Eric Lafallete.
Poder volver a hablar con Isabella, me deja más tranquilo. Sé que la cagué. La dejé por Juliette, pero fue un error. Isabella es a la que amo y eso causó muchos problemas en la relación.
Peleábamos continuamente por esa razón. Yo no quería asumir nada entre Isabella y yo porque siempre me aclaraba que éramos solo amigos.
Ella me devolvía directamente, sin escalas y sin retorno, a la zona de amistad, cada vez que quería llevar las cosas más lejos. Así que me cansé en seguir insistiendo y ahí fue cuando decidí darle una oportunidad a Juliette.
Me desilusioné profundamente cuando cumplí dieciocho y me di cuenta de que Isabella no era mi pareja destinada. Aun mi lobo lo recuerda y se queja. ¡Dándome una gran jaqueca!
Anouk, mi lobo negro, es… Hum… como poder ponerlo en buenas palabras. Es un gusto adquirido. Debes conocerlo para saber que es un gran romanticón, con un distintivo sentido del humor, el cual habla como si hubiera nacido en New Jersey.
Él me mira molesto mientras replica, “¡Hey! Te dije que no te alejaras de Isabella y que estar con Juliette ¡era una pésima idea! Pero tú nunca escuchas, ¡maldito idiota! Cuando entenderás que no hay nadie como ella.
Ella es nuestra Luna, ella es la luz que ilumina nuestro camino. Creo que sería una excelente idea, una de las mejores que he tenido, a decir verdad, que una vez que cumpla sus dieciocho años y si aún no encuentra a su pareja destinada, ¡podemos tomarla como nuestra pareja elegida!”
Yo replico enojado, “¡Wow! ¡Qué gran idea! ¡Como si Isabella no nos hubiera puesto unas mil veces en la zona de la amistad! Por la diosa no puedo creer que serás el próximo Alfa... Pareces un perro faldero.”
Y ahí lo veo. Colocando los ojos en blanco y dándose la media vuelta con su cola bien elevada, perdiéndose en los confines de mi mente.
Pero sé que Anouk tiene razón. Siempre la he amado, desde que tengo uso de razón. Me siento atraído hacia ella como una polilla hacia la luz. Ella ilumina todo. Honestamente, no me importa si tiene o no un lobo.
Solo quiero estar ahí para ella, cuidarla, mimarla, aww… Si solo ella me diera una oportunidad, sé que la haría feliz. ¡Lo sé! Nunca le faltaría nada. No solo yo la amó, sino que toda la manada la ama.
Sería una formidable Luna y sé que sería una maravillosa compañera. Solo si pudiera darse cuenta de que es perfecta para mí, como yo lo soy para ella.
¡¡¡Piiiiii piiiii!!! Suena la bocina del carro.
“Vamos, apúrate, Eric, ¡no tengo todo el día! Y me niego a llegar tarde, ¡por culpa tuya! —dice Isabella.
Y hasta ahí llegó mi estado de ensoñación de cómo sería mi vida perfecta. “¡Ya voy, Isa! ¡Cálmate! —le digo. Luego, me subo a su escarabajo, mientras me mira diciendo, “¿Por qué te demoraste tanto? ¡Ni yo me retraso así!”
“En serio, no quieres saber.” Se lo digo moviendo las cejas de forma juguetona y sugerente.
“YUG! ¡Asqueroso! ¡Demasiada información! ¡No quería saber tanto! ¡No somos tan íntimos como para compartir eso!” Me replica.
“¡Tú preguntaste!” Le digo moviendo las manos.
“En serio, espero que te hayas lavado las manos por lo menos.”
“Ante todo, soy un hombre muy limpio, princesa.”
Ella me dice, “ja, ja, muy gracioso.” Y luego blanquea los ojos.
Antes de que me diera cuenta, Isabella nos condujo a la escuela. Nos bajamos del auto y caminamos hacia mi primera clase. Isabella compartía conmigo casi todas. Se nos une Sophia y Marcos, los cuales son nuestro grupo de amigos.
“Hey chicos, quiero hablar con ustedes, ¿puede ser?”
“¿Qué? ¿Acaso no eras tan popular como para pasar el tiempo con nosotros? ¿O ya te aburriste de la cabeza hueca de tu novia? —dice Sophia.
