David
Suspiré algo cansado mientras manejaba hasta mi departamento. Ser el jefe implicaba muchas responsabilidades que dejarían a cualquiera con la energía por el suelo. Esta semana habían comenzado las practicantes de enfermería y los internos en pediatría, un ajetreo que me obligó a quedarme más tiempo en el hospital. Además seguíamos cortos de personal y mis médicos estaban comenzando a enojarse por verse obligados a realizar horas extras.
No era mi culpa realmente, la dirección del hospital no quería contratar más personal por el corto presupuesto y debía hacer malabares con lo que entraba a mi piso. Incluso yo estaba tomando más pacientes sin cobrar por esas horas cuando no debería.
Estar al mando me está pasando factura y aburriendo. Pensaba que sería genial tener el puesto de jefe con su aumento de sueldo, propia oficina y un trabajo, en su mayor parte administrativo, pero olvidé lo emocionante que es el contacto con los pequeños pacientes. El próximo año dejaría el puesto y volvería como jefe de oncología solamente.
Una vez en mi casa me quité la chaqueta y tiré sobre el sofá. Cerré los ojos y descansé la mente durante unos minutos. Me vendrían muy bien unas vacaciones en alguna isla lejos de todo.
El sonido de una notificación me sacó de mi descanso.
-¿Ahora qué? –murmur.
La luz de mi laptop parpadeó y lo saqué de mi maletín para ver quién me molestaba a esta hora. Abrí la máquina sobre mis piernas y suspiré al ver que se trataba de un correo, que me irritó todavía más al ver que era de mi hermano.
“Hey, sé que estás ocupado pero chécate esta página.
www.sugargilrs.com/curve
Me la pasó un amigo de la universidad y ya que estás más solo que el uno, además de amargado, creí que te sería algo útil para mover ese “mástil”. Te juro que vas a andar como un roble después de ver a esa chica. Me ha dejado como una moto. (carita de emoji riendo) Por cierto, la pesadita de tu ex estuvo rondando mi oficina otra vez, no sé qué demonios quiere pero te mantendré al tanto.
Pd: El fin de semana mamá quiere vernos.
Te quiero idiota. “
Mi hermanito el imbécil siempre igual.
Realmente éramos como el agua y el aceite. Él, un abogado reconocido por tener su propia firma antes de los treinta y, cualquiera pensaría que al tener un oficio tan serio su personalidad sería acorde al trabajo, pero no, mi hermano adoraba la vida loca, las salidas y las mujeres. No entendía como lograba equilibrar su vida de soltero con la abogacía.
En la corte podía devorarte como un tiburón sin dudarlo y se dedicaba cien por ciento a sus casos. Pero fuera de la corte no era más que un idiota.
Mientras que yo era todo lo contrario, no me gustaba salir. Odiaba las fiestas y, después de mi desastroso divorcio, también a las mujeres. Bueno, no era un odio en sí, sino más bien evitarlas todo lo posible.
Mi ex, la “perra” como la tituló mi hermano, fue mi esposa durante ocho años. La conocí en una cita a ciegas organizada por mi madre y desde ese momento creí que era la indicada para mí.
Resultó ser una completa bruja que solamente se portó dulce y romántica conmigo mientras salimos. Una vez que tuvo el anillo en su mano y el papel de matrimonio asegurado, se transformó en una perra irreconocible. Gastaba mi dinero como si nada y vivía de fiesta en fiesta. ¿Cómo logré soportar ocho años con esa oportunista? No lo sé.
Lo que sí sé, es que ni loco volvería a caer en su trampa. Mi límite llegó cuando me informó que estaba embarazada. Hacía más de año y medio que no la tocaba como para creerme esa mentira. Intentó convencerme de qué fue una noche en que bebí mucho pero había pasado demasiado con ella para creerle. Finalmente lo confirmé cuando se realizó los análisis de sangre y ecografía en el hospital, tenía poco más de tres meses y definitivamente no era mío.
Pedí el divorcio y gracias a mi hermano pude separarme de ella en menos de un año. Al principio hizo lo imposible para evitar el divorcio acusándome de numerosas mentiras que luego, con pruebas, se fueron descartando. Finalmente mi hermano presentó una carpeta con cientos de fotos de ella y sus amantes desacreditando todo su testimonio.
