Saravi.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, ¿Por qué se tuvo que llegar hasta este punto?
—¿Puedo pasar? —la pregunta dispersó mis sentimientos encontrados. Parpadeé varias veces y asentí en dirección de Jemina.
Ella se acercó un poco dudosa y se sentó en el sofá en el cual la había encontrado cuando desperté. Ella no dijo nada por largos minutos, solo pude ver como su garganta se tensaba.
—Me impresionó verte aquí —comencé a decir—. No viniste cuando regresé de Yomal hace un tiempo.
Negó.
—No sabía qué decir…
—¿Qué decir? —pregunté—. No tenías que tener algo preparado, estaba apareciendo después de un año… mi padre…
—No soy como tu padre —interrumpió mirándome fijo. Allí estaba ella, esa era la verdadera Jemina.
—Lo sé, madre… solo esperé que…
—Ese ha sido el problema entre nosotras dos Saravi —corto nuevamente, muy decidida por hablar—. Tú siemp
Kalil. Cerré la puerta de la habitación y caminé como si mis pies no estuviesen tocando el suelo. «Estaba feliz. Pleno. Y si muy enamorado, enamorado hasta la médula». Aspiré el aire varias veces mientras caminaba. Recosté la cabeza hacia atrás y comprimí los ojos mientras susurré: —Gracias… Era afortunado como ninguno. Pero la comodidad y la paz solo me duraron escasos minutos. Llegué a la parte trasera del palacio donde la madre de Alinna lloraba desconsolada junto a su esposo que la sostenía por los hombros. Una fila de generales y guardas estaban esperando por mí junto con Fais que se encontraba al final de la fila. Así que después de mi llegada, Basim trajo a Alinna muy cerca de mi lugar. Una sensación de vacío se gestó en mi cuerpo al verla. Ella estaba… Ni Siquiera podía describirlo.Esamujer, no era Alinna. Ella parecía perdida en sus pensam
Saravi. Me senté fatigada, tratando de acompasar la respiración al esfuerzo que había hecho para con mi hijo. Así que dejé que Kalil se hiciera cargo ahora. Zaid corría apresurado por el jardín.Este era su juego favoritodesde que cumplió los tres años, le encantaba que su padre fuera tras él, hasta tomarlo de forma brusca y levantarlo en sus hombros. Todos reímos luego de su carcajada que procedió cuando Kalil lo levantó, ver esta escena me llenaba hasta los huesos cada vez que ocurría. Zura, Kader, Hanna y Basim estaban compartiendo el momento como una gran familia, con expresión de felicidad en sus rostros, después que los niños habían llegado, definitivamente ellos cambiaron tanto, que solo tenían ojos para ellos. Zaidera nuestro primer hijo, el primogénito, muy parecido a Kalil.Naimera el segundo. Tenía un año y medio y ahora mismo estaba en las piernas de N
Kalil.Ya no sé qué es perder el control…¡Todo es tan distinto! ¡Me siento tan diferente!La tenue luz de la lámpara refleja de forma limitada mi rostro cansino, ese que trato de esconder cada día de mi vida. Me cuesta tanto todo ahora… me cuesta sonreír como antes, también llorar como antes.Mi corazón se apaga en cada instante, es como si desacelerara su curso, como si una oscuridad apremiante comenzara a apoderarse de él; como si el dolor que siento en el pecho hiciera metástasis para impregnarse en todo mi cuerpo, cumpliendo con su propósito.«Matarme, matarme lentamente por dentro».Por más que trato de cerrar los ciclos en mi vida, por más que quiero dar una orden a mi mente, esta no parece comprender mi estado de aflicción, esta parece alimentarse con mi desasosiego enferm
Saravi (Nahid).Las fiestas de fin de año están en su etapa de apogeo, aunque no salgo mucho del palacio por circunstancias más que expuestas, Samira me ha alentado para conocer un poco más de mi propio pueblo —Yomal—, por supuesto, pese al rostro largo que puso Omer al saber la noticia de mi salida.“La cuidaré con mi vida”: dijo Samira un montón de veces antes de partir, su entusiasmo me contagió por completo, de hecho, quiero ver aquellas bufandas tejidas de las que tanto habla a diario.Salir del palacio de cierto modo alivianó cierta tensión que tenía en el pecho, no sé cómo explicar aquella sensación que a veces viene y va dentro de mí; tampoco puedo describir a ciencia cierta de que se trata, pero me gustaría mucho saber por qué me pasan estos sucesos.El carruaje que nos
Kalil.Ha llegado el último día de fin de año, el palacio se ha puesto en movimiento desde temprano, porque al caer la noche, este mismo lugar estará repleto de gente.«Es nuestra costumbre», el rey da unas palabras mientras toda la gente que desea, entrará en los alrededores del palacio; básicamente muchas de ellas quedan por fuera, pero la monarquía atiende a todas estas con un banquete y algunos obsequios por familia.Mi madre y Hanna me están volviendo loco con los preparativos, tanto, que ahora mismo he perdido más de una hora en un salón, mientras un sastre toma mis medidas; ellas por el contrario están perdidas parloteando de todos los eventos que se avecinan en algunos días.La verdad no sé exactamente los detalles de su conversación, mi mente está muy lejos de aquí, necesi
Kalil. Las duras palabras de Basim me dejan helado, si fuera otro hombre, lo hubiese matado a golpes. Pero él tiene razón, ya no confío ni siquiera en mi propio juicio, este ha sido muy irracional. He estado perdido y no sé dónde he quedado.Respiro profundamente, mientras tomo asiento de nuevo tranquilizando mis nervios e instándole que haga lo mismo.Paso mis manos varias veces por el rostro, tratando de recuperarme y de poner cabeza fría para comenzar a colocar atención a los asuntos que lo ameritan.Expulso el aire lentamente.—¿Está todo en orden con la llegada de la gente? —pregunto cambiando el tema.—Todo está en orden para esta noche, como es la costumbre se hará.—Bien.—Siete reyes confirmaron su venida para el compromiso, en total todos los q
Saravi (Nahid).Una hermosa cena se desarrollaba en el palacio. El Rey invitó algunos comensales, personas importantes y generales de su ejército a la mesa.Una mesa larga, donde al menos veinte personas se encontraban sentadas charlando de forma amena y comiendo plácidamente de sus platos.Omer parece alegre, su madre quien se encuentra a su lado derecho, lo observa con fascinación mientras él relata un recuerdo de cuando llegó Abdel al palacio. Todos ríen muy complacidos, Abdel sigue su narración asintiendo para dar respuesta a su hermano.Por mi parte, estoy a lado izquierdo de la mesa, con la mano del rey puesta sobre mi mano, como si yo fuese una persona importante, como si mereciera estar aquí. Algunas miradas viajan de vez en cuando a nuestras manos tomadas y la mirada de Annisa brilla al ver a su hijo tan feliz mientras r&iacut
Saravi (Nahid)Así como la noche terminó, seis días pasaron rápidamente dándole inicio a nuevo año, los recuerdos confusos seguían, junto con alguno que otro sueño que de vez en cuando se volvía una pesadilla.Omer y yo no volvimos a tocar el tema, pero ese día después de darle mi regalo, sus ojos brillaron como nunca.Le regalé una estrella de seis puntas, deseándole un futuro próspero a Yomal y que el cielo diera su bendición, acompañándolo con sabiduría y buen juicio para que fuera el mejor rey que nuestro país haya tenido.Él, se había quedado sin palabras, y después de algunas horas durante la velada, me había sorprendido pidiéndome la mano. Me impresioné mucho, aunque lo había visto venir, Omer estaba refrenado por mi actitud y