojos se tornaban afilados y peligrosos cuando una pregunta se había formulado en su mente, yde la cual debía saber cuanto antes la respuesta.

¿Qué había pasado para que Isabella estuviera en ese estado?. Ella era una mujer de casa con principios y muy baja resistencia al alcohol.

Nunca le había gustado tomar, o quizás no tuvo la oportunidad de hacerlo debido a la enfermedad que había sufrido varios años atrás. Después, cuando había logrado vencer el cáncer, se había concentrado en sus estudios y en ese bastardo de James.

Él siempre había estado enamorado de ella. Siempre la había amado en silencio, quedándose al margen al verla feliz. Así que, para olvidarse de ella decidió irse al extranjero. Donde se había terminado de formar para tomar el control del imperio de su familia, lo cual había logrado sin ninguna dificultad.

Varias veces había regresado a la ciudad debido a las reuniones que ameritaban su presencia, lo cual hacía en completo silencio sin que su familia se enterara, y más específicamente la revoltosa de su hermana.

Desde que Ava había llegado a la familia, él la había considerado inmediatamente como su hermana, cuidándola y consintiéndola en todo lo que quería. ¡Ahora se arrepentía de haberlo hecho!. Ya que ella se aprovechaba de ello cada que se veían.

Por móvil podía negarle cualquier cosa fácilmente, pero cuando la tenía al frente era muy difícil hacerlo. Y sabía que si ella se enteraba que estaba en la ciudad, era muy probable que le insistiera para verlo y muy seguramente le sugeriría tener una comida con Isabella.

── Bella, no me importa volverme tu pecado, si esa es la manera de estar a tú lado. ¡Pero ten por seguro que haré que te enamores de mi y te quedes a mi lado! ──. Musitó suavemente dejando un beso en su frente y en sus labios, para después apoyarla más en sus brazos cerrando los ojos y disfrutar de la calidez y el aroma que desprendía el delgado cuerpo que sujetaba.

Como si de un tesoro invaluable y difícil de conseguir se tratase, quedándose dormido a los minutos.

….

≪Tan cálido≫. Pensó Isabella entre sueños al sentir una fuente de calidez a su lado, haciendo que inconscientemente buscara más de esta acercando su cuerpo. ≪Mmnh, mucho mejor≫.

De pronto; como si su cerebro comprendiera algo, abrió los ojos de golpe. Quedando paralizada al sentir una respiración en su nuca y unas manos aferrándose a su cintura. Su corazón empezó a latir rápidamente, mientras recordaba por fragmentos lo ocurrido hace unas horas atrás. Haciendo que un miedo y una ansiedad la invadieran dificultándole respirar.

¡¿Qué diablos había hecho?!.

Con sus manos temblorosas apartó los fuertes brazos que la rodeaban con cuidado para no despertarlo. No sabía como enfrentaría a ese hombre si llegará a despertarse.

Con suavidad salió de sus brazos cubriéndose con la cobija, haciendo con esta acción que el estructural pecho de Gideon quedará al descubierto. Y en el cual, se podían observar varias marcas de uñas y algunos moretones rojos y morados.

Los ojos de Isabella se abrieron con asombro e incredulidad al ver tales marcas ≪¿Yo hice eso?≫. Se preguntó consternada, al tiempo que sus mejillas se bañaban de un sutil color carmesí.

Sus sorprendidos ojos viajaron desde el pecho de Gideon, hasta llegar a su rostro, quedando momentáneamente asombrada de lo hermoso que era ese hombre. ≪Por lo menos hice una buena elección≫ pensó.

Espera. ¿Qué…?.

¡¿Qué tontería acababa de pensar?!.

≪¿Te das cuenta de lo qué acabas de hacer Isabella Carson?. ¡Le fuiste infiel a tú esposo!. ¡¿Qué diferencia hay entre tú y él?!≫. Se gritaba internamente con odio y desesperación, al tiempo que tomaba su ropa, la cual estaba bien doblada a un lado de cama empezando a vestirse rápidamente.

¡Necesitaba salir de ese lugar donde había caído en las aguas del pecado!.

Mirando su cuerpo, por lo menos agradecía que estaba limpio. ¡Pero tampoco tenía porqué agradecerle a ese hombre!. Él cual había sido su pecado y esperaba jamás volverlo a ver.

Dándole una última mirada al hermoso y tranquilo rostro del hombre que seguía dormido, salió corriendo de ese lugar con el corazón agitado y un miedo fluyendo por todo su cuerpo.

≪Espero jamás volverte a ver≫ . Pensó saliendo del apartamento con un torbellino de emociones, y un vago pensamiento que ese hombre se le hacía familiar. Pero no queriendo pensar más en él, lo sepultó esperando jamás volver a sacarlo.

Mientras Isabella abandonaba el apartamento como si mil demonios la persiguieran, él hombre en la cama abrió sus profundos ojos; los cuales tenían un atisbo de sonría juguetona y perezosa en ellos.

── Nos volveremos a ver pronto, Bella ──. Susurró con voz ronca y magnética. La cual haría que a cualquier mujer se le debilitaran las rodillas al solo escucharla de lo atractiva y dominante que sonaba.

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