Seguramente volvió por dinero, pero ni en sueños iba a darle un solo dólar.
Volví a leer el correo, porque no tenía nada más que hacer y no pude despegar mi vista del link que había adjuntado. La curiosidad ganó y entré al link.
Una página llamada Sugar Girls, en tonos neón, fondo de ladrillos y con música sensual apareció. La ventana en el centro decía Curve y una mujer en lencería estaba mostrándose a la cámara. Era una de esas páginas de vivos. Giré los ojos pensando en que mi hermano nunca cambiaría. Iba a salir de allí cuando la mujer en el vivo se inclinó frente a la cámara y algo que hace meses no sentía apareció. Excitación.
La chica era rellenita pero muy sensual, con pechos y caderas grandes. La sangre comenzó a correr hacia mi ingle y tuve que desabrochar mi pantalón para aliviar la presión. Ella comenzó a quitarse el camisón transparente y creí morir al ver sus enormes pechos dentro del sujetador rojo. Se acercó a la cámara para dar una mejor vista y calentarme aún más. Sus grandes pechos estaban aprisionados en el sujetador y ella lo bajó dejando ver apenas la parte superior de su pezón.
-Joder –murmuré viendo como se inclinaba.
Miré su rostro, que aunque estaba cubierto por un antifaz, era hermoso. Labios rojos y gordos junto a ojos verdes y brillantes. Tenía ganas de tener esos labios alrededor de mí, con sus ojos mirándome mientras sujetaba su cabello y taladraba su boca.
-¿Quieren ver más? –preguntó con voz sensual.
“M****a, si quiero” pensé.
Ella señaló hacia la esquina superior de la cámara y sonrió. Allí había un botón que decía paetron y entendí que si quería ver más debía pagar.
Bajé mis pantalones y busqué mi billetera. Tomé mi tarjeta y rápidamente me hice un usuario. Envié cien dólares y esperé.
Ella lamió sus labios y eso fue todo. Bajé mis bóxers y comencé a acariciarme mientras la miraba moverse.
-Gracias babys, veo que sí quieren más –dijo coqueta.
-Si claro que si nena, muéstrame –susurré.
Se alejó un poco de la cámara y apoyó una pierna en la cama dando un gran vistazo de su gran culo. Bajó lentamente la media por su pierna acariciando su piel en el proceso y repitiendo lo mismo con la otra pierna.
Cambió la música a una más lenta y comenzó a moverse sensualmente al ritmo de la canción. Masajeaba su cuerpo y apretaba sus pechos todo el tiempo y se acercaba para que se viera mejor.
Estaba al límite y me acaricié más rápido.
-Ya estamos llegando al final –dijo.
Gruñí por eso.
Llevó sus manos a la parte de atrás del sujetador y lo soltó. Aguanté la respiración esperando ansioso que se quitara la prenda pero cruzó su brazo derecho sobre sus pechos cubriéndose antes de tirar el sujetador al suelo.
-Quiero ver esas tetas –dije agitado.
Ella se acercó a la cámara y volvió a inclinarse mostrando el nacimiento de sus pezones. Mi boca se hizo agua muriendo por besar y morder esas bellezas.
Se dio vuelta y de espaldas llevó sus manos a las bragas de seda bajándolas muy lentamente.
-M****a m****a –gruñí al límite de terminar.
La tela bajó por su enorme culo y reveló una minúscula tanga roja que se metía entre sus mejillas dejándola prácticamente desnuda. Eso fue todo.
-Joder joder –maldije terminando sobre mi estómago.
Seguí acariciándome hasta que los espasmos pararon y respiré con agitación viendo el desastre que hice.
-Eso fue todo babys –dijo la belleza.
Se dio vuelta tapando sus pechos con el brazo pero dejando ver el pequeño triángulo de tela entre sus piernas.
-Nos vemos el viernes, estaré esperándolos –gimió.
Y la transmisión se cortó.
Siempre tenía pañuelos en la mesa de la sala, tomé algunos y me limpié antes de volver a subirme los bóxers. Observé la información que aparecía en la página y sonreí al ver que los vivos eran tres veces por semana, siendo el próximo este viernes.
El nombre de la chica era Curve y su foto de perfil era ella sobre una cama, con un antifaz negó y lencería negra. Se veía como una diosa del pecado.
