No podía dejar de imaginar las manos del chico desconocido de traje azul recorriendo mi piel con tanta agilidad y su aroma me mantenía hipnotizada cómo si de alguna forma me hubiera lanzando un hechizo. Era inexplicable sentirme así entre los brazos de un completo extraño, alguien que con solo una noche me brindó el más increíble momento. Mi corta vida ha girado entorno al fracaso y a las constantes decepciones amorosas, no hay día de la semana que no cuestione el porqué de mi existencia o el motivo por el cual siempre algo malo debe suceder, aún así me mantengo firme y positiva pensando siempre en que todo se puede solucionar. Que quizás esa sólo era una mala etapa de la que pronto iba a salir, pero dudo que me alcance suficiente entusiasmo al mirar la prueba de embarazo marcar positivo. Y como si no fuera poco ni siquiera conocía al padre, no sabía su nombre, tampoco dónde vivía o número telefónico, lo único que si tenía claro era que su perfume era jodidamente adictivo, ni hablar
—No ha sido tan complicado encontrarte, las redes sociales muestran a los demás lo que tú quieres que ellos vean. Deberías no compartir eso en tus posteos o tu ubicación, hoy soy yo, mañana podría ser un asesino serial y honestamente quiero que mi bebé esté a salvo. —No entiendo ¿Cómo te atreves a aparecerte así de la nada? —Interrumpió Vanna mirando al hombre con desconfianza. —Entiendo tus preocupaciones, pero me haré responsable de lo que sucedió entre Jules y yo, tengo derecho de estar presente ya que también es mi hijo, yo soy quien merece una explicación aquí. Ella se fue al otro día sin más. —¿Cómo te llamas? —Le pregunté intentando conservar la calma. —David Montgomery —respondió algo preocupado — No me mal entiendas pero quiero hablar contigo a solas. Asentí con la cabeza e hice un gesto a Silvanna para que se alejara por un momento, no me parecía el lugar correcto para charlar acerca de como hicimos el bebé o algún otro tema en específico, pero estábamos escasos de tiemp
—¿En qué demonios estabas pensando Jules? Los gritos de mi madre hacían eco por toda la casa mientras yo me mantenía sentada al frente de ella en su despacho mientras mordía mi labio inferior con fuerza para no entrar en llanto, siempre me pareció una mujer dulce pero cuando estaba enojada generaba bastante temor. Desde la muerte de mi padre había desarrollado cierta sobreprotección hacia mi. El haber quedado embarazada siendo tan joven era sin duda la gota que había rebasado el vaso. —Olvidé tomarme la píldora —le respondí en voz baja aunque eso solo alteró mucho más su estado de ánimo. —No tenías edad para tener sexo en primer lugar. —Mamá soy joven, por supuesto que quería experimentar cosas... —¿Y eso a dónde te llevó? Vas a tener un hijo cuando deberías estar estudiando para superarte. —¡Tu jamás me escuchaste ni hablaste conmigo sobre sexo! —¿Por qué hablaría de sexo con mi hija que debería enfocarse en la universidad ? —Me preguntó indignada. —Porque es lo que una
Mi padre solía decir que muchas veces en la vida debíamos pasar por el más ardiente de los infiernos para poder encontrar nuestro propósito, ahora entiendo a lo que se refiere. Una vez llegamos a casa de mi mejor amiga su familia me recibió con bastante cariño, algo que me hizo sentir más emotiva porque en el fondo deseaba esa calidez de mi madre. No se podía retroceder el tiempo así que mi única opción en ese momento era continuar sobre la marcha aunque eso implicara renunciar a muchas personas. —No entiendo por qué te vas ahora, acabas de llegar ¿No crees que necesitas descansar un poco? —Me preguntó Vanna mirándome con desaprobación. —Quisiera, pero David me ha vuelto a llamar y quiere verme, lo cual es raro porque pensé que esperaría hasta el sábado —respondí con una sonrisa. —Ya veo porqué te has cambiado de atuendo... —¿Que tiene que ver eso? —Por favor dime qué no te estás enamorando de ese chico. —¡Claro que no! Pero tendremos un bebé y es obvio que debemos siempre reun
