Todo el trayecto a la mansión, fue de completo silencio. Ninguno dijo absolutamente nada, de lo que habían intentado hablar cuando ella perdió el equilibrio. Para Alessandra, el solo pensar en su amado Thomas y en donde podría estar, la desestabilizaba más de lo que podrían imaginar.
Sus pensamientos fueron invadidos por sus amargos recuerdos. Su mirada perdida en la autopista mientras su mente decía que su hijo, tendría cinco años si hubiese nacido.Su familia fue destruida antes de poder intentar formarse y se lamentaba todos los días su ausencia.Dereck veía fugazmente cada gesto que ella hacía. Fruncía el ceño, mordía su labio y parpadeaba con rapidez, para no llorar. Se había infiltrado a la organización por órdenes de sus superiores. Debía encontrar toda la información necesaria para arruinarle los planes a los italianos, de abrir otro negocio de lavado de dólares.Era difícil seguirles el rastro, pero habían logrado conseguir una brecha y entrar sin problemas.La mujer que le estaba tocando cuidar, era un blanco fácil a nivel general. Parecía demasiado frágil para tal organización y lo que más le causó una extraña sensación en su pecho, fue el saber que ella lo había perdido todo.Eso tenían en común...A Dereck le habían permitido estar en el caso porque después de todo, él buscaba morir.La mujer que él había amado durante toda su vida, lo había engañado mientras él estaba en el extranjero trabajando. Supo de su engaño porque al estar junto a su esposa, tuvo una infección y lamentablemente, en dos años que estuvo fuera, realmente le resultaba imposible estar con alguien.Veinte años de relación destruida en segundos. Lo peor de todo eso es que después de enfrentarla, todo el mundo estuvo en su contra por no entenderla a ella.—Me dejaste sola mucho tiempo...Esas palabras se repetían constantemente en su cabeza. Simplemente, no lo entendió y se alejó de todo el mundo. Dereck quedó solo por elección y decidió meterse de lleno en su trabajo.—¿No le dirás nada a mi hermano? —no se dió cuenta de que ella lo estaba viendo también.—¿Perdón? —la miró con confusión y volvió su atención a la autopista.—Lo que veas en esa casa... Por favor, no se lo digas a mi hermano —le pidió con amabilidad y un poco de angustia.Para ella era tan problemático que Alessandro le hubiese puesto a alguien para cuidarla en casa... Se enterarían de lo que ella callaba y eso era tan peligroso.—¿Por qué debo ser desleal a mi jefe? ¿Sabe que podría morir por tan solo desobedecer media orden? —la vió tragar grueso, pero quería respuestas.Le daba igual si desobedecía, Alessandro dijo que debía ser sus ojos en esa mansión y cualquier cosa que fuera sospechoso, debía informarle, pero le causaba demasiada curiosidad la insistencia de ella.—Mi hermano y Fabrizio hay cosas que no saben... Bueno, más que todo mi hermano y no quiero que se entere de nada. Mi padre solo tiene una mala relación conmigo y si Alessandro se entera, probablemente lo saqué del medio o no me crea...—Si usted es la víctima, prometo servirle de testigo para lo que sea que necesite. La policía puede ayudar en caso de que usted esté en peligro y... —la risa nerviosa de ella, lo hace callar.Dereck se detuvo en un semáforo que indicaba que estaban llegando a la mansión.—En la organización, la ley es mi padre y si él falta, sería mi hermano... Si me caso con un capo, paso a ser propiedad de él y su ley sería la mía. Las mujeres en la mafia son solo eso, juguetes sexuales y muñecas en los eventos de la alta sociedad —dijo con amargura.—Pero tengo entendido que tienes libertad de hacer lo que quieras —Dereck frunció el ceño, al ver que ella le señaló una mansión al final de la calle.Era la más grande de esa zona, pero nada comparado con la del jefe.