“Está bien, me lo merezco.”
Sophia me observa con sus ojos brillantes de enojo, mientras dice: “Oh, no, chico. Tú no tienes idea de lo que te mereces. ¡Estoy recién empezando!
Isabella se acerca a Sophia colocándose enfrente de ella, la abraza inmovilizándola mientras le dice: “Déjalo en paz, Sophia. Juliette lo engañó con Mathias. Eso, ya es castigo suficiente para él. Solo necesita de nosotros. Dale un respiro.”
“¿Es eso cierto?” Pregunta Marcos, con su mirada fija en mí, extremadamente preocupado.
Lo miro con mis ojos muy abiertos. Suspiro y respondo, “pues sí. Los vi besuqueándose a fuera de la casa de Juliette. Honestamente, el solo recordar esa escena, me provoca ganas de vomitar.”
“¿Y qué hiciste?” Pregunta Sophia, con auténtica curiosidad en su voz.
“¿Qué se suponía que debía hacer? Rugí de ira e impotencia. Y luego le di un puñetazo en la cara a Mathias, rompiéndole la nariz. Salí de ahí con Julie detrás de mí. Gritaba cosas, lloraba, pero no hice caso.”
“Me subí al auto y fui directo a casa. Luego, me quedé en la cocina, perdido en mis pensamientos, cuando Isabella bajó y de ahí nos quedamos conversando y aclarando las cosas.”
“Amigo, estás perdonado. Ninguna zorra tiene el derecho a tratarte como basura. Eres nuestro futuro alfa. ¡Te respeto!”
“Sí, Eric, Sophia tiene razón. No vale la pena. Ella no vale la pena. Mejor olvidémonos de ella y vamos a clases. No quiero que la señora Ortega me desoye vivo por llegar tarde,” dice Marcos.
“Sí, tienes razón. Mejor vamos."
Estamos llegando a la clase de español, cuando Juliette nos detiene el paso colocándose delante de todos nosotros.
“¿No ha pasado ni un día y ya me cambiaste por esta zorra?” Dice Juliette.
“Atrás, Julie, si no quieres que monte una escena,” le digo.
“Eric, cariño, ¿podemos hablar?”
Enojado le replico, “¡NO!” Rugí de tal modo que Juliette me miró asustada.
Luego añado, “Te lo dije, anoche, Juliette. No quiero volverte a ver. ¡Tú lo arruinaste! Y por la Diosa créeme cuando te digo que ¡YA NO MÁS!”
“¡Sí! ¡Ya vete, zorrita! ¡Corre tras tu primo! ¡Qué asqueroso es eso!" —dice Sophia con desdén.
Y es en ese momento en que no volví a ver a Juliette por el resto del día.
“Diablos, Eric, ¡recuérdame no cruzarme contigo cuando andas de malas!” Dice Isabella.
“Sabes muy bien que jamás te hablaría así”
“¿De verdad?” Ella pregunta con su ceja levantada.
“¡Ja! ¡Cállate!”
“Bien, bien, vamos a clases,” ella dice con una sonrisa.
La mañana pasó muy rápido. Sin notarlo, ya es hora de ir a entrenar.
El entrenamiento es obligatorio en la manada. Sin importar el género o la edad, todos deben ser capaces de defenderse tanto en forma humana como lobo.
Generalmente, los entrenamientos son de dos horas. Una como humano y la otra como lobo.
Isabella solo participa de la primera mitad, debido a su falta de lobo. Así que la veo cómo se va a sentar a las graderías mientras no me quita la vista de encima y observa cómo me saco la ropa para transformarme.
Hum… Estoy intrigado… Muy intrigado.
