Los tres Finnick entran al edificio como el mejor equipo, y lo son.Cuando pasan por la recepción, Robert se queda con la boca abierta al ver a Charlize, por la cierra en cuanto Gerard se gira distraído y lo ve, le pone mala cara enseguida y el chico se entierra en la pantalla del computador, revisando las citas de ese día.Para cuando llegan al piso, todos los presentes se quedan en silencio.Por supuesto, algunos no ven con buenos ojos que Charlize sea parte del equipo, porque hasta ahora su único mérito es ser la hija del dueño, es más, hay quienes aún no aceptan a Luz como una igual, pero eso lo guardan muy bien.—Buenos días, espero a todos los abogados senior en la sala de juntas en cinco minutos.—¡Sí señor! —se oye al unísono y ellos siguen el camino hacia la sala.—Vi algunas caras que no estaban muy contentas —le dice Charlize a sus padres y Gerard se sienta a un costado de la cabecera de la mesa, porque su esposa ocupa el lugar principal —. Ya no sé si esto es lo mejor.—¿D
—Méndez… ¡Méndez!—¡¿Qué pasa Dalton?! —le dice Matías a su compañera, sin dejar de perder de vista a la princesa.—Oye, parece que viste a tu ex con un nuevo novio… —él la mira con los ojos abiertos y ella se ríe—. Espera, tú no tienes ex.—No digas tonterías —continúa la marcha y los ve entrar a un restaurante —. ¿Tienes hambre?—¿Me vas a invitar?—Sí, vamos.Su compañera no se lo puede creer, esta es la primera vez que Matías tiene ese detalle con ella, así que aprovecha la invitación. Se estaciona cerca de la entrada, dentro de él hay un debate enorme de si eso está bien o no, pero se baja de todos modos.—¿No me vas a ofrecer el brazo, como todo un caballero? —se burla ella y Matías le gruñe.—No exageres, Allison.—Ok, ok… —levanta las manos en señal de rendición y se ríe bajito.Matías le abre la puerta y ella entra rápidamente, Matías busca con la mirada a Charlize, la encuentra en un lugar que no se ve desde la calle, halla una mesa que está cerca de ellos y se lleva a Allis
Aquella primera semana pasó volando para Charlize, entre ayudar a Allan y otros dos abogados de la firma, ni siquiera se enteró que ya era viernes, hasta cuando Darling se pone de pie en medio de la sala en donde están todos los novatos y grita feliz.—¡Hoy hay iniciación! —los demás aplauden y silban, haciendo que Charlize se ría —. McSorley’s nos espera, cariño.—¡Comida y cerveza! —gritan todos al unísono, Charlize se pone de pie y los calma un poco.—Les agradezco la invitación y créanme que iré feliz… pero nada de alcohol para mí, porque no tengo los veintiuno —les dice con expresión de resignación —.—No te preocupes por eso, estarás rodeada de adultos responsables, que se beberán todo lo que tú no —le dice Antoine y todos estallan en carcajadas.Se dedican a guardar todos los archivos, ordenar los escritorios y apagar los ordenadores, mientras que Charlize se pregunta cómo hará para quitarse a sus padres de encima. Hasta que se le ocurre lo mejor que puede hacer en ese momento,
Antoine está bailando bastante animado con Darling, es obvio que ellos tienen algo más, pero quiere salir de la duda y le pregunta a Jackson, que baila bastante bien.—¿Ellos se gustan?—le dice acercándose a su oído.—Sí, pero les cuesta admitirlo, es como si estuviesen buscando un acuerdo para no ir a juicio.Charlize se ríe y sigue bailando. El ambiente se vuelve más distendido, hasta que llega una de esas canciones que se bailan muy pegados, Jackson se acerca a ella, preguntando si puede abrazarla para el baile y ella asiente.—Te lo advierto, tengo novia.—Y yo estoy enamorada de un hombre tonto.Jackson se carcajea, posa sus manos en la cintura de Charlize, mientras que ella deja las suyas en el hombro de su compañero. Cuando termina la canción, le sigue otra igual, los dos se resignan a seguir de la misma manera, pero una mano fuerte se posa en los hombros de Jackson.Este se gira y ve a un hombre algo mayor, que parece una bestia enjaulada, se aparta de Charlize para enfrentarl
