Me observo en el espejo sin poder creer que me haya animado a utilizar este tipo de ropa, Me cuesta mucho usar ropa sexy, pero hoy quería arriesgarme, estaba de aniversario con mi esposo, así que era la ocasión perfecta para hacerlo.
Decidida subo a la habitación para poder esconderme mientras él llega, como una chica pequeña me escondo detrás de las cortinas de la habitación y en ese preciso momento siento el sonido de la puerta. Observo con mis ojos llorosos como mi esposo y mi mejor amiga entran casi desnudos besándose apasionadamente. Mis manos me tiemblan y todo mi cuerpo igual, rápido salgo de mi escondite para poder enfrentarlos —Saúl, ¿Cómo pudiste hacerme esto?— Él se aleja de la que era mi mejor amiga, y me observa de arriba abajo como si fuera un bicho raro. —¿Qué rayos haces vestida así?. Sonrío negando porque no puedo creer que él me diga algo como eso cuando acabé de encontrarlo siéndome infiel con la que era mi mejor amiga. —Te ves ridícula en esa ropa, ¿no te das cuenta de que eso no es para mujeres como tú?. Aprieto las manos con fuerza a mis lados cuando escucho la voz chillona de la que decía ser mi amiga. —¿Y para mujeres como tú sí?, No te importó que él sea casado y mucho menos mi esposo, aun así te metiste con él, ¿Qué tipo de mujer eres?— Ella rueda los ojos como si no le importaran mis palabras—. Además, esto que tengo puesto me lo regalaste tú— Digo señalando a Saúl, él simplemente se queda callado y aprieta los labios para no reír. —Estás muy equivocada, querida, lo que tienes puesto es mío, se me quedó aquí una de las tantas veces en que me cogí a tu esposo en tu cama. Sollozo con fuerza porque no puedo creer que ellos hayan hecho esto, ¿cuánto tiempo llevan juntos?. —¿Eso es verdad Saúl?— él me observa con aburrimiento y desinterés. —No entiendo cómo se te ocurre pensar que yo te regalaría algo así a ti. Abro las manos con fuerza y dejo que las lágrimas que estaba deteniendo, se derramen por mis mejillas. —Como fuiste tan cínico de regalarme algo que usa tu amante. —En realidad no te regale nada, tú lo viste y dedujiste que te lo había comprado a ti, pero jamás dije que era así—aprieto con fuerza las manos porque en serio no puedo creer que el fuera capaz de hacerme esto. ¿Cuánto tiempo llevaban juntos?, no puedo controlarme y simplemente me lanzo contra la mujer que dijo ser mi mejor amiga por mucho tiempo y tomo su cabello en mi mano para jalarlo fuertemente, estoy enojada y humillada, me siento traicionada y lo peor fue que lo hicieron las personas que más quería y decían quererme, todo fue mentira —¡Suéltame m*****a loca!. Aprieto con fuerza mi agarre, pero siento como Saúl me toma el brazo para que suelte a su m*****a amante y luego me voltea para abofetearme con fuerza. Mis ojos se llenan de lágrimas y me toco mi mejilla por el dolor y ardor tan grande que ahora mismo estoy sintiendo. —Quiero que te largues de mi casa ahora mismo, no es la primera vez que estamos juntos, llevamos mucho tiempo y tú solo eres la mujer que necesito para aparentar, además de que ni un jodido hijo puedes tener, toma tus cosas y lárgate de mi casa —abro la boca porque no puedo creer eso, prefiere correrme a mí de nuestra casa, porque también es mía y usar la perdida de nuestro hijo para defender a esta mujer, es bajo y atroz. —¿La estás defendiendo a ella? —Asiente. —Sí, la defiendo a ella, no pienso repetir las cosas dos veces, lárgate de mi casa ahora mismo. Asiento, aunque sean las diez de la noche y deba dormir en la jodida calle porque no tengo a donde ir ni mucho menos tengo quien pueda ayudarme, di la vuelta observando con dolor y tristeza como el hombre que pensé era el amor de mi vida y con el que compartí cinco años de mi vida termino siendo un hijo de su madre traicionero que solo quería una estúpida para tener en la casa como una sirviente, parece que esa resulte siendo yo, no puedo creerlo aún. Observo la casa que fue mi hogar por cinco años con nostalgia y un par de lágrimas caen por mi rostro. Abro la puerta y el frío de Londres me estremece