Conocí a Tommy en secundaria, éramos el típico cliché de chica popular y mariscal de campo, pero lo que más me gustaba de él era su sentido del humor y sonrisa tierna, pensaba en que no podía pasar un día sin admirarlo o valorar cada mínimo esfuerzo que hacía por mi, supongo que en ese entonces creí que solo eso mantenía una relación. Por supuesto que habían problemas, estaba harto de que mi madre no me permitiera salir con chicos aún siendo casi una adulta pero no podía desobedecer.De igual forma era más fácil ser sincero desde el inicio a engañarme y luego hacerme sentir como si yo no significara nada. Teníamos planes, sueños juntos, ya saben, esas cosas que piensas cuando estás en una relación que se supone es la ideal, pero mi chico olvidó algo sumamente importante.Respetarme.Empezó con cosas simples como no responder mensajes, llegar tarde a los lugares de encuentro, olvidar fechas especiales, seguido por una actitud distante hacia mi persona quién siempre era su esponja que a
Vivir aquel momento me recordó a esas películas de romance en dónde estás a la expectativa esperando el beso de los dos personajes principales y al final siempre aparece algo para cagar la atmósfera romántica e interrumpir una conversación importante, cuando David iba a terminar de hablar su celular empezó a sonar y cómo siempre su semblante cambió por completo.No quería llegar a esos extremos pero en cuanto estuviera sola en la habitación haría una investigación exhaustiva para saber mucho más sobre el CEO de quién estaba esperando una criatura. De pronto David me tomó de la mano con fuerza y me llevó al interior de la casa dejándome mucho mas confundida que antes, lo miré esperando una respuesta mientras que el continuaba discutiendo con alguien por teléfono.E incluso así seguía viéndose perfecto.— ¡No voy a permitir que violen mi privacidad de esa forma! Finalizó colgando el celular y dando un largo suspiro.— ¿Entonces ahora sí me vas a decir que sucede? Porque hace un rato e
El doctor dijo que era completamente normal en mi estado sentir náuseas y vomitos, teniendo en cuenta que llevaba dos meses de gestación y era madre primeriza decidí comprar un diario en dónde escribiría todas mis experiencias y anotaría cada paso importante e inspirador para las futuras generaciones, David pensó que sería interesante e incluso me dijo que ayudaría a muchas madres que pasaran por lo mismo que yo en algún punto de sus vidas, así que al final lo que fueron malas noticias y vómitos dentro del auto acabó dejando una buena enseñanza.Yo estaba sentada en una silla justo al lado de David mientras esperábamos a que el auto estuviera limpio nuevamente, intentaba hacerme creer que no habia sido la gran cosa pero seguía avergonzada por lo sucedido y tampoco era muy cómodo permanecer en silencio durante horas en un autolavado, o al menos para alguien tan conversadora cómo yo era un castigo.— Sé que ya lo he hecho un montón de veces hoy pero lo siento, nunca había vomitado un aut
Aunque habían arrestado al responsable de aquella broma pesada y hubiera tenido que pagar por daño a propiedad seguía sintiéndome fatal, otro mes transcurrió y mi reputación aún estaba por los suelos y ya ni siquiera me animaba a salir a la calle sin importar cuántas veces mi psicólogo me dijera que pusiera de mi parte, siempre supe que la opinión de los demás hacia mi era irrelevante porque las críticas siempre existirán, pero que miles de personas tomarán minutos de su tiempo para destilar su odio era cada vez más duro.Me sentía atrapada, con ganas de desaparecer y que nadie jamás volviera a saber de mi, pero mi bebé se había convertido en mi razón de ser, mi equilibrio, alguien que me amaría por encima de todas las cosas. Fuera de eso me había reasignado a pasar el resto de mis días encerrada en mi habitación sin recibir ningún tipo de visitas.Ni siquiera deseaba ver a David.Ví en tv cómo lo invadian de preguntas acerca de mi persona y la verdad no podía imaginar lo estresante