El desayuno de los Finnick es tranquilo aquel sábado, solo el anuncio de que al almuerzo recibirían a los amigos más cercanos causó algarabía entre ellos.Charlize se pone de pie, le da un beso a sus padres y se va directo al gimnasio de la casa, tiene un par de cosas que sacarse del cuerpo y el saco de arena que le regaló su tío Dan hace años es perfecto para eso.Se coloca un pantalón para ejercitarse que le cae desde la cintura, un top que solo le cubre los senos y se hace un moño alto. Camina con toda la actitud de querer matar a alguien, se lleva los audífonos para no desconcentrarse y comienza a saltar un poco para entrar en calor.Tras colocarse los guantes, comienza a darle duro al saco, pensando que es el cuerpo de cierto sargento que no quiere admitir que la ve de otra manera, que por eso la cela, la sigue, la molesta, la pega contra la pared y se pone muy cerca de ella.—¡¡Te odio!! —grita con frustración, pero sabe que es solo de dientes para afuera.Mantiene ese ritmo, ha
Charlize estaba enterrada en su escritorio, con el expediente del caso de Crissie Baxter. Lo suyo era más político, por algo se estaba especializando en derechos humanos, pero esto iba más allá de la curiosidad o del reto personal. Era una chica de dieciocho años desaparecida. Sus padres estaban desesperados, las declaraciones eran crudas y ella había llorado de principio a fin. Se ponía en el lugar de ellos y por supuesto que el primer sospechoso era su novio. Pero tras analizar el perfil de Jonathan Taylor, sus declaraciones y las pruebas que no había en su contra, ella estaba más que convencida de que alguien más había desaparecido a Crissie. —¿Muy concentrada? —levanta la mirada y ve a Allan, que le lleva un capuchino y una barra de cereal natural. —Este caso me tiene muy mal, sé que Jonathan es inocente, pero no tenemos cómo demostrarlo. —Cuando la película se termina y quieres volver a verla ¿qué haces? —La rebobino… —se pone de pie, toma el expediente y abraza a Allan —.
Tras quedar de acuerdo con Matías y Dalton en que no dirían nada sobre lo que hablaron, Charlize se regresó a la oficina. Su padre estaba en el recibidor, esperando por ella supuestamente para saber si le pasó algo al auto, pero ella sabe que no fue por eso. Ahora estaba allí, esperando a que su madre terminara de hablar con un cliente, para entrar a contarle todo lo que Matías y su compañera le dijeron. En cuanto sale el hombre, ella se mete a la oficina, cierra la puerta y lleva a su madre casi corriendo a su escritorio. Le cuenta todo demasiado rápido y Luz le pide que hable de nuevo, esta vez Charlize le dice todo lo que descubrió, pero también lo que Matías y su compañera piensan. —Bien… haremos lo siguiente —dice Luz sentenciando con un dedo—, vas a ayudarme a preparar ese juicio, vamos a dejar en evidencia todos los procedimientos, vamos a llamar a todos los oficiales involucrados, vamos a presentar la ausencia de pruebas en contra del chico y todo lo que se te ocurra. —¿Lo
Cuando consiguen separarse, Matías estrecha a Charlize y ella aprovecha para inundarse de esa calidez y ese aroma que le encantan. Puede que hasta ahora no fueran muchas las veces que él la abrazó de esa manera, pero le encantaría que no fuera la última.—No sé qué me estás haciendo, princesa.—Nada que otra no te hiciera —ella se aparta, porque no quiere ponérselo en bandeja de plata. Si lo hace estará perdida, porque sabe que Matías no se va a comprometer así como así.—¿De qué hablas?—Mira —lo aparta de ella y Matías se queda con la boca abierta —. Fue… interesante, es algo nuevo para mí. Creo que me gustó besar a alguien…—¿Alguien? ¿No se supone que era el amor de tu vida desde que me conoces? —le pregunta dolido.—Pues… sí… pero dime algo, Matías —le dice ella acercándose a él con una mirada que lo hace retroceder —. Luego de besarme, ¿qué piensas de mí? ¿Cómo me quieres en tu vida? ¿Voy a seguir siendo un chiquilla que te ama y te ha perseguido por los últimos catorce o quince