Eric Lafallete.¡Por fin! ¡Isabella admitió que nos ama! Mi corazón no da más de felicidad. Siempre creí que ella era la indicada para mi vida, y tenía razón.Te doy las gracias, Diosa de la Luna por enviar a mi vida, a la más extraordinaria loba que pudo existir. Juro protegerla, respetarla y amarla para toda la vida, hasta mi último aliento.Prometo, dar lo mejor de mí, en cada momento. Prometo ser mi mejor versión para estar a la altura de mi bella amada. Espero que la Diosa de la Luna ilumine nuestros pasos, nos cuide y nos proteja de las fuerzas ocultas que existen.Escucho a Isabella decir con su voz temblorosa, “Está bien Eric, voltéate. Confío en ti.”Suspiro, mientras le digo a Anouk con una voz clara, “no la mires. Prometimos que no lo haríamos y no quiero que deje de confiar en mí. Ahora que me dijo que me ama, no quiero hacer nada que la haga dudar de mis intenciones ni cambiar de opinión.”Él asiente, mientras me da una un saludo militar diciendo, “Entendido”Me aproximo
Isabella Di´Giotanno.Llegamos a la casa de la manada en silencio. El camino fue tranquilo, sin novedad, ya que como el bosque estaba custodiado por los guerreros, se preocuparon de que nadie estuviera merodeando a los alrededores.Eric apretó mi mano durante todo el trayecto. Cuando entramos, toda la casa estaba iluminada. Observo a mi alrededor y me doy cuenta de que todos los sirvientes de la casa me están mirando boquiabiertos.“¿Qué? ¿Tengo algo en mi cara?" Miro hacia todos los lados esperando una explicación.“Wow nena! ¡Estas increíble!”“¿De qué hablas Eric?”“¡Ven! ¡Mira!”Eric me lleva hacia el espejo que se encuentra empotrado a la pared en la entrada de la casa. Ahí me quedo contemplando mi reflejo: mi pelo castaño ahora es de un rubio cenizo, casi blanco con ondas que bajan hasta mi cintura.Mis ojos color avellana ahora son de un verde esmeralda. Mi piel canela ahora es blanca como la nieve. "¡Maldición! Aika. ¿Qué m****a nos pasó?"Aika suspira diciendo, “Pues al cambia
Eric LafalleteEscuchar el nombre del príncipe Alec, hace que mi sangre hierva. Estoy absolutamente seguro de que la única razón por la que está llamando a mi padre, es por Isabella. Alec es un maldito hijo de puta.Solo quiere conquistar. No le interesa amar, en absoluto. Cree y usa a las mujeres para su propio beneficio. Quizás sea por la cantidad de años que tiene. La experiencia, eso él decía. ¡Mi trasero! Es un soberbio, que haría lo que fuera para ganar.Ahora, cuando todos sepan que Isabella es una loba convergente, querrán poseerla. Temo por su seguridad, por su bienestar y que Alec, ese maldito mal nacido, la reclame.Solo necesito que esté bien. Cualquiera sea el costo. Solo necesito que éste bien. ¡Demonios! han pasado dos horas desde que me aceptó y ahora deberé luchar contra el mundo para conservarla.“Debes tener más fe en Isabella Eric. Ella nos ama y no nos dejará. Ya siente las chispas y ella ya lo dijo, el vínculo de pareja le afecta de manera distinta.” Anouk intent
Príncipe Alec TassaraEs una costumbre extraña pensar que la realeza tiene su final feliz. Nunca he conocido uno. Desde que nací, todo se ha traducido en el deber.Mi padre, el Rey supremo Constantine, es un hombre duro. Nunca ha sido un padre afectuoso, ni siquiera cuando mi madre estaba viva.Mi madre, Reina Clarissa, falleció al dar a luz a mi pequeña hermana. Aún recuerdo los rugidos de dolor de mi padre. Intentó despellejarse vivo y sacarse los ojos por la agonía. Pudieron salvar solo uno. Su fallecimiento incrementó su dureza.Junto a mis dos hermanos fuimos criados para la excelencia. Mi hermano Adair, es igual que yo. Todo debe ser eficaz y óptimo, de lo contrario no merece la pena invertir en tiempo y preocupación.Mi hermana pequeña, Azahara, es nuestra némesis. Por la diosa que problemática es. Mi padre está a punto de encerrarla en las mazmorras para que así no se meta más en problemas.La han expulsado de tres internados y aún no cumple dieciocho. Todos nos sorprendimos c
