Kalil.
Ya no sé qué es perder el control…
¡Todo es tan distinto! ¡Me siento tan diferente!
La tenue luz de la lámpara refleja de forma limitada mi rostro cansino, ese que trato de esconder cada día de mi vida. Me cuesta tanto todo ahora… me cuesta sonreír como antes, también llorar como antes.
Mi corazón se apaga en cada instante, es como si desacelerara su curso, como si una oscuridad apremiante comenzara a apoderarse de él; como si el dolor que siento en el pecho hiciera metástasis para impregnarse en todo mi cuerpo, cumpliendo con su propósito.
«Matarme, matarme lentamente por dentro».
Por más que trato de cerrar los ciclos en mi vida, por más que quiero dar una orden a mi mente, esta no parece comprender mi estado de aflicción, esta parece alimentarse con mi desasosiego enfermándome cada día más, apretando mi garganta, cerrándola frente a las palabras que quieren salir, pero no lo hacen.
Así finjo los días felices con muecas de sonrisas.
«Espero que te vayas en vez de verte regresar en mis pensamientos. Me escondo en faenas y deberes para no mirarte a los ojos.»
Cumplo, solo cumplo con lo que se espera hasta que llega la noche y, entre sueños, vuelvo a sonreír, a gritar, a llorar, a desear.
«Tú mataste quien yo era y yo me dejé morir, solo tu regreso podría volverme la vida… pero es pedir un imposible. Mi garganta cerrada desea ser invadida por tu aliento, para no tener que reprimir el salir huyendo y simplemente fingir.»
Este es un sufrimiento que no se cansa, uno que no termina…
«¡Saravi mi amor!, ¡ayúdame!, ¡ayúdame a olvidarte!, ayúdame a poder seguir caminando, necesito que sigas mediando con mi existencia, porque necesito seguir construyendo un pueblo que tú misma abandonaste.»
Lágrimas frías descienden por mi rostro, pero estas ya carecen de todo, solo me pesan, me duelen, y me exasperan. Observo el mismo estante cada madrugada que vengo aquí, recorro con la vista cada libro y trato de divisar tus manos en ellos, escondiéndote… «Escondiéndote de mí.»
Las horas parecen eternas aquí, está claro que este sitio conoce mi situación, porque al entrar, comienza agravarla.
Pero es mi único refugio, esta biblioteca es el único escondite de mis responsabilidades, es el único lugar donde puedo desarmarme para luego levantarme del piso y seguir fingiendo…
He aceptado que este será el curso de mi vida, ya tengo claro que jamás podré borrar mis recuerdos ni el dolor que conlleva cada uno de ellos, ya estoy aprendiendo a vivir con ello, estoy aceptando que este será mi destino, porque definitivamente es imposible olvidar.
Es como estar en todo y vivir en la nada.
«Así que simplemente se trata de fingir…»
Saravi (Nahid).Las fiestas de fin de año están en su etapa de apogeo, aunque no salgo mucho del palacio por circunstancias más que expuestas, Samira me ha alentado para conocer un poco más de mi propio pueblo —Yomal—, por supuesto, pese al rostro largo que puso Omer al saber la noticia de mi salida.“La cuidaré con mi vida”: dijo Samira un montón de veces antes de partir, su entusiasmo me contagió por completo, de hecho, quiero ver aquellas bufandas tejidas de las que tanto habla a diario.Salir del palacio de cierto modo alivianó cierta tensión que tenía en el pecho, no sé cómo explicar aquella sensación que a veces viene y va dentro de mí; tampoco puedo describir a ciencia cierta de que se trata, pero me gustaría mucho saber por qué me pasan estos sucesos.El carruaje que nos
Kalil.Ha llegado el último día de fin de año, el palacio se ha puesto en movimiento desde temprano, porque al caer la noche, este mismo lugar estará repleto de gente.«Es nuestra costumbre», el rey da unas palabras mientras toda la gente que desea, entrará en los alrededores del palacio; básicamente muchas de ellas quedan por fuera, pero la monarquía atiende a todas estas con un banquete y algunos obsequios por familia.Mi madre y Hanna me están volviendo loco con los preparativos, tanto, que ahora mismo he perdido más de una hora en un salón, mientras un sastre toma mis medidas; ellas por el contrario están perdidas parloteando de todos los eventos que se avecinan en algunos días.La verdad no sé exactamente los detalles de su conversación, mi mente está muy lejos de aquí, necesi
