Charlize se despereza y abre los ojos con una sonrisa, pero justo frente a ella se encuentra esos ojos castaños que la miran con intensidad, y bajo ellos una sonrisa seductora que le produce un escalofrío.—Matías…—Supongo que ahora no me vas a golpear, ¿verdad?—¿Cómo llegaste aquí?Pero Matías no le responde, solo lleva sus labios a su cuello y luego baja por su cuerpo, haciéndola jadear. Justo cuando llega a esa zona de su cuerpo, un ruido la sobresalta.Abre los ojos asustada, se sienta en la cama con la respiración agitada, mojada y no precisamente de sudor, se encuentra sola en su habitación, con la alarma que olvidó quitar. Se deja caer en la cama otra vez y se tapa hasta la cabeza.Otra vez ese sueño.Desde que vio a Matías hace tres días, ese sueño se le volvió recurrente y no es su culpa, con semejante voz y ese cuerpo, nadie podría culparla de soñarlo de esa manera.Hoy es sábado, el primero en años en casa y la tradición de hacer algo familiar sigue intacto. Se gira para
Charlize da un respingo y Luz le sonríe. —Tu padre quiere que entres aprendiendo como abogada junior, pero confía en que te ganarás tu propio lugar. Me advirtió que no sería delicado, ya sabes… la firma tiene un prestigio y debemos mantenerlo. —Sabes que esa es la razón por la que estudié —le responde Charlize con sinceridad y emoción —. Aunque no tenía claro dónde empezar, porque quería hacerme mi propia reputación y no una bajo la de ustedes, pero siempre quise seguir lo que mi abuelo inició. —Me gusta saber que quieres continuar el legado, pero… deja eso de la reputación a un lado —le da unos golpecitos en las manos y se pone de pie —. Cuando yo empecé a trabajar, era la esposa de Gerard Finnick y muchos me consideraban buena en lo que hacía. Pero cuando demostré lo que realmente podía hacer, tu padre pasó a ser el esposo de Luz Finnick. «Él mismo cree que la firma lleva el nombre por mí más que por él, no hay un caso que perdiera, porque mis causas son justas. Con Dan a medio t
Luz, como en el pasado, le sonríe a través del espejo a Charlize luego de terminar de peinarla.—Estás hermosa, mi vida.—Me encanta —se pone de pie y se mira el vestido negro, ajustado al cuerpo, de escote reina Ana y hasta las rodillas —. Así no me veo de veinte, ¿verdad?—No, para nada.Mientras ella quisiera verse de veinte otra vez, su niña solo quiere verse mayor para dejar en claro que creció. Pero el asunto ahora es cómo hacer para que Gerard no bote espuma por la boca y quiera matar a alguien, solo por la apariencia de Charlize.—Creo que deberíamos llamar a la policía —le dice Luz a Charlize cuando se calza los zapatos de diez centímetros.—Se supone que Matías lo es, ¿no?—Pero él no podrá levantar su propio cuerpo, porque si tu padre lo pilla mirándote, lo mata.—No lo hará, te lo aseguro, mami. Matías no me verá esta noche ni ninguna vez que nos reunamos en familia.—Entonces, ¿para qué todo esto?—Para que a mi padre le quede claro que crecí y que debo hacer mi vida de a
Los tres Finnick entran al edificio como el mejor equipo, y lo son.Cuando pasan por la recepción, Robert se queda con la boca abierta al ver a Charlize, por la cierra en cuanto Gerard se gira distraído y lo ve, le pone mala cara enseguida y el chico se entierra en la pantalla del computador, revisando las citas de ese día.Para cuando llegan al piso, todos los presentes se quedan en silencio.Por supuesto, algunos no ven con buenos ojos que Charlize sea parte del equipo, porque hasta ahora su único mérito es ser la hija del dueño, es más, hay quienes aún no aceptan a Luz como una igual, pero eso lo guardan muy bien.—Buenos días, espero a todos los abogados senior en la sala de juntas en cinco minutos.—¡Sí señor! —se oye al unísono y ellos siguen el camino hacia la sala.—Vi algunas caras que no estaban muy contentas —le dice Charlize a sus padres y Gerard se sienta a un costado de la cabecera de la mesa, porque su esposa ocupa el lugar principal —. Ya no sé si esto es lo mejor.—¿D