Nunca me gustaron las despedidas, sentía que era el inicio de largos días de agonía, no saber por tiempo indefinido de alguien importante, el que se tratara de una muerte lo hacía más doloroso. Jamás volvería a ver a mi madre, ni siquiera podría conocer a mi bebé o compartir momentos que estoy segura ella hubiera deseado.Mi mente continuaba en otro lugar diferente al que estaba, ignoraba las palabras de el sacerdote o los rezos de personas que lamentaban tal acontecimiento, nunca fui devota pero solía creer que la fé serviría en muchos momentos de oscuridad, hasta ese día.Recordaría siempre aquel escenario de mi madre tirada en el suelo sin alma o el brillo que antes tenía en la mirada así como la culpa, eso me seguiría hasta el final de mi existencia.— ¿Cariño deseas algo de comer ? — Preguntó David en voz baja.— No, realmente no tengo apetito en estos momentos, por cierto olvidé darte las gracias por pagar el servicio fúnebre...— Tranquila Jules, no tienes que agradecer nada de
— Sé que aún me amas Jules y estoy consiente de lo que hice, pero quiero arreglarlo.— Puedes amar mucho a alguien y eso no garantiza que terminarán juntos, deseo que seas feliz y seas mejor persona de corazón — Me despedí.Mientras caminaba sentía la necesidad de voltear pero mi dignidad fue más fuerte y de pronto David se encontraba caminando a mi lado, mientras tomaba mi mano con una sonrisa y le daba algunos besos.— Creo que necesitas descansar, estos días han sido duros...David dejó de hablar mientras llevaba su vista hacia mi ex que no le fue suficiente con mi indiferencia para regresar tras de mi, está vez sus ojos mostraban furia y yo estaba empezando a sentirme agobiada.— ¿Quieres explicarme que es todo esto?Tommy parecía que literalmente iba a expulsar espuma por la boca de lo rabioso que se encontraba.— No tengo nada que explicarte, y ni se te ocurra hacer una escenita en el sepelio de mi madre — Ataqué.— No puedo creerlo, pensé que eras alguien inteligente y lo sufi
Las lágrimas caían por mi rostro y sentía la fuerte brisa despeinando mi cabello, más el silencio sepulcral de aquella habitación en dónde pasé años de mi vida escuchando los cuentos para dormir de mamá y sus buenas noches, la iba a recordar de esa forma siempre. Aunque mentía si decía que la imagen de la última vez que la vi se había borrado de mi mente.Porque aún seguía allí.Su mirada decepcionada de mi, de todos mis errores, de lo mucho que sufrió por mi causa. Terminar con mi dolor sería la mejor solución y por eso no lo pensé dos veces para subirme en el barandal y cerrar mis ojos, ya no tendría que experimentar otra vez la tristeza.Al menos eso pensé.Sentí las manos de alguien abrazándome con fuerza por detrás y luego derribandome encima suyo directo al suelo.— ¿Que estabas haciendo Jules? Supongo que tardé demasiado en dar el último paso, me sentía fuera de mi misma, ni siquiera ver el rostro de David me ayudaba a sentirme bien.— ¡Suéltame! ¿Que no es obvio? Ya no quier
— ¿Por qué me cubriste los ojos? Las sorpresas no suelen alegrarme, al contrario, me llena de ansiedad...— Lamento eso, pero es necesario, solo relájate mujer y recuerda lo que dijo tu terapeuta."intenta encontrar algo que te apasione"¿Cómo olvidarlo? Literalmente estuvo en mi cabeza desde el primer día en que pisé aquel lugar y tal vez por esa razón me animé a dar una vuelta con David pese a que no lo consultó desde antes. La única ventaja era que sujetaba mi mano, logrando así prevenir alguna caída y perdida de mis dientes o alguna extremidad. El chico retiró la venda de mis ojos y sentí mucha ternura al contemplar lo que estaba frente a mi, la verdad nunca antes había hecho un picnic en mi vida porque el arrastrado de Tommy ni siquiera era detallista en ese aspecto.Ojalá alguien me hubiera tratado así antes, supongo que en ese entonces no sabía cuál era mi valor o tal vez era demasiado incondicional con quién no merecía.— ¿No te gusta? Lo hice yo mismo, la verdad quería algo