ArielleNos quedamos el resto del día en la cama, haciendo el amor o follando, insaciables uno del otro hasta que el atardecer llegó y el cielo comenzó a oscurecer.Teníamos que movernos, pero no quería alejarme de David que descansaba su cabeza en mi abdomen mientras peinaba su cabello con mis dedos. Sentía tanta paz en este momento que temía perderla si salía de la cama, pero mi cuerpo tenía necesidades, como comer, algo que me recordó con un gruñido.-Estas hambrienta -habló y dejó un beso en mi estómago antes de sentarse.-Estoy bien, no te vayas.-Tienes que alimentarte -rezongó con dulzura -Te prepararé un baño caliente y algo de comer.Se levantó y caminó hacia el baño mostrándome su espalda musculosa y sexy culo.-Arggg -bromeé llamando su atención.-¿Te gusta lo que ves? -preguntó provocador.-Me encanta -respondí.-Después de comer te dejaré mimarlo.Volví a recostarme y me estiré, aflojando los músculos que estaban agotados de tanto jaleo. Respiré hondo y cerré mis ojos uno
DavidDesperté por el fuerte latido en mi cabeza que estaba matándome.-¿Qué demonios? -murmuré llevando mi mano a donde dolía.Sentí tela en mi cabeza y fruncí el ceño intentando enfocar mis ojos. Parpadeé confundido al verme en una habitación de hospital, con bata, algo en mi cabeza y una vía.-¿Cómo llegué aquí?-Al fin.Mi hermano, a unos metros sonreía con alivio en su rostro. Se levantó de su asiento y se acercó hasta quedar a mi lado.-¿Te sientes bien? -preguntó con evidente alivio.-¿Qué pasó? -estaba confundido -Cómo...-Ahora te explico, voy a llamar al médico para avisar que despertaste. Pidió que le notificaran en cuanto abrieras los ojos -Apoyó una mano en mi hombro y sonrió - Me alegra mucho verte bien. Nos diste un buen susto.Estaba tan confundido que no le di importancia y traté de concentrarme. Realmente me dolía mucho la cabeza y mi visión era un poco borrosa por momentos pero quería intentar pensar en cómo llegué aquí.Recuerdo...a Arielle en mi casa, el baño y...
Cinco años después....Arielle-Gracias Carlota, de verdad me salvas.Bajé a los niños del cochecito y dejé que corrieran a su abuela que los esperaba de brazos abiertos. Desde que nacieron, hace tres años, estaba eufórica con ellos y quería hacer de niñera todo el tiempo, lo que aprovechaba cuando quería un tiempo a solas con mi esposo.-¿Dónde están mis bebés? -preguntó cubriéndose los ojos.-Atí atí tamos -contestaron los gemelos.Eran taaan adorables. Realmente tenía que halagarme por estos niños que salieron hermosos. Eran una copia de David, con su cabello negro y piel bronceada, toda sangre italiana a excepción de los ojos que eran verdes como los míos. Además sus rollitos de bebé tentaban a solo arrullarlos y besarlos.Después de tres años aún seguía sintiendo increíble que fuera madre de dos pequeños demonios a los que amaba más a que cualquier cosa. Más con todos los intentos que tuvimos. Nunca pudimos concebir naturalmente después de que perdí mi primer embarazo y tuvimos q
Sonreí al verme en el espejo con mi nuevo conjunto de encaje negro. Iba a enloquecer a todos los que se conectaran y, tal vez, conseguir un par de miles. Los necesitaba si quería comenzar mis prácticas este año.La vida de un estudiante de enfermería era difícil, aún más siendo una chica criada en el sistema, sin familia ni estabilidad económica. Por ese motivo me vi obligada a comenzar a trabajar con mi cuerpo en redes sociales. Los trabajos a tiempo completo de camarera o aseando casas apenas alcanzaban a cubrir el alquiler. Si quería cumplir mi sueño y convertirme en enfermera debía encontrar un trabajo que ganara bien y me dejara tiempo para estudiar.Así fue como mi mejor amiga Emma me dijo que debía volverme una de las famosas Sugar girls. Chicas en una aplicación de vivos donde se mostraban en lencería y bailaban para los clientes que se conectar
Estaba agotada y apenas vamos a miércoles. Las prácticas son hermosas pero requieren mucha energía, aún más trabajando con niños.Realmente me encantó oncología, los pacientes son en su mayor parte divinos con el personal. Si, están luchando con el cáncer, algo terrible y agotador, pero, con todo eso encima, ponen una sonrisa cada vez que nos ven llegar y derriten mi corazón.Además, las enfermeras del área nos recibieron con los brazos abiertos, felices de que estemos allí. Cada duda o consulta que teníamos ellas la contestan sin problema. El primer día me tranqué con una máquina de monitoreo y ellas amablemente me mostraron como hacerlo. Por suerte no se lo contaron a Moreno. Pidió excelencia y lo que menos quería era cometer un error que me dejara de patitas en la calle.Quitando ese problemilla con la máquina, el
DavidSuspiré algo cansado mientras manejaba hasta mi departamento. Ser el jefe implicaba muchas responsabilidades que dejarían a cualquiera con la energía por el suelo. Esta semana habían comenzado las practicantes de enfermería y los internos en pediatría, un ajetreo que me obligó a quedarme más tiempo en el hospital. Además seguíamos cortos de personal y mis médicos estaban comenzando a enojarse por verse obligados a realizar horas extras.No era mi culpa realmente, la dirección del hospital no quería contratar más personal por el corto presupuesto y debía hacer malabares con lo que entraba a mi piso. Incluso yo estaba tomando más pacientes sin cobrar por esas horas cuando no debería.Estar al mando me est&aa
ArielleLancé un beso a la cámara junto con un gemido y corté el vivo.-Y fin –murmuré.Emma se levantó y comenzó a aplaudir como si hubiera visto la mejor obra de teatro de su vida.-¡Amiga! Juro que estaría dedeándome ahora si estuviera del otro lado de esa pantalla. Entiendo por qué los hombres pagan tanto por verte, eres puro fuego.Tomé mi bata y me cubrí cerrándola con la cinta. Me avergonzaba un poco que tuviera que presenciar "mi trabajo" porque no es algo de lo que me sienta orgullosa. Sí, me ayuda a sobrevivir, paga las cuentas y la comida, pero no puedo sentir que está bien. Nadie estaría orgulloso de decir que se desnuda para vivir.-Gracias. Hoy fue una buena noche –respondí bajito.Le mostré las ganancias que aparecían en mi cuenta y chifló al ver la cantidad que figuraba.
ArielleAl terminar mi turno ya no me quedaba energía. Tenía los pies doloridos y latiendo, pidiendo a gritos un merecido descanso. Esta noche tocaba desnudarme y necesitaba reposar para poder aguantar hasta la madrugada, por eso deseaba irme cuanto antes y por eso estaba firmando con mucha ansiedad la salida cuando escuché pasos apresurados. Levanté la cabeza y miré a Bianca correr en mi dirección con una carpeta entre los brazos. -Ari necesito un favor –pidió agitada por la carrera entre los pasillos.Lo pensé, realmente lo pensé porque estaba cansada, pero ella se veía tan nerviosa y apurada que no tuve corazón para negarme. -Claro ¿Qué necesitas?-Estoy llegando tarde para recoger a mi madre de su clase de pilates y tengo que entregarle estos análisis al jefe.Arrugué la nariz y quise golpearme por haber aceptado. Ya tuve bastante del jefe y su fría personalidad para tener que soportar unos minutos extra, pero había dicho que si y resignada tomé la carpeta de sus brazos asintie