Definitivamente volvería el viernes por más.
ArielleLancé un beso a la cámara junto con un gemido y corté el vivo.-Y fin –murmuré.Emma se levantó y comenzó a aplaudir como si hubiera visto la mejor obra de teatro de su vida.-¡Amiga! Juro que estaría dedeándome ahora si estuviera del otro lado de esa pantalla. Entiendo por qué los hombres pagan tanto por verte, eres puro fuego.Tomé mi bata y me cubrí cerrándola con la cinta. Me avergonzaba un poco que tuviera que presenciar "mi trabajo" porque no es algo de lo que me sienta orgullosa. Sí, me ayuda a sobrevivir, paga las cuentas y la comida, pero no puedo sentir que está bien. Nadie estaría orgulloso de decir que se desnuda para vivir.-Gracias. Hoy fue una buena noche –respondí bajito.Le mostré las ganancias que aparecían en mi cuenta y chifló al ver la cantidad que figuraba.
ArielleAl terminar mi turno ya no me quedaba energía. Tenía los pies doloridos y latiendo, pidiendo a gritos un merecido descanso. Esta noche tocaba desnudarme y necesitaba reposar para poder aguantar hasta la madrugada, por eso deseaba irme cuanto antes y por eso estaba firmando con mucha ansiedad la salida cuando escuché pasos apresurados. Levanté la cabeza y miré a Bianca correr en mi dirección con una carpeta entre los brazos. -Ari necesito un favor –pidió agitada por la carrera entre los pasillos.Lo pensé, realmente lo pensé porque estaba cansada, pero ella se veía tan nerviosa y apurada que no tuve corazón para negarme. -Claro ¿Qué necesitas?-Estoy llegando tarde para recoger a mi madre de su clase de pilates y tengo que entregarle estos análisis al jefe.Arrugué la nariz y quise golpearme por haber aceptado. Ya tuve bastante del jefe y su fría personalidad para tener que soportar unos minutos extra, pero había dicho que si y resignada tomé la carpeta de sus brazos asintie
Capítulo 6DavidObservé como caminó hacia la puerta, nerviosa y excitada. Sus pezones se mostraban a través de la ropa, visibles y listos para ser mordidos. Volteó la cabeza un segundo antes de alejarse, esperando que nadie la mirara, pero mis ojos estaba fijos en ella y el rosado en sus mejillas.Sonreí levemente, apenas un costado de para disimular sorprendiéndola antes de desaparecer por el pasillo.Tenía algo que me volvía incontrolable. Desde el primer momento no he podido dejar de mirarla y sentir la necesidad de ponerla en mi hombro, como cavernícola, y llevarla a casa para poder follarla por el resto de mi vida. Su trasero, grande y jugoso llevaba enloqueciéndome por casi una semana.Cada vez que la veía en los pasillo o con mis pacientes no podía apartar mis ojos de él. ¿Qué me estaba pasando con esta chica?-¿Doctor? -preguntó la infumable enfermera sacándome de mis pensamientos.-Si -contesté malhumorado.-Tengo los papeles que solicitó.Entregó la documentación y se quedó
Arielle-¿Te pasa algo? -preguntó Bianca frunciendo el ceño -Te ves...nerviosa.Lo estaba. Hoy era mi último día en oncología y estaba preocupada de encontrarme con Moreno. O sea, era obvio que lo cruzaría en algún momento pero, después de lo que pasó en su oficina, me siento incómoda solo de pensar en tenerlo frente a mí. Claro que no se lo podía explicar a Bianca.Encogí mis hombros sin darle importancia.-Dormí poco, debe ser cansancio.Asintió y salimos de los vestidores para entrar en nuestra área.-Gracias por el favor de anoche.-De nada. Espero que hayas llegado a tiempo para recoger a tu mamá.-Si, con las justas.Al abrir la puerta de oncología, una enfermera pasó corriendo casi llevándonos por delante. Siempre era una locura este piso. Nuestras planillas con las tareas del día estaba esperándonos y nos separamos para comenzar el turno.Como todos los días desde que comencé aquí, fui de un lado a otro realizando controles, aplicando medicación y tratando de que los niños est