—Tengo libertad cuando estoy fuera, pero en casa es otra cosa. Por favor, mientras intento escapar, no le digas nada a mi hermano y no hagas ningún tipo de comentario que te comprometa. Piensa y actúa como ellos... Solo ignórame, por favor...La manera en la que ella le hablaba le daba escalofrío. Sabía que Alessandra estaba pasando por cosas turbias, pero verla tan frágil le causó una sensación extraña.Quería protegerla mientras estuviese aquí... Pero eso lo decía sin ser una orden.—No puedo ignorar a alguien que a gritos pide ayuda y muere por desaparecer a la vez —respondió, empezando a conducir.—Escapar se convirtió en mi sueño inalcanzable... —apoyó su cabeza en el asiento y no volvió a decir más nada.Sería un regreso a casa duro y esperaba que nadie saliera a recibirla como siempre...***Y por supuesto, una vez más, Alessandra tenía razón. Ella entró con Dereck por la puerta de la cocina mientras le indicaba cada parte de la casa. El jefe de seguridad ya había sido llamado por su hermano y le informó sobre el nuevo empleado.La diferencia es que Dereck jamás recibiría las órdenes de nadie que no fuera, Alessandro De Santis.—¿En dónde están todos? —le preguntó el castaño, ella tragó grueso y se giró a verlo—. ¿No debería alguien venir a recibirte?—No hay tiempo para eso... Todos tienen una vida —le dijo con una leve sonrisa.Dereck no preguntó más al notarla incómoda. Los guardaespaldas, cuando la vieron no demostraron ningún respeto hacia ella y los sirvientes dentro de la casa, solo la veían con desprecio.—¿Cuál es tu habitación? ¿Sueles hacer algo después de que llegas aquí? —ella lo ignoró y le siguió enseñando la casa.Había ojos ocultos por todos lados, él podía sentir las miradas y hasta los cuchicheos de las personas, pero nadie se atrevía a aparecer frente a ellos.—No sé en dónde vas a dormir, pero mi habitación está en la tercera planta al final del pasillo y cuando Alessandro está en casa, mi habitación está al lado de la suya en el segundo piso —le informó sin verlo—. El despacho de Andrea está ahí y siempre permanece cerrado.—¿Cada cuánto viene Alessandro a casa?—Una vez cada tres meses o más. Siempre está ocupado, pero cuando él viene, las cosas son bastante movidas. Los empleados son buenos entre ellos mismos y trata de no hacer mucho ruido durante el día. Fiorella debe estar en el jardín con sus amigas tomando el té, así que el ruido solo es permitido hacia ese lado —se detiene y lo ve—. Debes permanecer el mayor tiempo posible en la cocina mientras estoy en casa. Las comidas son servidas puntualmente para ustedes, trata de no saltarte ninguna porque es necesario que comas.La vió subir las escaleras y aunque Alessandra no lo esperaba, él la siguió. Debía saber en qué condiciones se encontraba el lugar en donde ella se encontraba.—¿Tampoco vas a obedecerme a mí? —se agarró de la baranda de las escaleras.—Veré la habitación y luego iré a la cocina a conocer a los empleados —respondió con simpleza.—¿Este es el guardaespaldas de Alessandro? ¿El hombre que solo va a recibir órdenes de mi hijo ausente? —la voz de Andrea, hizo que a Alessandra, le dieran náuseas.Siempre era igual...—Soy Dereck Collins, estaré trabajando para la señorita Alessandra por órdenes del señor Alessandro —se presentó, ante el hombre mayor que estaba parado frente a ellos.Andrea los miró a los dos con desprecio y sintió frustración al darse cuenta de que su hijo estaba sospechando de las cosas que pasaban en su casa.—¿Eres el espía de Alessandro? No tienes permitido estar en la mansión a tus anchas. Tu lugar es la cocina mientras ella esté en casa —miró a su hija, que estaba parada como una estatua viviente.Andrea sintió la misma repulsión que sentía Alessandra hacia él.