Después de haberse quedado sola, Isabella cerró los ojos apoyándose en el respaldo de la silla. Aun estaba procesando el hecho de que Gideon era ese hombre. ¿Estaría soñando?. Con este razonamiento, pellizco su brazo, frunciendo el ceño al sentir el dolor. De todos los hombres, ¿por qué él?. Era una pregunta inconsciente que se repetía sin buscarla en su mente. ¿Por qué él?. Negando con la cabeza tratando de deshacerse de esa pregunta repetida y con el ceño aun fruncido abrió los ojos.Lo mejor era olvidarlo y mantenerse alejada de él como lo había decidido anteriormente. Con esta resolución, tomó su cartera sacando una foto de su hijo, la cual dejó suavemente encima del escritorio con una pequeña sonrisa en sus labios. Luego tomó su libreta de bocetos abriéndola y mirando varios diseños que ya había estado diseñando para Alexia y algunos más. Mientras observaba los bocetos, uno capturó su atención para presentarlo como candidato. Solo debía modificarle algunas partes y estaría a
Al llegar a su hogar, Isabella fue recibida por un gran y cálido abrazo por parte de su hijo, logrando con esta acción que renovará sus fuerzas y se olvidará de lo agotada que estaba. ── Mami, la secretaria de papá llamó y dijo que hoy tampoco vendría a cenar ──. Informó el pequeño Jackson con un puchero en sus labios. Así que; ¿ahora no solo le daba la mayor parte de su atención a su amante?, ¿si no que también les estaba quitando el poco tiempo qué compartía con ellos para dárselo todo a esa p*rra?. ¡Bastardo!. ── ¿No te gusta cenar conmigo? ──. Inquirió Isabella al simular sentirse dolida para distraer a su hijo. ── ¡Me gusta mucho estar con mami!. ── Oh, es así? ──. Cuestionó al hacerle cosquillas, deteniéndose a los segundos al escuchar su hijo entre risas clamar por clemencia.── Vamos a lavarnos las manos, para después ir a cenar. ── Musitó después de haberle dejado un beso en su coloreado mejilla y tomar su pequeña mano caminaron hasta el comer. ── Ya vengo mamá, iré a
── ¿Has tomado una decisión? ──. Interrogó una agradable y tranquila voz varonil, rompiendo con el silencio que se había formado unos segundos atrás. ── Tú… ¿Por qué quieres ayudarme?. Él hombre interrogado miró fijamente el hermoso y sorprendido rostro de la mujer por unos segundos antes de responder: ── simplemente porque me gustas, Bella. Al escuchar una respuesta que jamás se esperó, los claros orbes de Isabella miraron con asombro al atractivo hombre que estaba sentado al frente suyo, y él cual tenía una pequeña sonrisa coqueta enroscada en sus labios al devolverle la mirada. Mientras Isabella aún lo miraba, él atractivo hombre se levantó de su lugar llegando al lado de ella, tomando suavemente su mano dijo: ── Ya que conoces el motivo, ¿me darás una respuesta ahora, Bella?. ¿Me dejaras ayudarte?. ──. Al terminar de hablar, él hombre dejó suavemente un beso en el dorso de la mano de Isabella. Los delgados labios de Isabella se abrieron con la intención de decir algo, pero
── ¿Pero qué…? ──. Fue lo primero que articulo Isabella al entrar a su oficina y ver un ramo de sus flores favoritas sobre el escritorio, y las cuales eran girasoles. Estas flores le habían empezado a gustar después de un tiempo que había sido diagnosticada por primera vez con cáncer. Recuerda que en ese tiempo la había pasado muy mal. El dolor tanto físico, como mental por las terapias, mas sumándole el tener que fingir que estaba bien para no preocupar a sus seres queridos la estaban llevando al límite. Era tanto el estrés que había acumulado, que en un determinado día había estallado, dejando salir todo lo que había acumulado hasta el momento. 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 Recuerda que era un día nublado, quizás la sobriedad que se percibía en el aire se había filtrado por sus poros, calando hasta sus huesos, nublando y desbordando el mar de emociones que había estado reteniendo. Los gritos, las lágrimas deslizándose por sus pálidas mejillas, el dolor y la debilidad en su cuerpo. Aún po
