Capítulo tres: David.

—No ha sido tan complicado encontrarte, las redes sociales muestran a los demás lo que tú quieres que ellos vean. Deberías no compartir eso en tus posteos o tu ubicación, hoy soy yo, mañana podría ser un asesino serial y honestamente quiero que mi bebé esté a salvo.

—No entiendo ¿Cómo te atreves a aparecerte así de la nada? —Interrumpió Vanna mirando al hombre con desconfianza.

—Entiendo tus preocupaciones, pero me haré responsable de lo que sucedió entre Jules y yo, tengo derecho de estar presente ya que también es mi hijo, yo soy quien merece una explicación aquí. Ella se fue al otro día sin más.

—¿Cómo te llamas? —Le pregunté intentando conservar la calma.

—David Montgomery —respondió algo preocupado — No me mal entiendas pero quiero hablar contigo a solas.

Asentí con la cabeza e hice un gesto a Silvanna para que se alejara por un momento, no me parecía el lugar correcto para charlar acerca de como hicimos el bebé o algún otro tema en específico, pero estábamos escasos de tiempo.

—De hecho yo pensaba en irnos a otro lugar y dejar a tu amiga en su casa...

—Ella me acompañará a darle la noticia a mi madre, hablemos aquí.

David dió un leve suspiro pero en cuestión de segundos terminó aceptando mi decisión.

—Mi vida es muy complicada, mi familia también lo es, así que he aprovechado que no están ejerciendo presión sobre mi en estos momentos para conversar acerca de lo sucedido.

—¿A qué te refieres? —Pregunté escandalizada.

—¿Que decisión tomaste con respecto al nene?

—Voy a tenerlo aunque estoy consciente de todas las tormentas que se avecinan —respondí con seguridad.

El chico sacó un pañuelo de su bolsillo y secó ligeramente su frente la gota de sudor que se había esparcido por su rostro. Entendía perfectamente su nerviosismo, después de todo el tampoco me conoce.

—Esto es realmente complicado...

—No te estoy pidiendo que te cases conmigo David, sé perfectamente que está no es una bendición. Somos jóvenes aún, pero es lo que quiero.

—Y lo entiendo perfectamente Jules, pero diablos, mi familia no puede enterarse aún. Necesito encontrar las palabras correctas y el momento oportuno —explicó aún con nervios.

Quizás estaba un tanto histérica por la noticia de que iba a tener un bebé, o simplemente era el temor a llegar a casa y hablar con mi madre quien tenía el peor carácter de este planeta. Lo cierto es que tomé muy mal la respuesta de David, yo tambien estaba nerviosa y tenía muchas explicaciones que dar más no era motivo para mantener todo en secreto.

—Creo que hoy no es el día adecuado para hablar, honestamente me estás molestando — admití.

—No es mi intención Jules, yo solo quiero que tú y el bebé estén bien ¿Vale? Tienes que confiar en mi.

—¿Cómo voy a confiar en ti? Ni siquiera te conozco.

—Yo tampoco, pero podemos hacerlo, por favor. Dame esa oportunidad y te prometo que una vez hable con mi familia te mostraré que puedes confiar.

Lo pensé durante unos segundos, sería poco empático de mi parte no ponerme en el lugar de David sabiendo que él también está pasando por la misma situación que yo. Ambos juramos aquella noche que jamás se relacionarían o volverían a buscarse, motivo que me llevó a huir antes de que el sol saliera. No fue fácil para mí, jamás en mi vida nadie me había hecho sentir de esa manera, adorada.

—Está bien, nos veremos el fin de semana, considero que es el tiempo suficiente para decirle a todos.

El chico de ojos azules asintió y por primera vez con una sonrisa desde que se acercó a mi, acción que hizo a mi corazón acelerarse como nunca. Realmente debía aprender a controlar mis emociones y hormonas, de lo contrario acabaría nuevamente en aprietos.

Aunque debía admitir que David poseía un atractivo impresionante.

Ojalá mi hijo nazca con sus genes —pensé.

—Gracias por comprender Jules —respondió con timidez.

—No te preocupes, sé que todo esto es una locura pero lo superaremos en algún punto. Yo tengo que irme a casa, haz tus cosas, si me acompañas dudo que vivas para contarlo.

—¿Estás segura?

—Si.

Di la espalda con el objetivo de alejarme y subir al auto de mi mejor amiga pero rápidamente David me tomó con suavidad de la mano y me dió un cálido abrazo, se suponía que debía despegarme con rapidez pero su aroma era demasiado adictivo para mí. Hasta que escuché a mi mejor amiga carraspear interrumpiendo.

Sonreí a David como señal de despedida y me fui, pero en cuestión de segundos sentí una mano cálida sobre la mía llevarme hacia él y abrazarme una vez más. Estaba sorprendida y mi corazón latía frenéticamente mientras Vanna solo observaba la escena igual de impactada que Yo.

—Sé que seguramente estás asustada, pero quiero que sepas que no voy a dejarte sola en esto, cuídaré de ambos aún cuando no tengo idea de cómo hacerlo, aprenderé...

David me da una última sonrisa así como un beso en la mejilla para después marcharse en su auto lujoso.

Dejé de sentir esa pequeña felicidad para dar paso a el nerviosismo de saber lo que me esperaba, ir a casa a darle la noticia a mi madre.

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