—No soy el espía del señor Alessandro, pero debo informarle todo lo que haga y deje de hacer su hija. Tengo permitido observar la mansión y estar en cualquier lugar porque sí, tengo el permiso de mi jefe, Alessandro —Dereck, sin titubear, nervios o una pizca de emoción, le respondió.Alessandra sintió temor de que su padre pudiera lastimarlo y aunque quiso intervenir, lo más probable es que más tarde ella reciba la furia de Andrea.—¿Estás diciendo que mi hijo me quitó la autoridad para darte órdenes? Creía que era un juego... —lo miró con furia.Dereck sacó el celular, marco a Alessandro y al tercer repique, atendió.—Estoy en casa de la señorita Alessandra... Sí, me he encontrado a su padre, pero al parecer lo estoy incomodando... Perfecto, ya se lo paso —subió unos escalones más y le entregó el celular—. Para usted, señor.Dereck le dió una sonrisa, que hizo que a Andrea la sangre le hirviera.—Alessandro, esto es... —y no pudo decir nada.Los dedos de Alessandra estaban perforando la baranda de las escaleras. Se sentía aterrorizada por la manera en que Andrea veía a Dereck y a él, parecía no importarle nada.—Collins...—Toma, he terminado la llamada. Tienes permitido hacer lo que quieras, pero debo informarte que el jefe de esta familia soy yo. Si yo digo que...—El señor Alessandro me dijo mis obligaciones y mi atención será única y exclusivamente para la señorita Alessandra. No tendrá problemas conmigo ni con su hijo si ella se encuentra bien. De hecho, ni siquiera va a tener la necesidad de dirigirme la palabra o que me encuentre casualmente con usted. Seré la sombra de su hija, ese es mi trabajo —y aunque las palabras podían haber salido como si nada, tenían, claramente, una amenaza en ellas.Andrea bajó las escaleras y le entregó el celular a Dereck, miró a su hija y le dió dos besos en sus mejillas.—Tú y yo hablaremos más tarde, cariño. Por ahora descansa o ve con tu madre. Sé que está preparando una fiesta de bienvenida al parásito de la mujer de tu hermano —le puso la mano en su hombro, haciendo mucha presión.—Mañana debo irme de viaje. Así que iré a empacar...Salió prácticamente corriendo de las escaleras. Dereck miró la reacción, al igual que Andrea, pero este pensó que podía ponerlo de su lado.—No te encariñes con ella. Es la viuda de la mafia y morirás si te acercas más de lo debido. No la toques ni la mires, a menos que quieras conocer la ira de mi familia. Lo que veas en esta casa, se debe de quedar aquí, a menos que quieras morir en un intento de hablar —lo amenazó—. Estando de mi lado tendrás las puertas abiertas. No me quieres de enemigo, Collins.Dereck sonrió.—Yo no tengo de enemigos a nadie, pero dudo mucho que la cantidad de dinero que me dió el señor Alessandro, me lo pueda dar usted —bajo algunos escalones para quedar frente a él—. Yo solo estoy recibiendo órdenes de cuidar a la señorita. La mansión se puede caer a pedazos, siempre y cuando a ella, el polvo no la toque. Porque me veré en la obligación de notificarle al capo.Y ese nombre fue suficiente para hacer entender a Andrea que estaba en la mira del líder italiano.Alessandra había salido corriendo porque le aterraba su padre. Sentía como sus piernas eran gelatina y si se quedaba ahí, probablemente, saldría rodando por las escaleras. Le pareció un acto impresionante e inmaduro que Dereck enfrentara a su padre, porque la última persona que intentó protegerla murió.Las manos de Alessandra no paraban de sudar y temblar, estaba tan asustada, que se quedó sentada en su cama viendo hacia la puerta esperando lo peor. Nadie se metería y nadie la protegería, si por esa puerta entraba su padre.Ella solo rogaba que Collins no se diera cuenta de nada y le fuera con el chisme a su hermano. Por más que sea, Alessandra era una mujer orgullosa y con lengua venenosa. No quería que su hermano o Fabrizio se dieran cuenta de que era una débil mujer.La manija de la puerta se empezó a mover, logrando que a ella le dieran náuseas por el miedo. Cuando, por fin, es abierta la puerta, la silueta de su guardaespaldas apareció.Por primera vez, en tantos eternos minutos
