Una vez que me bañé ya estuve lista para salir hacia el ensayo de la boda de Rosemary; habíamos quedado con Louis en encontrarnos en la parada del bus al mediodía, y ya llegaba diez minutos tarde, así que como alma que lleva el diablo salí de mi casa corriendo lo más rápido que pude. Al llegar, Louis me estaba esperando.—Empiezo a preocuparme de tu impuntualidad, no es normal en ti —confesó Louis cuando llegué. Intenté recuperar el aliento y le levanté la mano pidiendo que espere un momento, estaba roja y acalorada, finalmente pude hablar.—Perdón, odio ser impuntual. La alarma no sonó y tuve un sueño rarísimo —susurré sin aliento.—No te preocupes, es comprensible, tú jamás eres impuntual. Ven, Nicholas nos está esperando —me indicó mientras me pasaba el brazo sobre los hombros.—¿Nicholas? —pregunté, desconcertada.—Sí, él nos llevará hacia donde es el ensayo —respondió, cruzamos la calle y vi a Leon, Rose, Ariadne, Ptolomeo, Nicholas y Melany que ya nos estaban esperando cerca del
Kentin se acercó a mi oreja derecha y empezó a mordisquearla mientras con la mano se aferraba con fuerza a la remera que estaba usando, las mías se sostenían de sus brazos musculosos. Lo tenía tan cerca mío, como en muchas ocasiones, pero esta vez era distinto: Las veces que lo hice con Kentin en su casa estábamos completamente solos… Esta vez estaba mi suegro, el abuelo Rick y mi cuñado, a este chico le encantaba ponerme al límite.Se puso encima mío, podía sentir lo excitado que estaba, deseoso de mí, deseoso de tomar lo que por derecho le pertenecía. Empezó a besar mis labios como solo él sabía hacerlo, Kentin O'Connor era la mezcla perfecta de masculinidad, fuerza y gentileza al momento de hacer el amor.Colocó mis manos sobre mi cabeza y volvió a mi oreja.—Hoy tengo ganas de algo un poco más... Exótico —me gruñó, y con un ágil movimiento ató mis muñecas con su cinturón al respaldar de la cama.—Kentin...¿qué...? —susurré, pero él me puso un dedo en los labios.—Tú déjamelo a mí
Los últimos días que nos quedaban de vacaciones se fueron volando y finalmente teníamos que regresar a la Capital para poder continuar con nuestras vidas universitarias. Nuestro loft nos esperaba, igual que siempre, a diferencia que ahora Rose se había casado y ya no vivía con nosotros, entonces su dormitorio estaba vacío. Durante las vacaciones en el pueblo, Aren había recogido las cosas que habían quedado en su casa luego de la pelea con sus padres y las había llevado a casa de Kentin, no había sanado lazos con su familia todavía, al parecer por vergüenza, de manera que volvimos cargado de cosas, igual que cuando nos mudamos a la Capital, hacía ya un año.Subimos con Fuser por el ascensor hacia el penthouse, nuestro loft seguía igual que siempre: Los tres dormitorios, el balcón terraza, el lavadero, dos baños, living-comedor-cocina y una vista espectacular a la ciudad. Quedaba cerca de la Facultad de Derecho y de la escuela de corte y confección a la que asistía Ayaka con Rose, aunq
Cuando los chicos se enteraron de que Allison estaba esperando, no uno, sino dos bebés, le organizamos un baby shower a la futura mamá. Ni bien los futuros papás entraron en el loft, y vieron cómo estaba todo decorado, una sonrisa se les dibujó en el rostro y los ojos se abrieron de par en par. Está de más decir que los muchachos no paraban de molestar a Chester, al cual la noticia de que iba a ser doblemente padre no le había caído muy bien que digamos. Estaba muy contento, pero el hecho de pensar que los pañales sucios, los biberones, los juguetes, los llantos y vómitos se habían incrementado el doble era algo que le hacía doler la cabeza. Las chicas del Instituto habían venido del pueblo para compartir la alegría del embarazo, había regalos de todos los tamaños y colores, Allison estaba feliz y se aferraba a su panza. Louis y yo estábamos conversando mientras Kentin se preocupaba porque no falte nada, ni comida ni bebida; Chester se agarraba la cabeza mientras hablaba con Nicholas