ArielleNegué sin apartar la vista de su cuerpo. Aunque moría de ganas por hacerlo, no podíamos. Estábamos en un hospital, junto a cientos de pacientes y funcionarios. Era una locura.-Doctor... -susurré-Shh -levantó mi uniforme sin ninguna resistencia.Sabía que estaba mal, pero su mirada, el hambre y necesidad en sus ojos era tan hipnotizante que estaba olvidando mis límites.Quitó mi túnica, revelando mi sostén y pechos restringidos, inhalando hondo. Gruñó y bajó sus manos a mi trasero, rodeándolo y levantándome en sus brazos para llevarme contra la pared. Besó, mordió y lamió mi cuello bajando hasta mis senos, los cuales estaban sensibles y duros, esperando que los mimara.Mordisqueó suavemente y bajó las copas de mi sostén liberándolos para atacarlos desesperado. Tomó mi pezón estirándolo, haciéndome gemir como loca por el placer y dolor que sentí al mismo tiempo.-David -gemí.Cerró su boca sobre uno chupando profundo y disparando una corriente desde mi espalda baja hasta mi pe
DavidMiré nuevamente la dirección en el gps y fruncí el ceño confundido. ¿Aquí vivía ella? Era una buena zona, de las mejores en realidad. ¿Cómo sustentaba este lugar? Según su ficha tenía un trabajo de atención telefónica y, por lo tengo entendido, es de baja paga. ¿Su familia sería adinerada?Salí del coche sospechando que, tal vez, la dirección estaba mal. En ocasiones una letra mal escrita de una dirección, cambiaba un sector de la cuidad a otro, pero la calle tenía un nombre bastante raro así que no podía ser ¿verdad?Busque entre los apellidos del panel de apartamentos y presioné el de Arielle, esperando que preguntara quién era, pero habilitó la entrada, lo que aproveché para subir. Aunque le daría una charla sobre preguntar siempre el nombre de las personas antes de darle permiso.El hall del edificio era delicado y lujoso para una estudiante de enfermería. Desconfiaba que este lugar era el correcto, pero su apellido estaba en el panel, así que este debía ser su hogar.Tomé e
ArielleSuspiré cerrando la puerta y apoyándome contra ella. Los minutos que estuvo en mi casa fueron los más intensos de mi vida. Ese hombre tenía una energía sexual que pondría de rodillas a cualquiera y no tenía problemas en decírtelo, o hacértelo.En la media hora que estuvo en mi casa me provocó tres orgasmos y dejó clara su intención de llegar a conocernos más, lo que me aterra un poco, porque si hay algo que espero jamás sepa, es sobre mi trabajo desnudándome. Además de lo que dirán en el hospital con nosotros teniendo una relación.Todos pondrían el cartel de interesada sobre mi cabeza, y una vez marcada te conocerán como la estudiante que se metió con el jefe, para siempre. No quería llegar a ese punto, pero tampoco podía resistirme a él, así que por ahora esperaba mantenerlo en secreto.Miré la hora para comprobar que faltaba poco tiempo para el vivo y corrí a terminar de prepararme.DavidSalí del edificio relamiendo mis labios y la satisfacción de haber dejado las cosas cl
ArielleSu enojo y decepción era difícil de ver al principio. Esperaba que la tierra se abriera y me tragase pero, con cada palabra de indignación que salía de su boca, mi tristeza se transformó en enojo. Su manera de mirarme, el juicio en sus ojos, dando a entender que lo que hago está mal. Pero no tenía derecho a sentirse así ¿no? Ni siquiera me conocía, o mi historia, lo que me llevó a esto.-No puedo creerlo, de verdad. Es que ¿Cómo? Explícame.Encogí mis hombros porque no sabía que más quería de mi.-Tu acabas de decirlo. Soy Curve. Lo que no entiendo es porqué te molesta tanto.Levantó las manos tirando de su cabello con fuerza.-¿Es una broma? Me pone furioso que te muestres a todos esos hombres y que te paguen por ello. ¿No te da vergüenza? -cuestionó.Esa pregunta detonó todo.-¿Por qué sentiría vergüenza de mi cuerpo? Estoy segura de que has mirado millones de videos para adultos y jamás has juzgado a esas actrices, sin embargo te crees con el derecho de criticarme a mi. ¿Po