La mañana siguiente fue todo un poco más tranquilo. Alessandra estaba completamente adolorida y sentía como a su cuerpo, que ya estaba frío, le resultaba difícil hacer una tarea tan simple como levantarse. Le ardían los ojos de tanto sollozar en la noche y esperaba profundamente que Collins no se diera cuenta.Ella siempre había sido ignorada y esperaba que él no también lo hiciera.Se levantó con la poca fuerza que la caracterizaba. No era débil porque no supiera defenderse, pero hace mucho tiempo, ella se dejó morir. Giró su cabeza hacia el musculoso tirado en el suelo, que parecía estar profundamente dormido. Siguió su camino al baño para darse una ducha fría, por supuesto.Dereck sí había dormido al inicio, pero los sollozos de su jefa, lo habían mantenido en vela toda la noche. La vió dirigirse al baño y tensó la mandíbula al notar como caminaba. Ella iba con un brazo cubriendo su estómago, y con el otro, intentaba tocar las paredes para mantener el equilibrio.—¿Se encuentra bie
Alessandra había decidido cerrarse completamente a sentir. Para ella, todo había sido muy difícil de conseguir. Fue malinterpretada, cuando creyó que podía dar su opinión, al igual que el resto lo hacía. El mismo tema siempre era dicho, solo que esa vez, ella intentó sacarlo. Y prometió no volver a opinar sobre eso, porque había quedado como la mala de la historia. Nadie podía entender a Alessandra. Sus deseos, sus ganas, su ansiedad, nada... Las personas pensaban que ella frívola y podían jugar con ella. La italiana solo había llegado al mundo a sufrir, así siempre lo vió. Decidió aislarse y cerrarse en un mundo en donde nada le afectaba, pero así era feliz. Solo que nadie le entendía su manera de ser feliz.Después del asesinato de Thomas y la pérdida de su hijo, cerró su corazón. Tomó la decisión de quedarse sola para siempre. El dolor desgarrador que ha venido sufriendo durante años, fue lo que la llevó a tomar esa decisión. No quería seguir perdiendo a las personas que ella una
Alessandra tenía un profundo dolor en su pecho. Estar en el departamento que le trajo alegrías y con una intensidad que te destruye, tristeza. Para ella no había términos medios en cuanto al sentir. Su alma había abandonado su cuerpo hace cinco años y no paraba de doler.Ella sabía que eso de la felicidad era efímera... Por lo menos en su vida. Nunca tuvo algo duradero. Ella tampoco podía demostrar algún tipo de emoción porque sentía que en cualquier momento todo acabaría. Alessandra se reprimió tanto, tanto, que llegó a desconocerse. Todos le pedían comprensión, que entendiera las situaciones, que debía comprender a la otra persona porque sí, había sido lastimada, pero siempre tuvo una duda en su cabeza.¿Quién la comprendía a ella? A Alessandra jamás nadie la comprendió y simplemente se cansó.Amor, el único hombre que la había amado, se lo arrebataron de su lado. Ella había querido desde lo más profundo de su corazón, pero antes y después de Thomas, nadie, absolutamente nadie, la h