— Ya deja de llorar Jules, lo vamos a resolver ¿Si? Todo tiene una solución y las cosas material...— Si dices que las cosas materiales se recuperan te voy a tumbar los dientes — Murmuré está vez con enojo.— En serio que el embarazo te está afectando cada vez más, tienes suerte de tener una amiga como yo con paciencia.— ¡Acabo de arrojar diez mil dólares por el maldito acantilado! — Grité al borde del colapso.— ¿Has considerado ir alguna vez a la iglesia? Jamás me volveré a quejar de mi vida después de ser testigo de la tuya, Dios, es como si alguien te hubiera arrojado un maleficio.Le lancé una mirada de muerte a Silvanna mientras ella alzaba sus manos en señal de rendición.Aunque no podía negar que no se escapaba de la realidad, y es que ni siquiera había forma de encontrar algo positivo porque no lo había, salir tampoco era una opción dado que casi media población del país me odiaba y me había quedado sin dinero para comprar el material necesario para mí emprendimiento.Maldi
Había decidido tomarme todo con calma y dejar de sufrir pensando en cosas que no podía cambiar por más que quisiera, pero era más fácil decirlo que hacerlo y el ver a David entrar a la habitación donde yo descansaba lo hacía todo un poco más complicado, no entendía porqué me había sentido mal de verlo en tv negar cualquier comunicación conmigo, sabía que era por el bien de todos pero aún así no podía ocultar mis sentimientos y mi reputación estaba por los suelos, era de esperarse que quisiera huir de este mundo si era posible.El chico guardaba silencio mientras se acercaba sutilmente hacia mi y terminó por sentarse al pie de mi cama.— Sé que estuvo mal lo que dije en aquella entrevista, pero pensé en ese momento que era necesario para evitar que todos tus problemas aumentarán, ví lo que pasó en internet y creo que sí la prensa se unia sería mucho más sofocante para ti. Solo quería disculparme por eso, en el instante asumí que estaba bien y olvidé pensar en como te sentirías al resp
Tenía que luchar con todas mis fuerzas para disimular mi sonrisa de emoción en aquel momento, estaba esperando ese momento indicado para usar aquel vestido azul cielo que tanto adoraba y mientras Vanna me ayudaba a arreglarme los nervios eran cada vez más evidentes, quizás por miedo a cometer algún error en esa salida o algo más sucediera ya que la desgracia siempre me perseguía.— ¿Quieres dejar de moverte como cucaracha? No es fácil alizarte el cabello cuando no te quedas quieta, además necesito dejarte perfecta hoy para lo que sea que suceda.— Lo siento, es que hace mucho no tenía una cita, porque es una cita ¿Verdad? — Si que lo es, te dije que le gustabas pero eres tan distraída que nunca te das cuenta de las situaciones — Respondió mientras seguía arreglando mi cabello.— Solo me es difícil imaginar que alguien pueda quererme con sinceridad o amarme lo suficiente, sé que no he sido perfecta a lo largo de mi vida pero también desearía recibir lo mismo que doy.— Todos siempre e
Recuerdo que de adolescente decía que jamás lloraría frente a los demás porque era vergonzoso y luego con diecinueve años me encontraba frente a David y el doctor viendo el monitor, el único medio en dónde temporalmente podría analizar cada avance de mi embarazo. Escuchar los latidos de su corazón era un sonido que me brindaba tanta paz que no veía la hora de poder tenerlo entre mis brazos, mi peor error acabó siendo lo mejor en la vida.Y de pronto ya no tenía miedo o pensaba en que no sería lo suficientemente buena, tampoco sentía esas ganas de desaparecer porque esa vez tenía a alguien esperando por mi, una personita a quien mirar todas las mañanas y cantar canciones de cuna, por esa y muchas razones más rompí en llanto mientras que David observaba la escena con una sonrisa tierna y sujetaba mi mano sin soltarla ni un segundo.— Nuestro bebé siempre será feliz, no tengo dudas de que se sacó la lotería contigo — Me susurró en el oído.— A la cuenta de tres voy a llorar...— Tranqui