con fuerza, pero no puedo quedarme más aquí, así que con solo un abrigo y en ropa interior, camino por la calle sin mirar atrás, esto me parte el alma y me enseño que nadie es lo que parece. No sé por cuanto tiempo camino, solo sé que ahora estoy frente a una pequeña taberna de un barrio en el que no sé cómo llegue, estaba tan perdida en mis pensamientos y dolor que no mee di cuenta de por donde estaba caminado. Suspiro metiendo las manos en los bolsillos del saco que tengo puesto y sin yo pensarlo encuentro un par de billetes, entro al bar caminando hasta la barra donde una mujer con un par de tatuajes me observa con una ceja alzada —¿Estás perdida chica?. Aprieto con fuerza las manos porque ahora mismo lo que menos quiero es personas jodiéndome por mi apariencia. —Quiero un vaso de whisky doble. Levanta una de sus cejas en mi dirección y mirándome unos segundos más se da la vuelta para servir lo que le pedí. Cuando me lo coloca enfrente, también saco el dinero y lo coloco en la mesa. —Creo que eso alcanza para una botella. Los toma y contándolos asiente con una gran sonrisa en el rostro. No sé cuanto tiempo paso, solo sé que el alcohol se apoderó de mi cuerpo y todo me da vueltas, creo que ya estoy más que tomada, así que sin más me levanto de la silla para poder salir del lugar —Deberías llamar a alguien, no estás en condiciones de salir así, puede pasarte algo—río en dirección de la mujer que me observa desde la barra —No tengo a nadie que se preocupa por mí, estoy sola. Sus ojos me regalan una mirada de compasión y ahora mismo eso es lo que menos necesito. Salgo del lugar recibiendo de nuevo el frío de la ciudad que hace que mis mareos sean más fuertes, suspiro intentando observar la calle para poder buscar algún lugar en el que pasar la noche y camino hasta un callejón sin darme cuenta de nada —Pero miren esa hermosura que nos trajo la noche. Achicó los ojos para poder ver de donde viene esa voz, y observo como frente a mí unos hombres de vestimenta sucia y con mal olor se acercan —Déjenme tranquila, solo quiero dormir—sonríen acercándose cada vez más a mí y mi cuerpo empieza a temblar por el miedo que se apodera de mi cuerpo —. No se acerquen, se los advierto— los hombres solo me observan riéndose y veo como uno se acerca rápidamente. —La chica creo que digo que la dejaran tranquila. Observo detrás de mí y veo a un hombre muy guapo con un traje de etiqueta y algunos tatuajes en sus dedos y cuello, su mirada es imponente e intimidante y cuando los hombres frente a mí lo ven, tiemblan en su lugar. —Lo sentimos padrino, no queríamos molestarla, pensamos que era una puta del lugar—aprieto con fuerza los dientes —No soy ninguna jodida puta, imbécil. Siento como una presencia se coloca a mis espaldas y no sé por qué, pero me hace temblar con fuerza. —Lárguense de aquí ahora mismo, si en cinco segundo no se han largado, voy a pegarles un puto tiro. Ellos asienten repetidamente y desaparecen con rapidez, suspirando me doy la vuelta para verlo a los ojos y en ese momento todo me da vueltas de nuevo, el susto por pensar que iban a violarme o algo así, hizo que la borrachera desapareciera rápidamente, pero de la misma manera en como se fue, regreso. —Gracias por lo que hiciste, no tengo dinero como pagarte, pero espero que con mis agradecimientos baste. El hombre hace su cabeza para un lado para mirarme fijamente y en serio que eso hace que todo mi cuerpo se caliente con rapidez. Dios creo que el alcohol está haciendo estragos en mí ahora mismo. —No tienes nada que agradecer, solo estaba haciendo la caridad del día, no deberías de andar así y mucho menos sola picola ragazza. Levanto una de mis cejas en su dirección, ¡Mierda¡, el hombre es italiano y qué sexi se escuchó eso, aunque no sepa qué razón dijo! —¿Qué fue lo que dijo?