Conocer a nuevas personas no tenía por qué ser tan malo. Claro que Alessandra tenía miedo, a ella le encantaba hablar, salir y comer, pero las cosas en su vida diaria no eran tan sencillas. Le daba pánico que su padre se enterara de que ella tenía a alguien a su alrededor y aunque no necesariamente tenían que ser sus amigos, el simple hecho de que terminarían sin vida, la obligaba a estar siempre sola. Se miró al espejo y le gustó lo que vió. Se sentía renovada después de tomar ese baño. Al ponerse su reloj se dió cuenta de que Collins, había llegado mucho antes de la hora planeada. Salió de la habitación y lo encontró revisando su celular. Ella se acercó en silencio y cuando estuvo frente a él, quiso asustarlo, pero no lo logró.—Quería ver si dejabas de fruncir el ceño —él guardó el celular y la miró fijamente.—Tus pasos son pesados, haces mucho ruido al respirar y el aroma de tu cuerpo llega primero que tú —le enumeró lo que iba diciendo—. No me asusto con facilidad. Además, tú p
Había pasado un mes desde la última vez que Alessandra y Dereck habían hablado. La italiana tomó la decisión de no volver a dirigirle la palabra a su guardaespaldas, por la simple razón de no haberla defendido cuando su hermano y Fabrizio le pidieron que mostrara su abdomen.Para ella fue humillante y sí, él estuvo de su parte, pero no fue lo suficiente para que su hermano la dejara en paz.A Alessandra se le había prohibido el regreso a Sicilia. Así que tenía un mes viviendo en el departamento que le arruinó su salud mental. Todas las noches era desgarrador intentar dormir sin medicación. Ella se había convertido en una dependiente de las pastillas para dormir. Odiaba a Dereck con la misma intensidad con la que odiaba a su hermano. Era un buen guardaespaldas, pero no era lo suficientemente inteligente, para evitar la comida con la vecina y los dos indeseados que ahora estaban muy presentes en su vida.Alessandra se sentía ahogada y era algo ilógico, porque ella siempre deseó tener la
Todo el cuerpo de Alessandra se tensó y sintió que iba a morir. Por su mente jamás pasó que un hombre la volvería a besar. Tuvo náuseas, su respiración empezó a estar pausada y la sudoración en su cuerpo era fría. Ella estaba teniendo una crisis de ansiedad por algo tan mínimo... Pero le estaba siendo infiel al recuerdo de su único amor, y más dolor le causó que fuera en la casa en donde pasó los mejores momentos de su vida. Sus piernas no aguantaron más y se desvanecieron. Si no fuera porque Collins la tenía entre sus brazos, ella hubiese caído.Dereck se dió cuenta del error que había cometido al sentir que ella temblaba en sus brazos. La miró llena de lágrimas y la culpa se instaló en su pecho.—Alessa... —susurró, al dejar de besarla.—No lo hagas... ¡En tu vida vuelvas a besarme! ¡¿Quién demonios te crees que eres?! —le gritó, separándose de él.Ella ya no tenía fuerzas y sentía como su mundo se estaba viniendo abajo.—Estabas demasiado enojada y no encontré...—¡Me he mantenido
Dereck era un hombre inteligente y calculador, tal vez se le cruzaron los cables con Alessandra cuando la besó, pero eso no quería decir que él no pensaba en la situación a su alrededor. Debía ganarse la confianza de los mafiosos si él pretendía sacarle información. Sabía perfectamente que no podía solo con Alessandro y Fabrizio, pero con los guardaespaldas de ellos, sí.Debía dejarse golpear, en vez de recibir un balazo. Era matemática básica de primaria. Debía vivir, dejarse golpear y luego hacerse el idiota.Eso último le resultaba difícil. También debía demostrar su valía. Debía demostrar que era fuerte para defender a Alessandra... Esa castaña estaba más rota que él.La cabeza le dolía de tantos golpes que le dieron, al igual que sus costados. Por su larga trayectoria sabía que no tenía costillas rotas, pero había olvidado el sabor asqueroso de la sangre.—¿Vas a continuar enfrentándome, Collins? —Alessandro lo tomó por su cabello y lo obligó a verlo.—Por la señorita De Santis,