En la noche cuando Isabella se encontraba de vuelta a su hogar después de haber estado recordando un pasado doloroso, se dirigió directamente a su habitación sacando un libro que había olvidado completamente. La portada del libro estaba algo desgastada, pero todavía se podían apreciar claramente las letras impresas en ella. Era la continuación de una novela que estaba deseando leer, pero debido a que se la pasaba en casa, no la había podido adquirir. A sus padres no se la podía pedir parque la leí en secreto, ya que estos no la dejaban leer novelas. Y si lo hubiera hecho, de igual manera dudaba en poder obtenerla de parte de ellos. Por lo tanto; se la había encargado a Ava. Pero con lo que no contaba era que esta le dijera a su hermano, y este se la comprara inmediatamente. Al abrir las páginas del libro, una girasol marchita yacía entre una de estas, la cual se encontraba desprovista de todo su brillante color que la caracterizaba. Ya no se veía tan hermosa y llena de vida como
El ambiente que las rodeaba era lúgubre y silencioso, el cual solo era interrumpido por el bullicio de las personas en las gradas que se encontraban animando a sus jugadores favoritos. Y sino hubiera sido por la inoportuna llegada de su hermana, Isabella sería una de las tantas madres que se encontraban animando a su hijo en ese momento. Pero debido a que esta llegó, y James aún no lo había hecho, un mal presentimiento la invadió, y el cual ahora trataba de entender y asimilar después de haber escuchado las palabra sin sentido que su hermana le dijo. ── Tú… ¿qué tontería acabas de decir? ──. Interrogó con sus manos temblando levemente. Charlotte ladeo un poco su cabeza al mirar nuevamente a Isabella. En sus orbes se podía observar un brillo peculiar al estar disfrutando ese momento. Con una expresión preocupada volvió a hablar ── hermana, Jack es solo un niño, no lo alejes de su padre. ⪻¿Qué estaba diciendo esta mujer?. ¿Cuándo he alejado a mi hijo de su padre?⪼. Si lo que más q
Temor. Dolor. Angustia.Eran algunas de las emociones que se estaban desbordando y empezaban a navegar sin ninguna restricción en la mente, y por cada poro del cuerpo de Isabella al ver cada vez más la silueta de su hijo alejarse. Quería salir corriendo tras él, abrazarlo y consolarlo mientras le aclaraba las cosas. Pero contrario a lo que deseaba; su cuerpo no reaccionaba y se mantenía estático en el mismo lugar. Era como si esa frase: te odio, que le había dicho por primera vez su sol la mantuviera arraigada en ese mismo lugar sombrío sin permitirle hacer algo de su voluntad, o ver la luz para poder avanzar. De la misma manera quería gritar su nombre para que se detuviera, pero las palabras se atascaban en su garganta y de sus labios entreabiertos no salía ningún sonido.≪C-cariño…detente…, regresa con mamá…≫. Suplicaba internamente. Pero esta suplica jamás sería escuchada, y por ende ejecutada, ya que Jackson había salido de su campo de visión. Al encontrarse sumida en su dolo
──Llamen a una ambulancia. ¡Deprisa!. ──¡Oh Dios!. Esta sangrando mucho. ──Es tan lamentable, es solo un niño. Eran algunos de los murmullos que se oían alrededor de una consternada Isabella. La cual se encontraba en un estado de shock después de presenciar cómo su amado sol, él cual había soltado su mano en una de sus rabietas para posteriormente salir corriendo, fue golpeado por un vehículo que salió de la nada. ¿Como habían llegado a este punto?. ¿Por qué su hijo tenía que sufrir por las disputas ocasionadas por su padre?. Las cosas no habían estado marchando bien entre ellos desde lo sucedido en el partido de fútbol. Jackson ya no era un niño alegre y tranquilo. Al contrario, se había vuelto rebelde y desobediente. Hasta le decía palabras hirientes. Anteriormente solo era convocada a la escuela para recibir halagos por parte de este. Pero ahora solo era para recibir quejas. Ya que se la pasaba peleando y no siempre obedecía a los maestros. Debido a este comportamiento su