Dos meses después.ArielleEstreché la mano con mi nueva jefa y salí de su oficina tan feliz que me deleité con unos saltitos de felicidad. Después de una recuperación extensa y una lucha para graduarme, recibí mi título y acababa de firmar un contrato de trabajo en la única clínica privada pediátrica de la ciudad.Era un sueño hecho realidad . Por fin trabajaría de lo que amo y podría dejar de preocuparme por el dinero. Mis ahorros estaban casi en cero por las facturas médicas y los abogados que tuve que pagar para que me dieran mi título. Sí, increíble que por una semana restante de práctica no quisieran aprobar mi más que merecido título.Por suerte encontré una abogada que les puso los puntos a cada uno de los jefazos y, si no querían una demanda por todo lo que permitieron ocurriera con Katherine, más les valía darme mi título.Como sea, ahora no tendría que preocuparme por las cuentas. Dejé curve, el dinero mermó y si me decían que no en este empleo tendría que vender mi departa
Apagué mi coche y miré con atención la casita oculta detrás de los árboles. Había tanta vegetación que si no mirabas de cerca, era posible pasarla por alto. Lo único que delataba su ubicación era el camino de tierra que recorría el jardín hasta la puerta.Me acerqué observando y buscando detalles que me indicaran que alguien vivía allí, y sí. Las ventabas estaban abiertas y se veía que alguien había limpiado las hojas del porche.Respiré hondo, intentando calmar mis latidos y cerré mis ojos un momento, rezando porque esté aquí.Por favor, por favor, por favor que sea él.A medida que me acercaba más a la puerta, más nudos se formaban en mi estómago y mis manos comenzaron a sudar. Ni siquiera pensé en qué podía decirle primero. "Hola" tal vez, aunque sonaba banal. Lo que quería realmente no era hablar, solo besarlo y pedirle que vuelta conmigo, que no me deje nunca más, que pasé el resto de su vida amándome como yo lo amo a él.La puerta estaba cerrada así que golpeé un par de veces y
ArielleNos quedamos el resto del día en la cama, haciendo el amor o follando, insaciables uno del otro hasta que el atardecer llegó y el cielo comenzó a oscurecer.Teníamos que movernos, pero no quería alejarme de David que descansaba su cabeza en mi abdomen mientras peinaba su cabello con mis dedos. Sentía tanta paz en este momento que temía perderla si salía de la cama, pero mi cuerpo tenía necesidades, como comer, algo que me recordó con un gruñido.-Estas hambrienta -habló y dejó un beso en mi estómago antes de sentarse.-Estoy bien, no te vayas.-Tienes que alimentarte -rezongó con dulzura -Te prepararé un baño caliente y algo de comer.Se levantó y caminó hacia el baño mostrándome su espalda musculosa y sexy culo.-Arggg -bromeé llamando su atención.-¿Te gusta lo que ves? -preguntó provocador.-Me encanta -respondí.-Después de comer te dejaré mimarlo.Volví a recostarme y me estiré, aflojando los músculos que estaban agotados de tanto jaleo. Respiré hondo y cerré mis ojos uno
DavidDesperté por el fuerte latido en mi cabeza que estaba matándome.-¿Qué demonios? -murmuré llevando mi mano a donde dolía.Sentí tela en mi cabeza y fruncí el ceño intentando enfocar mis ojos. Parpadeé confundido al verme en una habitación de hospital, con bata, algo en mi cabeza y una vía.-¿Cómo llegué aquí?-Al fin.Mi hermano, a unos metros sonreía con alivio en su rostro. Se levantó de su asiento y se acercó hasta quedar a mi lado.-¿Te sientes bien? -preguntó con evidente alivio.-¿Qué pasó? -estaba confundido -Cómo...-Ahora te explico, voy a llamar al médico para avisar que despertaste. Pidió que le notificaran en cuanto abrieras los ojos -Apoyó una mano en mi hombro y sonrió - Me alegra mucho verte bien. Nos diste un buen susto.Estaba tan confundido que no le di importancia y traté de concentrarme. Realmente me dolía mucho la cabeza y mi visión era un poco borrosa por momentos pero quería intentar pensar en cómo llegué aquí.Recuerdo...a Arielle en mi casa, el baño y...
Cinco años después....Arielle-Gracias Carlota, de verdad me salvas.Bajé a los niños del cochecito y dejé que corrieran a su abuela que los esperaba de brazos abiertos. Desde que nacieron, hace tres años, estaba eufórica con ellos y quería hacer de niñera todo el tiempo, lo que aprovechaba cuando quería un tiempo a solas con mi esposo.-¿Dónde están mis bebés? -preguntó cubriéndose los ojos.-Atí atí tamos -contestaron los gemelos.Eran taaan adorables. Realmente tenía que halagarme por estos niños que salieron hermosos. Eran una copia de David, con su cabello negro y piel bronceada, toda sangre italiana a excepción de los ojos que eran verdes como los míos. Además sus rollitos de bebé tentaban a solo arrullarlos y besarlos.Después de tres años aún seguía sintiendo increíble que fuera madre de dos pequeños demonios a los que amaba más a que cualquier cosa. Más con todos los intentos que tuvimos. Nunca pudimos concebir naturalmente después de que perdí mi primer embarazo y tuvimos q
Sonreí al verme en el espejo con mi nuevo conjunto de encaje negro. Iba a enloquecer a todos los que se conectaran y, tal vez, conseguir un par de miles. Los necesitaba si quería comenzar mis prácticas este año.La vida de un estudiante de enfermería era difícil, aún más siendo una chica criada en el sistema, sin familia ni estabilidad económica. Por ese motivo me vi obligada a comenzar a trabajar con mi cuerpo en redes sociales. Los trabajos a tiempo completo de camarera o aseando casas apenas alcanzaban a cubrir el alquiler. Si quería cumplir mi sueño y convertirme en enfermera debía encontrar un trabajo que ganara bien y me dejara tiempo para estudiar.Así fue como mi mejor amiga Emma me dijo que debía volverme una de las famosas Sugar girls. Chicas en una aplicación de vivos donde se mostraban en lencería y bailaban para los clientes que se conectar
Estaba agotada y apenas vamos a miércoles. Las prácticas son hermosas pero requieren mucha energía, aún más trabajando con niños.Realmente me encantó oncología, los pacientes son en su mayor parte divinos con el personal. Si, están luchando con el cáncer, algo terrible y agotador, pero, con todo eso encima, ponen una sonrisa cada vez que nos ven llegar y derriten mi corazón.Además, las enfermeras del área nos recibieron con los brazos abiertos, felices de que estemos allí. Cada duda o consulta que teníamos ellas la contestan sin problema. El primer día me tranqué con una máquina de monitoreo y ellas amablemente me mostraron como hacerlo. Por suerte no se lo contaron a Moreno. Pidió excelencia y lo que menos quería era cometer un error que me dejara de patitas en la calle.Quitando ese problemilla con la máquina, el
DavidSuspiré algo cansado mientras manejaba hasta mi departamento. Ser el jefe implicaba muchas responsabilidades que dejarían a cualquiera con la energía por el suelo. Esta semana habían comenzado las practicantes de enfermería y los internos en pediatría, un ajetreo que me obligó a quedarme más tiempo en el hospital. Además seguíamos cortos de personal y mis médicos estaban comenzando a enojarse por verse obligados a realizar horas extras.No era mi culpa realmente, la dirección del hospital no quería contratar más personal por el corto presupuesto y debía hacer malabares con lo que entraba a mi piso. Incluso yo estaba tomando más pacientes sin cobrar por esas horas cuando no debería.Estar al mando me est&aa