—él sonríe levantando la comisura de su labio en mi dirección —No importa, creo que deberías llamar a alguien para que venga por ti. Sonrío, recordando lo sola que estoy, y otro mareo se apodera de mí, haciendo que me agarre con fuerza del brazo del hombre. —Creo que voy a desmayarme ahora mismo —me observa con confusión y es lo único que veo antes de dejarme llevar por la oscuridad.Me remuevo incómoda sobre una superficie que no puedo descifrar, por un momento pienso que estoy en mi cama, pero luego recuerdo que ayer descubrir que mi esposo me engañaba con mi mejor amiga. Abro los ojos asustada incorporándome de golpe para encontrarme con una habitación grande de color blanca con decoraciones negras.Empiezo a hiperventilar porque no sé donde estoy y los recuerdos de los hombres que me querían dañar llegan a mí, así que me levanto de la cama rápidamente y cuando voy a dar un paso hacia la puerta escucho el sonido de la regadera. Me detengo de golpe y observo la puerta medio abierta a mi costado, la curiosidad por saber quién está en ese baño me gana, por lo que camino hasta allá y observo un hermoso y corpulento cuerpo bajo el agua, cierro con fuerza mis ojos al recordar que la noche anterior alguien me ayudo a que esos hombres no me lastimaran, así que imagino ese debe ser él, cuando voy a intentar salir del baño sin llamar la atención del hombre, golpeo la pu
Necesitaba regresar a casa para poder sacar algunas de mis cosas, estaba decidida a divorciarme de Saúl, no quería estar atada a un hombre miserable como él que fue capaz de verme la cara por no sé cuanto tiempo. Tomo un taxi con el poco dinero que encontré en mi chaqueta y luego de llegar a casa, entro esperando no encontrarme con ese hombre, cuando observo que no hay nadie, subo las escaleras y entro a la habitación que fue nuestra por los últimos años.busco rápidamente una maleta para poder colocar lo poco que tengo en ella, en el armario tomó mi ropa y también la caja en la que ahorre el poco dinero que Saúl me daba, con eso podre vivir un par de días mientras consigo algo en que trabajar, puede que mi carrera de contadora sirva ahora. Salgo de la habitación y me encuentro con el hombre que decía amarme y que me traiciono el día de nuestro aniversario—Pensé que no regresarías más, pero al parecer no puedes alejarte de mí—aprieto con fuerza las manos a mis lados.—Solo vine
—¿Te crees más que nosotras?, ¿eso es lo que quieres decir?¡Mierda!, no debí decir eso, estas mujeres pueden matarme.—No quise decir eso, ustedes están malinterpretando todo.La mujer que parece ser la líder de ellas se acerca a mí y aprieta mi rostro con fuerza.—Eres una pobre estúpida con dinero que se cree más que las demás, así que vamos a enseñarte que no es así y que todos estamos hechos de la misma mierda.Grito con fuerza cuando me golpea el rostro haciendo que caiga al piso con fuerza.—¡¿Qué están haciendo?!.Me observan con una gran sonrisa en el rostro que me recorre el cuerpo de pies a cabeza.—Dándote una lección.Niego cuando de nuevo se acerca a golpearme.—¡No me toquen, no se les ocurra tocarme!.Peleo con todas mis fuerzas, pero es inútil, son tres contra mí, siento como golpean mi rostro y abdomen con fuerza, veo estrellas y todo me da vueltas, necesito que se detengan o van a matarme. Sigo pateando y peleando hasta que escucho como llega un guardia—¡¿Qué rayos
Asiento sin decir nada y entramos a la gran mansión. El lugar está lleno de personas de negro con armas en sus cinturas, vaya, el señor sí que tiene seguridad por todos lados, creo que ahora sí creo que lo que dicen de él es verdad. Caminamos hasta una puerta que él abre y me invita a pasar, cuando entramos veo a un hombre de su misma edad sentado fumando un puro y a su lado un hombre de unos cuarenta años. Recce camina hasta ellos para sentarse en la silla frente al escritorio y prende un puro.—Ven niña, no tengo todo el día —Asiento caminando hasta la silla vacía al lado de el hombre mayor.—Te dije que la ayudaras, no que la volvieras tu perra —Aprieto los dientes cuando lo escucho decir eso.—Cierra la boca Dimitri —El viejo solo sonríe —. No soy un hombre que se ande con rodeos, así que voy a ser claro, tú tienes una deuda conmigo y no tienes un centavo, así que vamos a hacer un trato, necesito una mujer para tener un hijo —Abro los ojos espantada —. Tengo casi treinta y ocho a