—Méndez… ¡Méndez!—¡¿Qué pasa Dalton?! —le dice Matías a su compañera, sin dejar de perder de vista a la princesa.—Oye, parece que viste a tu ex con un nuevo novio… —él la mira con los ojos abiertos y ella se ríe—. Espera, tú no tienes ex.—No digas tonterías —continúa la marcha y los ve entrar a un restaurante —. ¿Tienes hambre?—¿Me vas a invitar?—Sí, vamos.Su compañera no se lo puede creer, esta es la primera vez que Matías tiene ese detalle con ella, así que aprovecha la invitación. Se estaciona cerca de la entrada, dentro de él hay un debate enorme de si eso está bien o no, pero se baja de todos modos.—¿No me vas a ofrecer el brazo, como todo un caballero? —se burla ella y Matías le gruñe.—No exageres, Allison.—Ok, ok… —levanta las manos en señal de rendición y se ríe bajito.Matías le abre la puerta y ella entra rápidamente, Matías busca con la mirada a Charlize, la encuentra en un lugar que no se ve desde la calle, halla una mesa que está cerca de ellos y se lleva a Allis
Aquella primera semana pasó volando para Charlize, entre ayudar a Allan y otros dos abogados de la firma, ni siquiera se enteró que ya era viernes, hasta cuando Darling se pone de pie en medio de la sala en donde están todos los novatos y grita feliz.—¡Hoy hay iniciación! —los demás aplauden y silban, haciendo que Charlize se ría —. McSorley’s nos espera, cariño.—¡Comida y cerveza! —gritan todos al unísono, Charlize se pone de pie y los calma un poco.—Les agradezco la invitación y créanme que iré feliz… pero nada de alcohol para mí, porque no tengo los veintiuno —les dice con expresión de resignación —.—No te preocupes por eso, estarás rodeada de adultos responsables, que se beberán todo lo que tú no —le dice Antoine y todos estallan en carcajadas.Se dedican a guardar todos los archivos, ordenar los escritorios y apagar los ordenadores, mientras que Charlize se pregunta cómo hará para quitarse a sus padres de encima. Hasta que se le ocurre lo mejor que puede hacer en ese momento,
Antoine está bailando bastante animado con Darling, es obvio que ellos tienen algo más, pero quiere salir de la duda y le pregunta a Jackson, que baila bastante bien.—¿Ellos se gustan?—le dice acercándose a su oído.—Sí, pero les cuesta admitirlo, es como si estuviesen buscando un acuerdo para no ir a juicio.Charlize se ríe y sigue bailando. El ambiente se vuelve más distendido, hasta que llega una de esas canciones que se bailan muy pegados, Jackson se acerca a ella, preguntando si puede abrazarla para el baile y ella asiente.—Te lo advierto, tengo novia.—Y yo estoy enamorada de un hombre tonto.Jackson se carcajea, posa sus manos en la cintura de Charlize, mientras que ella deja las suyas en el hombro de su compañero. Cuando termina la canción, le sigue otra igual, los dos se resignan a seguir de la misma manera, pero una mano fuerte se posa en los hombros de Jackson.Este se gira y ve a un hombre algo mayor, que parece una bestia enjaulada, se aparta de Charlize para enfrentarl
El desayuno de los Finnick es tranquilo aquel sábado, solo el anuncio de que al almuerzo recibirían a los amigos más cercanos causó algarabía entre ellos.Charlize se pone de pie, le da un beso a sus padres y se va directo al gimnasio de la casa, tiene un par de cosas que sacarse del cuerpo y el saco de arena que le regaló su tío Dan hace años es perfecto para eso.Se coloca un pantalón para ejercitarse que le cae desde la cintura, un top que solo le cubre los senos y se hace un moño alto. Camina con toda la actitud de querer matar a alguien, se lleva los audífonos para no desconcentrarse y comienza a saltar un poco para entrar en calor.Tras colocarse los guantes, comienza a darle duro al saco, pensando que es el cuerpo de cierto sargento que no quiere admitir que la ve de otra manera, que por eso la cela, la sigue, la molesta, la pega contra la pared y se pone muy cerca de ella.—¡¡Te odio!! —grita con frustración, pero sabe que es solo de dientes para afuera.Mantiene ese ritmo, ha