Me levante por los ronquidos de Ayaka, el cual estaba babeando y durmiendo con la boca abierta, abrazado a las sábanas hechas un rollo. Me desperecé mientras intentaba volver a dormir, pero recordé que debía salir a buscar empleo; Annie ya había hecho demasiado por mí, pagando la parte de la renta y los servicios que me correspondía, y Kentin no estaba nada contento con eso, así que con todo el dolor del mundo salí de mi cama y me dirigí al pasillo del loft para ir al baño.El cabello me estaba creciendo rápidamente, había pensado en dejármelo largo, hasta los hombros como el Soldado del Invierno, pero era bastante incómodo para jugar videojuegos, especialmente a la Wii, así que ahora me debatía entre un look rebelde y despreocupado o uno cómodo e higiénico. Seguramente Annie me podría acompañar a la peluquería para que elija un buen corte de cabello para mí (eso siempre y cuando Kentin no intente sacarme los ojos con su cuchillo).Apagué la luz del baño, y aún sin cambiarme, fui a la
Aren me había contado que por fin se había reconciliado con sus padres por consejo de Lily, algo que nos puso muy contentos a todos, especialmente a su hermano gemelo. Ahora por fin podrían volver a estar todos juntos para cenas familiares, eventos importantes como Navidad y Año Nuevo, para los cumpleaños y situaciones normales como que vengan a casa de visita.Mientras Kentin y yo continuábamos con los preparativos para la boda, Louis y Nicholas empezaron a mudar sus cosas poco a poco, habíamos limpiado el cuarto de Rose, el cual ahora lo compartirían el rubio y el albino. Se mudarían después de semana santa y compartirían los gastos con todos nosotros. Aunque aún estaba por verse el tema de la convivencia entre mi prometido y, como él mismo lo había llamado, mi polvo.La limpieza no había sido algo sencillo ni fácil de realizar, aunque era muy gracioso ver a los chicos con joggins, limpiando conmigo todo el loft. Ayaka tenía razón al decir que Aren había usado de depósito el anterio
Mientras nos acercábamos a las montañas, Kentin iba sorteando árboles, ramas, arroyos y rocas. El Jeep Commander era un todo terreno, así que podía recorrer esos lugares sin problemas, aunque dentro del vehículo se estaba desarrollando un terremoto grado nueve por como íbamos de salto en salto.Mientras yo me aferraba con fuerza a la manija que estaba sobre la ventanilla, Kentin giraba el volante y hacía cambios de marchas, se lo notaba sumamente concentrado. Por su parte, Aren parecía un niño, porque, con cada golpe y salto que hacía el Jeep, él exclamaba y daba pequeños grititos de sorpresa. Venía desde hace dos kilómetros diciendo «¿Ya llegamos? ¿Ya llegamos?», la paciencia de mi prometido estaba en el límite y la mía también. Lily, que iba sentada al lado de Aren, venía sintiéndose mal desde que entramos en terreno irregular, y por su parte Louis estaba sumamente desorientado.Por detrás de nosotros venían Nicholas en la camioneta Hilux azul que había rentado, en el vehículo iban
No sé qué era más hermoso, si el atardecer coronando de rojo aquellas verdes praderas o Annie con ese bello vestido blanco bañado en dorado por la luz del Sol.Tenía el cabello suelto, ondeando al viento, se lo veía sedoso y nutrido; el astro Rey le sacaba destellos cobrizos y sus ojos verdes contrastaban con el rubor de sus mejillas. Estaba descalza, sentada de costado, extendiendo sus piernas sobre el mantel que habíamos colocado para merendar; se había pintado las uñas de las manos y los pies de color rosado pálido y su piel brillaba como si fuese un diamante.—¿Sucede algo, Louis? —me preguntó. Yo la miré a los ojos y negué con la cabeza mientras sonreía.—Sólo que te ves muy hermosa —dije mientras tomaba su mano. Ni la mejor seda de toda Asia podía compararse con la piel de Annie, ella me regaló una sonrisa.—Este sitio es muy bello —observó y era cierto, esas praderas no cabían en la imaginación, parecían salidas de un cuento de hadas.Yo tomé una fresa y se la acerqué a la boca