Una mujer muy hermosa está de rodillas haciéndole una felación a Recce, el maldito disfruta lo que la mujer le hace mientras tortura sus pezones haciéndola gemir, las ganas de vomitar se apoderan de mí y también una rara sensación entre mis piernas, jamás estuve en una situación cómo está, por lo que solo estoy aquí parada sin hacer nada.—¿Te gusta ver como cogen picola ragazza?Abro los ojos asustada cuando veo como Recce me observa con una gran sonrisa en su rostro y eso me hace enfurecer.—Sería divertido si la persona que lo hace me produjera algo, pero desgraciadamente no siento más de asco y repudio.Toma del pelo a la mujer para hacer que se mueva más rápido sin quitar la mirada de mí .—Que lastima, porque voy a disfrutar mucho cuando te coga.Nunca pensé que ese apuesto y maravilloso hombre que me salvo sea esa porquería que ahora tengo frente a mí. La mujer mueve sus manos con desespero para hacer que él se detenga, pero él no lo hace, parece disfrutar verme parada aquí mie
Alejo la mirada para hacerlo lo que Recce me dijo, tomo el cuchillo y corto un poco mi dedo y dejo que la sangre caiga sobre una carta de algo que parece un santo. No sé qué sea eso, no soy creyente de ellos.—Toma la carta y quémala, si nos traicionas así vas a quedar, no se traiciona —Asiento. —Bien, ahora vas a escoger a tu mano derecha, será tu sombra, y me informará todo lo qué haces.Intento hablar, pero no lo hago porque recuerdo lo que me dijo hace poco. Lo veo rodar los ojos y luego asentir, tomo eso como una señal para hacerlo.—¿Cómo sabré quién será mi mano derecha?.—Escogerás entre cinco personas que pondré mañana frente a ti —Asiento —Bien, ahora espérame en la habitación, tengo cosas que hacer.Me doy media vuelta y salgo de la habitación sintiendo la mirada de todos sobre mí.Rápido llegó a la habitación en la que me cambie cuando baje a la ceremonia y arrugo mi entrecejo cuando encuentro sobre la cama un papel doblado en forma de pergamino. Camino hasta ella y abro e
Me remuevo en la cama sintiendo mis manos entumecidas y adoloridas, este hombre es un maldito animal, no sé cómo fue capaz de dejarme amarrada a la cama, no pude dormir muy bien porque esta posición o es nada cómoda y cada segundo me despertaba pensando que el maldito estaría encima de mí haciéndome algo, no me fiaba de él y estaba segura de que podía esperar cualquier cosa si se trataba de ese hombre. Intento acomodarme en la cama y en ese momento escucho el sonido de la puerta del baño y el condenado saliendo como si nada de ella con la toalla en su cintura. Sus ojos se encuentran con los míos y gruño con fuerza.—Necesito que me sueltes ahora mismo, me duelen las manos, eres un maldito animal.Sus ojos me observan con mucha intensidad.—Si sigues tratándome de esa manera, no voy a soltarte, me debes respeto, deja de ser tan igualada —Apriet los dientes con fuerza.«Maldita la hora en que este hombre me ayudo».—Solo quiero que me sueltes, Reece me duelen los brazos.Rueda los ojos
Intento demorarme lo más que puedo en el baño para no tener que verle la cara a Reece, pero siempre las cosas no salen como yo las espero, cuando salgo él sigue en el mismo lugar en el que estaba cuando entre. Suspiro caminando hasta el closet, pero su voz me detiene—Ven aquí, necesito que mires una cosa —Asiento.Me acerco a él apretando bien la toalla a mi cuerpo para que no se caiga y muestre de más, lo veo rodar los con fastidio. —Deja de ser tan infantil, he visto todo tipo de mujer desnudas, tú no serias la primera.«¿Será que si lo mato pasa algo?, porque es gusto lo que ahora quiero hacer».—Dime que quieres, necesito cambiarme.—Necesito que mires unas cuentas, algo no me cuadra —Asiento tomando el computador.Observo una cantidad considerable de dinero que me hace tragar grueso porque jamás imagine ver algo como eso, este hombre no solo gana demasiado dinero con la mafia, también lo hace con su empresa, podría vivir de ella sin necesidad de la mafia. Suspiro observando los