Isabella Di´Giotanno. Como el entrenamiento es de dos horas, yo solo entreno la primera hora en forma humana. Luego, todos se desnudan para transformarse en sus lobos. En las manadas, la desnudez no es gran cosa, ya que constantemente uno se debe desvestir para poder transformarse y no romper la ropa en cada ocasión. Así que mientras voy caminando hacia las graderías, algo no me deja quitarle los ojos encima a Eric. “¡Diablos! ¡Pero qué músculos! ¡Oh por la diosa! ¡Pero qué polla tiene ese hombre! ¿Es mitad elefante o qué? ¡Y ni siquiera está duro! No importa, de igual manera, ¡pasaría mi lengua por cada centímetro de ese cuerpazo!” Dice la voz femenina que no es la mía. “¡Mierda! ¿Pero qué es lo que pasa conmigo hoy? ¡Es Eric por Dios! Es mi amigo, ¡es mi mejor amigo! ¿Por qué mi subconsciente lo ve como si quisiera cogérselo de mil formas posibles? —Me pregunto. “¡Por qué eso es lo que queremos!” Vuelve a hablar la misma voz. “¿Eh? ¡Me estoy volviendo loca! ¡Escucho voces!” Est
Isabella Di'Giotanno. Eric condujo directo a casa. Durante todo el camino a penas hablamos. La verdad es que estaba totalmente absorta en mis pensamientos y el dolor de la caída provocada por la psicótica de Juliette. Me tomé unos calmantes que Eric compró antes de conducir a casa, pero no me hacen mucho efecto la verdad. Mis pensamientos están puestos en la idea de tener a mi loba, ya que me ilusionaba mucho más de lo que estaba dispuesta a admitir. Al llegar a la casa de la manada, Eric estaciona mi escarabajo, mientras apaga el motor le pregunto, “Eric, ¿cómo es tener un lobo?” “¿A qué te refieres?” “Me refiero a que ¿cómo se siente tener que compartir tu cerebro y tu cuerpo con otro ser?” Él parece pensar por un momento y luego responde, “¡Ah! ¡Eso! Bueno, la verdad es genial. Tengo a Anouk desde mucho antes de cumplir los diez años, así que es más de la mitad de mi vida con él. Tenerlo significa… Grandes dolores de cabeza, honestamente.” Me lo dice dándome una gran sonrisa
Isabella Di'Giotanno. Una semana ha pasado y mi loba se ha vuelto silenciosa. Luego de su última indicación, no me ha vuelto a hablar. Hasta creo que lo soñé, haciendo que toda esta situación me provoqué una profunda ansiedad. ¡Maldita loba! Mi cumpleaños es mañana y hoy es luna llena. Estoy muy nerviosa porque sé que mi vida cambiará drásticamente. Dicen que el primer cambio es muy doloroso y yo, teniendo casi dieciocho, me estoy preparando mentalmente para ese nivel de dolor. “Hoy es luna llena. ¿Estás nerviosa? —dice Eric. “¿Qué es lo crees? ¡Dah!” Le respondo un poco enojada. “WOW, pero qué genio. Ojalá que tu loba sea más simpática que tú," Eric lo dice resoplando. Le blanqueo los ojos a Eric mientras le saco la lengua, a lo que él replica con un tono serio y mirándome fijamente a los ojos, “No me saques la lengua, si no quieres que haga algo travieso con ella.” “¿Qué?”, le pregunto confundida. “Olvídalo.” “¡Aquí estaban!” Dice entrando Luna, Ayme, Alfa, Patrick y mi mad
Eric Lafallete.Es casi media noche y el cambio de Isabella es inminente. Pronto veremos lo peor de una transformación y lo mejor, qué es cuando el lobo emerge. Estamos esperando a fuera de la casa de la manada a que el reloj marque las 00:00.Mamá a preparado todo dentro de la casa, ropa limpia y comida. Papá está patrullando, junto con nuestros mejores guerreros, las fronteras.Él teme que la transformación de Isabella pueda atraer a picaros o a otros seres que no sabemos de su existencia. La llegada de una loba Di´Giotanno, como nos relata la historia, es una bendición, pero también significa que algo muy malo se avecina.Papá es muy enfático en decirlo. Con Claire se la han pasado haciendo preparativos, en caso de un ataque en cualquier momento. Me siento muy alagado de que papá confié en mí.Cada avance o preparativo que realizan con Claire, me lo comparte por enlace mental. Claro, esto ha significado que mis noches de sueño sean casi escasas, pero me deja tranquilo poder saber l