Isabella Di’Giotanno.Salimos de la oficina del alfa, tomados de la mano con Eric. Siento las chispas recorrer mis manos, dándome escalofríos.“Nena, ¿estás segura de que quieres dormir en mi habitación? No quiero que hagas nada de lo que te puedas arrepentir.”“Sí, mi amor. Estoy segura. No quiero estar separada de ti y sé que Aika está de acuerdo conmigo.”Observo cómo Aika asiente a mis palabras. Llegamos a su habitación y me abre la puerta.Ingreso y observo que mis cosas ya fueron cambiadas. Una cosa buena que tiene dormir aquí es el baño. Eric tiene su baño privado, así que no tendré que pasearme por el pasillo para ducharme.Me siento en la cama, mirando nerviosa a Eric, mordiéndome el labio inferior.“¿Te quieres duchar, nena?”“¡Sí! Me siento sucia por la corrida de hace un rato.”“Sí, dúchate y te traeré algo de comer. ¿Te parece?”“¡Gracias, amor, eres el mejor!”“¡Lo mejor para mi nena!”Observo cómo Eric sale de la habitación. Antes de ingresar al baño, saco del closet mi
Isabella Di’Giotanno.Mi madre no podía haber escogido un mejor tiempo para venir a hablarnos... Por la Diosa, ¿qué es lo que una loba tiene que hacer para tener sexo? ¡Demonios!“Joder, Eric, ¡es mamá! Demonios, ¡quítate! Deja ponerme el pijama.” Le susurro a Eric.“¡Espera un segundo, mamá!” Le grito.Susurrando le digo a Eric, “¡Vístete tú también!”“¡En eso estoy!”Me acerco a la puerta para abrirla mientras Eric se sienta en la cama.“Perdón, chicos, ¿interrumpo?”“¡No me hagas responder eso, Claire!”“¡Eric!” Le grito indignada.“¡Perdón! Mejor me callo.” Hace el movimiento con la mano de autosilenciarse.Mi madre se ríe de la situación y yo me sonrojo a más no poder. ¡Maldición! ¡Si solo no metiera la pata tan a menudo, sería el hombre perfecto! Tiene suerte de que me haya enamorado de él. De lo contrario, lo devolvería al remitente.“¿Qué sucede, mamá?”“No hablamos de la escuela. Después de que se fueron, nos dimos cuenta de eso con el alfa.”“Lo sé, de hecho, lo habíamos est
Isabella Di’Giotanno.Eric condujo hacia la escuela en su camioneta. El trayecto desde la casa es una media hora. Agradecí no conducir, debido a que pude dormir durante ese pequeño tiempo.Nos bajamos del auto y veo como entrelaza su mano con la mía, amando las chispas que me produce el contacto con su piel. Comenzamos a caminar y siento como miles de pares de ojos me miran.“Eric, ¿soy yo o siento que todos nos están mirando?”“No te lo estás imaginando, nena. Pero es a ti a quien miran. Recuerda que hoy eres totalmente opuesta a cómo eres ayer. Pero sigues siendo la misma encantadora amada mía.”“¿Cómo es que siempre terminas sacándome una sonrisa o haciéndome sonrojar?”“¡Es un don! Lo dice encogiéndose de hombros.”“Me siento muy incómoda Eric. Detesto ser el centro de atención.”“Y aun así, tienes a una loba convergente.”Me río con lo que me dice.“¡¡¡Chicos!!!”Observo como corre hacia nosotros mi buena amiga Sophia Stevens. Hemos sido inseparables desde el kínder. Ella es una
Eric Lafallete. Subimos al auto y comienzo a manejar. En ocasiones miro a Isabella y aún la veo temblar. Le tomo su mano para que las chispas la recorran y la reconforten. Aún estoy totalmente conmocionado con lo que acaba de pasar. Siento tanta rabia con Juliette que lo único que quiero es despedazarla. Pero tengo que disimular mi rabia, porque Isabella es una bomba de tiempo. Nunca la he visto así. Siempre es calmada y tranquila la voz de la cordura. “Es su loba, Eric. Antes no tenía una y los lobos nos caracterizamos por ser posesivos. ¿A qué no te gustó que te celara?” “Lo encontré supercaliente. La hubiera desnudado ahí mismo. De hecho, decidí no interferir porque temía que vieran mi erección.” “Je, je, je, te creo.” “Ya, pero en serio, Anouk, ella no lo sabe. No sabe cómo lidiar con su ira burbujeante. ¿Y si encierra a Aika?” “Conversaré con Aika. Le explicaré qué es lo que paso. Por lo que intuyo, ella tampoco lo entiende. No te preocupes, lo arreglaremos. Tú dedícate a