Kalil. Las duras palabras de Basim me dejan helado, si fuera otro hombre, lo hubiese matado a golpes. Pero él tiene razón, ya no confío ni siquiera en mi propio juicio, este ha sido muy irracional. He estado perdido y no sé dónde he quedado.Respiro profundamente, mientras tomo asiento de nuevo tranquilizando mis nervios e instándole que haga lo mismo.Paso mis manos varias veces por el rostro, tratando de recuperarme y de poner cabeza fría para comenzar a colocar atención a los asuntos que lo ameritan.Expulso el aire lentamente.—¿Está todo en orden con la llegada de la gente? —pregunto cambiando el tema.—Todo está en orden para esta noche, como es la costumbre se hará.—Bien.—Siete reyes confirmaron su venida para el compromiso, en total todos los q
Saravi (Nahid).Una hermosa cena se desarrollaba en el palacio. El Rey invitó algunos comensales, personas importantes y generales de su ejército a la mesa.Una mesa larga, donde al menos veinte personas se encontraban sentadas charlando de forma amena y comiendo plácidamente de sus platos.Omer parece alegre, su madre quien se encuentra a su lado derecho, lo observa con fascinación mientras él relata un recuerdo de cuando llegó Abdel al palacio. Todos ríen muy complacidos, Abdel sigue su narración asintiendo para dar respuesta a su hermano.Por mi parte, estoy a lado izquierdo de la mesa, con la mano del rey puesta sobre mi mano, como si yo fuese una persona importante, como si mereciera estar aquí. Algunas miradas viajan de vez en cuando a nuestras manos tomadas y la mirada de Annisa brilla al ver a su hijo tan feliz mientras r&iacut
Saravi (Nahid)Así como la noche terminó, seis días pasaron rápidamente dándole inicio a nuevo año, los recuerdos confusos seguían, junto con alguno que otro sueño que de vez en cuando se volvía una pesadilla.Omer y yo no volvimos a tocar el tema, pero ese día después de darle mi regalo, sus ojos brillaron como nunca.Le regalé una estrella de seis puntas, deseándole un futuro próspero a Yomal y que el cielo diera su bendición, acompañándolo con sabiduría y buen juicio para que fuera el mejor rey que nuestro país haya tenido.Él, se había quedado sin palabras, y después de algunas horas durante la velada, me había sorprendido pidiéndome la mano. Me impresioné mucho, aunque lo había visto venir, Omer estaba refrenado por mi actitud y
Kalil.El controversial día llegó. Cierto temor se asoma cuando al despertar cae un pensamiento de inmediato, sin siquiera dejarme saludar el día.Hoy será mi compromiso con Alinna, junto al compromiso de mi hermana con Basim. Me siento de golpe, hay mucho por hacer, imagino que justo ahora en el palacio hay un revuelo; algunas personas tratando de que todo salga perfecto esta noche, y otras atendiendo desde ayer a nuestros huéspedes.Me levanto despacio y sin apuro, abriendo las puertas de mi balcón para asomarme a ellas. La mañana está helada, pero de cierta forma esto apacigua todas las sensaciones que tengo dentro de mi cuerpo.Todo estará bien, me digo a mí mismo, todo pasará muy rápido. Así que tomo un baño y me visto por completo, hoy llegará Fais al palacio, y estoy más
Kalil.Un montón de gente se encuentra en mi habitación desde hace una hora aproximadamente. La noche ha caído cubriendo el palacio y sus alrededores, mientras todos esperan en el Gran salón.Sastres ordenan mi traje de color negro, colocando en su lugar los botones dorados de mis puños, junto con las insignias en mi chaqueta.Todo está listo, pero mi cuerpo no quiere dar un paso hacia la salida, se niega hacerlo.—La familia real lo espera Majestad —advierte un lacayo cerca de mí, esperando mi salida para que una carabina me prosiga.Cierro mis ojos con fuerza mientras suelto el aire varias veces. No tengo nada en mi mente, ahora mismo mis pensamientos están en blanco. Camino decidido, mientras mi corazón reclama insistente en mi pecho. Como si cada paso que ejecutará estuviese rompiéndome por dentro.Al llegar noto qu
Saravi (Nahid).El reflejo de mi imagen en el espejo, tuerce una sonrisa en mi rostro. Estoy complacida con lo que han hecho con mi cabello, lo han dejado suelto, pero los detalles son preciosos. El vestido es muy elegante, el color es crema con algunos destellos dorados y cafés, la cinta que ata mi cintura tiene varias incrustaciones en bronce haciendo que mi figura se realce con el detalle.Paso mi mirada a mi rostro, mis labios tienen un tono rosa, junto con un leve rubor en mis mejillas, no sé qué hicieron en mis ojos, pero estos, ahora se ven más profundos.En definitiva, me veo totalmente relajada y serena. Esto se debe a que cuando llegamos ayer por noche, solo comí algunos bocados, me di un baño largo y a los pocos minutos ya mis párpados se cerraban ante el cansancio del viaje.Era muy tarde cuando me levanté, porque justo cuando salí de la habitación,