Isabella Di'Giotanno¡¡Diosa como duele!! ¡Sentí como si me destrozaran mil veces en un segundo! Es increíble lo que el cuerpo humano puede hacer. Mi cuerpo se hizo añicos para dar lugar a la más increíble loba que jamás haya visto.Y es mía. Siento muchísima curiosidad el saber por qué la diosa de la luna me envió una loba así. Aika es muy grande. Las lobas no son así de grandes.Solo es un poco más pequeña que Anouk, y eso es una sobreestimación. es totalmente blanca y las puntas de su pelaje son del color del platino. Sus ojos son de un color azul profundo y brillante. Ella es exquisita.Le digo, “¿Aika?”Ella replica, “Por fin pude rasgar el velo, Isa.”Yo le digo, totalmente sorprendida. “Wow. De verdad, ¡eres tan hermosa!”Ella sonríe y replica, “Somos hermosas, Isa... Nunca lo olvides.”Eric se aclara la garganta mientras la llama, “¿Aika?”Ella le responde coquetamente, “Hola Eric. Por fin puedo conocerte.”Aika le habla a Eric como si fuera un humano, moviendo su boca. Le pr
Eric LafalleteObservar el cambio de Isabella ha sido lo más impresionante que he presenciado en toda mi vida. Aika, es una loba de otro mundo.A parte de que no posee el tamaño de una loba común, es casi del tamaño de Anouk y esta bestia sí que es grande. Su pelaje blanco con sus puntas platino, sus ojos azules brillantes, me deja sin aliento.Cada día que pasa creo que Isabella fue hecha para nosotros. Es perfecta para nosotros en cada aspecto. ¡Si tan solo ella también pudiera verlo!Le pregunto, “Anouk, ¿Te das cuenta de que fue lo que apostó? ¡Quiere que le pidamos hacer lo que queramos!”El me responde molesto, “Si, la escuché, estaba ahí ¡cabeza hueca!”Yo lo amenazo, “Hey controla ese gran hocico que tienes Anouk, si no quieres que te quite el control.”Él me contesta con un tono burlesco, “¿Es eso una amenaza?”Yo le respondo con mi voz fría y amenazadora, “Es una advertencia.”Anouk estalla de la risa mientras me dice burlonamente, “¡Qué bien te he enseñado! ¡Estoy tan orgul
Isabella Di'Giotanno.Una vez que nos transformamos, Aika solicitó no hablar más de las responsabilidades y solo quería dar un paseo. Sentir la tierra en sus patas y el viento en nuestro pelaje.Pero luego, a Aika no se le ocurrió una mejor cosa que apostar en contra de Anouk. ¿Qué mierda estaba pensando? ¡Maldita loba caliente!Le digo furiosa, “Demonios, Aika... Aun no entiendo por qué apostaste eso. Anouk nos encontrará y ¡seremos historia!”Ella me responde calmadamente, “¡Tranquilízate Isa! ¡por la Diosa! ¿Sabes qué? Tú y yo tenemos que conversar.La Diosa de la Luna nos hizo extraordinarias. Te lo dije hace un rato, solo hay muy pocas cosas que no podemos hacer.Perder ante Anouk no es una de ellas. Podemos camuflar nuestro olor. Es una de nuestras múltiples habilidades que tenemos. Pero no lo haré. Me rehúso a hacerlo.”Si Aika quería hacerme enojar, pues felicidades, ¡lo logró! “Dime, por favor su alteza. ¿Por qué decirme que puedes hacer algo y luego me dices que no lo harás?
Eric Lafallete.¡Por fin! ¡Isabella admitió que nos ama! Mi corazón no da más de felicidad. Siempre creí que ella era la indicada para mi vida, y tenía razón.Te doy las gracias, Diosa de la Luna por enviar a mi vida, a la más extraordinaria loba que pudo existir. Juro protegerla, respetarla y amarla para toda la vida, hasta mi último aliento.Prometo, dar lo mejor de mí, en cada momento. Prometo ser mi mejor versión para estar a la altura de mi bella amada. Espero que la Diosa de la Luna ilumine nuestros pasos, nos cuide y nos proteja de las fuerzas ocultas que existen.Escucho a Isabella decir con su voz temblorosa, “Está bien Eric, voltéate. Confío en ti.”Suspiro, mientras le digo a Anouk con una voz clara, “no la mires. Prometimos que no lo haríamos y no quiero que deje de confiar en mí. Ahora que me dijo que me ama, no quiero hacer nada que la haga dudar de mis intenciones ni cambiar de opinión.”Él asiente, mientras me da una un saludo militar diciendo, “Entendido”Me aproximo